A dos metros de ti

No puedo quejarme de lo que me ha hecho llorar esta película, pues ya me habían avisado. Sin embargo, yo que no suelo llorar con las películas, pensaba que no sería para tanto. Bien, me equivocaba completamente.
A veces hace falta ver películas como esta para apreciar cosas a las que no solemos dar importancia, como la salud o el contacto físico. La historia de estos jóvenes, a los que la vida no ha ayudado, pero que siempre intentan sacar lo positivo de esta, es realmente conmovedora. Cuando me quise dar cuenta, era yo la que estaba viviendo el sufrimiento que supone el romance de los protagonistas.
Pese a no tener un argumento muy original, esta película nos hace sentirnos afortunados de todo lo que tenemos. Es muy triste, sí, pero al mismo tiempo es realmente bonita ya que muestra todo el bien que puede hacer enamorarse. Sería muy cursi y bastante irracional afirmar que el amor puede con todo, pero los protagonistas de esta película nos enseñan todo lo que puede llegar a cambiar el amor en la vida de una persona, incluso de una que tiene una enfermedad que no le asegura muchas posibilidades de supervivencia.
Esta película es, por lo tanto, una película que te va a hacer llorar como una magdalena, pero al mismo tiempo reflexionar sobre lo poco que valoramos cosas tan simples como el contacto físico.

Es bonita, es honesta, algo diferente (aunque similar a Bajo la misma estrella), con un buen ritmo, fácil de ver, y fácil de soltar alguna lagrimilla.

· Cosas buenas: las actuaciones, sobre todo las protagonistas pero en general todos, son muy buenas, les viene al pelo el papel. Tiene buenos planos, o por lo menos buenas ideas que no se suelen ver en este tipo de películas de romance-comercial. Como ya dije, mantiene siempre un buen ritmo y en ningún momento se hace larga, bien ese guion. No es exorbitante ni hace cosas descabelladas, es honesta consigo mismo y no recurre al drama facilón, sin meterse en demasiados clichés a parte del "mejor amigo gay".

· Cosas malas: no deja de ser una película de amor comercial y da lo que los espectadores requieren. Tiene algún diálogo medio torpe y el primer giro me parece algo forzado.

Siempre he pensado que, como pasa con cualquier otro arte, ver una película es un proceso muy subjetivo en el que entran en juego muchos aspectos (estados de ánimo, situaciones y momentos personales recientes o pasados, gustos, preferencias etc..) de ahí que un mismo producto pueda dar lugar a infinitas interpretaciones y valoraciones. Pero para mí, el sabor final que te deja una película o una serie se resume, al 95%, en todo lo que consigue transmitirte. Y no hablo solo puramente de emociones, porque una película, o serie, también puede transmitirte aburrimiento, incredulidad, desconexión etc... Para mí, esa es la esencia, y creo que por eso "Five Feet Apart" me gusta tanto, por todo lo que es capaz de transmitirme.

Me gusta porque nos habla de una historia en la que desde el minuto uno ya eres partícipe, en la que todo está muy bien orquestrado para mantener el interés y conseguir la dosis de empatía necesaria que nos lleva a identificarnos con alguno de los personajes. Me gusta por Haley Lu, magnética y magnífica su interpretación, por como consigue transmitir todo el tsunami de emociones por el que pasa, ha pasado y tiene que pasar. Es imposible no adorarla. Me gusta porque es capaz de convertir la estancia en un lugar en el que nadie desea estar, en un entorno casi familiar en el que todo puede pasar. Me gusta porque habla de esperanza, de perseverancia y de ganas de vivir. Me gusta porque en muchos aspectos es incluso hasta didáctica, sirviendo también de altavoz de una enfermedad para muchos desconocida. Me gusta porque trata temas que podrían ser, a grandes rasgos, los pilares básicos de nuestra existencia: Vida, Tiempo y Muerte. Pero sobre todo me gusta porque pone en valor que, al final de todo, incluso en la peor de las situaciones, el amor, en todas sus vertientes, sigue siendo el motor único e inigualable que nos hace seguir hacia adelante y querer mirar con optimismo e ilusión lo que está por venir.

En resumen, es una historia que (al menos a mi), te atrapa de principio a fin, de la que no puedes escapar y que es muy dificil olvidar. Mención especial para la BSO. La canción de Andy Grammer es una joya, el momento "Wait" es genial (qué forma tan original de pedir una cita a alguien) pero es que la escena casi final con el "Anchor" de Novo Amor de fondo es algo que sigo sin poder quitarme de la cabeza.

Espero que con estas líneas haya sido capaz de transmitir, aunque solo sea en un pequeño porcentaje, todo lo que "Five Feet Apart" me transmitió y me sigue transmitiendo a mi. Como apunte final decir que, eso de que una imagen (en este caso varias a lo largo de toda la película) vale más que mil palabras aquí cobra todo el sentido del mundo. Y por cierto, haciendo uso de una de mis frases favoritas, eso de iniciar y finalizar la película con aquello de "Contacto humano...." es la mejor muestra de que todo depende de las circunstancias, y que no todo es igual para todo el mundo, en todo momento. Ni yo tampoco.

Adolescentes, amor y enfermedades. Una combinación que siempre da resultado, por lo menos en taquilla.
Los ejemplos más conocidos dentro del cine reciente son sin duda Bajo la misma estrella y Un paseo para recordar, esta última basada en una novela del rey absoluto de los romances y las enfermedades incurables, Nicholas Sparks. Ya si nos vamos más atrás, podríamos mencionar un auténtico clásico, Love Story, que lanzó las carreras de Ryan O'Neal y Ali MacGraw en los 70.
A dos metros de tí sigue al pie de la letra la fórmula: chica enferma conoce a chico enfermo y juntos se enfrentan a las dificultades de la vida y de sus enfermedades, enamorándose en el proceso, por supuesto. El resultado es aceptable para pasar el rato, pero poco más. Sí, el final resulta bonito y emotivo, sin duda (abusa del sentimentalismo, no obstante, pero eso es lo habitual en este tipo de cine), pero todo tiene un aire de telefilme y de ninguna elegancia que no ayuda a que se convierta en un producto memorable, y además falla en algo que hacía que las mencionadas películas de la introducción de este comentario subieran de nivel: una gran pareja protagonista. Haley Lu Richardson (¡Vaya nombre!) y Cole Sprouse hacen lo que pueden, y sería injusto decir que el suyo es un mal trabajo cuando ofrecen momentos bastante logrados (su última interacción juntos a través del cristal), pero sin duda no tienen la calidad como intérpretes de los mencionados MacGraw y O'Neal, de Shailene Woodley y Ansel Elgort en Bajo la misma estrella, o de Mandy Moore y Shane West en Un paseo para recordar.
En definitiva, una película aceptable, pasable, pero llena de tópicos e inferior a otras similares.