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Hitler's Hollywood - El cine alemán en la era de la propaganda

Documental Cerca de mil películas fueron producidas en la Alemania nazi. Sólo algunas fueron abiertamente películas de propaganda y aún menos podrían ser considerados un entretenimiento inofensivo. El documental analiza estas películas, las personas detrás de ellas y cómo los estereotipos del "enemigo" y los valores de amor y odio han podido ser plantados en la mente de los espectadores. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
17 de diciembre de 2018
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por Álvaro Sanjurjo Toucon

Hitler’s Hollywood (Hitler’s Hollywood: Das deutsche Kino im Zeitalter der Propaganda 1933 – 1945). Alemannia 2018. Dir. y guión: Rudiger Suchsland. Vista en internet.
“El Hollywood de Hitler: el cine alemán en la era de la propaganda 1933-1945” sería la traducción del título de este film, “Hitler’s Hollywood”, estrenado solamente en Alemania y los EE.UU., con exhibiciones puntuales en unos pocos festivales internacionales.
Su autor, Rudiger Suchsland (Alemania, 1968) es un ensayista cinematográfico que elige al propio cine como soporte, en vez del tradicional texto escrito. El término “Hollywood” está utilizado aquí a modo de representación de una sólida industria cinematográfica a la vez que refiere a semejanzas entre los estudios de la soleada costa californiana norteamericana y los de la Alemania del período nazi.
La conquista del poder por parte de un nazismo irónicamente consagrado por el voto democrático, significó la inmediata identificación ideológica del cine germano con aquel régimen diabólico. El enfrentamiento de los EE.UU. con la Alemania nazi, fue muy posterior a la notoria repulsa que las huestes hitlerianas provocaron con su antisemitismo, en un Hollywood con importante participación de judíos.
Contemplando los films germanos aquí considerados, surge nítida la similitud entre estos (melodramas románticos, comedias musicales con “aires” de Busby Berkeley, films históricos, tiernas historias familiares) y los títulos de esos mismos géneros rodados en Hollywood, teñidos por melosidades que sustituían los empalagos patrióticos inherentes al nazismo, con los identificados con un igualmente artificial “american way of life”.
Esta idea no es manifestada abiertamente por Suchsland, sino que queda comprendida en la cita de un ensayista mayor, como lo fuera Siegfred Krakauer, quien en su monumental obra (de 1947) “De Caligari a Hitler” señalaba:
“Mi tesios consiste en que pueden revelarse, por medio de un análisis del cine germano, las profundas tendencias psicológicas dominantes en Alemania de 1918 a 1933. Tendencias que influyeron en el curso de los sucesos del período indicado y que habrán de tomarse en cuenta en la era posthitlerista.”
“Tengo razones para creer que la utilización del cine en la presente obra, como medio de investigación puede extenderse con provecho al estudio de masas, tanto en Estados Unidos de América como en otros países.”
El triunfo de los EE.UU., creciente república imperial, en la Segunda Guerra Mundial, afianzó la presencia de Hollywood en las pantallas del mundo no comunista (la dictadura soviética y el cine debemos posponerla para otra ocasión), que durante la etapa bélica ya desplazaba a toda competencia francesa, británica y de otros orígenes.
Aunque gobiernos y ciudadanos uruguayos eran notoria y mayoritariamente antinazis, nuestra “neutralidad” (hasta poco antes del presunto suicidio de Hitler) permitió durante la Segunda Guerra Mundial el estreno de producciones de la Alemania nazi (principalmente en el Cine Teatro Artigas).
Concluida la conflagración, no parecía alejado de la prudencia olvidar los films alemanes que, de un modo u otro, representaban la ideología nazifascista. Casi otro tanto acontece con el cine “mussoliniano”.
Así, el cine nazi pasó a ser una especie de nebulosa de diversos géneros, lógicamente confinada a su no exhibición. Con una presencia de posguerra, ineludible aunque limitada en su exhibición, de la diabólica y magistral “El triunfo de la voluntad”, de la controvertida y genial Leni Riefenstahl. Siniestra y temible lección de propaganda, una especialidad de Joseph Goebbels, cuyos vigentes principios consumimos a diario y sin saberlo..
El cine de Hollywood de todos los tiempos, especialmente en su etapa sonora, fue una y otra vez revisitado con cada nuevo avance tecnológico (TV, VHS, DVD y una “internet” que se sortea barreras de toda especie). Hoy, es internet la que nos acerca “Hitler´s Hollywood”. El cine nazi, que pocas décadas atrás fuera presentado para el estudio por parte de especialistas locales en muy reservadas exhibiciones en el Instituto Goethe de Montevideo, es ahora revisado y revalorado abiertamente en su peligrosidad. Combatible en la medida que analistas de hoy desentrañen sus amenazantes profecías.
En enero de 1945, cuando Alemania caía pedazos y los Aliados se aprestaban (conferencia de Yalta, febrero de 1945) a ajustar detalles para la derrota del nazismo, en Berlin se estrena la superproducción “Kolberg” (con dirección de Veit Harlan), producto del empecinamiento de Joseph Goebbels (que fue al cine nazi lo que Irving Thalberg a la M.G.M.), se dijo que aquel era un último pedido de resistencia al pueblo alemán. El film –rodado en colores Agfa; una de las empresas del conglomerado I.G. Farben que proporcionaba gas “Zyklon” para la “solución final”-, contó con más de cien mil extras provenientes de las tropas germanas. La historia narraba hechos reales: la destrucción de la ciudad prusiana de Kolberg por las tropas napoleónicas, y la voluntad de resistir por sus derrotados habitantes.
En su momento, “Kolberg” fue también un llamado a resistir, que Goebbels acompañó de lo que pareció una baladronada más: unas palabras dirigidas a quienes viesen el film en su centenario (2045).
Luego de mostrarnos fragmentos de “Kolberg” –al igual que ocurre con films y figuras emblemáticas del cine nazi a lo largo de 105 absorbentes minutos-, la realización de Suchsland concluye con la inquietante frase:
“¿Los alemanes siguen pensando lo mismo, pero de forma diferente?
(Alvaro Sanjurjo Toucon, semanario "crónicas", Uruguay)
Alvaro Sanjurjo Toucon
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20 de octubre de 2019
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Historia del cine

