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Beasts of No Nation

Drama. Bélico En plena guerra civil de un país africano, el pequeño Agu (Abraham Attah), separado de su madre, pierde al resto de si familia y se convierte en un niño soldado, manipulado por un temible señor de la guerra, el Comandante (Idris Elba), que le enseñará a matar y le instruirá en los caminos de la guerra. (FILMAFFINITY)
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Críticas 71
Críticas ordenadas por utilidad
17 de octubre de 2015
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil describir la variedad de sensaciones que uno obtiene al finalizar el visionado de este filme. Las muestras de inhumanidad, barbarie y falta de esperanza son captadas a la perfección por una cámara que parece hasta sufrir ella misma de lo que está grabando.

Cary Fukunaga ha demostrado tener un talento fuera de lo común, un aire fresco a una industria siempre ávida de nuevas formas de hacer arte. Su fotografía, el uso de los planos y su introspección en los personajes se acerca a niveles de obra maestra. Lo demostró con creces en True Detective y ahora lo ha sabido llevar más allá en una película sobre un tema controvertido y ,sobre todo, muy duro de visualizar.

Desde nuestro sillón comprobamos como la vida es tan distinta a sólo unos miles de kilómetros de distancia. De cómo la sinrazón de unos pocos, modifican el destino de personas buenas, valientes, héroes de verdad. La angustia que siente Agu, el protagonista, ante estos trágicos sucesos, es traspasada al espectador cuando el pobre joven se encuentra perdido en esa selva. El director capta de forma magnífica la desesperación y por otro lado, el instinto de supervivencia, no sólo literal, si no emocional. De como el ser humano necesita seguir pese haber sufrido lo dolorosamente inconcebible.

Ese es sólo un ejemplo de cambios drásticos en la vida de nuestro joven protagonista que se darán a lo largo de la película. Es esa visión desde dentro la que hace a esta película especial. La que nos da duros golpes al sentir desde una perspectiva más cercana el sufrimiento que el protagonista y alguno de sus entrañables compañeros de viaje como el inolvidable 'Strika'. Como si nos estuviese pasando a nosotros mismos y ese viaje hacia el abismo nos arrastrase con ellos. De como la patología de ese mismo Strika, que se ha quedado sin habla, cobra todo el sentido al sufrir en sus carnes el atropello a su vida. Pero que a pesar de todo, aún mantiene la ternura necesaria para consolar a su compañero tras todas las atrocidades y durísimos momentos.

Podría dar muchos más ejemplos de escenas magistrales a lo largo de la película pero no se trata de citar puntuales momentos. Es todo un conjunto, una atmósfera aterradora que por desgracia no es tan ficción como debería ser. Esperemos que esta pequeña pieza sirva también para que la gente tome más conciencia de las pesadillas cometidas en lo que fue la cuna de la humanidad y que los gobiernos de occidente dediquen más presupuesto a ayudar y aliviar tanta desgracia.

En definitiva, estamos ante una de las mejores películas del año. Un golpe en la mesa de un director que empieza a consolidarse como uno de los mejores talentos de esta era, con méritos propios. También, destacar las actuaciones. Increíble puesta en escena del debutante Abraham Attah, muy creíble en su papel, y por supuesto un gran actor como Idris Elba que no deja de dejarnos actuaciones sobresalientes. Y por último, una muestra de producir cine diferente, con un formato más absequible que puede convertirse en tendencia en los tiempos que vienen. Una buena noticia para todos, ya que pienso que tanto este formato como el tradicional son compatibles.
Nesinho
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29 de octubre de 2015
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película ahonda en el drama de los niños soldado en las múltiples guerras que hay en África. Aunque es cruda, no lo es tanto como la propia realidad. Aquí los abusos sexuales a los niños pasan de soslayo, y no hay niñas soldado, las más perjudicadas. Y el protagonista se convierte en soldado porque se queda solo, y no por ser robado a su familia, o peor aún, obligado a matar a sus propios padres.

La película no trata el verdadero fondo de la cuestión: los grandes capitales, las grandes multinacionales, son las que provocan el conflicto y financian a ambos grupos para que se maten entre sí y provoquen el caos. Mientras éste dure, ellos pueden hacer y deshacer a su antojo, explotar los recursos naturales sin que nadie se preocupe por lo que están haciendo y explotar a la población.

En cualquier caso, es una película recomendable para aquellos que se están quejando continuamente de problemas vanales del primer mundo.
echulin
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3 de febrero de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mejor acierto de la película es la descontextualización del escenario, bajo mi punto de vista es lo de menos encontrarnos en la frontera de Nigeria con Benín o en alguna de las Guineas, el director quiere que nos quede claro que es en África donde tiene lugar una historia que es puro horror. Si le robas la infancia a un niño se lo robas todo, eso también está muy claro, por ello encuentro un acierto el desarrollo de la primera parte, que sirve para que hagamos más nuestro el personaje principal: ese niño con familia, hermanos y amigos con los que juega, sonríe y disfruta con lo que tiene alrededor de su infancia. La guerra queda lejos de su poblado, aunque todos sabemos que llegará con todas las formas de crueldad posibles...

