Brigada criminal

Se puede decir de esta película que tiene un argumento propagandístico y super tópico, que los malos son verdaderas caricaturas y los buenos angelotes de sacristía, que las situaciones son forzadas y los diálogos de patio de colegio, pero lo que es innegable es que el director ha captado bien las esencias del género negro más clásico. Ese blanco y negro, con esos contrastes de luz tan buscados, esa estética de trincheras y sombreros que recuerdan los trazos de tinta del comic, esa música que realza las escenas de acción... No falta de nada, ni los tiros, ni las persecuciones, ni el "siga usted a ese taxi", ni la referencia al mundo del espectáculo, ni siquiera el rasgo peculiar de carácter de algún personaje (ese dado que decide la suerte en manos de un "malo"). En ese aspecto la película es un portento para una época tan temprana. Curiosamente "La jungla de asfalto" es de ese mismo año.

1950 es un año que habitualmente se usa para marcar el nacimiento del cine negro y policíaco español -habría que indagar en el cine español de los años 40 para ver hasta qué punto es eso cierto- y ello es así en buen modo por "Brigada criminal" y por "Apartado de Correos 1001", de Julio Salvador, en fin, producciones baratas hechas en Barcelona. De ambas obras se puede decir que tienen valor histórico, documental y cinematográfico, y que son clásicos de nuestro cine. "Brigada criminal" me ha gustado bastante. Es un film con un ritmo incesante, que no decae nunca, hasta el final, y en la que se aprecia una destreza en la puesta en escena y en el montaje. El problema -tal vez el error- que a veces se presenta es el de entender este tipo de cine español como un cine absolutamente mimético, interesante en tanto se acerca a sus modelos (el cine negro de Hollywood) y no como un cine con una personalidad propia. Considerada por sí misma, y considerada en relación con el cine español de 1950, "Brigada criminal" es una obra estupenda. Iquino era un gran cineasta, al menos en sus mejores tiempos.

Uno de los títulos fundacionales del cine policíaco español y todo un panegírico a las fuerzas del orden, cuyo argumento gira alrededor de un agente novato infiltrado en una banda criminal que acaba de robar un banco.
El prolífico Ignacio F. Iquino nos mete de lleno en una trama sobre policías y gángsters caracterizada por algunos rasgos esenciales del género, como un brioso ritmo narrativo y una realización repleta de contrapicados. La acción culmina en una impactante secuencia donde buenos y malos se enfrentarán en un gran edificio en construcción.
Dos décadas después, el propio Iquino escribió y produjo un remake inconfeso: "Investigación criminal".



"Te aseguro que hoy estaré sentado a la mesa a las 14:30 en punto."

Los buenos tiempos de Iquino. Un policiaco rodado de forma suelta, con influencia (algo excesiva) wellesiana y una mímesis (quizás demasiado también) en el brillante policiaco urbano, en tono de reportaje, americano. Está bien, pero no es tan redonda como el otro gran título de ese año, "Apartado de correos 1001". El reparto aguanta bien el tipo, hoy día se está revalorizando casi como un título clásico de nuestro cine y está enfocada a ser un homenaje a la policía como institución. La trama es algo floja para sus propósitos.

Al lado de lo que desde mucho antes, en otras cinematografías, se hacía de cine negro, esto es un simple intento, lastrado además por una propaganda directa y a la vez ingenua de la policía, que no venía a cuento. Para este género se requiere más malicia e intríngulis.
Trama y guión no están mal, pero las interpretaciones son mediocres y a algunos actores se los ve acartonados y sin naturalidad.
Un intento de imprimir ritmo se ve en la sucesión de contrapicados y de planos cenitales. No se aprovecha tampoco nada de lo que ya sabía de la importancia del claroscuro y de una iluminación sugestiva.