La vuelta al mundo en 80 días

No es una película que hoy en día sea muy recordada, tampoco es una película demasiado apreciada, de hecho allá donde uno lo mire tiene bajas notas, pero sí que es cierto que al final se trata de una comedia que busca ser familiar, utilizar un poco aquel humor de antaño casi de los años 20 donde mandaba el slapstik, es decir los golpes, tropiezos y todo tipo de ridículos corporales para buscar la risa fácil.

Todo ello acompañado por diferentes escenas de acción de artes marciales tan exóticas como un poco ridículas, salvo en algunas escenas cuando los personajes llegan a China.

Me imagino que ya todo el mundo conoce la historia de la vuelta al mundo en 80 días, aquí obviamente hay algunas variantes, pero la base es un inventor, en este caso, que se llama Phileas Fogg que se juega mediante una apuesta o bien tener un cargo de ministro de ciencias o bien perder todo cuanto ama, que es su trabajo y su pasión de inventar para ayudar a avanzar a la humanidad.

Una vez aquí todo es un sin fin de momentos cómicos en los diferentes destinos que visitan a lo largo de la película, solo que hay un poco de romance, también se nota ese rasgo de cine familiar porque impera la amistad y momentos muy previsibles, pero también bonitos a la vez que no para de aplicar una comedia, que no llega a hacer reír demasiado, pero sí que puede entretener.

Otra cosa que mola es que incluso incluye a algún que otro personaje histórico, debido a que se trata de una película de época, de hace ya más de 150 años, por lo que no había aviones ni el mundo funcionaba como funciona hoy.

Para terminar, sí que debo decir que entiendo que no sea muy valorada, pero tampoco me parece como para decir que es mala, ya que tiene muy pocas pretensiones y solo busca dar alguna risa y entretener con diferentes escenas de a lo serie B casi como en las famosísimas películas de Bruce Lee, por lo que le veo cierto encanto al intentar entretener como se hacía tanto en el cine mudo de la época de Chaplin y Buster Keaton, como también con las películas de los años 60 de artes marciales.

En definitiva, se puede ver sin ningún problema, y aunque no sea la gran cosa, tampoco está mal ver algo que te puede entretener un rato sin necesidad de aportar complejidad argumental.

La película me encantó. Es muy divertida y entretenida; la verdad no me canso de verla. Simplemente quedé fascinada con ésta película, es mi favorita. Muy buena.

Me considero un gran amante del séptimo arte pero hay directores de cine que parecen hacer todo lo posible para destruir los grandes clásicos tanto de la literatura y del cine faltando al respeto a los dos.

Me gusta ver todo tipo de géneros desde películas serias hasta películas que te hagan pasar un buen rato pero esto ha sido demasiado, el resultado ha sido una película barata donde uno no sabe que es lo que pretende contar el director, si adaptar la novela de Verne o quizás mejorar las dos adaptaciones anteriores, pero lo que si que sé es que ha salido una película tonta, con humor barato para un público fácil y sin muchas ganas de pensar.

La película empieza de tal manera que parece ser prometedora y con la intención de poder pasar un rato agradable (pues hay muchas películas hechas con ese fin) pero después de quince minutos te das cuenta de que es una americanada, como he leído en otra crítica anterior, ha sido perder dos horas de mi vida.

Lo mejor es que uno coja el libro y pueda imaginarse el maravilloso mundo que Verne nos propone dejando atrás esta comedia o quizá farsa sobre el gran clásico.

Señores ni se molesten en verla.

Aquí el problema reside en como justificar la baja puntuación. Mala con alevosia. Un insulto al espectador. Sólo apta para niños de siete años (tal como dijo Walter). Entonces, de tamaña negligencia ¿Cómo es posible darle un dos?. Bien, un uno se lo lleva Steve Coogan, que ha de contrarestar el cero que saca Chan. Y el otro se lo lleva el director de montaje, que intenta desesperadamente sacarle partido al desbarajuste narrativo del guión adaptado. Perdonales Julio Verne porque no tienen ni pajorera idea.

Phileas Fogg es un caballero inglés que es arrastrado al desafío de dar la vuelta al mundo en 80 días. Parece improbable que este personaje, el cual nunca ha salido de su tierra, sea capaz de desenvolverse en los distintos países que deben cruzar. Por suerte tiene la inestimable ayuda de su criado Passepartout.
No es la primera vez ni la última que una película de Julio Verne será llevada a la gran pantalla. En esta ocasión lo que tenemos es una adaptación muy libre de su novela La vuelta al mundo en 80 días. Pues aunque mantiene los nombres y la premisa de poner a Phileas Fogg en una apretada apuesta por dar la vuelta al mundo en 80 días, trastocará la historia. Convirtiéndola en un vehículo para el lucimiento de Jackie Chan, en detrimento del papel de Phileas Fogg.
La película trata de ser una cinta de aventuras muy a la antigua usanza, con diversión y risas para todas las edades. El peligro de tener una historia tan conocida y cambiarla es que el resultado no funcione. Hay que reconocer el buen trabajo de Jackie Chan, pues con sus cómicas acrobacias salva en bastantes ocasiones la escena convirtiéndola de lenta a soportable. Por desgracia también es el responsable de generar el problema que plaga la película, porque al girar en gran medida la historia alrededor suyo, trastocamos el desarrollo, haciendo que sea casi más importante llegar a China que volver a Inglaterra. Esto es claramente un error, fallo del guión que solo enturbia la historia, entorpeciéndola para el espectador.
El director quería contar un relato distinto, lástima que en muchas ocasiones sus planteamientos no funcionen. La verdad es que te pasas mucho tiempo esperando que la película mejore, pero esas expectativas no llegan a cuajar, porque aunque divertida, la cinta tiene poco que ofrecer. Cuenta con una clara orientación de producto Disney o más claramente para críos, pero en su conjunto las escenas suelen ser demasiado torpes hasta para fascinar a niños.
Los personajes han sido cambiados para acoplar a Jackie Chan, haciendo que el antes seguro y valiente Phileas Fogg, ahora sea un vacilante y patoso inventor. Siendo Passepartout ahora el firme y decidido. Al menos la interpretación de Steve Coogan es correcta, aunque su personaje ha sido convertido hasta dar pena. Jackie Chan, aun con su edad, muestra que todavía está en forma. No decepcionará a quien vea la película por sus movimientos y acrobacias. Encontraremos cameos con los que se trata de añadir color y salvar la cinta como los de los hermanos Wilson, Arnold Schwarzenegger o Rob Schneider. Solo lo consiguen a medias, pues poco se puede hacer cuando tienes escasamente unos momentos en pantalla.
La película no es un completo fracaso, aunque en la taquilla sí lo fue. Es demasiado infantil para que un adulto la pueda disfrutar, aunque si desconectas parte de tú cerebro es medianamente soportable y hasta puede que te consiga hacer reír un par de veces.