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El club

Drama Cuatro sacerdotes conviven en una retirada casa de un pueblo costero, bajo la mirada de Mónica, una monja cuidadora. Los curas están ahí para purgar sus pecados y hacer penitencia. La rutina y tranquilidad del lugar se rompe cuando llega un atormentado quinto sacerdote, y los huéspedes reviven el pasado que creían haber dejado atrás. (FILMAFFINITY)
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Críticas 102
Críticas ordenadas por utilidad
10 de octubre de 2015
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Club es una de las películas más perturbadoras e incómodas del cine reciente. Un tema tabú como la pederastia y la iglesia, está tratado con una inteligencia y con una valentía desarmantes. Desde el principio Larraín nos induce en esta lúgubre casa, y nos mostrará la rutina, los paseos por la playa, las comidas y las conversaciones de estos atormentados y diabólicos personajes. Todo ello bajo una atmósfera subyugante, que se apoya en una fotografía translúcida y gris en la que predomina el uso de grandes angulares. Los primeros planos son especialmente llamativos.
Según la película avanza, sabemos que no podemos escapar del terrible mundo al que nos ha sometido Larraín y que vamos a pasar 100 minutos completamente sumidos en las vivencias de estos despreciables seres. Por momentos resulta muy dura y desagradable pero también hasta divertida, con ligeros toques de humor negro. Además de la maestría y madurez que demuestra el chileno como cineasta, es imprescindible destacar la labor del impresionante elenco de actores. Todos están extraordinarios, añaden a sus personajes una doble moralidad que está fantásticamente retratada, no solo porque el guión sea brillante, sino gracias a sus capacidades interpretativas.
Y si durante toda la película hemos estado atónitos ante lo que se nos está contando, Larraín se marca una última media hora espectacular. Hace que se te pongan los pelos de punta en numerosos momentos. Cabe destacar una conversación al final de la película que mantienen los personajes de Roberto Farias y Marcelo Alonso, que es una magnífica lección de cine.
El Club tiene un guión, una dirección, unas interpretaciones y una fotografía prodigiosas. Es la crítica más brutal, inteligente y necesaria a la Iglesia que he visto nunca en una película. Sin ninguna duda, una de las mejores películas del año.
Ferhood
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31 de mayo de 2015
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sacándome completamente mis prejuicios, le estoy dando una nueva oportunidad al cine chileno, con estrenos prácticamente todas las semanas en circuitos comerciales, artísticos y festivales.
El último fin de semana de mayo vi "El Club", película chilena dirigida por Pablo Larraín y premiada en el festival de Berlín.
Una cinta que viene a confirmar el excelente momento que vive el 7* arte de nuestro país, entregando una historia que se nos oculta, que pocos comentan, que incluso se podría tomar como una especie de continuación de "El Bosque de Karadima", tomando como trama las casas de "oración y penitencia" para curas que ya no pueden ejercer el sacerdocio, o sea, para esconder de la justicia y la opinión pública a los degenerados y delincuentes que lideran las parroquias de la iglesia católica.
Un relato frío, oscuro, difícil, pero muy potente, con tremendas actuaciones y una gran dirección. Ojo con el personaje de Sandokan, quién se roba la película.
Completamente recomendable, de lo mejor de la filmografía criolla del último tiempo.
Carlomagno_
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21 de octubre de 2015
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que me ha parecido una muy buena película, con unos actores en estado de gracia, una atmósfera enfermiza y fascinante, ambientada en una paraje increíble, con grandes diálogos y escenas estremecedoras, pero ....
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sir Royal T
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6 de noviembre de 2015
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se recuerda una película que trate temas tan delicados hoy en día como son los delitos que cometen algunos curas. No ya una película cuyo último fin sea la denuncia social de tales despreciables actos, sino un film que estudie el comportamiento y los sentimientos de culpabilidad (si es que los tienen) de los responsables. Pablo Larraín no tiene miedo en meter el dedo en la llaga para plasmar un retrato incómodo, aunque lo dureza provenga de las palabras en vez de los actos en sí.

Cuatro curas y una monja están recluídos en una pequeña casa en la costa de Chile. Cada sacerdote guarda un pasado turbio y ponen trabas a la hora de sacarlo a la luz. Uno participó en el robo de varios bebés recién nacidos, a otro cura se le acusa de cometer abusos sexuales, el tercero fue un general en la dictadura de Pinochet y el último está al borde de la demencia senil y, por lo que sospechamos a lo largo de la película, parece que está en esa casa por ser homosexual. La película da comienzo con la llegada de un quinto a la casa que desestabliza el ecosistema que hay ahí montado. Es un cura misterioso, al que hay que sacarle las palabras de la boca cuando alguien le pregunta algo. El problema viene cuando un joven, que siempre va ebrio, le ha seguido hasta la casa para reprocharle los abusos sexuales que sufrió de él cuando era un crío. Todo se desmorona en ese instante y provoca el suicidio del recién llegado. A partir de ahí, llegará un cura joven, y con ganas de querer renovar la Iglesia de ariba a abajo, para empezar una investigación.

