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España España · Pamplona
Críticas de Telefunken
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Críticas 44
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
5 de marzo de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre 1975 y 1979, el cineasta chileno Patricio Guzman, exiliado en Francia y con el apoyó de Chris Marker, consiguió montar tres reportajes/documentales de valor inestimable bajo el título 'La batalla de Chile'. Son imágenes únicas, filmadas en el corazón de las calles y las industrias, una radiografía excepcional de la realidad social chilena durante los años del gobierno de Unidad Popular. Quedan como recuerdo fosilizado de un mundo que ya no existe. En ellas se ven escenas sobrecogedoras de lucha social, situaciones de tensión nacional que resultan tanto más estremecedoras en la medida en la que el espectador bien sabe lo que vino después. En las declaraciones de los entrevistados se masca una tragedia que ellos mismos estaban a punto de experimentar. El tercer fragmento de la serie, 'El poder popular', recopila ideas previas, pero fijándose en algo en lo que el ejemplo chileno resulta especialmente extraordinario: la fiera autogestión de millones de trabajadores, y el que se convirtió en eslogan de clase durante aquellos años: trabajar más, producir más. Consciente del boicot estadunidense y de los enemigos internos, la clase trabajadora estaba más unida que nunca en su solidaridad y voluntad de sacrificio. Hoy, en esta época en la que abundan las tonterías y en la que uno llega a escuchar cosas como que los EEUU han salido triunfantes por su espíritu protestante y los países sudamericanos son pobres debido a su pasado católico, sorprende ver a los trabajadores chilenos volcados en la eficiencia. Son, no obstante, la viva demostración de lo que una clase trabajadora era capaz de hacer, en otra época, en otro mundo, cuando todavía existía esperanza colectiva y cuando Chile (junto a otros países) todavía era un estado soberano.
Telefunken
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Cosmos (Serie de TV)
SerieDocumental
Estados Unidos2014
8.6
10,729
Ann Druyan (Creadora), Steven Soter (Creador) ...
Documental, Intervenciones de: Neil deGrasse Tyson, Seth MacFarlane
10
10 de octubre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los ingleses se refieren con “mind-blowing” a todo aquello que resulta extremadamente excitante o sorprendente. Son los colores de palabras como éstas los que pintan la paleta que uno ha de tomar para hablar de series como “Cosmos: A Spacetime Odyssey”, la continuación de la serie que Carl Sagan inició hace casi cuarenta años. Diría que no tengo palabras para describir lo emocionante que me ha parecido cada episodio de esta serie documental, de no ser porque sí que las tengo, las palabras. Pongamos simplemente que hay algo llamado inteligencia humana, y que esta a su vez se compone de varios atributos: perseverancia, entendimiento… Curiosidad. “Cosmos” es un canto a la grandeza de esta última. La bendita curiosidad humana, germen de toda acción del intelecto, un prodigio que si, por casualidad, está bien narrado y talentosamente desarrollado, da lugar a la mejor historia jamás contada; la de las mentes curiosas que han levantado, tirado y vuelto a levantar las torres del conocimiento; son las historias de Giordano Bruno, Edmund Halley, Albert Einstein y tantos otros, transmitidas con la pasión del que sabe, y siente, la relevancia que las creaciones de la inteligencia han tenido en su época y en el porvenir. Emoción que se dispara ante lo que para el conocimiento todavía es remoto e incierto, y que induce a pensar una vez más cómo aquello que a veces llamamos “verdad” o “hecho objetivo” resulta inaccesible si no es mediante la curiosidad, la que duda, la que se tambalea, la que lo pasa mal para eventualmente llegar, o no, a alguna parte.
Telefunken
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El siglo del yo (Miniserie de TV)
MiniserieDocumental
Reino Unido2002
8.1
1,051
Documental
9
30 de marzo de 2015
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Podría decirse que éste es un repaso a las vecindades habidas entre el psicoanálisis y la sociedad de consumo, mediante diversas escalas en figuras que guardan alguna relación con la corriente psicoanalítica: Edward Bernays, Anna Freud, Esalen Institute, (carraspeo) Werner Erhard, Maslow… Multitud de nombres e instituciones, unas más conocidas y otras menos, todas ellas ligadas a fases específicas del consumismo; a la producción fordista en un primer momento, más tarde a los grupos focales, la segmentación de mercado y el universo de deseos infinitos del nuevo consumidor. Curtis propone una historia de cómo determinadas concepciones del yo han ido sentando las bases de una cultura en la que el individuo lo es todo mientras que lo común y los proyectos colectivos han caído en el olvido, si no en el desprestigio. Esa escalada de lo individual desde los setenta también ha afectado a la política, generalizándose el votante que se concibe a sí mismo como un comprador (no hay sociedad, solo individuos), generalizándose también el político que se concibe a sí mismo como un ‘marketer’ cuyo fin es escuchar pasiones efímeras y gobernar según ese dictado. Blair en GB, Clinton en EEUU, y un siglo que finaliza formulando una pregunta: si ésa es la política que queremos, ¿por qué no dejar gobernar directamente a los que mejor manejan esas pasiones, a las ya imperantes corporaciones?
Telefunken
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All Watched Over by Machines of Loving Grace (Miniserie de TV)
MiniserieDocumental
Reino Unido2011
7.8
419
Documental
9
8 de marzo de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es la historia de las varias huellas -no todas- que el ‘western world’ ha ido dejando en su paulatina autoafirmación de que la autonomía y agencia humanas no son posibles y, por tanto, de que ya no podemos ni hace falta concebirnos como sujetos políticos.