La premisa principal de Hitler’s Hollywood es responder a una de las preguntas que podría rondar a los cinéfilos: ¿qué tipo de cine había en la Alemania nazi? El documental presenta una sucesión de datos y de imágenes que crea una línea temporal y narrativa muy interesante. Realiza una serie de comparaciones con el Olimpo del cine estadounidense, que indica al espectador que el curso a nivel artístico creció en paralelo, aunque con fines muy distinto. Un imaginativo del Olimpo del séptimo arte alemán. Lo curioso es poner el foco en las más de mil películas que se rodaron desde antes del triunfo del nazismo hasta su posterior caída. Son varios las figuras que están presente en documental, lo que arroja luz sobre la situación del momento.

Citas en forma de testimonios de algunos de los protagonistas de la época como Joseph Goebbels, principal artífice de la industria cinematográfica de entonces o la filósofa Hannah Arendt, en representación de los exiliados alemanes, dan un contraste muy importante que aporta al film y lo enriquece. De esta forma, alcanza una esencia distinta, en el que quiere ir más allá y no únicamente dar datos o imágenes de una sucesión de películas sin un nexo claro. Un proyecto valiente que consigue iluminar una faceta de la sociedad alemana del momento y que innova, al no alejarse del foco principal. Al igual que otros filmes hablan sobre el exterminio del pueblo judío y las intolerables medidas del nazismo, esta vez se da desde otro prima y un planteamiento social diferente.

*Riqueza cinematográfica

Uno de los puntos más interesantes de Hitler’s Hollywood es la explicación y la evolución de ésta a nivel técnico y artístico. El documental es capaz de desarrollar de una forma muy profunda y analítica las distintas innovaciones y expresiones visuales que se fueron incorporando. Además, también explica cómo modificaron los géneros a su gusto para mostrar una sociedad más acorde a la utopía nacionalsocialista que se quería imponer a través del cine. Documentación que será apreciada por los amantes del séptimo arte, en especial, porque interesara como tras esas historias de pasión, alegres y positivas se escondían mensajes propagandísticos desde antes de desarrollarse la dictadura fascista en Alemania. El cuidado de las producciones a nivel estético es uno de los atractivos del film, que consigue que el espectador quiera ver las películas que se mencionan.

