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Los dioses vencidos

Bélico Christian Diestl (Marlon Brando) es un teniente del ejército alemán que ama a su país, pero guarda serias dudas con la guerra que comienza a abrirse camino. Noah Ackerman (Montgomery Clift) es un soldado americano que sufre las presiones de sus propios compañeros y jefes, pero está dispuesto a defender lo que es justo a como dé lugar. Ambos se enamoran de chicas con carácter, y esto también sirve de acicate para mantener el impulso de ... [+]
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Críticas 25
Críticas ordenadas por utilidad
9 de septiembre de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
135/12/18/08/15) Apreciable film antibélico de Edward Dmitryk, de los primeros en que se daba personalidad y alma a los soldados alemanes, no siendo caricaturas, intentando dar un enfoque equilibrado de estos, queriendo mostrarnos el cómo personas normales se vieron arrastradas en la vorágine nazi, hay que darle la licencia de su contexto. Se hizo trece años después de acabada la Segunda Guerra Mundial, y quizás los vencedores se sentían con la perspectiva del tiempo pasado en la obligación de humanizar de algún modo al antiguo enemigo, queriendo hacernos ver que no todos los germanos eran nazis, que no todos los soldados con la esvástica eran nazis, que había buenos alemanes “engañados”, especie de rehabilitación de la sociedad alemana en la que se nos quiere hacer ver que parte de ella era noble y no viles sanguinarios desalmados, también había que resarcir al pueblo alemán ante tanto film en que se los demonizaba, sobre todo teniendo en cuenta que USA y la Europa Occidental estaba en plena Guerra Fría, y la RFA era un pilar básico contra la URSS y sus satélites tras el Telón de Acero. El guión es de Edward Anhalt (“Becket”), adapta con libertad (relato los cambios más relevantes en spoiler) la novela “The Young lions” (1949) del dramaturgo neoyorkino Irwin Shaw (“Deseo bajo los olmos” u “Hombre rico, hombre pobre”), que se inspiraba en sus propias experiencias como oficial estadounidense durante la WWII, era judío como uno de los protagonistas de la historia. Asimismo es de los primeros films que se trata el tremebundo tema de los campos de Exterminio nazis. Fue un gran éxito comercial, obteniendo tres Oscars, fotografía, sonido y música. Sinopsis omitida.


Es un film en el que se intenta dar algo de dignidad a los alemanes, se les muestra en situaciones cotidianas, amables, confraternizando con mujeres, intentan motivar sus comportamientos (erróneos), visto hoy día resulta algo irregular, cojea por la parte de la mirada americana, demasiado blandita, el tema valiente en principio del antisemitismo de los propios americanos queda un poco naif, y esta subtrama de Noah queda demasiado similar a la de Prewitt en “De aquí a la eternidad”, además con el mismo actor interpretándolo, la de Michael resulta regularmente expuesta, no te crees a Dean Martin en este rol, se demasiado despreocupado para entender su mundo interior en el que se debería exteriorizar su lucha entre su cobardía y su sentido del deber. Al ver el film se siente que este mosaico de situaciones a uno y al otro lado del frente de guerra queda muy descompensado, uno lo que desea al ver el film es que se detengan más tiempo en el lado alemán mucho más rico en matices y aristas.

