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Dheepan

Drama Un hombre huye de la guerra civil en Sri Lanka y, para conseguir que Francia le conceda el derecho de asilo, hace pasar por su familia a una mujer y a una niña que huyen también del país. Una vez en suelo francés, encuentra trabajo como conserje en un edificio situado en un barrio problemático de las afueras. A pesar de que no hablan francés, se adaptan progresivamente a su nuevo país. (FILMAFFINITY)
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Críticas 28
Críticas ordenadas por utilidad
24 de mayo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acostumbrado un poco a Luc Besson, “Amelie”, Jean Reno o la saga Venganza, se me había olvidado que, hasta no hace mucho, hablar de cine francés era hablar de tedio (la saga de los tres colores) o del drama por el drama. Pero para están los directores como este Jaques Audiard, el León de Aranoa francés, y las películas como “Dheepan”: para amargarnos una tarde recordándonos, como si hiciera falta, que siempre hay alguien en alguna parte pasándolo malamente. En este caso, ese alguien es el bueno de Dheepan, un Srilankés solicitante de asilo en Fran que se gana la vida como puede trabajando de portero en una zona chunga de París.

Hay que reconocer que la película tiene el detalle de no limitarse a sacar sin más miseria en la pantalla y coloca al protagonista en la curiosa situación de tener que buscarse una familia de conveniencia para que su solicitud tenga más posibilidades de prosperar. Dentro de las limitadas licencias argumentales que le permite su naturaleza social, “Dheepan” aprovecha para generar situaciones de enredo o conflicto en las relaciones de los miembros de la peculiar familia que se dejan ver con simpatía y algo de emoción. Como contrapeso, la película no deja de mostrar las dificultades de los inmigrantes en su nuevo país, el racismo constante (incluso entre minorías) o la lucha contra la todopoderosa burocracia y un sistema frío y despiadado.

Por ese lado, Audiard parece querer un homenaje revisionista a Victor Hugo y “Los miserables”, mostrando lo peor de la naturaleza humana contra las clases más desfavorecidas aunque, como suele ocurrir en estos casos de cine protesta social construidos a base de apilar drama sobre tragedia y tragedia sobre desgracia, el resultado no es tan contundente como seguramente tenía el hombre en mente, por no decir que consigue el efecto contrario: aceptemos que Deephan es un hombre honrado que realmente está perseguido en su país y que sólo quiere ganarse la vida honradamente en Francia; la película deja ver que el sistema de acogida está desbordado y obliga a largas esperas, tediosos trámites e, incluso, recurrir a la picarresca… pero tampoco propone nada salvo poner verde a la administración de su país. ¿Acaso debería un país dejar entrar a cualquiera que diga que está perseguido sin hacer ninguna comprobación? ¿O es que habría que dotar de más recursos a las ventanillas de acogida? ¿Sólo a las de acogida o en general a las de inmigrantes? ¿Quién pagaría la fiesta? Cada vez que veo estas películas de denuncia social, de protesta social, de trasfondo social, con perspectiva social, etcétera social me salta el detector de hipocresía al pensar en que estos mangutas tienen una forma muy curiosa y lucrativa de ser comprometidos, pidiendo ayudas públicas a la cultura y no siendo particularmente transparentes con el destino de los beneficios. ¿A cuanta gente se podría haber ayudado con la taquilla de la película? ¿Cuántos funcionarios no se han contratado para destinar partidas presupuestarias al cine nacional? Pues eso.

Poco que decir sobre la parte técnica. Las interpretaciones son amateurs, pero encajan en una película que buscaba la frescura de la naturalidad por encima de la intensidad y la ejecución técnica oscila entre el reportaje de “Informe Semanal” y un episodio de “Callejeros”. Las peripecias familiares de Dheepan logran un punto conmovedor que se diluye en las penurias derivadas de las dificultades burocráticas y las dificultades de integración en un barrio de esos gobernados por magrebíes donde la policía no se atreve a entrar. En ese sentido, Audiard merece cierto reconocimiento por no sesgar la producción reduciéndola a blancos malos e indios buenos y visibilizando el enorme problema racial que tiene Francia con una numerosa población inmigrante que se niega a integrarse y ha convertido los barros en guettos cerrado gobernados por lo más arcaico de sus culturas. Y que da problemas y hace sufrir a Dheepan de un modo más violento y primario que la Administración.

