Haz click aquí para copiar la URL

La historia del último crisantemo

Drama. Romance En el Tokio de 1885, Kikunosuke Onoue, hijo de un prestigioso actor, descubre desolado que es aplaudido únicamente por ser el heredero de su padre y que, en realidad, el público se mofa de sus interpretaciones. La única persona que se atreve a ser sincera con él es Otoku, la niñera de los hijos de su hermano. Pero precisamente por ello es despedida, y a Kikunosuke le prohiben verla por temor a los rumores que se desatarían por su ... [+]
<< 1 2 3 4 5 6 >>
Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
7 de marzo de 2012
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aquí asistímos a la época dorada del cine Japones , los Kurosawa , Kobayashi , Ozu , etc y el que nos ocupa Kenji Mizoguchi. Creo que el cine japones de esta época ha sido la gran fuente donde los directores pos-clásicos han bebido hasta saciarse. Su forma de filmar seduce , es un cine sin altibajos y cargado de emoción , narrado con sencillez sin entramados laberínticos con una parsimonia narrativa que nos lleva a ver el cine de forma relajada pero a la vez despertando todos nuestros sentimientos y conseguir todo esto y de esta manera creo que sólo esta reservado para los grandes creadores.

Nuestra historia habla del amor , bueno es la historia del amor , la más bonita historia de amor y sobre todo del sacrificio por ese amor.....creo que nunca se filmó y se vio reflejado este sentimiento de manera más tangible en una pantalla . Nuestros protagonistas viven una relación condicionada por el pragmatismo de la sociedad japonesa del siglo XIX , en la cual los pensamientos y decisiones están basados en las consecuencias practicas de los mismos y no en los sentimientos que pudieran generar. Esta barrera es la que condiciona el amor de Otocu con Kikunosuke , él está obligado a elegir entre el amor o la vida acomodada que le proporciona una sociedad si sigue las reglas establecidas y ella a renunciar sin opciones a esta relación.

Decía Marcel Martín en su libro ' El lenguaje del cine ' que ' el nacimiento del cine como arte data del día en que los realizadores tuvieron la idea de desplazar el tomavistas durante una misma escena. ' Efectivamente , pienso que aquí se demuestra esta premisa , la cámara dejar de ser un testigo pasivo y pasa a la acción.

El maestro nos deleita con encuadres jugando con la profundidad de campo para crear un realismo dramático intenso , el fuera de cámara deja en pausa el ritmo y nuestra imaginación pasa a jugar un papel importante , los ángulos de toma en picado comprimen la moral de los individuos y los oscurecen ante las adversidades que atraviesan , los travellings suaves sin apenas percepción nos acerca más al realismo de las imágenes.

Todo este espectáculo técnico añadido con el narrativo hace que estemos ante una obra maestra que debemos de ver y sentir todos los cinéfilos para descubrir realmente el arte de hacer cine.
MIGUEL CR
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de abril de 2014
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el Tokyo de 1885, Kikunosuke Onoue, hijo de un importante actor, descubre, desolado, que es aplaudido únicamente por ser el heredero de su padre y que, en realidad, el público se mofa de sus interpretaciones. La única persona que se atreve a ser sincera con él es Otoku, la niñera de los hijos de su hermano. pero precisamente por ello es despedida, y a Kikunosuke le prohiben verla por temor a los rumores que se desatarían por su relación con una sirvienta.

Historia de los crisantemos tardíos, es un exquisito y conmovedor melodrama que es generalmente considerada como la mejor película que Mizoguchi hizo antes de la Segunda Guerra Mundial. Ejemplificando el creciente interés del director en temas sociales contemporáneos.

Ambientada en el Japón del periodo Meiji de finales del siglo 19, al igual que muchas de las películas de Mizoguchi, la "historia de los crisantemos tardíos" abarca temas que son fundamentales para el trabajo del director, la opresión de las mujeres por las convenciones sociales en una sociedad masculina, orientada en la imposibilidad de trascender la propia clase en la sociedad, y la nobleza intrínseca de las mujeres en relación con el egoísmo y la vanidad de los hombres. La historia es familiar, de un amor frustrado por una conspiración de trágicas circunstancias, pero Mizoguchi maneja el film con tanta delicadeza que nadie que vea la película se puede dejar de conmover por la misma. Artísticamente, la película se desarrolla las técnicas que se habían convertido en la firma de Mizoguchi a mediados de la década de 1930, principalmente escudado en el uso de su largas secuencias, movimientos de cámara, enfoque profundo y objetivo gran angular de la fotografía, logrando con ello un mayor grado de armonía y expresión.

Cuando conocemos a los dos personajes principales de esta película, el actor y celebridad Kikunosuke y la nodriza Otoku, nos damos cuenta de que pertenecen claramente a diferentes ámbitos sociales, dando lugar a la ironía central de la película y a la duda que se genera en torno de Kikunosuke y Otoku, quienes tienen que tomar unas decisiones arriesgadas que los acompañaran el resto de su vida. Tan intenso es su amor por Kikunosuke que Otoku voluntariamente se sacrifica para que pueda tener éxito en su profesión. Una vez Kikunosuke logra el éxito, ella sabe que nunca podrá pertenecer a su mundo, hecho que da pie a un mar de dudas.
rmarting
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de marzo de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso como ciertas obras en la historia del cine (aun siendo maestras) son virtualmente desconocidas al público cinefilo, incluso para algunos críticos, como esta "Zangiku monogatari" de el brillante director japonés.

