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La batalla de Chile (Parte I): La insurrección de la burguesía

Documental Salvador Allende pone en marcha un programa de profundas transformaciones sociales y políticas. Desde el primer día la derecha organiza contra él una serie de huelgas salvajes mientras la Casa Blanca le asfixia económicamente. A pesar del boicot, en marzo de 1973 los partidos que apoyan a Allende obtienen el 43,4 por ciento de los votos. La derecha comprende que los mecanismos legales ya no les sirven. De ahora en adelante su estrategia ... [+]
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
14 de enero de 2016
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse para siempre a la muerte
matar y matar más para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.

Qué se puede decir de un documental de la envergadura de La batalla de Chile. Qué decir de aquella Chile, de lo que quería Allende, del cambio, de la justicia, del pueblo, qué decir de la traición, del bombardeo del palacio de la moneda, de ese monstruo llamado Pinochet, de las desapariciones, de Jorge Müler, de los que apoyaron ese golpe y esa dictadura, qué decir de los que no la condenaron ni la condenan.

Qué se puede decir cuando aún hoy se puede ver cómo la historia se repite.
DaniBalboa
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4 de febrero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras haber sido candidato a la presidencia de Chile en tres ocasiones previas, en el caso de Salvador Guillermo Allende Gossens, la cuarta fue la vencida. Era el año 1970, y en una reñida elección tripartita, consiguió el 36.6% de los votos, convirtiéndose, así, en el primer presidente marxista del mundo en llegar al poder mediante elecciones generales. A, Salvador Allende, lo apoyaba una coalición de partidos de izquierda que se denominó Unidad Popular y su propósito, desde un principio, fue comenzar a dar los primeros pasos para conseguir que Chile se convirtiera en una república socialista. Con este ideal muy claro, inició la nacionalización de las minas de cobre; profundizó la reforma agraria que había dejado iniciada su antecesor, Eduardo Frei; aumentó los salarios y congeló los precios de los alimentos; aseguró un plan de distribución de canasta básica que llegaba a las familias en condición de pobreza o miseria absoluta… pero, estando en tiempos de la enfermiza Guerra Fría, pronto el gobierno de la Unidad Popular comenzó a padecer el intervencionismo estadounidense que encabezaban, el presidente Richard Nixon y la Agencia Central de Inteligencia (C.I.A.), quienes querían impedir, a toda costa, que el “comunismo” (¿?) se expandiera por Latinoamérica, ya que eso no convenía a sus intereses económicos y expansionistas.

Lo que sigue de aquí en adelante, son una sarta de estrategias para agudizar la crisis del país, bloquear los cambios que proponía la Unidad Popular, y alimentar la impopularidad del nuevo gobierno con el fin último de derrocarlo.

Patricio Guzmán, ya había hecho su película de graduación, “El Paraíso Ortopédico” (1969), un cortometraje que se suma a, “La Tortura y otras Formas de Diálogo” (1968) -obsérvese la ironía del título-, y en ambos, ya queda explícito el propósito de esta primera etapa de creación cinematográfica: Narrar la problemática de América Latina, bien lejos de la historia oficial y lo más cerca posible de la realidad objetiva. Su primer documental largo, “El Primer Año”, donde rinde homenaje al presidente Allende, lo confirmaría.

Sin embargo, cuando estaba proyectando rodar un filme de ficción-documental sobre Manuel Rodríguez, uno de los padres de la patria, en el país se inicia la gran ofensiva reaccionaria contra el gobierno constitucional, y entonces, Guzmán sintió que era necesario registrar lo que estaba ocurriendo… y de nuevo, con la valiosísima ayuda de Chris Marker, consigue película virgen y cintas magnetofónicas; y con cámara y grabadora proporcionada por la Productora América, se propone rodar un exhaustivo análisis de la realidad… y así nace, <<LA BATALLA DE CHILE, La Lucha de un Pueblo sin Armas>>, que luego se convertiría en una trilogía que, hoy día, es considerada como unos de los documentos más valiosos de la historia latinoamericana.

En esta primera parte -de la que solo deseamos mayor rigor en la edición- se registra, con gran efectividad, el momento previo a las elecciones legislativas; la consolidación de la UP; la creación de las JAP (Juntas de Abastecimiento y Control de Precios); el boicot parlamentario a los proyectos del partido de gobierno; la intervención de la C.I.A. en la organización e instrucción de, Patria y Libertad, el partido de ultraderecha; la huelga de los mineros del cobre… y la llegada del ejército fascista a la toma del Palacio de la Moneda en un primer intento de golpe. La toma final, rodada por el camarógrafo argentino, Leonardo Henricksen, ¡es impactante!
Luis Guillermo Cardona
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5 de marzo de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre 1975 y 1979, el cineasta chileno Patricio Guzman, exiliado en Francia y con el apoyó de Chris Marker, consiguió montar tres reportajes/documentales de valor inestimable bajo el título 'La batalla de Chile'. Son imágenes únicas, filmadas en el corazón de las calles y las industrias, una radiografía excepcional de la realidad social chilena durante los años del gobierno de Unidad Popular. Quedan como recuerdo fosilizado de un mundo que ya no existe. En ellas se ven escenas sobrecogedoras de lucha social, situaciones de tensión nacional que resultan tanto más estremecedoras en la medida en la que el espectador bien sabe lo que vino después. En las declaraciones de los entrevistados se masca una tragedia que ellos mismos estaban a punto de experimentar. El tercer fragmento de la serie, 'El poder popular', recopila ideas previas, pero fijándose en algo en lo que el ejemplo chileno resulta especialmente extraordinario: la fiera autogestión de millones de trabajadores, y el que se convirtió en eslogan de clase durante aquellos años: trabajar más, producir más. Consciente del boicot estadunidense y de los enemigos internos, la clase trabajadora estaba más unida que nunca en su solidaridad y voluntad de sacrificio. Hoy, en esta época en la que abundan las tonterías y en la que uno llega a escuchar cosas como que los EEUU han salido triunfantes por su espíritu protestante y los países sudamericanos son pobres debido a su pasado católico, sorprende ver a los trabajadores chilenos volcados en la eficiencia. Son, no obstante, la viva demostración de lo que una clase trabajadora era capaz de hacer, en otra época, en otro mundo, cuando todavía existía esperanza colectiva y cuando Chile (junto a otros países) todavía era un estado soberano.
Telefunken
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5 de abril de 2014
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tuve la oportunidad de asistir a un curso de cine donde uno de los días nos impartió clase sobre cine documental Patricio Guzmán, y comprobé que lo que nos cuenta en esta película es una lección de la historia contemporánea.
Nos contó que la intervención de la Cia americana fue decisiva para que el golpe militar triunfase y derrocaran a Allende.
Fue emocionante como nos contó las vivencias del rodaje, todos los problemas que tuvieron.
floro
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