Beasts of No Nation

"Nuestro país está en guerra y ya no hay más escuela. Así que vamos a tener que encontrar maneras de mantenernos ocupados".

El aclamado director de la primera temporada de True Detective ofrece un notable despliegue visual donde muestra sobradamente su talento como realizador.

Ahora, el arte, a diferencia del entretenimiento, se nutre de ideas. Y aquí el entretenimiento apabulla pero las ideas nublan.

Un Fukunaga que se mueve entre el apocalipsis relatado desde los ojos de un niño, como en la demoledora "Come and See" (1985), ven y acompañame a ver la masacre; y los inquietos planos donde se invita al espectador a tener el mando. Al final no sabemos por donde acercarnos a aquel mundo prácticamente destruido por la anarquía y la crueldad. La pesadilla o el vídeojuego.

La cálida fotografía le pone color a un mundo donde reina la gélida muerte. El ritual de iniciación, el ritual de guerra, la invasión que arrasa todo a su paso, la violencia transformada en acción que entretiene, te mantiene pegado al asiento. En todo destaca la maestría fílmica de su creador.

El relato es previsible. Sabemos lo que va a pasar antes de que pase. El horror no sorprende, incluso se aguarda con tal expectativa que el morbo aplaude. La violencia gratuita aparece en escena, el barro y la sangre pierden significado, la tristeza se pone al servicio del show. La voz en off intenta sobreexplicar lo que debería ser evidente, intentando conmover en una forzada apuesta poética. Tropezamos con palabras que suenan artificiales donde las imágenes deberían hablar por si mismas. Se subestima la imaginación y el entendimiento de quien mira y escucha.

Un desarrollo plano de personajes, sólo el brutal Comandante alcanza cotas de profundidad en su arco hacia el desenlace del film. El niño se desarma entre la inocencia destruida, el viejo prematuro, el filósofo desolado.

Así pasó la guerra en la nación sin nombre, un show de crudeza y muerte que se nos hace muy lejano, demasiado. Otro fiesta a la cual asistir, otro tristeza a la que acostumbrarse. Y el arte es producto, tan envolvente y digerible a la vez, tragar y escupir, sin espantarse, hay que pasar las horas.

Y los niños necesitan ocupar su tiempo; intentan conseguir dinero vendiendo televisión imaginaria, el nuevo entretenimiento. Fuimos advertidos. Buena, más no imprescindible.

Beasts of No Nation es lo nuevo del director de True Detective, Cary Joji Fukunaga, y viene cargada de un montón de sorpresas, pues inesperadamente, se convierte en una de las mejores películas estrenadas este año.

La película nos sitúa en la África más contemporánea para relatarnos una historia bélica por la lucha y el control de una región, y lo hace desde la perspectiva de Agu, un niño que como tantos otros se ve obligado a alistarse en alguno de los bandos para poder sobrevivir.

Hasta ahora no había tenido la oportunidad de encontrar una película en la que tratase el tema de los niños soldado, por lo que ha sido una sorpresa bastante agradable encontrarme de lleno con este film, que sin lugar a dudas me ha dejado más que satisfecho por varias razones:

En primer lugar trata el tema con bastante acierto porque representa sin tapujos la violencia de la guerra (sin excederse) y lo hace además añadiéndole una carga poética a la historia con una voz en off que nos conmueve, y unos planos fotográficos que se encargan de representar las cosas con belleza, a lo que ayuda también una fabulosa localización africana. En segundo lugar el guión es lo suficientemente atractivo como para quedarte enganchado durante las más de dos horas que dura la proyección. Se nos va mostrando una progresión en el protagonista que va, como no, desde la más insensata ingenuidad típica de un niño, hasta convertirse en un hombre frío pero que aun sigue padeciendo por los demás. Y por último porque las actuaciones del reparto son sobresalientes, sobre todo Abraham Attah (Agu) y un formidable Idris Elba, que parece haber nacido para este papel, y que se convierte en claro candidato al Oscar.

Pero tampoco vamos a decir que la película es perfecta, aunque es la sensación que me ha dejado, porque falla en varios puntos. Le falta una banda sonora más potente, y eso en momentos dramáticos se puede dejar notar más. También le falta un toque para intentar terminar con el espectador desbordado y llorando por lo que esta viendo, aunque en muchas ocasiones la moderación es resulta ser un aliciente.

En conclusión, he terminado de ver la película y me he quedado encantado, hasta ahora es la mejor película de lo que va de 2015, por lo que para mí seria un pecado no incluir la película en alguna categoria de los premios de la Academia. Beasts of No Nation es una película obligatoria, sobre todo para aquellos que les guste el cine bélico y realista.

