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Argentina Argentina · Quilmes
Voto de Ronin:
4
Comedia. Drama En el vertiginoso mundo de la moda de Nueva York, la cumbre del éxito la representa la revista Runway, dirigida con mano de hierro por Miranda Priestly (Meryl Streep). Trabajar como ayudante de Miranda podría abrirle cualquier puerta a Andy Sachs (Anne Hathaway), si no fuera porque es una chica que destaca por su desaliño estilo dentro del grupo de guapísimas periodistas de la revista. Andy comprende muy pronto que para triunfar en ese ... [+]
13 de marzo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película más que nos muestra a Nueva York como la tierra santa del capitalismo, esta vez enfocado desde el mundo de la moda. "El Diablo viste de Prada" se nos presenta como la típica historia de la chica fea y sencilla que cumple el sueño de Cenicienta y pasa a tener una vida de glamour y vestidos lujosos (los que harían gritar histéricamente a cualquier chica que no tenga nada en contra de los estereotipos machistas de frivolidad femeninos). Sólo que esta "mágica transformación" viene combinada a un mensaje ultra siniestro: el éxito justifica el despotismo y la explotación laboral. Nos dan la bienvenida a ver durante casi dos horas a Andy Sachs (una Anne Hathaway cada día más convencida a hacer papeles de chica linda disfrazada de chica fea que luego se vuelve hermosa por medios artificiales) sufriendo abusos y maltratos laborales por parte de la jefa de la revista Runway, Miranda Priestly (una Meryl Streep capaz de convencernos de todo menos de que no inspiró su papel en Anna Wintour).

La cinta se dedica a magnificar la figura de la líder de una revista de modas (que está obviamente basada en Vogue), a mostrarnos que la única persona que importa es el líder, y todos los demás son simples peones descartables, a los cuales es perfectamente lícito humillar, descartar, desesperanzar y someter a abusos laborales que van desde el menosprecio, las exigencias absurdas tanto desde las órdenes a la estética personal. La historia no busca realizar una crítica sobre tal sistema, sino simplemente reflejarlo, e incluso hacernos admirarlo. Vemos a Anna Hathaway sufriendo cuando no se adapta al sistema por ser una chica "demasiado normal" y esperar ser tratada justamente, y, luego de una charla con Nigel, el director de arte (un Stanley Tucci convertido en un ángel guardián, dispuesto a convertir a "sapos" en princesas supercool), comprende que el éxito radica en renunciar a sus particularidades personales como si no valieran nada, y adaptarse sumisamente, tanto en lo laboral como mentalmente, al sistema, convirtiéndose ella en una esclava perfeccionista vestida cada día de grandes diseñadores. Y el conflicto viene cuando su círculo íntimo (sus dos amigos y un novio que parece más modelo que cualquier tapa de Vogue que hayas visto) empiezan a mirarla mal por ello y hacerle feos gestos por llegar tarde a un cumpleaños.

Es, básicamente, una oda al ego, a la frivolidad, al triunfo de las ambiciones laborales, prostituir el alma (y poco más que eso, recuerden el "estoy a una diarrea de estar en mi peso ideal") en pos a un buen nombre, y una moraleja ligada a cuestionar las decisiones personales, y jamás al sistema. Las chicas a las que va apuntada la película necesitan tener un sentido crítico de la vida muy avanzado para escapar a caer en terminar la película siendo una más de "el millón de chicas que matarían por estar en tu lugar". Porque las cosas están bien como están, y si no te gusta lárgate. ¿O qué harás, empezar a exigir que se respeten las condiciones laborales básicas? ESA sería la verdadera comedia dramática...
Ronin
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