Z, la ciudad perdida

*Cine de aventuras con influencia del cine clásico

La realización de Z. La ciudad perdida (The Lost City of Z) supuso una ruptura estilística en el cine de James Gray. Tras su trilogía de cine negro Cuestión de sangre (Little Odessa), La otra cara del crimen (The Yards) y La noche es nuestra, consumó dos dramas románticos inmersos dentro de una estética visual muy similar a la que tenía su cine criminal, Two Lovers y El sueño de Ellis (The immigrant). Con ésta última, por primera vez, dejó la época actual para trasladarse a los años 20, pero es con Z. La ciudad perdida (The Lost City of Z) donde aborda su proyecto más ambicioso hasta la fecha, al afrontar un drama de aventuras que le aleja de Nueva York y, a priori, poco tiene que ver con su cine anterior.

Pero si profundizamos un poco más bajo la superficie, veremos que esta película es del todo coherente con su cine anterior y mantiene todas sus señas de identidad. Sigue presente su amor por el clasicismo en la puesta en escena, junto a Clint Eastwood y algunos pocos más, conserva su fidelidad a los cineastas de la época dorada de Hollywood, evitando caer en las estridencias habituales que tiene el cine para consumo rápido ahora tan presente en nuestras pantallas.

Z. La ciudad perdida (The Lost City of Z) recupera el maltrecho cine de aventuras que en los años 60-70 glorificaron cineastas como John Huston en El tesoro de Sierra Madre o El hombre que pudo reinar. También asume sin complejos la épica escénica del cine de David Lean y la cruza con la locura naturalista de Werner Herzog. Pero por encima de todos, como siempre, está la influencia del cine de su admirado Francis Ford Coppola.

*Apocalypse Z

Z. La ciudad perdida (The Lost City of Z) puede considerarse como una versión encubierta del Apocalypse Now de Coppola. Son muchas las secuencias que emparentan a ambas películas (el ataque de los indígenas con lanzas, un escenario en mitad de la jungla…). Ese viaje en barca por el Amazonas, tiene enormes similitudes con el viaje al corazón de las tinieblas en pleno Vietnam. Tanto en la estructura narrativa como en el aspecto psicológico de los personajes y su transformación.

Gray filma con su habitual elegancia una historia fascinante inspirada en hechos reales. Es la historia del explorador británico Percy Fawcett y su obsesiva búsqueda en la jungla amazónica de una ciudad perdida que demostraría la existencia de una civilización antigua desconocida. Durante su última expedición, el explorador acabó desapareciendo en extrañas circunstancias y hubo versiones contradictorias para explicar lo sucedido. La mística y la épica de la aventura son abordadas por Gray desde el aspecto humano y familiar, sin renunciar a su propia fascinación por el riesgo de lo desconocido.

Ese aspecto familiar, tan presente en el cine del director, plantea una extraña relación entre el explorador ejerciendo como padre ausente y uno de sus hijos que lo odia y admira a partes iguales. El personaje de la paciente esposa se perfila con un leve ímpetu feminista para dotarle de una dimensión de la que carece realmente.

*La búsqueda de El Dorado

La epopeya real de Fawcett es comparable a la de Charlie Marlow en la novela El corazón de la tinieblas de Joseph Conrad, la de Lope de Aguirre en Aguirre, la cólera de Dios o la del Capitán Willard en Apocalypse Now. Son un mismo personaje que se va reiventando y adaptando a distintas ficciones. La puesta en imágenes de esas historias por parte de Herzog, Coppola y Gray, llevaron al límite a sus equipos de rodaje por las complicaciones y dificultades que surgieron, en este último caso, en la selva de Colombia. Se podría decir que los mismos directores se mimetizaron en la personalidad de su personaje central para hallar su propio El Dorado.

Gray tuvo que cambiar el protagonista de Z. La ciudad perdida (The Lost City of Z) hasta dos veces antes de concederle el papel a Charlie Hunnam, tras la renuncia de Brad Pitt y Benedict Cumberbatch, por problemas de agenda. Y también tuvo que adaptarse a una reducción drástica del presupuesto que pasó de 80 a 30 millones de dólares. El talento de Gray les sacó el mayor provecho posible y con la colaboración del fantástico director de fotografía Darius Khondji, nos regala una película absorbente y enigmática que mejora en cada visionado. La paleta de colores y el cromatismo de la imagen nos remite a las películas anteriores del director, pero el interior de la jungla aporta texturas y tonalidades nuevas que enriquecen los esplendorosos fotogramas de 35 mm. en que fue rodada.

