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Argentina Argentina · Quilmes
Críticas de Ronin
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Críticas 36
Críticas ordenadas por utilidad
4
13 de marzo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película más que nos muestra a Nueva York como la tierra santa del capitalismo, esta vez enfocado desde el mundo de la moda. "El Diablo viste de Prada" se nos presenta como la típica historia de la chica fea y sencilla que cumple el sueño de Cenicienta y pasa a tener una vida de glamour y vestidos lujosos (los que harían gritar histéricamente a cualquier chica que no tenga nada en contra de los estereotipos machistas de frivolidad femeninos). Sólo que esta "mágica transformación" viene combinada a un mensaje ultra siniestro: el éxito justifica el despotismo y la explotación laboral. Nos dan la bienvenida a ver durante casi dos horas a Andy Sachs (una Anne Hathaway cada día más convencida a hacer papeles de chica linda disfrazada de chica fea que luego se vuelve hermosa por medios artificiales) sufriendo abusos y maltratos laborales por parte de la jefa de la revista Runway, Miranda Priestly (una Meryl Streep capaz de convencernos de todo menos de que no inspiró su papel en Anna Wintour).

La cinta se dedica a magnificar la figura de la líder de una revista de modas (que está obviamente basada en Vogue), a mostrarnos que la única persona que importa es el líder, y todos los demás son simples peones descartables, a los cuales es perfectamente lícito humillar, descartar, desesperanzar y someter a abusos laborales que van desde el menosprecio, las exigencias absurdas tanto desde las órdenes a la estética personal. La historia no busca realizar una crítica sobre tal sistema, sino simplemente reflejarlo, e incluso hacernos admirarlo. Vemos a Anna Hathaway sufriendo cuando no se adapta al sistema por ser una chica "demasiado normal" y esperar ser tratada justamente, y, luego de una charla con Nigel, el director de arte (un Stanley Tucci convertido en un ángel guardián, dispuesto a convertir a "sapos" en princesas supercool), comprende que el éxito radica en renunciar a sus particularidades personales como si no valieran nada, y adaptarse sumisamente, tanto en lo laboral como mentalmente, al sistema, convirtiéndose ella en una esclava perfeccionista vestida cada día de grandes diseñadores. Y el conflicto viene cuando su círculo íntimo (sus dos amigos y un novio que parece más modelo que cualquier tapa de Vogue que hayas visto) empiezan a mirarla mal por ello y hacerle feos gestos por llegar tarde a un cumpleaños.

Es, básicamente, una oda al ego, a la frivolidad, al triunfo de las ambiciones laborales, prostituir el alma (y poco más que eso, recuerden el "estoy a una diarrea de estar en mi peso ideal") en pos a un buen nombre, y una moraleja ligada a cuestionar las decisiones personales, y jamás al sistema. Las chicas a las que va apuntada la película necesitan tener un sentido crítico de la vida muy avanzado para escapar a caer en terminar la película siendo una más de "el millón de chicas que matarían por estar en tu lugar". Porque las cosas están bien como están, y si no te gusta lárgate. ¿O qué harás, empezar a exigir que se respeten las condiciones laborales básicas? ESA sería la verdadera comedia dramática...
Ronin
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7
1 de noviembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No estamos hablando de la remake de una película cualquiera de los '80, sino de uno de los íconos culturales por excelencia de la cultura occidental, por lo cual, lo queramos o no, las Tortugas Ninja Adolescentes Mutantes están escritas con mayúscula en la cultura (y en la memoria y corazón de cualquiera que haya disfrutado su infancia en los 80 y 90 frente a una TV y en el cine). Y es esto mismo lo que nos hizo tener espectativas tan altas cuando nos enteramos que habría una versión 2014. Espectativas que, luego de ver la producción, nos hizo sentir felices por un lado, y nos hizo sentir esa nostálgica sensación de que "no es lo mismo" que suele acompañar esa sonrisa de que nuestra infancia tal como la recordamos es irreproducible por más millones de dólares de producción que pongan.

