La batalla por el planeta de los simios

Quinta y, por fortuna, última entrega de la saga inicial de “El planeta de los simios” (1968), cerrando así una decadencia exponencial que ya comenzaría la primera secuela, “Regreso al planeta de los simios” (1970).

Roddy McDowall repite el papel de César, el simio rebelde que alzó en armas a sus congéneres en “La rebelión de los simios” (1972) y ahora es un líder paciente que mantiene la paz entre los humanos supervivientes del holocausto nuclear, y los simios que ya les igualan en inteligencia. Pero no todos los monetes están a gusto con el status quo mantenido por César, y hay algunos que reivindican la supremacía simia. Éstos son capitaneados por Aldo (Claude Akins), quien se enfrenta abiertamente a César y aboga por la violencia y la, digamos, “limpieza étnica”.

J. Lee Thompson vuelve a repetir en la dirección después de haber firmado la entrega anterior, pero tampoco consigue dar a la cinta la épica que requiere. Aún así, el filme es algo superior que el resto de secuelas juntas, pero ni siquiera de esa manera consigue evitar el tono cansino y desvirtuado de la narración, la sensación de escasez de medios e ideas, e incluso rozar el ridículo en ciertas escenas que se suponen serias y dramáticas (no hay más que ver, por ejemplo, el impresionante “ejército”, encabezado por un autobús escolar, con el que los habitantes de la Zona Prohibida invaden el poblado simio).

La cinta intenta, muy someramente, tocar temas como la xenofobia o la intolerancia, y de forma más destacada la necesidad de venganza, muy humana por otra parte. Con ello tenemos quizás el capítulo más oscuro de toda la saga siempre, por supuesto, sin contar con la primera película, cuyo mensaje y espíritu no han conseguido igualar ni por asomo ninguna de sus secuelas, incluida ésta.

Habría que esperar a 2001 para que Tim Burton rescatara para el cine, de forma irregular, el olvidado planeta de los simios, aunque el verdadero rescate vendría de la mano de Rupert Wyatt en 2011 y de Matt Reeves en 2014, revitalizando magistralmente una saga que ya tenía la puntilla dada desde su primera secuela.

El relato de un viejo simio articula la historia de esta última entrega de la saga original del Planeta de los Simios, dándole cierto aire melancólico y aleccionador, diferente al de sus predecesoras.
Parecería que no hay nada más que contar tras la creación de una nueva sociedad, pero sí queda algo que merece su debida atención: cómo sobrevive una sociedad.
Cómo crece, cómo se enfrenta a sus propios errores, e incluso cómo elige afrontarlos.

'Batalla por el Planeta de los Simios' tiene lugar varios años después de la revuelta simia: una nueva era se ha abierto para las respectivas especies dominantes del mundo, con los simios llevando el timón y los humanos como leales servidores, no demasiado oprimidos pero tampoco totalmente libres.
La voz del líder César habla con calma de buenos augürios y un brillante futuro por compartir, aunque también es verdad que las primeras grietas de su utopía perfecta se empiezan a ver en jóvenes que desprecian el valor de la enseñanza y adultos que sobrevaloran la importancia de la fuerza, ambos mostrando cierto desinterés por una Historia que nunca fue suya, sino de los humanos.
Pero el pueblo que no conoce su historia está obligado a repetirla, por más o menos animal que sea, tan solo por la maldición que supone tener inteligencia como para recordar lo que ya ha pasado.

El pasado pesa como una losa en diferentes represiones que todavía se practican con los humanos, pero también guarda misterios para César, en forma de unos padres que, se pregunta, quizá sabían más de cómo lograr un buen futuro porque provenían de él.
Así pues, el líder simio se encamina hacia la Ciudad Prohibida, triste reflejo arrasado de antiguas civilizaciones y doloroso ejemplo de nuestra ansia de destrucción, quizás también monumento de advertencia a próximas generaciones, donde moran los últimos grupos de humanos mutantes que no fueron arrasados por el cataclismo nuclear.
Y, como el pasado todavía puede doler, César y sus acompañantes acaban atrayendo a esos resentidos restos de humanidad hasta la ciudad simia, donde les espera el general Aldo, con las mismas ganas de sangre que ellos.

