Haz click aquí para copiar la URL

Bienvenido, Míster Marshall

Comedia Años 50. Villar del Río es un pequeño y tranquilo pueblo en el que nunca pasa nada. Sin embargo, el mismo día en que llegan la cantante folclórica Carmen Vargas y su representante, el alcalde (Pepe Isbert) recibe la noticia de la inminente visita de un comité del Plan Marshall (proyecto económico americano para la reconstrucción de Europa). La novedad provoca un gran revuelo entre la gente, que se dispone a ofrecer a los americanos un ... [+]
<< 1 4 5 6 10 18 >>
Críticas 89
Críticas ordenadas por utilidad
26 de septiembre de 2008
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
- En Luces de Bohemia, el de Valleinclán, el perro salta sobre el ataúd de no sé quién y se mea.

- Es como lo del toro que salta la barrera, se tropieza contra el público y la peña huye despavorida eso sí, sin soltar la cerveza. Aajajajajaajajajajajaja.

- O lo de Mario Conde y Roldán
- O lo del señor de los hilillos
- O lo del acento texano de Jose Mari
- O de "se sienten coño!"
- O lo de "Viva Honduras!", jajajajajajaja.

Qué país... Pues eso:

- En según las investigaciones de un tal Montgómery, un británico pirata, se afirma que el Mary Rose de Enrique VIII se hundió porque la tripulación era española (certeza que dedujo a partir de la dentadura de esos cráneos de 400 años) y a lo que Reverte contesta: elemental (¿qué se podía esperar de una tripulación todo el día oliendo a ajo, rezando el rosario? y flojos de idiomas: (atención):

- el almirante british, que se llamaba George Carew, ordenó «Todo a estribor» y el timonel, que era de Ondarroa, respondió «Errepika ezazu agindua, mesedez», que significa, más o menos, repíteme la orden en cristiano o verdes las van a segar. Y mientras el almirante mandaba a buscar a alguien que tradujese aquello a toda tralla, una marejada cabroncilla empezó a colarse dentro.

- "Cierren portas" le dijo al contramaestre, un tal Jordi, que era de Palafrugell y que responde: "Digui’m-ho an català si us plau", con lo que míster Carew se preguntó: "Pero de qué van estos mendas?"

-Mientras tanto, los demás tripulantes, que también eran indígenas, estaban en los entrepuentes tocando la guitarra y bailando flamenco, costumbre habitual de todos los marineros españoles, sin excepción, en situaciones de peligro. Fue entonces cuando los oficiales, nativos de Bristol y de sitios así, rubios y tal, empezaron a gritar: «¡El barco zozobra, el barco zozobra!». Y abajo, algunos tripulantes, que eran tartamudos y además de Cádiz, respondieron, con palmas de tanguillo y mucho arte: «Pues más vale que zo-zobre a que fa-falte, pi-pisha». Y claro. En dos minutos, el Mary Rose se fue a tomar por saco.

Esta película supera, con La Escopeta Nacional (un marqués coleccionando vellos púbicos de 163 mujeres) el ESPERPENTO ESPAÑOL CON MAYÚSCULAS.

10.
Valkiria
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de agosto de 2012
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Diga lo que se diga, "¡Bienvenido, Mr. Marshall!" no deja de ser una de las películas con un mensaje ideológicamente más fallido de la historia del cine, lo cual, no es obstáculo para que sea una de las mejores producciones de la filmografía española. La propia idea del Plan Marshall resulta divertida, no lo niego, pero fuera de lugar pues España quedó excluida del mismo, más por la voluntad de los Estados Unidos que del aislamiento del régimen de Franco, aislamiento que fue de los aliados y otras potencias a España y no buscado por ésta. Además dicho Plan concluyó en 1951, dos años antes de este trabajo. Encima, para colmo, en el mismo 1953, año de la película, España llegó mediante los convenios hispano-norteamericanos a recibir ayudas por valor de unos 226 millones de dólares, de los cuales 125, ya se habían recibido desde 1951. Lo cual no era mucho comparado con otros países (el Reino Unido, el mayor beneficiado, recibió 3.297 millones de dólares) pero lo normal, teniendo en cuenta que España no se vio afectada por la Segunda Guerra Mundial (Otros países neutrales recibieron cantidades parecidas: Irlanda 133 millones, Suecia 347, Suiza 250, Turquía 137 y mi Portugal de Salazar sólo 70 míseros millones).

O sea, que antes de que se rodara la película, el dinero ya estaba entrando, y gracias a él (claro que no sólo a esto), el desarrollo económico repuntó con fuerza en los 50 y más aún en las décadas siguientes. Claro que tampoco me quedo muy convencido de lo que quiere contarme Berlanga. Me da la sensación que su posición es que todo lo relacionado con el Plan Marshall es un camelo, que no vendrá nada, que las cosas seguirán como siempre, que nos van a engañar y que luego tendremos que pagar el pato. En este sentido la figura del hidalgo, el más reacio a recibir a los americanos, y ciertamente el más honorable, parece representar la visión del director. Lo cierto es que como se vería en los próximos años, la predicción de Berlanga no pudo ser más equivocada.