Agridulce y pesada de ver, “Dheepan” agradará a la gente con conciencia a flor de piel y espantará al resto, mismamente yo que no volvería a acercarme a ella ni con un palo. Como dice mi abuela cuando alguien le da la brasa, es una película que te deja con los pies fríos y la cabeza caliente.
OsitoF
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25 de noviembre de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Audiard sigue la tónica que tanto éxito le ha proporcionado Un Profeta. Esta vez la historia de un refugiado de SRI Lanka que para huir se inventa a una familia.... Los 3 se embarcan en una aventura y se encuentran en Francia. Audiard hace otra gran buena lección de dirección. Los 3 actores amateurs están sensacionales. No llega a la altura de Un Profeta pero es apreciable y se deja ver. La única pega es que quizás la Palma de Oro le vino grande
Orson_Welles
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22 de septiembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si esta película fuese de Eastwood o de Bronson se diría que es de tiros pero al ser francesa y de Jacques Audiard, no pasa nada. La película no me parece que sea mala en esencia, es muy creíble, eso si hasta los últimos quince minutos que se termina el dialogo.

Es una película dura, si lo es, es creíble. Para mí es un poco repetitiva. Llega un momento en que no sabes por dónde va a ir. Yo empecé a pensar por donde podía ir y para mi sorpresa se encamina por un camino sorprendente. No quiero decir nada para no estropear el final pero es precisamente lo que me hace suspenderla. No me creo ese final.

La fotografía y la cámara son muy normales. El montaje también hasta que le da por hacer cámara lenta que no dice nada y poner la cámara a la altura de los pies, imagino que para disimular los efectos.

Los actores están muy bien también, todos. No sé si son todos profesionales o no pero están muy bien.

En fin que el guion para mi gusto sigue una vía que a mí me sorprendió ya que creía que estaba viendo algo social y he visto algo de venganza
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Andres Camara
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3 de agosto de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sri Lanka, antigua Ceilán, es una nación insular al sur de la India.
Es famosa por sus ruinas budistas.

Una guerra civil asoló Sri Lanka, desde 1983 hasta 2009.
Entre el gobierno y los tigres tamiles, un grupo militar separatista.
Las raíces del conflicto se remontan al período de ocupación y colonización británica, todavía Ceilán.
La sangre corrió a ríos y se convirtió en océanos sangrientos, matanzas, asesinatos, violaciones, etc.
Se supone, que no se detuvo hasta que el último guerrillero de los tigres tamiles fue asesinado.
Se desconoce el número, pero más de 100.000 asesinados, decenas de miles desaparecidos y cientos de miles desplazados. Aquí entra Dheepan, la chica y la niña.

La película nos muestra a un guerrillero Tamil, con una mujer que no conoce de nada y una niña de 10 años que tampoco conocen.
Se hacen pasar por familia y los sacan del infierno ardiente de Sri Lanka para llevarlos a otro infierno, una zona desolada, marginada de Francia, dónde se trafica con drogas, armas, etc.
Violencia diaria, delincuencia, marginación, pobreza, etc, etc.

Ellos van buscando un poco de paz y los arrojan a la violencia de nuevo, son víctimas del sistema, utilizados por el engranaje para lavar la cara y parecer que ayudan a los verdaderamente necesitados.
En el fondo los utilizan, como sirvientes, el portero de un sitio deleznable, ella cocinera y limpiadora, de un lugar donde los tiros, peleas, son el pan de cada día.
Un lugar al que jamás irías por voluntad propia, ni por error, vaya.

