Con furia en la sangre

Si tuviera que recomendar esta película igual no lo haría. Con sinceridad diría que es irregular en su desarrollo y con un argumento muy visto, aunque eso no significa nada. La fotografía es arcaica, difusa, o sea, la de entonces, que tampoco es para tanto.

Pero también podría decir que en el momento adecuado, con un voto de confianza, conectarías con ella, la verías sin moverte, atento, sumiéndote en su extraño ambiente.

Y es que cada uno tiene sus preferencias y no sólo es que sea de Samuel Fuller, es que está Richard Harris con su melenita por detrás de las orejas, vestido de enterrador con estrella de sheriff, es el sheriff Kilpatrick, persiguiendo a un grupo de malhechores. Y eso tiene su asunto.

En vez de tomar el cariz frio de la venganza, al modo justiciero, impávido en sus acciones, el sheriff se queja y muestra su dolor y su rabia. Y luego está Rod Taylor nada menos, dando vida a un odioso asesino, Frank Brand, que arroja sobre ti una maldad inapelable, sin asomo de duda, y en vez de mostrar su sadismo con risotadas o con satisfacción, su maldad es fría, mecánica.

El grupo se queda en 4 asesinos que son perseguidos por el sheriff. Podrían hacerlo frente, observemos que son 4 contra uno. Pero ellos siguen huyendo. ¿Por qué? No son especialmente cobardes. Lo que pasa es que han tocado techo en su larga trayectoria de crímenes: Han conseguido un buen botín en Santa Rosa y, sin saberlo, al tocar techo, la violencia les rebota y les cae encima y el sheriff es la representación de ese destino que siempre se teme y que siempre se elude en el pensamiento, por eso, porque se teme su llegada. La llegada de la hora de pagar lo que se debe.

En definitiva, sinceramente sí la aconsejaría.

Richard Harris y Rod Taylor encabezan como protagonistas principales este Western basado en la venganza en contraste con la ley que no queda en muy buen lugar. Las interpretaciones son correctas, detacando la de Richard Harris en el papel de un sherif un tanto particular.
La película no decae en ningún momento. manteniendo su interés hasta el final, con una dirección acertada.
La fotografía es un algo irregular y rutinaria cumpliendo su cometido sin más.
Destacaría como un poco original el comienzo del film con unos planos fijos dentro de una narración escueta.
Un western poco conocido para pasar el rato con algunos planos acertados.

No se complicó mucho la vida Fuller en esté western, una historia mil veces vista, la diferencia está en la caracterizacion de los personajes, los extremos de Richard Harris, primero como un pacifista convencido y luego como un alíenado vengador, luego la banda de forajidos, al cual mas indeseable, entre los que destaca un inspirado Rod Taylor como su lider ,La violencia como es normal en el cine de Fuller campa por sus respetos, con tiroteos y sanguinarias peleas, el guión es un poco esquematico y simplon y el personaje del policia mejicano, interpretado por Al Lettieri de lo bueno que es parece tonto, por lo demas se deja ver con agrado esos toques politicamente incorrectos, tipicos del cine de los 70 se agradecen.

Western muy desconocido que cuenta en su haber con un reparto mas que digno con dos actores de la talla de Rod Taylor y como no de Richard Harris asi como una buena dirección.
Tiene tiros, bastante acción y pese a que no es una obra de arte si que es disfrutable y verás una versión filmica distinta que desmitifica la labor de "la ley" que imperaba en aquellos tiempos.
Western más que digno le doy un 6,5 merecido.

Uno de los mejores trabajos de Richard Harris es este violento western en el que encarna a un pacífico sheriff que se transforma en un temible vengador justiciero cuando unos peligrosos forajidos asesinan a su familia. Pasa de ser un convencido pacifista religioso a un asesino implacable en busca de venganza. Cruza la frontera de Méjico y allí conocerá a otro sheriff local que también busca al líder de la banda por asesinato.

Es interesante la transformación del protagonista y las dudas morales que se plantean en boca del federal mejicano cuando le pregunta a Harris si haría lo mismo si las víctimas no hubiesen sido sus familiares. Se critican las dificultades de la ley para juzgar a los criminales y se plantean cuáles son las reacciones de dos hombres de ley muy parecidos. Uno convierte la justicia en algo personal mientras que el otro lucha por mantenerse fiel a sus principios aunque entiende la reacción de su colega americano. También es interesante el tratamiento que se da de los villanos presentándolos como gente malvada sin escrúpulos con un formidable Rod Taylor que consigue dar verdadero asco junto a sus hombres. El final de la historia también me pareció convincente. La banda sonora de Jerry Fielding es un calco a la de Grupo salvaje también obra suya.

En resumen una película a descubrir dura y violenta con interesantes lecciones sobre cómo la violencia cambia a las personas.