Un ejemplo del cine escapista, género que surge con los múltiples conflictos bélicos que se abordaron durante el siglo XX. Los musicales y las comedias fueron el tipo de cine que triunfó durante años, lo que consiguió que hubiera una serie de estrellas cinematográficas enlazadas totalmente con el Tercer Reich. Al igual que se explica lo que provocó la huida de artistas como Marlene Dietrich o Fritz Lang, entre otros. Se explica por qué se eligen diversas características plásticas en según qué películas y cuál era su intencionalidad expresiva. Luego, hay que reconocer el cuidado que pusieron en el desarrollo del cine, siendo un claro ejemplo de la gran importancia de la comunicación de masas. Un arma arrojadiza que sirvió de efecto social; no es extraño que durante años se hayan omitido los múltiples títulos producidos durante la Alemania nazi.

*La sociedad y la industria

Lo único que no termina de encajar en Hitler’s Hollywood es que no está realizado para todos los públicos. Es un film muy interesante, que aporta multitud de datos y se confiesa ante el espectador en todo momento, pero al igual que otros documentales, captará más a aquellos que estén interesados por la historia y tengan el criterio metódico sobre el séptimo arte. Se convierte en imprescindible para poder conocer a la propia sociedad del momento. Durante la película hay un estudio sobre cómo se vio afectada la población por el cine y lo que provocó dicha influencia en la sociedad. Películas de índole antisemita como “El judío Süß”, que explican de una forma completa el pensamiento del gobierno y su concepción del arte. Igualmente, capta las metáforas de un pueblo coaccionado por el poder.

Tiene intención de narrar cómo ha sido el cine alemán a lo largo de su biografía, pese a tratar una época muy dolorosa para la historia de la humanidad. No lo expone desde una vertiente destructiva, sino que mantiene un estilo objetivo y sin adoctrinamiento ninguno. Le da esa llave de conocimiento al espectador, que desencadena un mayor interés en él. Cautiva al público, a través de una narración limpia y clara realizada por Udo Kier. Permite que se conozca la politización (con amor al arte) que recubría el cine y su gente; además de descubrir talentos de aquella época, que fueron las grandes estrellas del “Hollywood nazi”. Un material audiovisual muy valioso, que merece ser visto. Presentado de forma natural falta dinamismo, lo que provoca que no sea un resultado redondo y se estanque en ritmo en alguna ocasión.

*Conclusión

Hitler’s Hollywood es un documental que analiza y hace un recorrido exhaustivo de cómo funcionó el cine durante el nazismo. Una muestra del Olimpo creado por el Tercer Reich y el gran poder propagandístico de la época. Además, expresa las innovaciones técnicas y artística del momento, explicando al espectador en todo momento cómo influyó a nivel social y cultural. Un imprescindible para los amantes del séptimo arte. Directa, objetiva y con un material audiovisual muy apreciado. Únicamente se echa en falta mayor dinamismo. Es imposible no reconocer que arroja luz y da la llave del conocimiento sociocultural al espectador para conocer más allá de estos tiempos convulsos para el mundo.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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4 de noviembre de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joseph Goebbels, ministro de propaganda del III Reich, apostó por crear un cine nazi que coincidiera con el de Hollywood, una maquinaria que llegara a todos los hogares alemanes. El resultado fue una eficaz arma propagandística que, al acabar la guerra, quisimos olvidar. El documental Hitler’s Hollywood recupera las imágenes, las películas, los directores y los actores de la vergüenza y, de paso, nos desvela uno de los misterios de la II Guerra Mundial: cómo fue capaz el nacionalsocialismo engañar a tanta gente buena.

El documental es casi un estudio académico de este período cinematográfico: cita a teóricos influyentes como Siegfried Kracauer, Hannah Arendt y Susan Sontag. De hecho, De Caligari a Hitler, el análisis histórico que Kracauer hizo del cine de la era de Weimar como un reflejo de las actitudes nacionales, sirvió de base para un documental anterior al de Suchsland. Y en este punto encontramos su mayor virtud y su mayor defecto. Virtud porque el relato es claro y académico; defecto porque la forma se nos hace un poco anticuada y fuera de tiempo.

Otro “pero” que se le puede poner a Rüdiger Suchsland es que, desde el principio, exponga sus tesis sobre el culto a la muerte o el ideal de la patria, incluso antes de mostrarnos las propias películas. Sin embargo, el esfuerzo documental es enorme y el resultado convence con creces, por su novedad y su exploración a fondo de las herramientas del régimen de Hitler.