Le tenía muchas ganas a esta película debido a sus excelentes críticas y me llamaba mucho la atención por la historia que contaba. Un tema tan duro como el de los niños en la guerra, niños soldado que sin escrúpulos hacen lo que sea con tal de poder mantenerse con vida a causa de un malvado líder, sí, ese Idris Elba que de antagonista logra uno de sus mejores papeles y que le puede dar premios este año, aunque quizás me he adelantado pero no lo doy por perdido. Abraham Attah al igual que Barkhad Abdi en Capitán Phillips, me parecen futuras promesas del cine que espero que no queden estancadas en simples proyectos. Ambos lograron fascinantes interpretaciones, aún más me parece actor revelación el joven Attah por lo que afronta y siente a lo largo de la cinta. Escenas muy duras y crueles que se quedan en la retina y memoria del espectador. Quizás como muchos ya han dicho, le sobran unos quince o veinte minutos de metraje que en ciertos espacios gratuitos de la trama logran bajar un pelín el ritmo pero en líneas generales la película entretiene y mantiene en tensión. La música quizás no destaca demasiado aunque haya algún momento en que luzca bien cosa que sí lo hace la fotografía con unos colores muy ajustados a cada momentos y enfoques bastante interesantes.
En definitiva, Bestias de ninguna nación, es que al parecer la doblan pero no traducen el título, es una gran película que espero que en los oscar logre algún hueco al menos en cuanto a interpretación y dirección se refiere. Impagable su plano secuencia.

Probablemente el primer producto con el que me animé cuando Netflix entró en casa fue la película Beasts of no Nation. Primero porque me la recomendaba, y segundo porque salía Idris Elba.

De qué va? Beasts of no Nation es una película que nos cuenta la historia de Agu, un chico que vive con su familia en un pueblo cualquiera de África cuando un buen día la guerra llega a su aldea.

No diré qué sucede allí, pero el resultado es que Agu acaba vagando sólo por la jungla, donde le encuentra uno de los jefes de la guerrilla, que le proporciona un arma y le convierte en un niño soldado.


Y eso es lo que nos encontraremos, la historia de cómo un chaval cualquiera puede encontrarse siendo un soldado en una guerra que ni le va ni le viene y qué supone para su vida entrar en un conflicto armado.

Es una película muy dura de ver, no porque esté mal rodada, sino porque trata un tema bastante sensible y lo hace con toda la crudeza necesaria (nunca gratuita). Una de esas películas que te remueve las tripas tanto por lo que te cuenta como por alguna de las escenas que ves mientras te lo cuenta.

En lo formal tenemos una película muy bien rodada, a veces cercana a un falso documental pero sin descuidar nunca ni la fotografía ni la iluminación. Es de esas películas que entran por la retina gracias a sus colores, pero luego acaban en el estómago por su desarrollo.

Los actores están muy bien, aunque hay que reconocer que salvo el niño protagonista e Idris Elba ninguno de los demás personajes tiene un papel demasiado complicado (realmente parecen extras contratados allí mismo en la jungla). Pero éstos dos hacen un trabajo increíblemente convincente, el primero como niño que va evolucionando según transcurre la película y el segundo como caudillo de la guerra.

Parece mentira que tenga que ser un canal de video bajo demanda el que produzca ésta película, un auténtico peliculón que da en ocasiones la impresión más de documental que de película, tal es realismo que se alcanza en muchas de las escenas y personajes. Netflix se apunta un tanto con ésta producción propia de calidad, de esas que vale la pena ver y que van justificando una tras otra el pago de una cuota mensual.

Resumiendo. Una muy buena película de la mano de Netflix, que sirve tanto como buen producto cinematográfico como de película denuncia de una problemática que sigue muy vigente y contra la que se hace realmente poco.

Y repito que es una película no apta para todos los públicos, que uno cuando se acerca a ella debe estar preparado para que le den una patada en el estómago y para ver sufrir a niños; pero es lo que está sucediendo en la vida real, y ese es el problema que tan bien retrata Beasts of no Nation. Así que ya sabéis: si creéis que no es vuestro tema, no la veáis.

Una joya se mire por donde se mire. Una de esas obras que se graban en la memoria del espectador y dejan una sensación de haber invertido el tiempo del visionado.

En esta película no hay banderas, solo sabes que es una región de África que tristemente puede ser cualquiera. Una constante de guerras de guerrillas donde los niños soldados son el pan de cada día.
Con escenas crudas y conmovedoras nos llevan de la mano de Agu, un niño que era feliz pero se ve metido a soldado. Y es esto un detalle primordial ya que a pesar de mostrarnos el crudo retrato de su cambio, en el fondo sigue siendo un niño.

Pese a ciertos guiños a países extranjeros "aliados" de los señores de la guerra o a la actitud de la ONU, no señala a nadie para ponerlo como malo. Es más un retrato de una realidad latente, no una realidad pasada como las guerras mundiales o realidades alternativas en otros mundos.

Lo que quita algo de brillo es quizá un duración algo larga aunque no se nota y un final demasiado poético para un relato tan crudo.

Y por último decir que Idris Elba está soberbio.