De acuerdo con la crítica de Shledon. No hay intriga porque sabemos el final. Lo que hay es un alargamiento cansino de varias historias, tampoco especialmente dramáticas o de comedia. Defecto estructural de la mayoría de las series: van estirando las tramas hasta que ya resulta ridículo no acabar de una vez.
No vi la segunda temporada porque ya estaba harto de siempre lo mismo.

Obra muy personal de Scwenike, que a él le podrá parecer un contrapunto entre la vida y obra de Séneca y el mundo actual. Allá él. Pero lo que le llega al espectador es un pastiche, baratito en la producción, sin mérito especial en la planificación y el rodaje y, eso sí, lleno de palabras, palabras, palabras, vomitadas por un John Malkovich nada convincente.
Conozco desde hace tiempo la obra de Séneca, los ensayos y el teatro. Y puedo decir que lo principal no es presentado aquí. En lugar de un pensador complejo y a veces contradictorio se nos ofrece un fantoche.
El pensamiento estoico es algo muy serio y Séneca recogió y enriqueció la tradición de ese modo de ver la vida.
Nada o muy poco aparece en esto, que parece, más bien, teatro de aficionados.

No hay remedio: hoy por hoy en España no aparecen ni buenos guionistas ni buenos directores que sepan montar una película con trasfondo histórico. Si se compara, por ejemplo, con los que hacen los ingleses.
Esto es un bodrio sobre la investigación, hoy, de un asesinato cometido en el siglo XVI, siendo la víctima un fraile de la Universidad de Salamanca.
La parte del siglo XVI es horrorosa, con actores pésimos, con una idea de la Inquisición muy primaria y tópica.
La del siglo XXI, quizá peor. La investigadora ve dos veces a un tipo que desea enseñar en la Universidad y a las primeras de cambio, al catre.
Debería el espectador sentirse intrigado, pero todo está tan mal hecho que le da igual lo que salga.
El mar de fondo, pienso, está en que no se sabe ver la historia pasada con los ojos de quienes la vivieron y no con lo políticamente correcto de ahora. De ahí la impresión constante de superficialidad.

Película sencilla y emotiva, que destaca, según una historia real, un caso feliz de adopción.
Ya se sabe que atraen más por lo general las desgracias que los felices acontecimientos, pero estos también se dan y no pasa nada para que una película los cuente.
Desde el punto de vista de la técnica de cine es una película corriente, sin alardes de planos. Va a lo que va. A contar la vida de un conjunto de personas que destaca por su generosidad y su fe.
Personalmente he de decir que me emocionan los buenos sentimientos, los detalles de amistad, lo bueno de la vida. Por eso he disfrutado con esta película, que no es gran cosa pero a la vez es buena.

Es Islandia pero podría ser cualquier otro país occidental en semejante nivel de riqueza o incluso menos. Momentos de las fiestas de Navidad y Año Nuevo con reacciones cotidianas, espléndidamente filmadas.
Hay un montón de tramas solo incoadas, pero el espectador puede terminarlas o no. En conjunto es un mosaico que demuestra la natural semejanza de sentimientos y emociones. Todo con una fotografía precisa, clara, a veces deslumbrante.
La mejor escena, para mí: la del perro ante el estallido de petardos y cohetes. Como si pensara: ¡qué absurdos son los seres humanos!