El planeta salvaje

Me he motivado ha escribir una pequeña crítica sobre esta película porque vale la pena, para los que no la han visto, que esperan, es sin duda un clásico de culto insuperable en el genero de la animación para adultos.

Planeta Salvaje con una técnica de animación espectacular, nos enseña un caótico planeta en que los seres humanos los "Oms" son dominados por una raza extraterrestres llamados "Draags" gigantes en tamaño comparativo. Los diálogos de como los padres Draags enseñan a cuidar a los humanos, como unas simples mascotas, los escenarios tan caóticos, surrealistas y escalofriantes en ocasiones, son razones por las que parecería que estas visualizando un filme de terror, ademas que hay una gran moraleja de por medio. La película no en vano ganó el gran premio del Jurado en Cannes, es merecido por donde sea, visualmente es una obra maestra de la animación, que inclusive comparándola con las de hoy en día les supera a muchas, y el guion sin duda es insuperable.

Curiosa propuesta: una suerte de cómic metalhurlantesto que se mueve menos que el proceso de paz, hace ostentación de una BSO de porno softcore a lo "Emmanuelle", dura apenas noventa minutos y cuenta una sencilla historia con toques metafóricos en la que lo mejor son los numerosos elementos culturales y de diseño extremadamnte alien, que poseen más sentido que los vistos en films del mismo género más inteligibles.

Una pieza chocante, desfasada y muy francesa.

Con unos escenarios y unos seres extrañísimos y fascinantes, Laloux nos propone con su peculiar animación todo un conjunto de alegorías sobre la condición humana, su absurdidad y su esperanza. Fascinante y curiosa.

"Planeta salvaje" es una película muy diferente, es una rareza, y todos los conceptos que manejan son impresionantes, y más tomando en cuenta su año de producción. Es una película adulta, y mágica, el ataque psico-social constante, hacia lo que ahora y desde hace ya mucho tiempo es nuestro mundo, es decir, un mundo bajo, un inframundo, y que nadie más es culpable, más que nosotros mismos. El mensaje de la película es clarísimo, e incomoda a cualquiera, y así es de efectiva, por lo que yo la considero una gran obra.

El único punto débil (si es que vale la expresión), que yo le encuentro, es su final, yo hubiera cambiado algunos detalles, pero tampoco es catastrófico, no pasa a más, y la verdad es que todo el tiempo vemos una gran película, entretenida, agresiva, diferente, rara, hermosa y terrorífica en diferentes momentos o incluso al mismo tiempo. Ciencia-ficción pura, nada inocente y bastante temeraria.

Ampliamente recomendada, no hay devoluciones, solo satisfacciones, y es una película que una vez que es vista, jamás la olvidaremos.
Recomendada a todos los cinéfilos, a todos los amantes del género de ciencia-ficción, a los adultos amantes de la animación, es decir, la recomiendo a casi todo el público (apartaos de esta película, todos aquellos fanáticos de la saga de Twilight).

Mi valoración: 9.6/10

Extraña y sorprendente película de animación francesa de gran calado filosófico y moral, con una interesante escenografía que la ha ayudado a convertirse en película de culto.

“Planeta salvaje” es, ante todo, un ejercicio de imaginación. René Laloux consigue enmarcar su relato de lucha y desesperación en un entorno alienígena totalmente novedoso e incómodo, haciéndose partícipe de alguna forma del horror de la vida humana en un planeta donde los humanos no son la raza dominante, sino unos gigantescos seres azules, los “Draags”, que los domestican y los exterminan. Esa lucha por la supervivencia en un entorno tan hostil se hace más evidente y dramática gracias a las extrañas sensaciones que los diseñadores del mundo alienígena nos provocan a la hora de mostrarnos las criaturas, los parajes, la vegetación y todo lo que conforma un planeta en donde no hay nada humano para sentirse cómodo, salvo los mismos humanos.

Los hombres y las mujeres son cazados como ratas cuando infestan casas, jardines o cualquier sitio en los que los “Draags” no toleran la presencia de semejantes “bichos”. La vida acomodada de estos seres civilizados contrasta con la supervivencia diaria de los humanos, quienes se buscan las formas para alimentarse y sobrevivir. Es la misma pirámide alimenticia vuelta del revés, relegando a la Humanidad a poco menos que molestos insectos a los que hay que fumigar porque la raza dominante se encapricha con ello. Es, por tanto, una clara metáfora de nosotros mismos y una crítica de nuestros comportamientos respecto al resto de seres vivos con los que compartimos un planeta que proclamamos de nuestra única y exclusiva propiedad.

No es la primera vez que se reduce al ser humano a su más mínima expresión para inculcar una cura de humildad a nuestra raza arrogante. Se le relega físicamente a la altura de un insecto, pero manteniendo su fuerza, su capacidad de adaptación al medio y su naturaleza belicosa, capacidades necesarias para conseguir su más ansiado anhelo: la libertad. Por ello, Laloux elimina esto último para hacerlo el motor del relato, convirtiendo la lucha por la libertad, tan común en el cine, en una experiencia de gran interés estético y emocional.

Muy interesante.