¿Es posible distanciarse y no participar de esa infamia?; otro acierto, mal que nos sepa, puesto que si la guerra es perra aquí lo es más, cuando dan igual las siglas por las que luchas, da igual el enemigo, porque son niños manipulados, sodomizados, drogados, son niños los que mueren en la selva, pegan tiros y sufren las consecuencias de una guerra cuando deberían estar jugando con televisiones imaginarias...

Por eso da igual qué país es, el drama es el drama con independencia de las fronteras. Todo está ejecutado por los mismos intereses, matarse para que los beneficios se repartan entre quienes no se manchan las manos de sangre. Las últimas escenas en esos campos embarrados buscando oro o diamantes, cualquier tipo de riqueza mineral, son muy explicativas: es eso lo que cuenta, es lo que valen y lo que busca la potencia extranjera (ese oriental que es recibido antes que el comandante por el jefe supremo lo dice todo) sin escrúpulo alguno por la devastación de la población.

Se puede decir más, pero lo importante es que es una película que necesariamente abraza la crueldad, de otra manera no podría ser, y que lamentablemente es algo que seguirá sucediendo mientras el ser humano siga siendo como es.
Luisito
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18 de octubre de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionantes interpretaciones de todos, tanto del niño, sencillamente impresionante, como de Idris Elba. Buenas escenas de acción (aunque aquí son lo de menos), y sobretodo un gran guión de principio a fin. Quizás echo en falta algo de carga dramática. No es que no la tenga, pero no hay una sola escena en la que te haga llorar, y eso es algo que hacía falta en una historia así.

No paramos de criticar todo lo malo que tenemos en nuestro país o en nuestras vidas. Que si la puñetera crisis, que si los bancos, que si los políticos, que si terrorismo, que si corrupción...Pero cuando uno ve lo que hay en otros países, no podemos más que sentirnos inmensamente afortunados por tener tan solo esos males y no otros aún peores. Allí los niños juegan con balones de cuero viejo que no pueden ir raso porque, del mal estado que están, no paran de saltar, o juegan con televisores imaginarios. Mientras que aquí cualquier niño tiene ya a en sus manos los móviles más avanzados que le permiten acceder a cualquier tipo de información, o las consolas más avanzadas con juegos que parecen películas. Y si los comparas, los de allí seguro que son más felices. Eso cuando tienen una vida relativamente normal para donde viven. Porque también dependen de factores externos como la guerra. Y es entonces cuando perderán toda su inocencia e ingenuidad y verán desde primera fila los más crueles actos que puede protagonizar ser humano. Al principio se quedan embobados porque no pueden entender tanta maldad, hasta que les hacen partícipes de ella, haciéndoles creer que son héroes y que lo que hacen es por su familia y por su país. Así, envalentonados, se creerán tan fuertes como el que más, y serán más fieles que nadie porque la poca ingenuidad que les queda, no les dejan ver que están a las órdenes de unos monstruos.

Esos monstruos no se dan cuenta de que sin niños que tengan una infancia normal, su pueblo se quedará sin alma.
ariakan
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18 de octubre de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reiteradas veces se ha dicho que el cine es una experimentación de ingenio y mezcla. Aquí se obtiene una apabullante historia tomando en cuenta el argumento de Masacre: Ven y mira (película rusa), el impacto visual de “Apocalypse Now” y la voz ‘en off’ de las películas de Terrence Malick. Todo para reconstruir el psique dañado de alguien que se ve envuelto en la devastadora guerra.
En algún lugar de África, la guerra civil cubre el territorio donde se desenvuelve la trama. El ejército del gobierno y los rebeldes armados se cruzan devastando pequeños pueblos en una búsqueda incesante por el poder. Ahí es donde habita Agu (Abraham Attah), niño que pierde a su familia y es capturado por un grupo revolucionario, donde cambia para unirse a ellos en la guerra.
Fukunaga es un director que poco a poco se hace su propio espacio en el medio. Dos títulos como “Sin nombre” y “Jane Eyre”, además de la exitosa primera temporada de “True Detective”, corren en su historial. Aquí se hace cargo también del guion adaptado para mostrar no solamente el contexto que se viven en varias naciones de África, sino también el descenso psicológico de su protagonista y una clara crítica a la figura de la autoridad y la religión.
Abraham deja atónito a cualquiera en su caracterización de Agu, fiel y realista de lo que se puede ser en un conflicto armado. Esto se logra por su interpretación y por un excelente recurso muy bien empleado, como lo es la voz de su propia mente que se escucha en momentos clave. A su vez, Idris Elba luce impresionante como el demonio que lidera el grupo, como un predicador con una voz llena de súbitas, pero sutiles, palabras a su beneficio.
Por último, hay dos elementos empleados con gran profesionalismo: la fotografía y la música. La cámara prodigiosa de Fukunaga trabaja en armonía con una amplia gama de colores que van acomodándose a los sentimientos de Agu. Y para cada escena impactante, se debe adjudicar el logro a la gran música de ambientación creada para el filme.
Se percibe que el viaje siempre fue dentro de la cabeza de su protagonista, a pesar de estar siempre viendo el exterior de los combates. Al igual que la película rusa, y como dice Agu en una línea, después de la guerra ya no podrá hacer cosas de niño… sin embargo, queda una luz de esperanza en los últimos minutos del filme.
Calificación: 10 (Gran película)
Mr Baggins
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