En resumen, un título que nos descubre los resortes de uno de los peores períodos de la humanidad, un descubrimiento sobre el poder del cine en la movilización de las masas.

www.contraste.info
Revista Contraste
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7 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro más. Siempre ese quejido lastimero llorando por lo malos que fueron. Arrepentidos y pidiendo perdón. Curiosamente, si hubieran ganado la guerra todos estaríamos estudiando alemán y comiendo chucrut y quizás no se disculparían del cine con doctrina y propaganda. Porque la propaganda en el cine siempre ha existido. El cine soviético y su "Acorazado Potemkin" de Eisenstein ¿piden disculpas? ¿No es una obra maestra? ¿Y "El nacimiento de una nación" de D. W. Griffith? ¿Y los filmes de Frank Capra vendiendo el New Deal? ¿Y todos esos westerns que nos enseñaron a varias generaciones que los indios eran maaaalos y que las tropas yankees solo esparcían el bien masacrándolos mientras los niños en sus butacas comían palomitas? ¿y esa imagen que se vendía en los filmes estadounidenses de los años 30 y 40 de los afroamericanos como gente perezosa, cobarde, supersticiosa y tremendamente infantil? ¿No eran las películas españolas de los años 60 las que nos vendían las virtudes del régimen franquista al mostrarnos gente feliz y con problemas mundados? ¿Alguno es éstos han pedido perdón y se han rasgado las vestiduras? El cine de la época nazi hacia lo mismo que todas las cinematografías, vender un ideal de sociedad. En los años 50 el mundo se tuvo que comer con patatas el "american way of life" en todos los filmes, especialmente en comedias. Ahora el pérfido wokismo está lavando el cerebro a niños y grandes ¿Pedirán perdón en unos años?

El documental en sí está bien, es un sesudo análisis desde el punto de vista de la propaganda aunque quizás también deberían destacar sus valores cinematográficos de los creadores y sus obras, y no solo quedarse en la consabida propaganda. Existían buenos filmes, por los que pasan apenas de puntillas, y un star system del que hablan poco, de como eran venerados en Europa. Recuerdo ver álbumes de cromos de los años 40 sobre actores, donde los intérpretes alemanes aparecían junto a las estrellas hollywoodienses. En aquellos años, el cine europeo aún se podía enfrentar al coloso estadounidense.

Hay que apechugar más y llorar menos.
Quinto Sertorio
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26 de marzo de 2022
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Estupendo documental, quizá un escalón por debajo de «De Caligari a Hitler» («Von Caligari zu Hitler: Das deutsche Kino im Zeitalter der Massen», 2014), de la que puede considerarse secuela; pero de interés y calidad definitivamente indiscutibles.
Aborda, de hecho, un capítulo bastante menos conocido —más allá de la celebérrima obra de Leni Riefenstahl—, tal que la construcción de toda una industria cinematográfica, de unas dimensiones que le permitieran compensar la fuga de talentos que supuso el ascenso del nazismo e incluso, precisamente, rivalizar con Hollywood —el título no es una licencia poética en absoluto—, así como vehicular el empacho de propaganda legitimadora del III Reich y sus atrocidades.
El monopolio creado por Goebbels tras la estatalización de la UFA produjo cerca de mil películas con unos rasgos comunes que se superponen a la mayor o menor pericia de sus responsables —algunos indudablemente dotados, caso de la citada Riefenstahl, Veit Harland, o Ferdinand Marian, entre otros—, haciéndolas perfectamente reconocibles: melodramas de los que ha quedado desterrado el menor atisbo de ironía, sustituida por una alegría excesiva y, por ende, algo forzada, patriotismo castrense, camaradería viril y sumisión femenina, así como una proliferación de cortinillas, fundidos y transparencias que producen un efecto de irrealidad onírica no sé hasta qué punto buscado.
Resulta, en fin, curioso asistir a los primeros pinitos de toda una Ingrid Bergman —en su descargo, se trató sólo de un film, «El pacto de los cuatro» («Die vier Gesellen», 1938), del que no tardaría en renegar—, o los de Douglas Sirk —por entonces todavía Hans Detlef Sierk— con cosas tan locas como «La Habanera» (ídem, 1937), ambientada en un Puerto Rico que resulta ser Tenerife en plena Guerra Civil española.
Carorpar
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