Al empezar a verla me impresionó la luz deslumbrante de los primeros planos, luego fui acostumbrando las retinas y disfrute de esa rica, luminosa fotografía.
Hay algo pero tampoco es eso del mejor Kusturica por citar un algo parecido pero no exactamente.
Quizá el mayor mérito estribe en el malabarista equilibrio entre comedia y drama que sostiene hasta el final con un resultado sobresaliente, no carente de poética y ternura.

Hay un tema que a mí me hace reflexionar por encima de otros en la película y es la lucha eterna entre pasado o tradición y modernidad o presente.
Los códigos éticos, los nuevos tiempos, todo cambia, etc. ¿El cambio merece la pena?
Dicho de otra manera es mejora o naufragio, pues hay de todo solamente tenemos que mirar a nuestro alrededor aunque hay ciertos valores que se están quedando en el fondo del océano.
Eso subyace en el argumento, así como un amor que transciende el tiempo y las épocas.

A niveles visuales hay muchos momentos solamente elegiré dos y sin hacer spoiler.
La escena que mueve la cámara al estilo del comic 13 rue del percebe; quién la vea la reconocerá de inmediato, además muestra muchas cosas en ese elegante movimiento de cámara y opción visual.
La otra, la escena de los bancos (de los de sentarse o tumbarse) Es breve pero ese travellling es hermoso.
Tiene unos cuantos puntos de inflexión de lo más suculentos y nada artificiosos, no se pueden revelar.

El personaje del bandido (Sener Sen) actorazo, es enternecedor y de una fortaleza ética arrebatadora.
Simboliza tanto el peso de las mejores tradiciones, un romanticismo delicioso,
El joven la confusión moderna, la dispersión de esto que se llama la modernidad donde prima un capitalismo estupidizante con el podrido materialismo como único dios y valor.
Ambos personajes son paradigmas de ciertos ideales y no son antagónicos en todo.
Otro tema de peso es el valor de la amistad y su infinito tesoro, quién tiene un amigo posee un cielo en la tierra.

No quiero olvidarme del hermoso homenaje que hace a uno de los más grandes cineastas turcos y actor Yilmaz Guney de origen Kurdo, que paso muchos años en la cárcel y desde allí codirigió la que tal vez sea su obra más lograda "Yol".
Al poco de salir de la cárcel por última vez pudo asistir al estreno en Cannes dónde fue exitosa y murió de un cáncer de estómago a los dos años, contaba 47 otoños y dejó una huella endeleble como actor, guionista, director, novelista. (Me emociono) Pues fue muy social y combativo.

Volviendo a la película sus dos horas las merece y apenas sobra nada, hay una radiografía social de Estambul aparte de un homenaje a una de las ciudades más hermosas y fascinantes que conozco.
Coexisten cine social, comedia, drama, bajos fondos, el mejor romanticismo, existencialismo, etc.
Además a la manera impresionista pictórica contempla un hermoso homenaje de colores a la Anatolia rural, esa Turquía vasta en extensión y bastante olvidada.

A posteriori me evoca un poco a un cineasta que me encanta y tiene una personalidad y honestidad poco habituales Fatih Akin, que siempre lo considero de la nueva hornada y ya tiene una carrera amplia junto a Jarmusch y Kusturica creo que son mis favoritos a lo que llamo aportadores de valía al cine moderno.
Ni mencionar a Angelopoulos o Tortaski esos están en otro eslabón diferente.

Qué decir de este viaje atemporal, de insólita belleza paisajística, de una hondura humana que emociona.
Las imágenes son deslumbrantes pero lo que te conquista es la hermosa historia de amor de los dos ancianos padres de la directora, su sabiduría, sencillez, su amor incondicional devoto por la naturaleza, es tan cautivador que en breve volveré a verlo.

El torrente de inmensidad en imágenes es tal que vas parando la imagen cada tanto.
Tanta belleza emborracha, deslumbra con el homenaje a una forma de vida, a sus padres, el respeto proverbial hacia la madre naturaleza.

Es un canto a la vida, una bendición a la naturaleza, un homenaje a sus padres, la vastedad de contemplar lugares que in situ como los ven ellos ya debe ser, habría que inventar la palabra.
Es belleza en estado puro y humanidad de una sencillez tan pura.

Estructura el tiempo de la narración en torno a las cuatro estaciones, empezando por la primavera y concluye con un epílogo.
Ejercen de productores nada menos que Wim Wenders y Liv Ullmann.
Hay imágenes de belleza indescriptible, la tonalidad de colores y la variedad de luz la convierte en algo único, imprescindible.
Hay un enorme trabajo de campo detrás y a veces hace magia con la cámara y las lentes que utiliza y dices pero como ha hecho para encuadrar eso, que maravilla dónde ha puesto la cámara ahí, una delicia.
¿Cómo ha conseguido sacar ese plano? Unas virguerías que dejan atónito.

