Al final del túnel

Gran thriller. Mucho mejor que los que vienen ultimamente de EEUU.
Lleno de intriga, sucesos que se van aclarando, algo de acción (y eso que el protagonista está impedido...) y un poco de romance. Todo esto tiene lugar en la casa dónde se desarrolla toda la acción.

El guión es muy bueno y se dosifica la información y la acción para tenerte en vilo todo el metraje. Es muy fácil meterse en esta fascinante trama.

Buena dirección, dinámica pero inteligente.

Ambiente totalmente claustrofóbico. Adrenalina a raudales conforme la investigación avanza y el protagonista se va atreviendo a ir más allá.

Buenísimos actores: Aquí, Sbaraglia, da el tipo como ex-militar curtido, algo derrotado por su situación pero con la mirada llena de decisión. No me lo hubiera imaginado en este papel pero lo hace muy bien. Clara Lago, está muy bien. No sé cuantas horas de logopeda habrá tomado para imitar el acento argentino pero, desde luego, hizo un buen trabajo.

Buena historia, intrigante, dinámica, original por sus protagonistas, por el desarrollo y por el gran final.
Algunas escenas son difíciles de creer. Pero si partimos de que el protagonista es un ex-militar está claro que tiene más recursos que el resto de la gente.

Se notas reminiscencias de otros clásicos del thriller y de Hitchcock, pero lo digo como algo positivo.

Un thriller que tiene las dos horas en tensión hasta el mismísimo final. Un acierto.

Es una excelente película de intriga. Desde la trama, la banda sonora a los momentos de tensión no deja de recordarme las excelentes películas de Hitchcock. No soy un fan del cine argentino, aunque obviamente existen películas muy buenas; al igual que el cine español, plagado de basura, con algunas perlas.

Si te gustan las películas de intriga, donde los personajes están llenos de matices y vida propia y las situaciones se van complicando minuto a minuto, esta es una película que deberías ver. Te metes en la trama y te pasas la película tratando de descubrir qué pasa por la mente de los personajes y qué va a ocurrir en el minuto siguiente.

En resumen, es una de las mejores películas que he visto este año. Una más que grata sorpresa.

Película demasiado larga para un thriller interesante pero con muchos altibajos. Al final te quedas con el sabor agridulce de muchas más cosas que te gustaría saber.
Demasiado túnel para tan poco argumento diría yo. Eso sí, le doy todo el mérito a Clara Lago por 'clavar' el acento argentino. Ahí se lo ha currado, las cosas como son.

Un pretendido suspense con buenos actores, además del gran Luppi, claro, pero estropeado por la falta de credibilidad de casi todos sus detalles, hablo ya a nivel de guión, muy artificial en personajes, situación y detalles. Huele demasiado a falso todo. El ritmo es tedioso con numerosos tiempos muertos en los que el director cree que está creando suspense con el juego del ratón y el gato en el túnel, sótano, etc., cuando sólo consigue aburrir por, como digo, la falta de credibilidad de todos los elementos. Los personajes de Sbaraglia y la chica son bastante incoherentes. Es incoherente que la bailarina, con una hija pequeña, y no de mala catadura moral, esté sentimentalmente relacionada con un sádico de la calaña del jefe de los atracadores, y es incoherente el descabellado plan del personaje en silla de ruedas, por desesperado que esté, conociendo cómo se las gastan los atracadores y sabiendo que, más allá de él mismo, podría poner también en peligro a la madre y a la niña. Finalmente, se desemboca en ese rocambolesco juego de azares del final, igualmente artificioso tirando a absurdo. Otro aspecto es que hay mucho diálogo que apenas se entiende, y no por el acento argentino, puesto que hay excelentes películas argentinas en que se entiende todo perfectamente, incluso para los que no somos de allí. Y otro gran defecto es la duración desmesurada.

¡Qué señora película se ha marcado Rodrigo Grande! Y si no la conocéis, estáis a tiempo de enmendar vuestro gravísimo error. Si sois amantes del buen thriller, de esas películas que te dejan al borde de un ataque cardíaco o de nervios, ‘Al final del túnel’ es la opción perfecta.

Bajo la premisa de cosechar para luego sembrar, su director, que además firma un guión de “toma pan y moja” en el que está cuidado cada detalle, aporta una atmósfera muy Fincher, muy ‘La habitación del pánico’ y bajo esa claustrofobia comienzan los giros de guión de los que algunos se ven y otros que no. Lo que es seguro es que, partir de ahí, no parar de morderte las uñas.

Cuando menos te das cuenta, ya estás del lado de su paralítico protagonista (Leonardo Sbaraglia, inmenso). Ni siquiera me molesta que Clara Lago se quiera hacer la argentina con mejor o peor acierto. La película ya está en marcha y no la puedes parar, junta paso a paso sus piezas y todo encaja sin rechistar. A destacar la entrada en escena de Federico Luppi, de su porte y saber estar a pesar de sus años y de como el director juega con la luz en una secuencia para enmarcar dentro de su tour de force final de veinte minutos en donde no sobra nada y en donde el guión vuelve a brillar.

Habrá quien busque tres pies al gato y que cuestione algunas decisiones del guión. Yo me quité el sombrero ante tal exhibición y maestría. Pocas películas han logrado trasmitirme tanta intriga como ‘Al final del túnel’.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/