Más allá de la vida

El hecho de que el tema principal de la película, y que es la causa que mueve a los protagonistas, sea la muerte supone un reto y un problema. Dividir el argumento en tres historias permite matizar y acercarse al tema desde varios puntos de vista. Las tres historias están muy bien presentadas, con una labor de dirección excelente. Conforme avanza la película y los personajes se van desenvolviendo en esa frontera (su relación con la muerte) la consistencia de las historias pierde algo de fuerza. El desenlace conjunto resulta algo simple.

El arranque de la película es devastador. Comienzas pensando que las mas de dos horas que te preceden serán algo grande y destacable y 20 minutos después (sino menos) comienzas a replantearte si debes marcharte o echarte una cabezada.

No hay que dudar que Eastwood es un maestro en cuanto a captar la atención del público. Comienza con fuerza, pero luego la película va bajando enteros, cuando se convierte en sopor retoma alguna que otra escena "potente" para volver a mantener al espectador pendiente, pero todo en balde ya que es una historia sin chicha ni limonada. Aparentemente atractiva y en mi opinión fácil de mejorar, pero Eastwood no lo tuvo tan claro.

Sino hubiese sido por la historia del niño, Marcus creo recordar, posiblemente me habría quedado dormida, pero es MUY fácil hacer que las desgracias en boca de un niño conmuevan al espectador, así que ni ese mérito le otorgo.

El señor Eastwood es un genial director además de actor, eso queda claro en una larga e impresionante trayectoria que nos lleva mostrando desde siempre. Pues bien, el señor Clint Eastwood es un "timador", acostumbrado a sus films esperaba ver una película de calidad remarcable o por lo menos visible. Pues el resultado es brutal, me entraron ganas de arracarme los ojos y las orejas para dejar de sentir ese sabor a podredumbre que me invadía en la sala de cine. No había visto semejante desperdicio de tiempo y dinero malgastado desde "el sonido del trueno" (y al menos en dicha película puede reírse de lo penosa que es). No me voy a extender más porque sería una pérdida de tiempo, sólo mencionar a los críticos que dan titulares como "técnicamente impresionante" o "una obra de arte", mi más sincero aplauso irónico.

Sí, sí, han leído bien, estamos ante una nueva obra maestra del mejor director de cine vivo: Clint Eastwood.

Es hora de hacer justicia con esta fabulosa película, injustamente machacada por la crítica (salvo contadas excepciones de algún crítico honesto) por vaya usted a saber qué oscura razón.

El guión de Peter Morgan es perfecto; la puesta en escena de Eastwood es de un nivel estratosférico, inalcanzable para cualquier otro director de cine actual; las interpretaciones, todas excelentes, una conjunción asombrosa de todos los elementos fílmicos que nos regala, digámoslo ya, la mejor película del año.