*Conclusión

Z. La ciudad perdida (The Lost City of Z) es una película de aventuras escrita y dirigida por James Gray. Es la sexta película del director. Se inspira en la novela de David Grann que cuenta la historia real del explorador británico Percy Fawcett que, a principios del Siglo XX, se obsesionó con la búsqueda de los vestigios de una civilización antigua desconocida en las profundidades de la selva amazónica.

Es una película rodada con el clasicismo habitual del director y que supone un paso adelante en su carrera, en cuanto a ambición y apertura estilística. Con la mirada puesta en el cine de aventuras de los años 70-80, Gray lo lleva a su terreno, ahondando en el viaje emocional y psicológico del personaje central. Z. La ciudad perdida (The Lost City of Z) revisita el universo de El corazón de las tinieblas, con la elegancia y belleza formal del cine intimista que le caracteriza.

Escrito por Daniel Farriol

Muy posiblemente, parte del problema de “Z la ciudad perdida” es que me pareció que por fin iba a encontrar en ella la gran película sobre grandes expediciones y míticos exploradores de finales del siglo XIX y comienzos del XX que nadie, por el momento, se ha atrevido a realizar. La verdad, no me explico que nadie haya encontrado interesante y comercialmente viable películas sobre la búsqueda de las fuentes del Nilo, el paradero del Doctor Livingstone y mil hazañas más, así que parecía lógico pensar que “Z la ciudad perdida” fuese una apuesta segura. Además de sus premisas históricas y aventureras, la escenografía del trailer y un reparto con Hunnam, Pattinson, Miller y Holland daban a entender que la producción no había escatimado en gastos o, cuando menos, estaba hecha con los medios apropiados.

Efectivamente, los problemas no son técnicos. No sé lo que habrá costado, pero no se ha ahorrado en atrezzo y recreación de las condiciones de vida en la Inglaterra de 1900, así como en llevar la producción a las selvas amazónicas y organizar allí viajes en barco, poblados indígenas y peleas con los nativo. En sus mejores momentos, la película te sumerge en la inmensidad de la jungla y proporciona conciencia de su letalidad: alimañas, insectos, enfermedades e indios escondidos tras su belleza verde esmeralda. Y, sin solución de continuidad, te golpea con el contraste de la segura Inglaterra y sus aburridas veladas en mansiones seguras o te lleva a importantes debates científicos y empresariales en elegantes salas de juntas de época.

Sin embargo, la película se hace dura por un lentísimo ritmo producto, creo, de malentender el concepto de rigor documental aplicado al cine. “Z la ciudad perdida” dedica demasiado tiempo y esfuerzo a detallar las dificultades y sufrimientos en las expediciones de la época: el hambre que se pasaba, lo complicado de la navegación, lo imposible de una orientación fiable, la falta de higiene, las tensiones internas en el grupo, la lotería que suponía confiar en la tribu equivocada… conceptos que puede estar bien aclarar y poner en valor, pero no a costa de minutos y minutos de tedio viendo a gente enferma o hambrienta. El director James Gray no pone de su parte para evocar esas sensaciones y ahorrar al espectador kilómetros de metraje para que lo vea por sí mismo. No parece confiar en que el público de hoy en día sepa apreciar los desafíos de las aventuras de entonces sin tener todo el tiempo en plano a un tío muriendo de hambre o preguntándose si algún día llegarán a alguna parte.

A las escenas de época les pasa algo parecido. Machaconamente, asistimos a introspecciones del explorador Fawcett sobre lo convencido que está de sus ideas y lo difícil que es la conciliación familiar cuando se te da por irte al culo del mundo a buscar no se qué leyenda. Y ahí está lo que yo veo como la gran controversia de la película: vale sí, todo muy chungo, todo complicaciones, todo bien contado… y ¿para qué? Exactamente, ¿qué buscaba Fawcett en la Amazonia? Ahí la película tira un cebo interesante haciendo ver que en sus viajes iniciales podría haber descubierto restos de una civilización perdida y que, al menos, después de tanto rollo nos terminarán contando algo que no sabemos, un pueblo que nunca se puso de moda o la típica cultura precolombina de la que nadie habla. Pues no. Parte del drama de los exploradores profesionales es que tienen que acreditar sus descubrimientos con pruebas y Fawcett nunca pudo aportar nada convincente más allá de rumores y restos de procedencia no confirmada.