Nos encontramos ante una de esas obras atemporales, diferentes, este filme define la inspiración del nuevo cine que surgió al final de los años 30, pero claro, todo el mundo habla de Renoir y de Welles como los pioneros del cine de los 40, pero no muchos críticos se acuerdan de Mizoguchi y la obra que nos concierne, su primera obra maestra absoluta, que precede incluso a Ciudadano Kane y La Regla del Juego, en la utilización de la profundidad de campo, o al menos empezando a hacerlo con éxito.

Es posible que, quitando una de Ozu, sea la primera obra maestra absoluta del cine japonés en su historia, ahí es nada, buscar en FA la década y veréis como es así.

Mizoguchi ya comienza a experimentar con varios conceptos, es una película radicalmente experimental para su época, desde ese profundidad de campo a, sobretodo, los eternos planos secuencia, que antes de esta obra jamás se habían utilizado de esta manera y con tanto rigor. Hablamos de que literalmente se inventa la manera de grabar una película utilizando solo planos secuencia casi en su totalidad y sin primeros planos, y muchos que duran varios minutos además de crear clima, la puesta en escena es envolvente, demostrando un despliegue técnico, un virtuosismo sin precedentes para 1939.

Y esta magistral demostración de planos secuencia ya predijo 30 años atrás, el nuevo cine contemporáneo de los años 60 y 70, donde aquella manera de grabar casi toda una película en planos secuencias se puso de moda entre autores, sobretodo europeos o rusos, como Tarkovsky, que fue uno de sus mayores admiradores del japonés.

Pero no hay que olvidarse de la historia, pues los hallazgos de esta joya universal no solo son puramente estéticos. Se nos cuenta una historia de amor de pareja y pasión por el oficio. Una historia de dolor, de una sociedad cerrada a la que Mizoguchi se dedicó a criticar durante toda su filmografia, una sociedad que no concebía el matrimonio de dos personas que fuesen de clases sociales diferentes.

Y esto es lo que hay aquí en "Historia del último crisantemo". Un joven, actor, que quiere progresar en su oficio pero que la única inspiración, lo que le ayuda a seguir, es la humilde criada Otoku, la necesita, pero se encuentran ante obstáculos... La historia da varios pequeños giros pero termina de una manera poética, dolorosa pero preciosa. Es uno de los finales más hermosos y a la vez tristes que recuerdo.

Si acaban de conocer a Mizoguchi, uno de los más grandes de la historia del cine, no esperen ni un minuto más para adentrarse en esta obra, para mi su obra más atrevida, experimental y sorprendente, aunque no sea de sus tres más famosas.

La hermosura del filme es indefinible.

10
javinry
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
24 de marzo de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sinfonía del amor y el arte desde la cercanía y la grandeza del humano, hay que saber reconocer tal regalo desde su base moral, la reputación y el talento son el interés y el rechazo, una disputa grabada con firmeza y franqueza, y con crueldad e intimidad, los halagos y la crítica desde la timidez, el vacío de la soledad y la confianza de la pareja, el valor para saber inspirar, la modestia como camino único hacia la fama y el sufrimiento como estima universal, el deseo y el daño, el sentido común de la dignidad y la vergüenza, encontrar el futuro próspero depende de cada persona, partir desde cero en una odisea de lucha y ánimos, de humildad y orgullo, y del amor como necesidad.

La miseria existencial coloca a la voluntad como límite vital de una carrera artística donde se madura desde la dificultad extrema, sólo así la vida enriquece el alma y una persona se convierte en un actor de verdadera calidad, el desarrollo genera una incertidumbre brutal hacia la perdición con el sueño de caminar con la cabeza alta y la recompensa del éxito que por otro lado supone el dilema central, el aplauso o el amor, un futuro teatral sin ella, el método de la felicidad conlleva un sacrificio quizás ilógico, pero es el sendero por el que Mizoguchi, este grandísimo artista, explora el alma de sus personajes, pudo haber sido una obra mucho más trágica, pero el espectador de buen paladar encuentra la comprensión porque siente que su espíritu quedó alimentado.
stikma
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
26 de octubre de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El que observa desde fuera sabe más que el que solo realiza la tarea que no se entera, de la misa la media, de nada, tararea. El crítico duro es el más justo al principio en el aparente triunfo y el más comprensivo o distanciado/distraído en el fracaso a nadie miro.
El éxito artístico, o cualquier otro, es noventa por ciento relaciones sociales, nombre, enchufe, mamoneo y diez por ciento de esfuerzo o talento, corroboro.
Para que a alguien le vaya bien en la vida es necesario que a otro le puteen se sacrifique, no da para todos, el principio de arquímedes, somos muy escasos, o (lo) uno u (lo) otro, la decisión de Sophie o del maestro armero.
Melodrama bien hecho aunque un tanto plano. Rodado con elegancia y esmero pero con un guion artificioso, preparado, muy conducido, de tesis más que de natural desarrollo.
La exaltación de la renuncia (cristiana o nipona son hermanas primas gemelas las cabronas), de la penalidad, de la negación, de la no vida (es decir, de la muerte), de la no rebeldía, de la asunción de cómo son las cosas y las clases y todo, celebración de la precariedad y el abandono, pasiva agresiva, agonía opresiva.
Es el cantar de gesta de una santa laica, algo que por tanto no me pirra se me indigesta se me atraganta te pongas como te pongas, mía amiga. No comulgo mucho con este acabose apocalipsis relamido tormentoso, viciadas ruedas de molino o potro de calvario tortuoso, prefiero algo más leve plácido tenue medio, ni tanto ni tan calvo, no esta sangría doliente sacrificial ritual. Estamos de acuerdo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 6 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow