Mentiroso mentiroso

Nos encontramos ante una gran comedia que aunque tenga una buena aceptación ante toda la gente que la ha visto, luego las críticas no la ponen tan bien.
Hacía años que no la veía y recordaba que me gustó mucho. Cuando la he vuelto a ver he observado que mi recuerdo era cierto, y he vuelto a reírme sin parar.
El verdadero acierto de este film es la impresionante actuación de Jim Carrey. Debo reconocer que realiza un trabajo soberbio y vuelve a demostrar que tiene un auténtico don en el aspecto cómico. Su trabajo corporal es impresionante y uno no puede parar de reír con este abogado obsesionado con mentir.
La historia es bastante simple, pero su simpleza es lo que hace que resulte fresca. El guión está lleno de situaciones graciosas y de personajes peculiares que se mueven alrededor del eje central de Jim Carrey. Él es un titiritero que maneja a todos en una farsa, pero que de la noche a mañana se verá convertido en títire de sus propias mentiras.
Sin lugar a dudas es una película con la que uno pasa un rato divertidísimo y que no cansará. Aparte de que su duración es bastante corta, uno descubre que el tiempo se le pasa volando. Uno viajará de mentira en mentira a través de un personaje que quedará grabado en la retina de uno, gracias a la gran interpretación de su protagonista.
En fin, nos encontramos ante una comedia que aguanta muy bien el paso de los años y que cuenta con grandes escenas. Además cuando acaba la película uno descubre que existen durante el reparto una serie de tomas falsas; un regalo para seguir riendo y ver que dichas tomas son más graciosas que las propias escenas.

Al buen Jim le crecerá la nariz. Peliculín simpaticón y complaciente en donde una idea de base infantil toma el volante y da a luz justamente eso: una peli infantil de sabor familiar. A Carrey le gustan las comedias familiares, y su faceta se presta para los productos ligeros. Lejos de saber mostrar su mejor cara actoral, se contenta con hacer muecas ad infinitum, y sus mejores cartas no radican en el guión, sino en sus improvisaciones salvajes y desenfrenadas. Sin mucho más que decir, me quedo con la secuencia de la reunión de personal: ¡Yes, fucking bitch!

Tras verla por ¿cuarta vez?, o quien sabe si la habré visto más de cuatro veces, lo que sí que sé, es qué me lo he vuelto a pasar bomba.
Sé que a algunos Jim Carrey no les gusta, y no les odio por ello, es normal, a algunos les parecerá uno de los mejores en el humor y a otros les parecerá un actor que solo sabe hacer muecas, Jim Carrey para mí es un grande, en todas sus películas me he reído el qué más, y Mentiroso compulsivo no sería menos.
Es tierna, divertida y corta, si se juntan esas tres cosas siempre sale algo bueno, Jim Carrey como siempre hace una gran interpretación, y sí hace lo que mejor se le da, hacer el tonto, y que bien lo hace.
No tengo más que decir ya que lo que vaya a decir ya lo sabréis, pero si por si acaso aún no la has visto (que lo dudo mucho), te la recomiendo, mucho humor, perfecta para un sabado o domingo por la tarde.

Otra obra de la época dorada de Jim Carrey en la que saca a relucir su tremenda habilidad para generar muecas en todo su esplendor. Pero su interpretación es una vez más la garantía de éxito de la comedia. El planteamiento inicial es surrealista, pero los momentos en las que su personaje sufre arrebatos de sinceridad y no puede evitarlos generan escenas hilarantes y aptas para toda la familia. Lo más divertido es el efecto sarcástico que resulta de escuchar esos diálogos, llegando a parodiar y satirizar situaciones cotidianas. El único punto negativo es que quizás ese "chicle" se estira demasiado.

Por tanto, el desarrollo del guión gira en torno casi en exclusiva a esa especie de "maldición" que sufre el abogado, que sufre en sus carnes el no poder recurrir a su mayor vicio. En el trasfondo se refleja un poco la situación de las familias divorciadas desde el punto de vista del niño. Puede que otras películas como Ace Ventura llegaran a ser vistas como absurdas por una parte del público por la locura de su protagonista, pero en la presente es imposible que no te caiga en gracia Jim Carrey como padre de familia y abogado. Y ello a pesar de que este actor no tiene término medio: o te gusta mucho o lo detestas.

En pleno éxito de la carrera de Carrey, cualquier excusa era buena para dar rienda suelta al peculiar estilo humorístico del actor.
En esta ocasión, el punto de partida es una soberana tontería. Como es un abogado que siempre está mintiendo (incluso a su familia), su hijo pide el deseo de que nunca pueda mentir, y va y se cumple.
Algunos momentos son bastante divertidos, como la prueba del color del bolígrafo, por ejemplo. Pero sobre todo, cuando más gracia hace es en la parte final, en la que tiene incluso un juicio. Hubiera dado lo mismo que fuera político, pero un abogado que no puede mentir es algo que tampoco se ve todos los días.
Pero todo eso da igual, porque lo importante es pasar un rato divertido con este simpático actor. Hay que reconocer que en esta ocasión la película no es tan hilarante como otras que ha hecho, quizás porque el argumento no da demasiado de sí.
No es de las mejores que hizo en su mejor momento, pero mantiene la esencia de su particular buen rollo y sentido del humor.