Historia de marcado carácter pacifista, que nos habla del honor, de la cobardía, de la xenofobia, sobre todos los males que acarrea la Guerra, explora a varios personajes micro para dar una visión macro del conflicto y de la gente de abajo que guerreo en la WWII, se quiere dar una proyección existencialista de las dudas y resquemores de estos protagonistas, sus miedos, esperanzas, desilusiones, gente común arrastrada a la batalla por diferentes motivos, el alemán por idealismo mal entendido, Noah al parecer por reconocimiento, y Michael peleando contra sus sentimientos, se queda escasa en este sentido, no logra hondura, se queda cortita, el relato intenta ocupar demasiado espacio, esto entorpece la fluidez, siendo los personajes construidos a base de líneas tópicas, escasamente perfiladas, donde las elipsis entorpecen la comprensión y abundan en cierto modo cliché, entendiéndose medianamente algunos comportamientos. En una cinta que se supone en contra de la guerra no se habla de los motivos de esta. Tampoco ayudan sus exiguas escenas de guerra, excepto el tramo del Norte de áfrica el resto se sienten como trifulcas sin entidad alguna. Todas estas taras se podrían haber pulido eliminado todo lo referente a los americanos, y dentro de esta subtrama de los dos americanos brilla aún más por su nulo peso emocional sus romances, pesos muertos que rozan la cursilería, incluso como bien he leído se repiten las mismas situaciones añadiendo la de Christian con la francesa, la mujer se enfada con el hombre (Michael, Noah y Christian) y termina besándolo, remarco que con únicamente el lado teutón habría habido más solidez y no la dispersión que reluce el argumento, que avanza a trompicones, se podría haber ahondado en las contradicciones de los personajes, en su derrumbe moral, en su agonía interna, en la odisea vital que se atisba pero no se profundiza de Christian.

El elenco actoral de principio chirría, se nota son personajes para jóvenes, y estos actores están ya más que tayuditos, resultan de inicio forzados. Marlon Brando de rubio platino está en su línea de enorme actor que transmite con solo una mirada, hablando genuinamente con acento alemán, sabe transmitir el arco de desarrollo que es su rol, del idealismo, la esperanza, la ilusión, la incomprensión, el hastío, a la rabia, y el colapso emocional, el ejemplo del hombre de nobles e íntegros pensamientos que se ve arrollado por un tsunami de patriotismo mal entendido, tan humanizable hizo a su Christian que fue criticado. Montgomery Clift es el que parece mayor de todos (es el primer papel tras su famoso accidente de coche que le causo parálisis facial parcial), a pesar de esto da bien con el tipo retraído, pero con mucho coraje, obstinado y testarudo, aún así me falta más introspección para saber de dónde le viene tanta tortura interior, tanto sufrimiento que deja entrever, y lo dicho, un calco de su Prewitt. Fue la única vez que coincidieron en un film Brando y Clift, dos símbolos del método del Actor’s Studio, aunque no comparten escena alguna...(sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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28 de octubre de 2007
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dmytryk es un director que nunca he llegado a entender cómo ha gozado de tantísima fama por sus cintas de cine negro, bélicas y westerns de diverso carácter. Siendo un plagiador nato de argumentos, y sin ser capaz de dejar su sello nunca, se le reivindica como un gran director. Incomprensiblemente, siempre contó con repartos espectaculares a los que el resto de la película, como su trabajo o el guión, nunca estaban a la altura. Aquí vuelve a suceder eso, y confirma su total incompetencia para afrontar grandes retos, y que nuevamente es incapaz de contar una historia con una buena base y con unos mimbres que otros grandes directores de la historia ni soñaron conseguir. Mezclando historias de una forma tan artificiosa como lo hacía recientemente Babel, todo da al traste al no conseguirse transmitir la sensación de locura de la guerra que pretendía el director, y que, por tanto, hacen que la cinta sea fallida en casi todos los aspectos.

Con un marcado carácter antibelicista, la cinta intenta, a modo de falso díptico, dar dos puntos de vista diferentes de un mismo conflicto, pero no logra profundizar en la creación de dos formas diferentes de concebir la batalla más que a base de tópicos. El guión, al abarcar demasiados hechos en poco tiempo, no consigue dar sensación de fluidez, haciendo que la historia avance a trozos, rompiendo la premisa básica de cualquier guión, causa-efecto. Una cinta con muchos cortes, y con unas elipsis que abarcan demasiados años, en los que no se explica el desarrollo de los personajes. Nunca se logra situar al espectador en el verdadero conflicto, dándonos apenas un par de escenas bélicas de una débil recreación, para situar después a los personajes en continuas diatribas filosóficas sobre la guerra, el honor y la cobardía. Dmytryk no entendió que todos sabemos que la guerra es una mierda, lo que no entendió es que sus personajes tienen que entenderlo y transmitirlo. En un último intento, el director recurre a la baza del melodrama para intentar dotar algo de sentimiento a una historia abocada al fracaso por el mal uso de los grandes instrumentos con los que contaba.

