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El médico de Stalingrado

Drama. Bélico 1943. La gran batalla de Stalingrado ha terminado. Batallones de prisioneros alemanes son conducidos a campos de concentración. A uno de estos campos, el 5110/47, llega el médico militar Fritz Böhler, Böhler no puede olvidar su juramento hipocrático y se salta todas las reglas del campo para poder operar de peritonitis a un alférez. El médico y su equipo además de robo, pueden ser acusados de asesinato en caso de que fallezca el alférez. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
21 de julio de 2009
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante drama bélico, basado en una novela del escritor alemán Heinz G. Konsalik (Batallón de mujeres) y llevado a cabo por el director húngaro Géza von Radványi (Somwhere in Europe, 1947). En su papel protagonista brilla, O.E. Hasse, magnifico actor alemán (Almirante Canaris, 1954), que aquí da vida a un medico alemán en un campo de prisioneros ruso poco después de la batalla de Stalingrado. La ética medica, la disciplina militar, el apego nacionalista, el amor ,la amistad , el odio y el rigor carcelario de un campo de prisioneros se entremezclan entre si, para brindarnos sobretodo una historia humana, que hace olvidar por unos momentos el terrible drama de la guerra. Excelente fotografía y una apreciable banda sonora acompañan a un film recomendable a todas luces, y en el que el tiempo no le ha afectado lo más mínimo. Excelentes actuaciones aparte del mencionado O.E. Hasse, con Eva Bartok (El temible burlón, 1952), Mario Adorf (El tambor de hojalata, 1979) y Hannes Messmer (El general de la Rovere, 1959). Muy recomendable para cualquier amante del cine y en especial para los del cine histórico-bélico. No lo lamentaran.
Juggernaut
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23 de febrero de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Correcta película que recoje las vicisitudes de un campo de prisioneros alemanes en el corazón de la Unión Soviética. Años después de terminada la Segunda Guerra Mundial todavía quedaban soldados alemanes en manos de los rusos. En esta ocasión la acción transcurre en Stalingrado donde un famoso médico y cirujano alemán tiene la difícil tarea de bregar a diario con sus captores intentando suavizar las relaciones con los otrora enemigos y ahora guardianes del campo.

Las penurias del campo de prisioneros obligan a los alemanes en general y al doctor en particular, a agudizar el ingenio para salir adelante en situaciones críticas no siempre bien vistas por los responsables soviéticos.

Una de esas situaciones se produce cuando uno de los prisioneros debe ser operado por el propio doctor sin que los rusos lo sepan (ya que lo prohiben terminantemente), con lo cual el médico tiene que enfrentarse a un tribunal que puede condenarlo a la pena capital si el paciente muere por desobedecer una de las normas.

Quizá el tiempo haya perjudicado notablemente a la película, ya que en ocasiones las relaciones entre prisioneros y guardianes vista con la óptica actual parezca un tanto "almibarada", pero en general la cinta merece la pena ser visionada porque nos da una idea de lo acontecida tras el término de aquella guerra, de un período olvidado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Phernando
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19 de abril de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Der Artz von Stalingrad (El Médico de Stalingrado, 1958) se trata de una curiosísima película dirigida en tiempos de la RFA, por el director de origen Húngaro, Géza von Radványi, que está ambientada en los tiempos inmediatamente posteriores de la segunda guerra mundial y que está basado en un hecho real. La película cuenta la sorprendente historia de los soldados alemanes de Stalingrado, que una vez finalizada la segunda guerra mundial, siguieron como prisionero de guerra hasta la reconstrucción de la ciudad. La Historia del filme tiene muchos puntos en común con la película española Embajadores en el infierno (Embajadores en el infierno, 1956), rodada sólo dos años antes (que estuvieron tan cerca una de otra se debe a que fue entonces cuando los presos de la guerra fueron liberados) y que también nos mostraba el cautiverio de los soldados en la Urss y su regreso a la península. Además, al igual que el filme español, la película de la RFA también tiene numerosas connotaciones políticas detrás.

