El mundo de Apu

Y aquí estoy. Escribiendo esto, mientras las lágrimas corren por mis mejillas y sorbiéndome los mocos como un niño.
Hacía mucho, mucho tiempo, que una película no conseguía emocionarme tanto.
Estoy noqueado y aturdido.
Esta tercera parte de la trilogía me ha gustado más si cabe que las dos anteriores.
Creo que aquí Ray ya domina lo suficiente para manejar la emoción en sus personajes ( y con ello la del espectador) y en esta película, da un paso más y nos sumerge en la evolución de las emociones de los personajes.
Ésta, es una película un poco más romántica, dentro de su realismo, un poco más luminosa y más esperanzada, con lo cual el espectador, que a estas alturas ya ha hecho suyos todos sus infortunios, con su corazón y su sangre completamente entregados a Apu, consigue la catarsis que venía reclamando y que Ray ofrece con generosidad.
Porque siempre queda la esperanza.
Sólo me queda dar las gracias.
Gracias a esta página por existir y descubrirme estas joyas.
Gracias a mis almas gemelas por recomendarme estas películas.
Gracias a Filmin, por ser la plataforma que me ofrece estas maravillas.
Gracias Apu. Gracias Ray, por ser el creador de esta maravilla que me ha dejado K.O.

Si tienes que ver solo 100 películas en tu vida, 3 de ellas tendrían que ser estas tres que forman esta trilogía fascinante, emocionante, e inolvidable.
IMPRESCINDIBLE.

Porque el final, otra vez, es un nuevo principio. Y el tiempo le volverá a traer nuevas desgracias y alguna felicidad, como a todo hijo de vecino, aquí y en la India. Pero ya ha sido suficiente con tres. La primera tenía un aura de leyenda, de historia tradicional. En la segunda el enfoque era más sociológico. Esta tercera es un retrato psicológico de la maduración de aquel Apu al que vimos crecer.
Joven, libre y desorientado, permite que una antigua superstición interfiera en su vida para convertirle en el hombre más feliz y en el más desgraciado, sucesivamente. El invencible es por fin abatido por la desgracia. Pero no es más que otra escala en su proceso de crecimiento. Hay que seguir haciendo camino.
En esta tercera entrega la naturaleza casi ha desaparecido y también el intenso lirismo que esta propiciaba. Más narrativa, también atesora momentos de gran cine. En este aspecto, destacaría el profundo punto de inflexión en la vida de Apu que se produce hacia la mitad de la película. Lo previsible del final le resta emotividad.

Trilogía de Apu. Parte 3. Apur Sansar (El mundo de Apu) de Satyajit Ray, es un drama basado en la familia que culmina la excelente trilogía de Apu. Dirigida con un ritmo sosegado y con el mismo estilo íntimo y subjetivo de las anteriores entregas, es una obra que muestra como Apu conoce el amor pero de nuevo también la tragedia que lo persigue incansablemente, cautivando de nuevo al público con una historia conmovedora y triste que concluye una de las mejores trilogías que se han realizado en la historia del séptimo arte, y que además, mete gran parte de la vida de una persona desde su nacimiento hasta la edad adulta, exponiendo a grosso modo los hechos más trascendentales de su vida. Realizada de forma magistral tiene un resultado duro pero enternecedor que encantará a todos los amantes de los buenos dramas reales.
La fotografía en blanco y negro vuelve a mostrar imágenes sugestivas y repleta de detalles que la llenan de sensibilidad en un hermoso trabajo inspirador y desde luego evocador a cada uno de los lugares visitados por nuestro protagonista. La música autóctona, comienza con ritmos más esperanzadores que llenan de belleza el film alentando con sus melodías, pero poco a poco se vuelven más sentimentales en un perfecto acompañamiento de la acción. Los planos y movimientos de cámara consuman un personal y hermoso trabajo técnico mediante el uso de los subjetivos, primeros planos, seguimiento, grúas, cámara en mano, avanti, retroceso, reconocimiento, panorámicos y detalles que sacan lo mejor de la acción y las interpretaciones.
Las actuaciones son admirables y convincentes. Como protagonistas Soumitra Chatterjee está muy natural en su labor que pasa del carisma al hundimiento a lo largo del film y Sharmila Tagore está sensible y encantadora como su mujer, siendo correctos los acompañamientos de Alok Chakravarty, Swapan Mukherjee, Dhiresh Majumdar, Sefalika Devi y Dhiren Ghosh. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones humildes pero algo más elegantes, mejorando las carencias de las primeras entregas y marcando algo la subida económica y social de nuestro protagonista, labor que junto con los oportunos decorados, te transporta in situ.
El guion, escrito por el director, comienza con alegría y proyectos pero vuelve a caer en la desgracia de Apu, exponiendo la desesperanza de nuevo y concluyendo una trilogía conmovedora que cala en el público sin remisión y que cautiva a todos aquellos que busquen obras profundas, íntimas y dramáticas que están realizadas sin florituras, sino más bien con un realismo que plasma a la perfección tanto la humildad y carencia de la India en aquella época como la mala suerte que persigue a nuestro protagonista sin perder al final, la sonrisa en su rostro. Esto se lleva a cabo con una narrativa insinuante y algo menos desesperanzada, que con tono educado y afectuoso embadurna el film para deleite del público.
Concluyendo, la considero una obra excelente e imprescindible que concluye una historia emotiva que encantará a los cinéfilos más exigentes, ya que tanto su calidad cinematográfica como la realidad de la historia no dejará a nadie indiferente. Muy recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, planos, movimientos de cámara, vestuarios y narrativa que hacen de Apu 3. El mundo de Apu, un film sentimental que tiene momentos esperanzadores y otros desilusionados que envuelven inexorablemente la vida de de Apu para cautivar a todos aquellos que se dispongan a visionar una de las mejores trilogías que se conocen.

El ciclo de la vida contemplado a través de Apu, este niño indio al que hemos  acompañado en tres etapas de su existencia compone la trilogía cinematográfica mítica que Satyajit Ray inició a la par que su carrera de forma inexperta e intuitiva con esa obra maestra que es "Pather Panchali (La canción del camino)" (1955), camino que continuó con igual brillantez en "Aparajito (El invencible)" (1956) y que da por cerrada con esta que nos ocupa con un Apu adulto.

Aunque su visión por separado no desmerece, es el conjunto de los tres films el que eleva el resultado final. El neorrealismo que utiliza Ray nada a contracorriente en una industria india que camina exitosamente por otros derroteros más comerciales. Nos muestra a una India desgarrada entre la tradición y la modernidad entre la vida rural y la ciudad y como el ansia de conocimiento de Apu intenta encontrar su equilibrio entre ambas. En la vida de Apu se suceden las pérdidas que por dolorosas que sean le van impulsando hacia adelante. Ahora el destino le hace conocer el amor y sus frutos que le harán tambalearse antes de seguir adelante. El río de la vida continúa fluyendo.

Ray nos sigue regalando planos y encuadres inolvidables junto a la belleza de una  Sharmila Tagore de tan solo 14 años, todo ello indisolublemente ligado a la excelsa fotografía en blanco y negro de Subrata Mitra y la música de Ravi Shankar. He de reconocer que personalmente esta tercera entrega me ha emocionado menos que las dos anteriores con un final algo previsible, como si una ligera y sutil urgencia de dar por completado el ciclo de Apu restara de alguna manera la contemplación serena y espiritual que imbuye toda esta trilogía imprescindible.

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