El objetivo de la cinta es demasiado claro: tocarnos el corazón a pura acción y adrenalina, no le busquemos la lógica. Nos encontramos en una Nueva York asediada por un clan ninja ("Foot Clan", "El Clan del Pie") liderado por un señor feudal japonés que se hace llamar "Shredder". Una reportera llamada April O'Neil (una bellísima Megan Fox intentando desesperadamente transmitir emoción y demostrar que no es sólo una cara bonita. Ojalá en las siguientes películas sí le salga) con un profesionalismo gratuito rayando la tendencia suicida, busca perseguir cada pista del Clan, y en su camino ELLA descubre a cuatro héroes: unas tortugas alteradas genéticamente para ser antropomorfas y ser super poderosas en las artes marciales (además de ser antibalas, detalle que admito que me sorprendió). Hasta aquí la parte "repetida", de aquí en más, tenemos a O'Neil descubriendo el pasado de las Tortugas Ninjas por sí sola (perdón?), y descubriendo un proyecto del Foot Clan para iniciar un genocidio y usarlo para conquistar el mundo (aah, claro...).

Como bien dije, si lo vemos desde el punto de vista del argumento, el barco se hunde. El mayor poder de las Tortugas Ninja siempre fue su carisma. No vamos al cine a ver tan siquiera una gran aventura, sino a ver cómo Michaelangelo hace bromas, chistes y reboza carisma por todos lados, cómo Donatello demuestra que su genialidad lo hace indispensable para el cuarteto, cómo Rafael destroza todo en su gigantesca furia, la cual muy a su pesar pone al servicio del equipo, y cómo Leonardo busca liderar con honor y lealtad a su equipo. Cuatro tortugas gigantes, expertas en artes marciales, que se han vuelto tan fuertes e imponentes, que pareciera que lo único que tienen de adolescentes son la inmadurez de sus comentarios, que si bien son divertidos, se vuelven un grito constante de "no tomen esto muy en serio, público".

Con todo esto, aún así me sumo al grupo de los que salimos de la sala de cine con una sonrisa luego de haber visto algo que amaba retratado en este nuevo siglo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ronin
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7
18 de mayo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miles de cosas del lado negativo de la balanza: un guión absurdo, faltas de respeto a la comunidad científica, a la obesidad, a la mayoría de edad, a la lógica, al estilo de vida de la familia americana, a la memoria de la película original del célebre Jerry Lewis, y en especial a la inteligencia y buen gusto del espectador. Y del lado positivo, está sólo Eddie Murphy, con todo lo que eso pesa en el criterio de los que lo conocemos y seguimos sus películas y le debemos horas de risa tras risa.

Y ahí es donde las aguas se dividen, y vaya que lo hacen. Los partidarios del "buen gusto" tachan este filme de burdo, absurdo, escatológico, estúpidamente sobreactuada y mil cosas más (y lo más probable es que tengan razón), mientras que los partidarios de Eddie sencillamente nos partimos de risa con el permiso que nos otorga el que la película sea suya.

La historia es disparatada: El profesor Sherman, a punto de casarse con su amada Denise, vive acosado con el instinto escondido en su adn de su alter ego (Buddy Love), y consigue extirparlo de sí y convertirlo en una sustancia genómica (?). Pero esta sustancia logra combinarse con el adn de un perro, lo que resulta en que Buddy Love regresa a la vida, esta vez con un cuerpo propio, y lo hace con el puro interés de fastidiarle la vida a su "original", que está a punto de vender una fórmula de la juventud (??) a una compañía farmacéutica. Y para completar, Sherman descubre que luego de "extirparse" a Buddy Love, comienza a perder su inteligencia (???), por lo que ahora debe buscarlo antes de que todo esté perdido.

Y aún así, este argumento "elaborado" es una excusa para mostrar una vez más a la familia Klump (que casi no interviene en la historia) en sus clásicos gags de humor grosero, tan pero tan estúpido que te sentirás estúpido de reírte. Porque lo harás. Y mucho.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ronin
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9
18 de enero de 2014
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es exactamente lo que los admiradores de la primer película querían: Shockeante, dura, cruda y de las que te dejan sin aliento. Ni más ni menos. Aquellos que elegimos ver esta secuela, sabíamos con exactitud lo que íbamos a ver: Una película de tortura, sexo degenerado, machismo asqueroso y venganza. El "qué" ya lo teníamos. Nos faltaba el "cómo", y es en este punto donde esta película brilla con luz propia, sin opacar a su predecesora, pero tampoco quedándose ni un centímetro atrás.

Se nos presenta a Katie (una impecable Jemma Dallender), una joven de un pueblo rural que llegó a Nueva York con el sueño de ser modelo, pero termina trabajando en un restaurant hasta tener su oportunidad. Al comenzar, tiene una entrevista con una agente que le recomienda hacer un book de fotos nuevo (algo que cuesta un dineral). Y, desesperanzada, encuentra un sospechoso anuncio de fotógrafos que hacen sesiones gratuitas para jóvenes bonitas. Con las dudas típicas, ella llama para hacer una cita con ellos, y el resto ya es sabido. "Nunca hables con extraños" porque podrían ser un grupo de europeos machistas (formado por un enfermo, un degenerado y un hijo de puta) que te mirarán como un pedazo de carne más que por la chica inteligente que se nota que eres.