Te va contando sin explicarte casi nada, a la hora empiezas a pillar cosas y te da alguna información, datos.
Creo que tiene nervio en algunos momentos y algunas situaciones dramatizadas con gran realismo.
Tiene la virtud, de la comprensión, empatizas en mayor o menor medida con sus brutales desgarros personales.
Es una historia extrema contada de manera extrema, curiosa como mínimo.
Zappianin
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22 de marzo de 2016
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Dheepan, de Jacques Audiard, es un drama social sobre la inmigración basado en un hombre, una mujer y una niña, que se hacen pasar por familia para huir de la guerra de Sri Lanka y llegar a Francia, y una vez allí, intentan prosperar como pueden en un país del que desconocen su lengua y costumbres. Con esta trama tan real, se construye un drama desgarrador que con sencillez y mucho realismo, deja evidencias de lo que superan los inmigrantes cuando comienzan una nueva vida en un país extranjero que ignoran por completo. Es por tanto, un film valiente y arrojado, que sin complejos acerca culturas y problemas internacionales al gran público sin querer en ningún momento ser efectista ni artificial en lo que ofrece.
Las interpretaciones que dan forma a la película, son de caras desconocidas y logran un trabajo apropiado para lo que muestra la cinta, aportan además profundidad psicológica y verosimilitud a los personajes del primero al último, ya que logran hilar unas notables actuaciones que no pasan desapercibidas. Cuenta con las colaboraciones de Jesuthasan Antonythasan, Kalieaswari Srinivasan, Claudine Vinasithamby y Vincent Rottiers entre otros. Emplea para estos la dirección artística unos vestuarios humildes y carentes que marcan claramente la pobreza y los bajos fondos en los que suelen vivir los inmigrantes.
En cuanto a los detalles técnicos y visuales, merece la pena resaltar que la fotografía hace buen uso de los claroscuros en una tarea estéticamente idónea y repleta de detalles. La música es turbadora y penetra en el publico gracias a unos sonidos hipnóticos. Los planos y movimientos de cámara ayudan a crear un ambiente dramático que añade inquietud a la historia mediante el uso de la cámara en mano, subjetivos, primeros planos y planos-contraplanos que exprimen lo mejor de las interpretaciones y su entorno. Cabe destacar también, algunos efectos visuales sorprendentes que sobrecogen al publico por enardecer la sangre y la violencia.
El guion, escrito por el director junto con Thomas Bidegain y Noé Debré, es muy creíble al tratar un tema tan de actualidad como la inmigración, y muestra como unas personas huyen de los conflictos de su país y de sus demonios internos, para acabar descubriendo que cuando las cosas se tuercen vuelve estos demonios a ellos aunque las circunstancias y lo que les rodea sean distintos. Es esto la clave del film, lo que le da forma y hace pensar al espectador sobre los problemas que genera la violencia y sobre todo las marcas indelebles que la guerra deja en las personas normales. Todo esto se lleva a cabo con una narrativa sugestiva de la procedencia de cada personaje, predominando el tono desesperanzado, irascible o profundo en un trabajo natural que hace cavilar al espectador. Señalar también, que el montaje lineal y seguido se toma su tiempo en ir desarrollando su historia y sus personajes.
Con todo esto, considero a Dheepan una obra sincera y bien trabajada que va de menos a más y atrapa con estilo propio y sin florituras al espectador, ya que su trama incitadora y su historia de inmigración, deja evidencias de algunos de los muchos problemas que tienen que sortear -y que a veces no consiguen hacerlo-, los que huyen de sus países en guerra para llegar a otro bien distinto. Donde su lenguaje y sus costumbres poco a nada tienen que ver con el que tenían, y el futuro que tienen que afrontar para poder prosperar allí es totalmente desconocido. Es por eso, que la película deja tras de sí una sensación triste y nostálgica, además de preocupante, por la situación actual que vive Europa con esta temática y que se refleja tan bien en su film Jacques Audiard.
Elcinederamon
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