Maniaco (Maniac)

"Maniac" es un "slasher" extremadamente brutal, pero no comparto las críticas que hacían las feministas en su época hacia esta película, porque el protagonista no sólo mata a mujeres sino también a hombres. Este largometraje no es únicamente una sucesión de asesinatos, sino también un retrato de un enfermo mental que es víctima y verdugo a la vez (fue maltratado por su madre, con la que habla de vez en cuando, aunque esté muerta, y de la que tiene un gran retrato iluminado por velas) y que mata a todo lo que representa sexo y erotismo, como muestras de una degradación moral de la que también forma parte toda la ciudad de Nueva York. Además, es una reflexión sobre la belleza: Joe Spinell trata de crear mujeres bellas a su manera, aderezando los maniquíes femeninos de su casa con las cabelleras que arranca a sus víctimas femeninas: Es una belleza enfermiza, que contrasta con la belleza de Caroline Munro, y sus fotos de moda.

Terminando de ver “Maniac” (1980) de William Lustig con Joe Spinell, Caroline Munro, Abigail Clayton, Kelly Piper, Rita Montone, Tom Savini, entre otros. Película de terror, sobre un psicópata asesino esquizoide, que mata a mujeres para después cortarles la cabellera, y colocárselas a sus maniquíes, como venganza hacía un pasado marcado por abusos maternos. El relato es un juego macabro y gamberro, de perversidad sin límites, donde la brillantez reside en lo mucho que se hizo con poco dinero, pues contó con un presupuesto ajustado de $350.000, y recaudó $10,000.000 Pero también “Maniac” es que es una película diferente, cruel y directa; de psicología complicada, e imágenes de escabrosidad y sordidez innegables, donde técnicamente se muestra la suciedad de la ciudad, como mundo externo de una suciedad psicológica del asesino que campa a sus anchas, con total impunidad, pues no hay policías, ni investigaciones de las matanzas, salvo la publicidad mediática recibida en los periódicos que venden el morbo. Como dato, muchas escenas tuvieron que ser filmadas en estilo “guerrilla”, porque la producción no podía pagar permisos. De todas las escenas, la más famosa es la secuencia del escopetazo, rodada en apenas una hora, donde Tom Savini, que se desempeñaba como “maquillador de la película”, fue grandioso y es de gran calidad debido al poco presupuesto con el que podía contar; y debido a que solo tendrían una oportunidad de filmar la escena, el mismo Savini decidió que él debería ser el que apriete el gatillo; y dijo que se “sentía un poco raro dispararle a un muñeco con su cara”; y para abaratar costes de producción, el astuto director contrató a actrices porno, muchas de las asesinadas son estrellas del cine “X Underground” como Abigail Clayton, que fueron contratadas para interpretar a las víctimas y otros papeles femeninos menores. Pero en el fondo, la historia no es del todo original, pues el modus operandi es el mismo en muchos filmes del género, que también podría basarse en hechos reales como la infame secuencia donde Frank asesina a una pareja, que recuerda los asesinatos del “Hijo de Sam”, cometidos por David Berkowitz; o bien la escena de apertura en la playa, es clara inspiración de la escena de apertura de “JAWS” (1975), desde el punto de vista del tiburón; y en general de “Psycho” (1960), donde tanto Norman Bates como Frank Zito oyen voces, fueron abusados por su madre, y se basan en el asesino en serie de la vida real Ed Gein. Del reparto, el emparejamiento de Joe Spinell y Caroline Munro como amantes, tiene una calidad definida en “La Bella y La Bestia”, pero no es del todo increíble. Aquí solo brilla Joe Spinell, con su sola presencia aterradora, su vida en la mugre, con una mente retorcida que se evidencia en cada plano de su cara; cuenta que se preparó para el papel, al investigar sobre Ted Bundy, John Wayne Gacy y David Berkowitz, y otros, así como él, Spinell fue a lugares de excitación extraños, para realmente entrar en el papel. De hecho, el sonido es lo más destacado del apartado técnico, pues muchas veces lo que vemos es una cosa, y lo que oímos es otra cosa mucho más perturbadora. Es precisamente esta efectividad en cuanto a la muestra explícita de violencia, lo que dio a “Maniac” su condición de película maldita y de culto; pues la crítica de aquel entonces la destrozó, tachándola de “misógina y dañina”, haciendo que fuera prohibida en varios países. Pero de todas formas, hay que echarle un vistazo, porque tiene a uno de los más interesantes psicópatas cinematográficos de una muy fértil década, en un filme, “piedra de toque sucia” entre los fanáticos del género. Se le puede achacar como falto de motivos y profundidad en los personajes principales, como la protagonista, que sin saberlo, tiene contacto con un hombre de apariencia desagradable, en momentos extraños e ilógicos, como salir con él, puede que sea por el dinero… o abrirle la puerta… pero así era la época, y así se sigue matando gente. Como dato, la canción “Maniac”, fue escrita por Michael Sembello y Dennis Matkosky, este último inspirado en esta película; y cuya letra sobre un asesino, fue reescrita para que pudiera ser utilizada en la película “Flashdance” de 1983. El uso de la canción en “Flashdance” le valió una nominación al OSCAR, pero fue descalificado cuando se supo que la canción no había sido escrita específicamente para la película: “He's a maniac, maniac that's for sure, He will kill your cat and nail him to the door…”
RECOMENDADA
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas.
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Un gran film de los ochenta y sin lugar a dudas el mejor de su director. William Lustig es en líneas generales un director bastante malo, siendo sinceros este film suyo es el único que se puede realmente destacar como una joya de culto. "Maniac" es un slasher sorprendente y atípico. Atípico porque se sitúa desde el punto de vista del psicópata y nos lo muestra como una víctima en sí, atormentado y sufridor. Me encanta porque en sí "Maniac" no es un film de terror a lo sumo, sino un drama, llegamos a sentir cierta piedad por el protagonista, a pesar de las barbaridades que es capaz de cometer. Es un ser que necesita ayuda porque es un enfermo no es alguien que disfrute de los crímenes que realiza. A destacar a nivel interpretativo al magnífico Joe Spinell que hace una interpretación majestuosa, verdaderamente digna de Oscar (y no lo digo de coña), pero claro los de la Academia en ningún momento se fijarían en un film como éste para tenerlo en cuenta para una nominación, aunque méritos no le sobrasen de ciertos apartados. Y también es digna de mencionar la guapísima Caroline Munro, que a pesar de hacer un papel secundario, su personaje se convierte en alguien vital debido a su relación con el psicópata protagonista. La dirección es también muy buena, me asombra que se le saque tan buen partido y que además tenga una fotografía tan buena habiendo sido hecha con tan poco presupuesto y me sorprende más por qué Lustig demostrando su buen saber como director ha sido posteriormente tan irregular en este campo en sus siguientes filmes. Y por supuesto no se puede pasar por alto los magníficos, increíbles, espectaculares y desagradables a partes iguales maquillajes elaborados por el maestro Tom Savini, logrando secuencias gore simplemente apoteósicas. Savini era todo un artista creando grotescas escenas de muerte y aquí lo confirma una vez más. En definitiva es una gran joya de culto, uno de los más logrados y conseguidos slashers ochenteros, que además aporta otro punto de vista. Se aproxima un remake protagonizado por Elijah Wood (Frodo en "El señor de los anillos"), por Dios, echémonos a temblar...