El aro

Con unas actuaciones excepcionales para ser una película de terror (Naomi Watts se merecía estar nominada al Óscar) y con un guión de lujo, Verbinski consigue una película realmente asfixiante y claustrofóbica
Con un comienzo y un desarrollo realmente vibrantes y adrenalíticos, la película llega a un clímax y a una escena final realmente aterradora.
Pero, por si fuese poco, el director introduce sutilmente una corrosiva crítica de la sociedad tecnológica actual (la protagonista mirando todas las televisiones de sus vecinos desde el balcón... soberbio)
Sin duda la mejor película de terror psicológico de la década

Le da diez mil vueltas al original.
Aquí las interpretaciones son magníficas, descubren más cosas y con una razón más coherente.
En la original da la impresión de que lo descubren todo por los pelos y sin estar seguros de sí mismos.
La atmósfera está mucho más currada y guarda más sorpresas que la original.
También mejora el hecho de dar más juego al personaje del niño. Sabe más de los normal y quiere descubrir cosas.
Por último, da miedo, que es lo que se espera de una película de terror.
Lo malo es ver la original y depués esta. Así no impresiona tanto y ya sabes cómo va a acabar.

En épocas donde el terror resurgía en taquilla pero estaba denostado por la crítica, los remakes hacían su aparición más fuerte. Los japoneses traían ideas interesantes y los norteamericanos le sacaban todo el jugo que podían y el que no también.

Verbinski es ante todo un director interesante, comercial, y capaz de hacer artilugios "vendibles". Y es por eso que este film supera con creces la media porque posee una dirección elegante; de sobra sabemos que no es original, no sólo porque es un remake sino porque el film en el que se basa tampoco es la innovación desde un punto de vista argumental; es por eso que la forma es fundamental en esta película. Verbinski sale airoso paseando su cámara de forma elegante, haciendo juegos interesantes con el enfoque y desenfoque, primeros planos inteligentes, zooms bruscos y movimientos de cámara alejados del molesto parkinson.

El montaje hace un uso justificado y nada cansino de los "mini" flashbacks. Las actuaciones son solventes, sobre todo Watts en quien recae el peso de toda la situación, y a quien jamás se la ve sobreactuada o ridícula, muy a diferencia de las jóvenes inexpertas de los slashers. Y la fotografía hace el resto, de hecho este apartado es lo más logrado de todo el film, es húmeda, fría y agobiante, pero lejos de refugiarse en la oscuridad o el expresionismo como recurso -ya trillado- se sustenta en el uso de una paleta de matices verdes azulados, con paisajes donde la luz nunca escasea pero que no obstante da miedo a base de escalofríos y que le sirve para dar contrastes muy interesantes como el de ese árbol "rojo" que aparece más al final.

El guión es lo más flojo, no es malo pero tiene detalles que hilando fino son cuestionables. Detalles como: "estamos en la cabaña, rompo todo, descubro un pozo, y de repente tengo una linterna en la mano (?)"; o "voy a la biblioteca, me dan cinco libros sobre faros, agarro el primero, lo abro en la mitad, ojeo tres páginas y zas: encuentro justo el que buscaba (?)". Se salva bastante por su giro final, muy interesante.

En definitiva, un film que me gusta revisionar de tanto en tanto, a veces sólo para esperar esa salida de la TV -pensar que cuando éramos chicos todos pensábamos que la TV eran personitas que vivían dentro-. Y otras sólo para corroborar lo bien parodiada que está en "Scary movie 3. No hay dos sin tres" (David Zucker, 2003).

Lo mejor: su fotografía, en general la puesta en escena y la ambientación.
Lo peor: el guión tiene tropezones torpes.

La señal de Verbinski, es un remake con destellos de calidad, y la película brilla con luz propia. Es cierto que no se puede comparar con la original de Hideo Nakata, es una cuestión de principios, de creatividad.
Pero sin duda, esta peli es la mejor adaptación americana que he visto del cine de terror oriental, y el director demuestra ser un tipo inteligente: la atmósfera del film, gris y opresiva, es para quitarse el sombrero - también fue uno de los aciertos de la peli nipona, en la cual la lluvia se convertía en el compañero más infatigable del espectador - Contar con Naomi Watts es una garantía, y aquí demuestra una vez más su inmensa naturalidad ante las cámaras, da igual que papel tenga enfrente: es una gran actriz y no defrauda, al menos bajo mi punto de vista.
La señal es un remake que no calca la obra de Nakata (es de agradecer), y puede funcionar como un complemento de la original.

Existe una cinta de vídeo VHS que es mejor no verla nunca jamas, ya que su visualización significa una segura llamada telefónica anunciando la muerte inapelable en solo 7 días. Este es el caso de todas las personas que tienen la desgracia de verla. Una periodista que también la ha visto y que ve peligrar su vida, incluso la de su familia, empieza una frenética investigación contra reloj para descubrir las causas.
La señal es una de las más terroríficas películas jamas filmadas. Tiene una latente y continuada dosis de puro terror, ya que todas las secuencias están encaminadas a provocar un clímax impactante de malignidad. La dirección es brillante, tiene un buen guión, una música acertada, unos diálogos inteligentes y una puesta en escena magistral, pero por su contenido no es apta para todas las sensibilidades.
Resumen: Film de calidad no adecuado para verlo por la noche antes de dormir.