Así que, en realidad, más que una película de descubrimientos, lo que tenemos es el drama de un explorador peleando por ser tomado en serio por la comunidad científica (a la opinión pública de la época, más preocupada por el espectáculo que por el rigor, sí la tenía ganada) y al que la película, para darle importancia a Fawcett y darse interés a sí misma (en un claro conflicto de intereses), trata de hacer pasar por creíbles unos presuntos hallazgos poniendo voz a sus pensamientos y leyendo en alto unas investigaciones que no pasan de manuscritos personales. En otras palabras, toda (o al menos gran parte de la película) parece una gigantesca cortina de humo para hacer pasar por descubrimiento lo que realmente no son más que elucubraciones recopiladas tras una vida de sufridas aventuras y donde las pruebas son autorreferencias.

Todo falla en esta “Z la ciudad perdida”. Lo que prometía ser una película divulgativa de hecho grandiosos sólo era una reconstrucción humanista de la búsqueda de esos hechos. Únicamente triunfa cuando muestra el lado menos agradable y más aburrido de las aventuras, pero para saber que tirarse dos meses en un barco cochambroso por el río no es ningún planazo no me hacen falta dos horas y media. Como anécdota, la plataforma en la que la ví tuvo un fallo, dejó de reproducir la última media hora y la película no daba la sensación de dejarse nada por contar. De hecho, en casa, acogimos con alivio el cierre anticipado. Si terminé de verla (ya a solas) fue más por una cuestión personal, en plan «esta película no va a poder conmigo» y, ciertamente, no me aportó nada. Cuesta creer que con los recursos a su disposición, el resultado final sea un peñazo desprovisto de interés.

Suelo mirar la puntuación en filmaffinity antes de ver la película, en este caso un 6. El resumen decía película de aventuras de exploradores en el Amazonas. Yo que soy un poco friki la verdad, veo Z y pienso en zombis que le voy a hacer, tanto Walking Dead al final termina calando. Tampoco pedía yo Indiana Jones. Pero.... esto?????

¿Dónde está la aventura? ¿Las imágenes espectaculares de la selva? ¿Los indios esos que no dan una?
Si es que eso de buscar el nacimiento del río dejándose llevar por la corriente.... Supongo que es un problema de expectativas. Si llego a saber que era una comedia ..

Por si hay dudas, no hay ni un jodio zombi

Innegablemente interesante, atractiva en su composición y estructuralmente poderosa, ‘Z. La ciudad perdida’ tiene una base argumental realmente sólida, una lástima que no haya caído en las manos de un auténtico artesano del cine. James Gray falla al ofrecer una narrativa demasiado débil y pesada.

‘The Lost City of Z’ tiene una base clásica más que sólida, ello no debería estar reñido con dotar a sus excesivos 140 minutos de más dinamismo y sobre todo de mucha más potencia, la total ausencia de ambos convierten a la película de Gray en una historia más literaria que cinematográfica de elegante continente pero pobre contenido.

Lo que podría haber sido una épica y hasta colosal aventura para agarrotar al público en la butaca se queda en un comedido relato con algunos fallos argumentales excesivamente evidentes para tan ambicioso proyecto. ‘Z. La ciudad perdida’ no desmerece su visionado pero sin duda podría haber sido mucho, muchísimo más, una de esas películas que difícilmente repetirás.

Lo mejor: una más que interesante historia.

Lo peor: larga, lenta y falta de fuerza.

Eso creo yo.
Una aventura que tenía que cautivar y ante todo emocionar por lo relevante del hecho .
No me basta una excelente fotografía un sonido maravilloso o algún acierto más o menos .
Para mi lo mejor de ella sin duda es : el proyecto .
Lo que pudiera haber sido algo realmente digno y convincente sobre este género ,
lo resume a una película más sobre el cine de aventuras .
Le hecho mucho de menos eso:aventura y sobre todo pasión por ella .