De todos modos, "¡Bienvenido, Mr. Marshall!", es mucho más que un una predicción o un mensaje pseudopolítico. La película es principalmente un retrato de la psicología humana, de la sociedad y de las ilusiones sobre un futuro mejor, cosas en cierta forma, atemporales. La mirada de Berlanga es la propia del cine de los 50, tierna, cariñosa y compasiva, encima con un humor bienintencionado que llega por momentos a ser sencillamente desternillante. Y la sociedad que retrata, Villar del Río, un reflejo de la España de la época, con sus defectos pero sus muchas virtudes. Una sociedad en la que todo el mundo es bueno, hay solidaridad, hay afecto y hay sencillez, donde los conflictos parecen no existir pese a las necesidades materiales por las que pasan. Se diría también que la cinta es una parodia sobre nuestro país, la España de Pandereta, pero lo cierto es que la parodia va en todas direcciones pues el retrato de los Estados Unidos no puede ser más estereotipado.

El trabajo de Berlanga se ve potenciado por la presencia de unos actores de primera. Por ejemplo, José Isbert está desternillante en su papel de alcalde bonachón con momentos geniales como su famoso discurso en el balcón o su sueño en el lejano oeste con ese inglés macarrónico. También se puede destacar al pícaro charlatán Manolo Morán o la bella Lolita Sevilla, en su debut cinematográfico. Aunque para mi, el personaje "secundario" de más peso es el de la maestra Eloísa (interpretada por Elvira Quintillá) no sólo porque está tremenda con esas gafas de medio sabionda y medio modosita, sino por el propio personaje tan atractivo al que da vida hasta el punto de echar de menos un mayor recorrido. En este sentido, la maestra tenía originalmente una secuencia que parece que no llegó a filmarse nunca (y que yo juraría haber visto en un programa en el que Berlanga hablaba de la censura) y que fue tachada en el guión, para desgracia nuestra. Dicho sueño, nada ver con la horterada que se filmó en el 2002, consistiría en que un grupo de fornidos y atractivos jugadores de rugby americanos persiguen a nuestra profesora hasta alcanzarla y hacer una melé encima de ella. Aparecería justo en el momento en la que la vemos en la cama acariciándose los brazos con cara de viciosilla (y que sin el sueño que no aparece, apenas se entiende). Lástima que no se hubiera rodado esta secuencia que podía haber sido antológica.
Reaccionario
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de septiembre de 2007
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pedazo de obra maestra absoluta la del triunvirato Berlanga, Bardem, Mihura, quienes, toreando a la censura, nos han legado una peli que, aparte de divertida, es triste, conmovedora, profundamente política, musical, y, sobre todo, inolvidable. Todos reconocemos la voz de Lolita Sevilla cantando aquello de "Americanos", o al insigne Pepe Isbert y su "Os debo una explicación, y esa explicación que os debo, os la voy a pagar", pero yo quisiera ir un poco más allá, y destacar esa voz de Fernando Rey, que nos cuenta lo que va ocurriendo, como un sueño va a llegar a un remoto pueblo de la postguerra, pasa por el centro de la aldea, y se escapa, convirtiéndose en un viento fugaz de esperanza, pero que no deja nada tras su paso, bueno, sí, deja todo tal como estaba antes, una realidad miserable, desesperanzada, donde los días no son ni buenos ni malos, simplemente pasan, iguales unos a otros, pero al fin y al cabo, los sueños son libres (magníficas escenas oníricas, las de la peli), aunque no existan los reyes magos ni americanos que colmen a los pueblerinos de lo que necesitan, ni siquiera una sola cosa (tremenda escena la de la lista de regalos que van pidiendo todos y cada uno de los habitantes de ese Villar del Río).
También quisiera destacar la aparición, en uno de sus primeros papeles, de ese grandísimo actor que es Manuel Alexandre (en los créditos Manuel Alejandre), por destacar uno entre los secundarios de la peli, y la manera en que Berlanga retrata a las fuerzas vivas de la población: el alcalde, el cura, el boticario, la maestra, el médico, el pregonero, el hidalgo arruinado, etc.
babayu
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6 de marzo de 2010
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por la familiaridad con el mundo rural español Berlanga me ha llegado al alma con Bienvenido Mister Marshall. Un mundo rural por el cual no han pasado tantos años como los que parecen.
Los 5 minutos iniciales son magistrales, toda una demostración de lo que debe ser un recurso como la voz en off para de golpe y porrazo presentarnos al pueblo entero y poder vislumbrar que aquí no va a quedar títere con cabeza.
El compendio global a mi entender suponen el máximo esplendor de la comedia española (como español de pura cepa) con soberbias interpretaciones sin que nadie quede de lado y con un fondo perfectamente perceptible en una película tan transparente como maravillosa.
Excelente: 10.
pjready
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de octubre de 2005
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué valentía tuvieron Berlanga, Mihura y Bardem (vaya tres) para hacer una película tan crudita en una época tan díficil como los años 50. Sin dudua, hablamos de un clásico, en el que junto a elementos típicos del cine español como es la presencia de una folclórica muy admirada, se unen una brutal crítica a la ausencia de España dentro del Plan Marshall, la mitificación del flamenco y Andalucía como ejemplo tipo del español medio, y las críticas a la España de la época. Así comenzó la trayectoria de Berlanga, que seguiría con joyas como "Plácido", "El verdugo" o "La escopeta nacional". ¡Bravo!
Carlos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 4 5 6 10 18 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow