CSI: Miami (Serie de TV)

El planteamiento de los crímenes me resulta increíble, no hay muchos que sepan a repetición. Sólo hay un problema con esta serie, y es Horatio. Él y su equipo hacen que la serie se me atragante.
Sinceramente, veo un poquito complicado que una persona sea capaz de ver un pelo negro sobre un felpudo negro llevando encima gafas de sol. Nos exageran demasiado a estos personajes; resultan demasiado artificiales en todos los aspectos, especialmente con eso de que son expertos en múltiples campos del saber, incluso en aquellos totalmente ajenos y opuestos a su campo de investigación. Y su chulería no se queda corta: da igual que se enfrenten a dos ladrones de barrio armados con tirachinas que a todas las mafias de la ciudad, deben de creerse que cada uno de ellos vale por todas las SWAT, ya que nada de esperar refuerzos ni gente especializada ni armamento ni protección básica (olvídate ya del chaleco antibalas), que ellos cojen su pistolita, un único cargador y van a por ellos.
Y la guinda en este pastel que se hace amargo es Horatio. Ese tio debe leer la mente o ver el pasado o algo, ya que es ver a un testigo, familiar o lo que sea al principio del episodio, liarse a hablar con él y depende de en qué tono acabe la conversación se sabe con certeza absoluta quién ha sido. Más tarde, una vez que haya acabado el episodio, te fijas en el culpable y, ¡oh, qué sorpresa!, es justo el que Horatio miraba mal. Por no decir que es todavía más chulo que sus subordinados, si cabe.

En resumen, los crímenes no me decepcionan, y algunos me dejan boquiabierto; pero con esos personajes, que dejan a Dios en pañales y no hay quien los trague, el conjunto queda muy descompensado.

Pasable porque pertenece a la franquicia CSI, pero sin duda la pero de las tres.
Se centra en personajes femeninos mostrando sus encantos, y un jefe encasillado en como quitarse las gafas y hablar con los malos mirando "pa Cuenca".
Encima sus guiones tienen mucho de trama sobre el malo-malísimo que aparece cada tres episodios, y que normalmente desvirtua estas series de capitulos autoconclusivos.

¿Qué es CSI:Miami en comparación con CSI:Las Vegas?

A diferencia de su predecesora CSI:Las Vegas, donde cada personaje tiene cierta relevancia, aquí sólo existe Horatio Caine. H lo es todo.

Si en CSI:Las Vegas se profundiza en la personalidad de los protagonistas fuera de su trabajo (todos conocemos las aficiones de Grissom, Catherine, Warrick o Sarah), en CSI: Miami la única afición conocida de H es encarcelar criminales tras prometérselo a las víctimas (y mirar a ninguna parte poniendo cara de compungido mientras se pone las gafas de sol).

En CSI:Las Vegas no siempre se resuelve el caso. En CSI:Miami, siempre lo resuelve Horatio.

Pese a estas diferencias con la serie original, David Caruso con su excelente interpretación de Horatio Caine ha conseguido dar identidad a una serie de menor calidad que la anterior.

CSI es una franquicia de mucho éxito que se estrenó allá por el 2.000 con CSI Las Vegas. Ante el éxito, se hicieron otras dos versiones en Miami y en Nueva York. Cada una de ellas tiene un estilo diferente: Las Vegas es la más sombría y la más friki, pero es la mejor; Nueva York es más parecida en el estilo a las producciones policiacas de Steven Bocco, como Canción Triste de Hill Street y Miami es un video clip de principio a fin.

Como cada una tiene una estilo, cada una tiene una fotografía diferente. La que nos ocupa es muy amarilla, reflejando el sol de Miami, lo que le hace que sea demasiado chillona y demasiado iluminada. Aunque la serie tiene cosas mucho peores porque, por ejemplo, se supone que están en Miami ciudad muy calurosa, en pleno Caribe, donde la gente suda mucho, pero aquí los personajes siempre van con chaqueta y botines. ¿No se asarán? Claro que no, la ruedan en Los Ángeles y allí el clima es parecido al de Valencia.

En CSI Miami siempre están tirando tiros, primero disparan y luego preguntan, son lon más chulescos y los más inútiles: siempre contaminan las pruebas. Luego está Horatio, ¿Por qué nunca mira la gente a los ojos?. Los problemas de los personajes son muy simplistas, como los personajes, y no hay quien se crea a los actores en sus papeles, siempre tienen cara de palo y ver a la rubia intentar interpretar es patético.

Luego los guiones son surrealistas, no hay quien se los crea y la manía que tienen de meterse con los ricos resulta escandalosa. Los guiones también, son flojos, los diálogos son para subnormales, donde se les llena la boca agua con la palabra "prueba" y el comportamiento de los personajes es incomprensible.

Estamos ante una serie bastante floja, muy videoclipera, de argumentos imposibles y con unos personajes planos, incapaces y mal interpretados.

Siempre quise conocer directamente un caso de ciencia infusa, de aquella ciencia que es inherente el ser y que no necesita ser aprehendido, y por fin con este CSI la descubrí. Esas intuiciones maravillosas de Horatio que llevan a suponer sin razón aparente que en un despacho concreto del edificio de oficinas más grande de Miami está la pista decisiva sobre el caso, impresionan. No se como lo hace, pero lo hace.

El tío ha llegado a Teniente por pura casualidad, y como Berlusconi, se ha dedicado a pillar a las más pechugonas y a los más cachas del departamento de policía para que trabajen para él. El mito de la rubia tonta se cae. Ahora cualquiera con un ordenador que sabe hacer un frostis de esos y que puede cotejar una uña del pie en el CODIS no puede ser tonto. Y a una mala, la Wikipedia lo sabe todo.

Lo que no entiendo es que si en una serie así cogen a los más preparados, Horatio no ha cogido ni una muestra de nada, ni ha analizado una prueba. Ponerse y quitarse las gafas debe consumirle la fuerza vital.

Pero copón, la serie me entretiene. Eso de que una tía asesine a cuatro vecinos porque una vez vieron como se le marcaba el sujetador mientras tiraba la basura es delirante. Las motivaciones que llevan a la gente a matar a diario en Miami son ridículas y apasionantes.

Por eso lo veo y disfruto.