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La noche de las gaviotas

Terror Los Caballeros Templarios van en esta ocasión a un pueblo pesquero para seguir practicando sus sangrientos sacrificios. Cuarta y última parte de la tetralogía de terror-serie B de Amando de Ossorio, que se completa con "La noche del terror ciego" (1971), "El ataque de los muertos sin ojos" (1973), "El buque maldito" (1974) y "La noche de las gaviotas" (1975). (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
3 de febrero de 2017
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es la última de la saga. He estado investigando un poco sobre la saga, y he descubierto que las tres primeras fueron un autentico éxito. La primera incluso fue estrenada en cine en Inglaterra, algo muy raro por aquel entonces para una producción española. Gracias a ello, los productores alemanes pusieron más dinero que en las anteriores películas, incluso adelantaron dinero. Ello repercute directamente en la fotografía, mucho más cuidada que en las anteriores películas de la saga. El guion es tan bueno que en las anteriores películas. Lo peor de la película, que no es necesariamente malo, son las actuaciones. También he descubierto que sólo le daban al director cuatro semanas para el rodaje, como en las otras películas. Esto no impide para que sean buenas películas.

Incluso se habló de hacer una quinta parte, que enfrentaría a los Templarios con el hombre lobo polaco Waldemar Daninsky. Para el guión se barajó el título de “El Necronomicón de los Templarios”. No se llevó a cabo el proyecto ya que Paul Naschy empezaba su carrera como director y no estaba muy interesado en el tema.

Las localizaciones son todas en España, Ampurias y Tossa de Mar en Girona y Talamanca del Jarama en Madrid.

La película fue la menos taquillera de la saga en España (desconozco si se estrenó comercialmente en otros países, donde si se lanzó en el mercado domestico), con 8.853.887 pesetas, obteniendo 156.336 espectadores. Aún así, tuvo muchos beneficios.

En definitiva, si te gusta la serie B, te gustará esta película y toda la saga.
Javier
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24 de febrero de 2024
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Debe ser muy difícil hacer cine. Montar una película, pedir el dinero, guionizar una historia, contratar a los actores, localizar exteriores, etc. Hacerlo bien con dinero debe ser más fácil. Hacerlo sin dinero, o con medios ajustados, debe ser muy difícil. Dificilísimo.
Entiendo, porque he leído un poco -la verdad, muy poco- cómo Ossorio montaba sus películas. Un héroe. Un apasionado con mucho empuje, muy poca ayuda y escasa fortuna.
Su idea de la "Noche del terror ciego" es brillante. Es la construcción de un ideario propio de muertos vivientes basado en leyendas templarias. Son cuatro películas, que se pueden ver sin orden porque no están seriadas, ni son los mismos personajes, ni tienen continuidad: "La noche del terror ciego" (1972), "El ataque de los muertos sin ojos" (1973), "El buque maldito" (1974) y "La noche de las gaviotas" (1975).
En todas ellas se narra la aparición, la reaparición mejor dicho, de unos templarios, con sus caballos, con sus espadas y sus trajes raídos, en el tiempo actual. Al comienzo de la película se cuenta un hecho sangriento del pasado protagonizado por unos templarios. Luego, en el tiempo actual, en los mismos escenarios, ocurren acontecimientos y circunstancias que se relacionan con los del pasado. Bien por el lugar, bien por la fecha, etc.
Esta tiene su gracia, y quizá sea la mejor de la saga. Siempre hay una chica muy guapa, un hombre valeroso y un desenlace sangriento.
A veces es morbosa, otras miedosa. Pretende tener una entidad propia, pero el producto final queda algo acartonado. Le falta entidad y profundidad, empaque y energía. Le falta calidad. Tiene ingenio, mérito, pero no es una gran película. Es entretenida, 'sabrosona' y 'resultona', especialmente para el público español. Pero no sé si puede tener desarrollo en otros países. Me gustaría saber cuál es la opinión de un cinéfilo extranjero muy aficionado a estas cintas de los muertos vivientes.
ÁAD
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25 de noviembre de 2018
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta es la cuarta y última parte de la Tetralogía del Terror Ciego de Amando de Ossorio, tras „La noche del terror ciego“ (1971), “El ataque de los muertos sin ojos” (1973) y “El buque maldito” (1974). Como en las otras tres entregas, los demoníacos templarios son adeptos a un culto con sacrificios humanos, y persiguen el objetivo de la vida eterna. Por las noches emergen de sus tumbas para nutrirse con la sangre y las vísceras de sus víctimas. Los muertos vivientes son unos esqueletos vestidos con hábitos de fraile que se mueven con suma lentitud y que al ser ciegos se guían por los sonidos. La tétrica y envolvente atmósfera es sin duda lo más destacable, tanto en la película que nos ocupa como en las demás que componen la tetralogía.

En ésta ocasión, los huraños aldeanos del lugar al que han llegado Henry y Joan buscan aplacar a los templarios entregándoles bellas vírgenes: Cada 7 años, 7 siete chicas en 7 noches consecutivas. Los nocturnos graznidos de las gaviotas son “los lamentos de los espíritus las doncellas sacrificadas”, algo muy poético y que nos remite a Bécquer.

El siniestro culto se va perpetuando a causa de la pusilanimidad de los pueblerinos, quienes no se rebelan y siguen ofrendando a sus propias hijas a esos engendros sedientos de sangre. Cabalgando los caballos-fantasma de los templarios, Henry se meterá directamente en “la boca del lobo”, en el castillo, para encontrarse allí con la raíz del problema al que hay que enfrentarse para derrotar a los templarios: La demencial deidad que los muertos vivientes adoran…

Alucine Cinéfago
https://alucinecinefago.wordpress.com
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alucine Cinéfago
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9 de enero de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante un filme pasable, que entretiene y deja verse. Sin duda es de los mejores del subgénero de Fantaterror. Las interpretaciones no son malas aunque los monjes no dan miedo más bien lástima y piensas: pobrecillos que al menos cojan algo de carne. Impresionantes carnes las de Sandra Mozarowsky. Buen culo el de la madrileña María Kosty. Interpretación genial del catalán Víctor Petit como Henry.

Muy buena fotografía con paisajes increíbles de la sierra madrileña cosidos con la costa catalana.

El filme comienza con un carromato en medio de la noche donde pueden percibirse el ulular de los búhos y el aullido de los lobos. Una dama de buena familia es guiada por un arriero que se pierde por culpa de la niebla. Al final cae en las manos de los templarios que lo asesinan y secuestran a la mujer. Esta es atada al suelo de un templo con los brazos y piernas abiertos, le desnudan los pechos (con unos pezones por cierto grandes) y le extraen el corazón. La escena cambia al presente donde estos caballeros siguen ávidos de sacrificios...

Frase de la película: "Lucy ha quebrantado las leyes y ha sido castigada".
nahum
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30 de enero de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que es bastante sosa, los templarios zombies son la ostia, como en todas las demás de Ossorio, pero la veo muy simple y menos elaborada que otras, por ejemplo con los caballos, que no son zombies como en "El Ataque De Los Muertos Sin Ojos".
En ésta película los zombies son más rápidos, al menos a ratos, pero poco letales. El Final, muy simplón.
TANOMUERTO
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