Madame Hyde

El título de la nueva obra de Serge Bozon expone a las claras el referente en el que se basa. Ese Hyde alude directamente a "El extraño caso del dr. Jekyll y Mr. Hyde", novela de Robert Louis Stevenson en la que el protagonista se desdoblaba en dos personalidades. Esa dualidad que anticipaba el ego y el ello freudianos se representan en la protagonista de la película, a la que da vida Isabelle Huppert. Insegura profesora (el ego), de nombre madame Géquill -atención al juego de palabras con el original-, tras un experimento tecnológico fallido algo cambia en su interior, dando lugar al nacimiento de una nueva personalidad, Madame Hyde (el ello).

Esta no es la única referencia del autor. Junto a su colaboradora habitual, Axelle Ropert, ambos dividen el guion en tres partes, tres capítulos que abordan diferentes géneros y tonos narrativos. El primero corresponde a una sutil comedia del extrañamiento, que a través de una trabajada puesta en escena -construcción del plano, dirección de actores, montaje, repentinos movimientos de cámara- remite a las cintas más cómicas de Aki Kaurismäki. El segundo reduce el nivel cómico para dar paso a un subgénero dramático típico de la cinematografía francesa, aquel que aborda la educación en las aulas desde el punto de vista de los profesores -sin ir más lejos, varias de las obras de Laurent Cantet. En el último tercio el tono transita la tragedia y lo siniestro, helando la sonrisa y terminando de reventar cualquier capacidad de anticipación por parte de un público que desde el primer minuto asiste atónito a un universo tan coherente como impredecible. Con un estilo formal que se basa en la sencillez representativa y una estridencia contenida, Bozon entrega una obra cuya capacidad para reformularse a sí misma parece inagotable.

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El actor y director Serge Bozon nos presenta su nuevo trabajo, una nueva versión que el cine francés ha realizado de la clásica novela de Robert Louis Stevenson. Como reclamo principal cuenta con la más que notable actriz Isabel Huppert. La cinta estuvo presente en el Festival de cine de Locarno de 2017. Entre los anteriores trabajo del director cabe destacar “La France” y “Tip Top”.

Nos cuenta la historia de una profesora de física que es odiada tanto por sus compañeros de trabajo como por sus alumnos. Trabaja en un instituto de los suburbios de una gran ciudad. Un buen día cuando está trabajando en un experimente recibo un descara eléctrica por culpa de una rayo, a partir de ahí no solo cambiará su gris existencia sino que también transformará a algunos de sus alumnos.

Desde el momento inicial me pareció una autentica ridiculez, el guion escrito por Axelle Ropert, que es un versión libre contemporánea y feminista de la novela no tiene ninguna gracia y casi todas las situaciones que propone no hacen otra cosa que irritar al público.

Era una buena idea porque pretende buscar la provocación y mostrar cómo está actualmente la enseñanza de la educación pública, pero lejos de la realidad a mí me ha provocado aburrimiento y sensación de agotamiento.
Isabelle Huppert hace lo que puede, es ama y señora de la película, todo gira en torno a ella, pero aun así no consigue sacar adelante este proyecto completamente desafortunado.

Lo mejor: Isabel Huppert
Lo peor: El resto

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Desconcertante, con puntos jocosos, pero floja en su presentación. La película es Isabelle Huppert. Ella es el principio y el fin, el alma que durante hora y media conduce a los espectadores a una especie de catarsis cómica, que intenta mantener el tipo con sus hilarantes acciones. Su debilidad inicial crece con su transformación, poco entendible e interpretable al fin. El guion adolece en intensidad pero gana en sorpresa. No convence formalmente la apuesta por la diseminación de factores, pero apasiona su distópica acción. Las revelaciones dramáticas, buscan entendimiento pero no lo alcanzan, una mezcla de catarsis filosófica, con intencionalidad educadora pero que no amasa el resultado para que se eleve y se una. Grandes proyectos de personajes nacen en la cinta, con posibilidades pero sin representación final... se diluyen y se solapan.

La Huppert se apunta a un bombardeo. Como este que Bozon hace sobre el género de institutos con alumnos marginados y rebeldes, tan prolífico últimamente en el cine francés. Bozon lo pasa por su turmix solapando géneros en un extravaganza que toma de la novela de Stevenson poco más que lo justo, para cambiar el signo vital y profesional de la atribulada profesora que encarna La Huppert, cuya sola presencia eleva en lo posible esta particular mirada angulosa, paródica por momentos y que mira al problema de la educación con una óptica deformante, con un cristal formal diferente que a la postre difumina el fondo de la cuestión. 

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