Con un tono azul gélido, El club muestra la rutina diaria que vive este grupo de curas. Como dice la monja, se levantan, rezan, cantan, comen, vuelven a rezar el rosario y cenan. Mientras, entrenan a un galgo para así ganar un dinero en las carreras del pueblo. La crueldad de la película viene por la forma naturalista de contar la historia. Es tenebroso y da miedo cómo estos curas viven en la solemnidad e impunes de todos los delitos cometidos en un tiempo pasado. Y eso unido a un humor negro que aparece en determinadas partes y que hace que el espectador se sienta culpable por sonreír ante un asunto tan delicado.

Es inteligente Larraín al comparar la idea del humanismo con el de la bestia. El galgo es un animal al que se le cría y entrena para que gane carreras. A su vez, te reconoce como su amo y no se revela en ningún momento. Acepta ser el esclavo de los hombres que le cuidan a su merced y que cuando ya no valen para nada, no tienen reparo en sacrificarle. Por el contrario, el hombre se vuelve consciente de las acciones que sufrió y que le obligaron hacer. Así, en un acto de rebeldía, sale en busca de su maltratador para ajustar cuentas con él. Sandokan es el joven que en un momento de la película, se asienta enfrente de la casa para importunar a su acosador que le arrebató la infancia. Su vida, si es que se le puede llamar así, es un infierno. Tales hechos le han dejado trastornado y su única salvación es el alcohol.

El club quiere mostrarnos la verdad que hay detrás. Entender por qué lo hicieron y pedir un arrepentimiento por los daños causados. Las entrevistas que tiene el joven cura con los los otros son prácticamente interrogatorios policiales. Con la cámara puesta frontalmente para que los acusados nos hablen directamente, se intenta revelar lo ocurrido. Pablo Larraín también nos pone trabas a la hora de visionar todas las imágenes con una iluminación apagada y una especie de niebla siempre presente. Tal vez sea por el muro impenetrable que suponen los habitantes de las casas, que no muestran signo alguno de arrepentimiento y siempre desvían las conversaciones. En ningún momento tenemos una representación explícita de lo ocurrido, ni siquiera hay símbolos religiosos presentes en la casa, por lo que lo cruel viene de la mano de nuestra imaginación más que de lo plasmado.

La lentitud y reiteración de las secuencias pueden impacientar a más de uno que esperaba algo con más dinamismo y, sobre todo, más profundidad con los temas que se tocan en el film.

Película macabra, que no tiene reparo en hacer daño, y cuyo fin último es dejar constancia de las ayudas por parte de la Iglesia hacia determinados curas que deberían ser juzgados y no ocultados en una casa.

https://cinedeautorblog.wordpress.com/2015/11/06/el-club/
cinedeautor
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27 de octubre de 2015
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
'El Club' viene a ser una de las mejores películas que la industria chilena ha entregado este último tiempo. Una película profunda, oscura y cruda. Para salir del cine helado. Callado. Reflexionando.

Con actuaciones de lujo, esta película nos presenta personajes estremecedores. Probablemente en la cinta se encuentren los que son actualmente los mejores actores del país. Como a la industria le falta todavía globalizarse, el actor que más podría ser reconocible por extranjeros sería Alfredo Castro, conocido por películas aclamadas en festivales de cine del mundo, siempre sorprendiendo y dejando helado al espectador con sus interpretaciones.

'El Club' pareciese ser una mezcla perfecta entre el cine latinoamericano y el cine europeo. La película, para narrar su historia, se toma los tiempos necesarios, pausas que se podrían relacionar más con el cine del viejo continente que con el latinoamericano. Nada lo apura, no presionan a la persona introduciendo muchos personajes, ni llenando con diálogos que poco y nada aporten. Las escenas son inteligentes, lejos de resultar toscas, con un desarrollo del contexto en el que se encuentra la película sumamente detallista. No obstante, con toda la crudeza característica del cine Latino, en este desarrollo no esconden ni tratan de embellecer la cinta ocultando al espectador elementos que quizás en otro tipo de películas si se ocultarían, tal como es el lenguaje severo, duro, con diálogos que realmente resultan incómodos hasta para el espectador; el contenido sexual, visto siempre del modo más áspero posible; y por último, el mismo fondo de la película, la misma trama. El tema religioso que tan presente está en este rincón del mundo.

Cada película que resulte tan punzante, tan severa y tan real (sobre todo tan real) con respecto a este poderío religioso que nos mantiene esclavos sin saberlo, termina siendo de suma importancia. Y el que esté tan bien realizada, con una estética notable, con diálogos necesarios, con una construcción de los personajes sumamente pulcra, con actuaciones que te dejan la piel de gallina, con escenas que se quedan en tu mente dando vueltas luego de ver el film, hace que esta película realmente sea una de las mejores que Chile tiene para entregar.

Más en http://bloodstab.blogspot.com.es/2015/10/el-club.html
Angeles
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