Algo significativo es la manera en la que se inicia el conflicto, simplemente con el líder mutante exclamando "ya hemos tenido suficiente aburrimiento", como si los humanos lleváramos en nuestra genética la necesidad de enfrentarnos continuamente, simplemente porque podemos.
No es algo exclusivamente humano, porque Aldo también guarda esa predisposición a la violencia, pero en última instancia también se juega con la posibilidad de que el general gorila haya sucumbido a impulsos humanos, y ya no sea tan simio como lo son sus semejantes.
Encima luego no son los violentos quienes sufren las consecuencias de sus actos, sino los más ajenos a ello, plantando la duda de si realmente la guerra se hace por la mayoría, o siempre se piensa desde una minoría.

¿Al final por qué se lucha?
Desde luego no por esposas que conocen el valor de la piedad, tampoco por hijos que no pueden disfrutar de una vida normal, ni por líderes que buscan convivencia.
Y, entonces, ¿para qué se lucha?
Una interesante pregunta que la evolución sigue intentando responder, pero para la que, tristemente, todavía no hay solución.

Quizá nunca la haya, quizá directamente no podamos alcanzarla.
Pero tratar de avanzar en su dirección ya es un paso lo suficientemente importante.

'Batalla por el planeta de los simios' fue la quinta y última entrega de las secuelas originales de 'El planeta de los simios' con la cual se agotó la maquinaria de la franquicia. Tuvieron que pasar muchos años para que de nuevo resucitara con 'El origen del planeta de los simios'. Con esta última entrega me pasa más o menos lo mismo que con la segunda película, es decir, se deja ver, siendo un producto aceptable dentro de lo que ya se había convertido la saga. El problema es su flojo guión, en el cual es absurdo 'el viaje a la Zona Prohibida', y tan solo sirve de excusa para justificar el enfrentamiento y la batalla final casi de cine bélico que se produce entre los humanos en proceso de mutación supervivientes al holocausto atómico y los simios. Lo interesante es que las cinco películas originales forman un círculo espacio temporal de 360° que las conecta cual pescadilla mordiéndose la cola.

En el Spoiler dejo mi ranking de la franquicia.

Lo que dio comienzo con Charlton Heston allá en 1968, en 2018 hará 50 años del estreno de 'El planeta de los simios', terminó cinco años después con el fin de la historia contada desde la tercera entrega, que sirve de preámbulo a la primera (cosa rara, ya que ahora también se están haciendo las precuelas, así que las de ahora se podrían considerar remakes de las antiguas precuelas, mucha mezcla junta).

Principalmente, esta antigua saga tiene tres pilares: Charlton Heston, Kim Hunter y Roddy McDowall, quien interpreta a César tan bien como interpretó a Cornelius en las tres primeras entregas. McDowall es de lo poco que merece la pena realmente destacar de gran calidad en las últimas tres.

Si 'Huida del planeta de los simios', 'La rebelión de los simios' y 'Batalla por el planeta de los simios' sirven de antecedentes antes de la historia de la cinta original, la verdad es que se apuesta por un pequeño cambio en los acontecimientos, por lo que ganan ligeramente en independencia. Desgraciadamente, las dos primeras películas citadas en este párrafo y la última, que es la que ocupan estas líneas, no llegan a la calidad de la cinta de Franklin J. Schaffner al entrar en el vicio de alargar las entregas sin que haya gente tan talentosa delante y detrás de las cámaras. Aunque, la verdad sea dicha, cuatro de las cinco cintas, con excepción de la 4ª, al menos entretienen, que ya es algo.

Así pues, esta entrega final entretiene y se deja ver, a pesar de la ya citada bajada de calidad. Además, no alargaron más la saga, algo importante ya que la dejaron con dignidad al menos.

¿Debieron hacerse cuatro películas más de 'El planeta de los simios'? No, claramente con una bastaba. ¿Merecieron la pena las películas predecesoras? En parte; la base era buena.

Nota real: 5.5

La última entrega de la serie de El planeta de los simios es esta repetitiva secuela cuya trama no da más de sí y supone una vuelta de tuerca hacia lo mismo. Aquí lo que se pretende es mostrar a Cesar como un líder benévolo que mantiene un delicado equilibrio de paz social entre simios y humanos, sin embargo una vez más los elementos más radicales de la sociedad romperán dicho equilibrio y de nuevo estallará la guerra entre ambas especies. Los humanoides mutantes que ya vimos en la segunda parte contra los facinerosos gorilas y en medio un reducido grupo de hombres y simios que tratan de preservar la paz.

El éxito de la franquicia propició este último e innecesario capítulo que ha sido el que menos me ha gustado. El doblaje es más reciente pero los actores se toman con muy poco entusiasmo su labor y eso también repercute negativamente en la satisfacción del visionado de la película.