Los tres personajes protagonistas están construidos a brochazos, sin quedar perfectamente definidos. Nunca llegamos a comprender sus acciones, sobre todo en el caso de los americanos. ¿Realmente cuál es su opinión sobre la guerra? ¿Por qué Clift, notablemente mermado tras su accidente, está tan torturado? ¿Dean Martin, si tan cobarde es, por qué se pasa toda la película con esa cara de felicidad?. El personaje que mejor construído está es el de Brando, pero, a pesar de ello, sigue siendo demasiado contradictorio, poco perfilado, lo cual no es óbice para que realice una portentosa interpretación, aunque salteada con los clásicos tics del Actor's Studio. Clift y Dean Martin, por el contrario, andan perdidos, y sólo Maximiliam Schell está a la altura de Brando. Decepcionante.
Tony Montana
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31 de julio de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una guerra, podría decirse que malo es aquel gobierno que agrede a una nación en paz y bueno es aquel pueblo que se defiende contra los agresores. Mala es aquella nación que desea apropiarse de las riquezas legítimas de otro país y bueno es aquel pueblo que lucha para impedir que le sean sustraídas. Bueno es aquel pueblo que propende por la recuperación legal de las tierras y/o latitudes marítimas que antes le pertenecían y malo es aquel país que sigue empoderado de lo que algún día adquirió arrasando a un pueblo o violando normas internacionales.

Por otra parte, entre los soldados que luchan en una guerra, también hay "buenos" y "malos"… y curiosamente, no son buenos todos los que luchan en favor del pueblo bueno, ni son malos todos los que luchan en favor del pueblo malo.

Para entender esto a la perfección, nada más significativo que esta lúcida película de Edward Dmytryk, en la que ilustrará la vida de dos soldados (uno alemán y otro americano) a quienes nos mostrará entre la suerte de gente que les rodea y en sus diferentes facetas (como amigos, como seres enamorados, soldados dentro de su ejército… y como combatientes en el campo de batalla). Marlon Brando y Montgomery Clift, nos demostrarán de nuevo porqué fueron siempre dos de los grandes y sus personajes estarán tan llenos de matices que, nuestra perspectiva de la guerra, quizás cambie sustancialmente.

El filme resulta muy original desde la perspectiva que se plantea y el guión de Edward Anhalt, que parte de la novela “The Young lions” (1949) de Irwin Shaw (1913-1984), quien se basó en sus propias experiencias como oficial del ejército estadounidense durante la II Guerra Mundial, resplandece con su magnífico contraste, el cual rompe de una vez por todas con las visiones sesgadas que, hasta entonces, el cine y otros medios nos venían ofreciendo.

Infortunadamente, creo que no venía al caso la fuerte relevancia que se le da al personaje de Dean Martin, sin duda para equiparar su renombre con el de Brando y Clift, pero resulta más un distractor que un fuerte complemento, y por esto mismo, el clima de la historia a ratos se dispersa. Mucho mejor lucen los personajes femeninos de la adorable Barbara Rush (Margaret) y de Hope Lange (Hope), y en general, la historia tiene mucho brillo en sus personajes, un poderoso sentido de humanidad y un eficaz complemento visual.

Esos “pequeños restos de decencia humana” de que habla alguno de los militares, lucen aquí de maravilla y permiten que nos demos cuenta de que es posible encontrarlos donde menos lo pensemos. Se siente uno muy a gusto cuando, al final, siente que el corazón acoge por igual al soldado, Noah Ackerman, que al teniente, Christian Diestl. ¿Y qué tal lucen los absurdos –por prejuiciados- yerros humanos?