Suena a denso ensayo de filosofía social, pero en manos de Curtis se vuelve un potente interrogatorio a rostros vivientes, grabaciones recuperadas y documentos que ponen su más callada voz, todo ello armado en un colosal montaje y con una música que va de acierto en acierto.

Son aquellas huellas que no reciben títulos como ‘Pearl Harbor’, ‘IIWW’ o similares, pero que en subsiguientes planos de relevancia histórica han ido sentando las bases para una concepción del individuo y de la sociedad en la que no tenemos nada que hacer como sujetos en sociedad aparte de comportarnos mecánicamente, muertas las grandes aspiraciones que una vez fueron razón para hablar de ‘ideología’. Y sin embargo, Curtis propone un retablo que representa ni más ni menos la definición certera de ‘ideología’, de una nueva ideología contemporánea que no se concibe como tal pero que lo es, precisamente oculta en su vestido de ideas científicas, tecnológicas e incluso ecológicas. Hablamos de esa ideología pujante y generalizada en la que el orden político no es un tema significativo, mientras que los -mal- considerados como representantes del mismo configuran una presencia innecesaria (‘los políticos, que se vayan, no los necesitamos’). Esa ideología que cree que sin política viviríamos más en calma, más ‘en equilibrio’, que no hacen falta ideologías porque se trata solamente de vivir libres y tranquilos (nótese la paradoja).

En ese mundo de ‘política innecesaria’ surge el héroe randiano y el ingeniero de Silicon Valley que sueña con individuos libres ante sus pantallas (en libres mundos paralelos que antaño fueron la web y que hoy se parecen más al bitcoin; apunto: ‘The Californian Ideology’, 1995). En ese mundo acudimos a la naturaleza en busca de quietud, aunque la naturaleza también sean incendios, torbellinos, turbulencias, destrucción y regeneración. En ese mundo surgen comunas en las que se pretende estar libres de ‘la política’ mediante la omisión de los problemas que ésta genera: desigualdad, conflicto, etc., y que precisamente al ser omitidos surgen con más fuerza todavía (lo contrario sería recuperar la asamblea, la capacidad de hablar de ideología, el posicionamiento de convicciones firmes).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Telefunken
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Ciutat morta (Ciudad muerta)
Documental
España2014
7.5
5,133
Documental
9
15 de febrero de 2015
11 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace algunas semanas Rodrigo Lanza señalaba ante los micrófonos que la venganza a la que se alude al principio de 'Ciutat morta' no es la venganza criminal de manos ensangrentadas, y que a la venganza deseada mucho más se le parece la marea de estremecimiento y movilización que ha traído consigo este documental, en su punto álgido tras la emisión a regañadientes de TV3.

Buen instante es éste para recuperar la vieja clausula liberal según la cual un poder como el estatal, leviathan en ciernes, debía ser tolerado solo si una sociedad organizada -más tarde encarnada en el medio de comunicación o en los ámbitos de la opinión pública- sometía el poder estatal a vigilancia, control y, en su caso, sanción. Solo así la sociedad tenía mecanismos para defenderse, ejerciendo control sobre el control.

Solo puedo decir que ayer sábado al terminar de ver 'Ciutat morta' -hacia la hora de cenar-, me noté especialmente reacio a encender la televisión y poner alguna tertulia de mierda. Por momentos me sentí vacunado contra la contaminación de esos debates vacíos, por momentos contagiado por la exigencia de las imágenes que nos empoderan, en lugar de someternos. Que nos animan, frente a esa desesperanza en la que somos carne de los peores zarpazos.

http://www.desmontaje4f.org/en/
Telefunken
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