Había escuchado muchas adulaciones durante años pero hasta que no la he visto no he compredido el enorme torrente arrollador tanto en lo visual, escénico, sonoro.
Además he tenido la fortuna de verla en un cine, una versión remasterizada y el sonido es apabullante.

Una sencillez de puesta en escena que seduce por eso en parte, además de por su originalidad.
La iluminación creativa y seductora a la par que la coreografía escénica y la vitalidad que todo el grupo transmiten ganas, entusiasmo, ves que están disfrutando de verdad y lo contagian ampliamente.

Se puede no ser seguidor de Talking Heads y disfrutarlo, pienso que sí pero si eres admirador de su música como me ocurre el efecto es mucho más salvaje, se amplifica.
Todo está tan medido musicalmente y es de una chorreante creatividad, las múltiples voces, los efectos sónicos, la amplitud de los órganos y teclados, las variopintas percusiones, el guitarreo, los riff y el entusiasmo de los músicos se funden como pocas veces creando una amalgama de diversión y musicalidad que te tienes que mover y gozas como particularmente hacia mucho que no me sucedía.
Toda una montaña rusa de emociones, diversión, de lúdicos placeres sonoros, visuales y sensoriales.

En el día , o al día, que sería el título de esta historia con varias lecturas:
Una sería el juego entre la ambivalencia del placer y la búsqueda del amor que a ella le valga en sus descubrimientos y experimentaciones.
¿Puede una mujer amar y disfrutar con dos hombres?
Personalmente creo que sí.
Las reglas y condicionantes sociales son férreos y ven con malos ojos tales escaramuzas.
El sagrado vínculo del matrimonio y romper la monogamía impuesta para que el sistema funcione creando parejas monógamas con sus mismas carencias y rituales.
Pensad que sería en un mundo con varias parejas o amores, amantes, sin el yugo de la monogamía.
Parece casi un mundo distópico y el ser humano no es monógamo por naturaleza si no por educación y sometimiento a pautas morales principalmente creadas por la puta madre necia iglesia.
Las religiones han condicionado hasta tal punto la voluntad y deseos de los humanos que a día de hoy llevamos anteojeras genéticas y vendados los ojos por normas sociales de carácter moral, casi irrebatibles.
Esto no quiere decir que muchas personas quieran tener una pareja y les baste, es válido, como deberían ser otros postulados.

El azul imperante en casi toda la película es otro elemento preeminente, el agua es una metáfora.
Está muy bien filmada y fotografiada y montada, a nivel visual me ha gustado mucho, incluso más que argumentalmente.
Otra lectura más sencilla, puede ser una chica que se aburre con su pareja y busca fuera y encuentra.
Creo que no es la intención de la directora y sí jugar con una ambivalencia emocional y ambiguedades que enriquecen la historia.

Personalmente logré meterme en los recovecos emocionales de la protagonista y sus dos amantes, lo que achacó a la habilidad de la directora y guionista Maria Speth.
El ritmo es notable y aunque bordea las dos horas no se hace larga por como va desgranando la vida y azares de los protagonistas, además de lo maravillosamente que rueda en imágenes, otra cosa que destaco es el uso de los diálogos, los justos y prefiere que hablen las imágenes, la quintaesencia del séptimo arte.
La primera media hora apenas hay palabras unido a un montaje muy bueno y ese estilo visual la hacen merecedora de toda la atención.

La actriz Suiza, Sabine Timoteo tiene momentos de muy loable actuación, y el chico japonés también.
Además su personaje está muy bien construido psicológicamente y eso es un gran logro del guión.
Contiene escenas sexuales de calidad y la naturalidad como trata el desnudo es destacable.
A fin de cuentas una muy entretenida opción que sin ser novedosa en sus planteamientos sobresale a nivel visual y la convierte en una propuesta apetecible.

Para mi sorpresa es la ópera prima de la directora, que ha trabajado como asistente de edición y eso se nota y mucho, la madurez que rebosan los planos es alucinante para una primera película y el modo de filmarlos, mucho talento hay ahí.
P.D
Creo que esta directora tiene personalidad propia, lo cuál parece una perrogrullada (creadores que tengan puntos de vista originales y no transcurran por los cauces de siempre) Con los dedos de las manos.
De hecho su última obra es un documental de casi tres horas sobre la enseñanza que pinta bien. "El profesor Bachmann y su clase" 2021

Sobre una hipótesis crea una imaginativa teoría que nos lleva al exterminio de los castores y al descubrimiento de lo que hoy es Nueva York por los mercaderes holandeses en su momento de esplendor colonizador.

Hay algunos datos interesantes que a mentes curiosas resultaran útiles.
Un ejercicio de historia con la inspiración de un cuadro.
Este autor también tiene sobre Velázquez y Caravaggio utilizando el mismo procedimiento.
Hay chispazos muy curiosos y algunas imágenes de archivo de valor.