“EL BAILE DE LOS MALDITOS” (un descabellado título) es un filme para cualquier antología del cine de guerra.

Título para Latinoamérica: “LOS DIOSES VENCIDOS”
Luis Guillermo Cardona
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18 de enero de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante film bélico bien interpretado por un lujoso reparto. La acción recae especialmente en sus dos máximos protagonistas: Marlon Brando y Montgomery Clift.

El primero de ellos es un eficiente oficial alemán, cuyo patriotismo le lleva a cumplir con los deberes de la patria por encima de cualquier otra cosa. Brando es el reflejo de todos aquellos alemanes esperanzados con la figura de Hitler que con el transcurso de la guerra ven decepcionadas sus expectativas. Es de esas personas nobles y responsables que no quiere creer que sus esperanzas de lograr una vida mejor se van truncando, para ello trata siempre de esquivar las situaciones que le desagradan como cuando pide el cambio de destino de Francia al Norte de Africa. Es un hombre íntegro pero no es capaz de enfrentarse a sus problemas de conciencia por su patriotismo y alto sentido del deber.

Por otro lado está Montgomery Clift, una persona acomplejada y retraída pero tenaz y valiente que será capaz de ganarse el respeto de sus compañeros por su obstinación y afan de superación. El papel le viene que ni pintado a Clift.

Dean Martin interpreta al amigo de Montgomery Clift, un cantante de éxito vividor y cobarde pero que espoleado por su novia acaba alistándose y aunque por sus contactos consigue destinos poco peligrosos, la amistad que le une a Clift le lleva a acompañarle al frente.

Maximilian Schell es un joven oficial metódico, estricto y sanguinario lo suficientemente inteligente como para pasar por alto las graves insubordinaciones de Brando porque no puede permitirse el lujo de prescindir de un oficial como él si quiere sobrevivir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Harold Angel
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29 de marzo de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores películas sobre la segunda guerra mundial en la que se nos muestra las historias paralelas de tres hombres llamados a participar en el conflicto. El teniente Diestl (Marlon Brando) es un oficial alemán al que no atrae la política y que simplemente piensa que Hitler va a mejorar las cosas, vive ajeno a la tragedia que se avecina, pues no es consciente de todo lo que encierra la ideología nazi que desconoce, en el transcurso de la contienda se irá dando cuenta de la verdadera dimensión de todo aquello, llegando a conocer la realidad de los campos de exterminio y se sentirá profundamente desengañado. Michael Whitecre (Dean Martin) es un cínico y famoso actor de Broadway que es llamado a filas pese a su rechazo de los deberes militares y el temor a arriesgar su vida en el campo de batalla. Y por último, Noah Ackerman (Montgomery Clift) es un soldado americano de origen judío, un tipo tímido y retraído que se ve marginado durante el periodo de instrucción y sometido a ciertas vejaciones por algunos de sus superiores y compañeros, pero que al final será capaz de ganarse el respeto de todos por su obstinación, valentía y afán de superación.

Basándose en la novela de Irwin Shaw “The Young Lions” (“Los jóvenes leones”), que es como se tituló en EEUU, Edward Dmytryk adaptó para la gran pantalla está historia de marcado carácter antibelicista, ofreciéndonos una película muy recomendable, una historia sobre la lealtad, la amistad, los principios personales y, por qué no, sobre el romanticismo en tiempo difíciles, todo ello camuflado en un film bélico que más bien se podría catalogar como un drama bélico, aunque tenga algunas escenas con algo de acción.

Estupendo guión lleno de varias lecturas, Fotografía profesional con un espectacular blanco y negro, y un buen acompañamiento musical de Hugo Friedhofer.
Juan Marey
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