La historia se centra en el personaje que interpreta O.E Hasse (uno de los actores alemanes más importantes, llegando a participar en una película de Hitchcock) un médico que después de la guerra es utilizado por los soviéticos para que examine a todos los que se encuentran en el campo de trabajo, tanto alemanes como soviéticos. No es demasiado difícil captar porque el guión de Werner P.Zibaso, basado en la novela de Heinz.G Konsalik, utiliza a un médico como personaje principal y no un soldado de a pie. Y es que para el objetivo crítico del filme, era mejor utilizar una persona aparentemente imparcial como un médico. Efectivamente, la película trata de dignificar la voluntad del país después de la segunda guerra mundial, elevando moralmente a los soldados reclusos y mostrándolos como héroes. Como sucedía con el filme español, los soviéticos son presentados como monstruos que pretenden esclavizar a los soldados de manera bestial, sin concesiones. Los crímenes de guerra aparecen siempre en un segundo término (aunque por lo menos aparecen, algo que no sucede en la película española). La carga política es pues más que evidente.

La trama de la película no es excesivamente complicada, sino que sigue un molde más o menos previsible. Primero se nos presenta la vida comunitaria, que evidentemente es compleja y difícil para los alemanes, que sobreviven como pueden a pesar del trabajo esclavizante y de los pocos víveres que les proporcionan los soviéticos. Luego se nos presenta la posibilidad de redención, cuando nuestro protagonista tiene la posibilidad de operar al hijo de un importante cargo del campo, la relación amorosa de por medio, la traición hacia los tres cuartos del metraje y finalmente la liberación final. Un esquema que más o menos se repite en películas similares y que no tiene nada de especial. De hecho, los personajes que desfilan por el filme son bastante arquetípicos: El personaje protagonista, que es un humanista que no mira por sus intereses personales y que vive en el campo con resignación siempre tranquilizando al resto de caracteres, el personaje tontorrón que intenta aportar la vis cómica a la película (aunque fallidamente), el alemán más pasional que se acaba enamorando a pesar de las condiciones en la que se encuentra, la chica aparentemente insensible que acaba cayendo en el amor a pesar de la deshonra de hacerlo con el enemigo y el carcelero cruel y sin sentimientos.

Por otra parte, la relación entre la capitana rusa y el prisionero alemán se antoja además a todas luces artificiales. La sensación es la de que el filme necesitaba una cuota de amor y la introduce sin ningún motivo argumental. Además los dos personajes están exagerados al máximo, mostrando numerosos aspavientos, de tal manera que la relación entre ambas evoca a la peor tradición teatral.

En los aspectos técnicos el filme cumple. La recreación del campo resulta creíble, de lo más destacables del filme, así como con el vestuario de los dos bandos.

Hay que apuntar que ver la película doblada al castellano es un auténtico suicidio. Para empezar, que tantos los alemanes como los rusos se comuniquen en castellano ya resulta chocante, pero lo que es totalmente desolador es comprobar cómo en numerosos momentos los personajes rusos dicen algunas frases en su idioma pero con un acento castellano que tira para atrás. Por si fuera poco, el doblaje es realmente lamentable, y no ayuda para nada.

En conclusión, El Médico de Stalingrado es una película que a pesar de su etiqueta histórica, en realidad revela el año en que se realizó, el tiempo intrínseco más que una recreación. La RFA necesitaba por aquel entonces un lavado de cara para poder afrontar su futuro, y en cierta manera el filme resultaba una vía de escape, además de posicionarse ideológicamente, puesto que la guerra fría estaba en su pleno apogeo.

https://neokunst.wordpress.com/2016/04/19/el-medico-de-stalingrado-1958/
Kyrios
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15 de enero de 2018
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Adaptación de la célebre novela de Heinz G. Konsalik, dirigida de forma algo esquemática por Géza von Radványi, sin duda, no la mejor elección para llevarla a la pantalla.
La película, quede claro, está bien en líneas generales, no en vano queda manifiesto su antibelicismo. Es por ello un film positivo.
Los personajes principales alemanes, son dos médicos, uno ya veterano, otro joven y apuesto, que luchan para salvar vidas en un medio hostil y donde los rasgos humanos para con sus semejantes se pueden pagar caros.
Sin embargo, a pesar de que gusta, sí que deja al espectador a medio camino entre la plena satisfacción y una pequeña decepción. No llega a ninguno de los dos términos, pero sí que no consigue convencer, a veces por su ritmo irregular, otras por algunas pequeñas arbitrariedades y otras por no echarle toda la carne al asador cuando evidentemente tenía suficientes y positivos mimbres para ello (la historia de amor es preciosa en verdad).
Buenas interpretaciones, destacando O.W. Hasse, siempre gran actor, y bellísima y pero que muy sensual y deseable Eva Bartok.

https://filmsencajatonta.blogspot.com.es
Constancio
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