Lo siguiente ya es conocido: machistas, ella se defiende, ellos se ofenden, ella se va. Y en su casa, es atacada por Georgy (el enfermo), el cual la viola en una escena que me recordó mucho a la "Irreversible" de Mónica Belluci. Luego aparecen los otros dos, y en un dos por tres, amanece en un sótano donde la tienen sólo para violársela. Crudeza, crueldad, nudo en la garganta. La sensación se convierte en desesperación cuando ella escapa, y se da cuenta que está... en Bulgaria. Aquí es dónde comienza "lo nuevo". Y donde los golpes, la sangre y la sed de venganza aumentan, y los vivimos de una manera ni mejor ni peor, sólo distinta que la anterior.

El 100% de la trama está enfocado en Katie, y no es para menos. Jemma transmite lo correcto en cada etapa: la autosuficiencia de una chica sola en Nueva York, el miedo, la angustia, la desesperación... y la ira fría y calculadora, que aumenta de forma gradual hasta convertirse en furia que explota en su rostro. El resto es escenario. Todas las escenas en las que ella no está son prescindibles y borrables, a excepción de la escena donde la "madre" de los violadores pone un disco mientras su marido viola a Katie... y esas lágrimas no hacen más que avivar la imagen monstruosa que tenemos de todos y cada uno.

Una digna secuela que dista mucho de ser un simple calco de la primera. Brilla por luz propia,
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Ronin
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8
1 de septiembre de 2019
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Megan is Missing" es una película durísima. No sería nada malo si no fuera porque quienes la vemos por primera vez casi inevitablemente la subestimamos y no creemos que vaya a ser tan dura como otros clásicos del género horror. Y el hecho de que esté editada en estilo "found footage" (el subgénero de terror más subestimado) no ayuda a aligerar el golpe.

Nos encontramos ante una película que se destaca de cualquiera por ser absolutamente presente y real. Su director Michael Goi no escatima a la hora de hacer una crítica social completa hacia la sociedad y sus hipocresías, sus contradicciones, sus peligros y sobre todo su neurosis y su soledad.

La piedra angular de la película son dos adolescentes: Megan y Amy, interpretadas por unas Rachel Quinn y Amber Perkins que pese a su juventud no tienen problemas en cargarse toda la película en los hombros casi sin dejar nada a los demás, y haciendo que el puntaje total, sea mucho o sea poco, sea sólo para ellas. El espectador empatiza casi inmediatamente con la historia de la chica maltratada por la vida que disimula su llanto en un mar de impulsos hedonistas vacíos y sin sentido, y su mejor amiga que pese a su inseguridad desea acompañar y cuidar a su amiga. El secuestro de Megan toma mucho tiempo en realizarse, pero el que demora es el mismo que le sirve a Goi para retratar una sociedad psicótica: niñas que a pesar de estar en un lugar socialmente cómodo son vulnerables a miles de maltratos sólo por ser niñas. Vemos la eterna búsqueda de un status social que las ayude a salir de su zona de confort, el miedo a la marginación, el escape de las angustias mediante el sexo y las drogas, el volver al día siguiente a hacer como si nada, el miedo, la soledad, y en especial los peligros de la combinación entre internet y la ingenuidad/ignorancia. El secuestro de Megan es una catástrofe que responde a un dominó psicótico del cual todos son parte en mayor o menor medida, aunque lo que ocurre después ya es algo más. La primera parte nos llama a una reflexión como sociedad. La segunda nos llama a una reflexión sobre la naturaleza humana, sobre qué tan aberrante puede llegar a ser el ser humano en su perversión y su depravación. Por supuesto, este suele ser el objetivo de las películas de horror, pero tal como es mostrado aquí... es un trago demasiado amargo.

Escaló sin duda en el top 5 de mis películas más crudas y horrorosas. Algo notorio tomando en cuenta que no recurre a escenas gore, ni a asesinatos directos, e incluso sus principales protagonistas son dos apenas adolescentes. Esta película es algo tan grande que no sé si recomendarla para que todo el mundo la vea y tome conciencia, o si no se la recomiendo a nadie para que no queden tan traumatizados.
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Ronin
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