La noche de las gaviotas

Cuarta entrega de la saga de los templarios sin ojos de Amando de Ossorio. Aquí vemos que tanto la saga como el propio cine de Ossorio ha evolucionado y es mas maduro, apoyándose en un guión que, sin ser una maravilla, es mejor que los que le anteceden. De nuevo vuelve a rodad en las costas gallegas aprovechando al máximo los escenarios naturales y sus gentes lo que le otorga una apariencia mejor de lo que por si misma es (la inclusión del terror en un escenario rural de la época, es un buen punto) No es una mala película, es entretenida y hará las delicias de los fans de los templarios sin ojos pero sigue siendo cine de Ossorio con todos sus defectos (que son demasiados) y sus virtudes (que son menos). Condicionado por un presupuesto mínimo y una época donde los efectos especiales eran una caretas de goma, Ossorio saca oro de las piedras apoyándose en un ritmo lento pero efectivo, buena banda sonora y ofreciéndonos lo de siempre: templarios sin ojos, sangre y pechos de mujeres. ¿No es acaso eso lo que esperábamos de él? Pese a su condición casposa de cine Z tiene ciertos detalles que la hacen destacar entre e, cine de su genero. Hay que entender este tipo de cine por la época y el país donde se rodó. Lo que hizo Ossorio con la saga de los templarios sin ojos era algo que aquí nadie hacia y él lo intentó con fortuna (hay que reconocerle su mérito). Pero no os engañéis, esto sigue siendo cine casposo de clase Z... eso si, buen cine de clase Z.

Con la última entrega de la serie de los templarios asesinos, el director dio con la tecla y ofreció la mejor de las cuatro películas.

Quizá el acierto fuera dotar a esta película de cierto ambiente lovecraftiano, con su pueblo lleno de gentes hurañas y extrañas y esa atmósfera insana y ominosa.

No sólo hay esa referencia a la obra de Lovecraft; además tenemos la presencia del mar (aunque se trate del pueblo de Patones, en Madrid), las gaviotas y los cangrejos y, por supuesto, la presencia de un culto antiguo y oculto, como en casi todos los relatos del escritor americano.

Con estos mimbres y sumando lo bueno de las anteriores entregas, como los templarios, nos encontramos con una película muy interesante, con una atmósfera de terror bien lograda y que, a pesar de los fallos, se sigue con interés.

Amando de Ossorio cierra el ciclo de vampiros-zombies-templarios-sin-ojos con una cinta que trata de recuperar el espíritu de la primera parte y alejarse de las fallidas y desastrosas: "El ataque de los muertos sin ojos " y "El Buque Maldito"..

A decir verdad, el filme cuenta con una factura algo más trabajada que sus antecesoras: ahora se incide de una forma mucho más explicita en los tintes lovecraftianos, con unos templarios que se dedican a chupar sangre y hacer rituales arcanos por mor de una deidad submarina que les otorga vida eterna si realizan siete sacrificios con jóvenes vírgenes de buen ver. Aunque no se explicite, es más que obvio que el autor está intentando llevar a la pantalla el relato de Lovecraft, "La Sombra sobre Innsmouth", a saber: aldea en calcoño, alejada de toda civilización, paisanos más ariscos que un gato en celo con todo aquel forastero que recale en dicho agujero. Leyendas, gaviotas, cánticos nocturnos y nuevamente: los templarios haciendo de las suyas. A estas alturas, los auténticos héroes de la cinta son los templarios sin ojos, puesto que los pobres tienen que hacer frente a una panda de víctimas a cada cual más inútil y patosa: típica escena de mujer corriendo y sin saber por qué, se tuerce el tobillo, (escenas repetidas hasta la extenuación en toda la saga)

Al menos el director se ahorró el gusto de rodar otra violación casposa y ahora se limita a los rituales arcanos.

La cinta en si misma, no es mala. De hecho, es junto con "La Noche del Terror Ciego", (1971) de lo mejor de la saga pero inferior a su primera parte. El problema es que llegados hasta aquí y tras dos criminales secuelas, ya estamos un poco cansados de tanta cutrez y templarios de la ONCE. Su gran logro es tratar de enmendar el desastre de las anteriores y dar un digno sepelio a una saga, cutre pero querida por parte del establisment de frikismo casposo patrio.

Cuarta y última entrega sobre los caballeros templarios a cargo del muy infravalorado Amando de Ossorio, un director a tener en cuenta le pese a quien le pese que demostró cuanto amaba el cine ( si es verdad que su estilo de dirección era algo tosco e irregular también hay que reconocerle la pasión que ponía a la hora de realizar su trabajo, algo casi más importante que una buena técnica según mi opinión.)
En esta cuarta parte nos encontramos con un guión mucho más trabajado en donde los personajes están bastante mejor construidos que de costumbre, (quizás es el filme de toda la saga donde los personajes están dotados de mayor humanidad y de una corrección dramática más que correcta.) Las escenas de sangre y violencia son mucho más escasas pero la verdad es que no las echamos de menos porque Ossorio construye una película en donde el aura de misterio nos envuelve por completo.
Un filme mejor rodado, mejor narrado y mejor interpretado que los anteriores destacando a Maria Kosty que hace una interpretación más que creíble, y vuelve a demostrar que era y es una de las mejores actrices de su generación, ( con permiso de otras grandes como Maria Luisa San Jose, Esperanza Roy, Paca Gabaldón, Cristina Galbó y Maribel Martín.)
En definitiva una maravilla que sabrán apreciar todos los amantes del fanta-terror Español.

Muy buena película, la mejor de Amando de Ossorio y sus zombies templarios. De nuevo explota el lugar donde se realizan los sacrificios (un pueblo pesquero alejado de todo) donde los habitantes del mismo viven con miedo de la amenaza templaria.
Los protagonistas trataran de averiguar que sucede en el pueblo. En general se realiza un buen trabajo de interpretación y se consigue mantener al espectador interesado por los rituales que poco a poco vamos descubriendo.

Si has visto otra de las películas de Ossorio y no terminan de gustarte, este es el film que buscabas.