El melómano (C)

Otro truco más que demuestra lo unido que estaba el cine con el mundo de la magia en sus orígenes. Me sigue pareciendo increíble que ya en 1903 se buscaran maneras de hacer efectos especiales, por encima de querer contar historias en muchos casos, como en Le mélomane.

Porque está claro que Méliès quiere simplemente mostrar al público su truco de magia, sorprenderles con lo que había aprendido a hacer con la cámara. Un ensayo más que otra cosa que demuestra la importancia de los factores ajenos a la propia historia que se quiere contar.

A Georges Méliès le apasionaba el cine además de ser un hombre obsesivo, cuando le interesaba algo lo explotaba hasta el final.
Las apariciones y desapariciones fueron unos elementos que le apasionaron, a los ojos de hoy en día podría resultar algo fácil y absurdo pero pongamos la mirada en aquella época y veamos lo difícil que podría ser realizar cosa semejante.
Sin duda era todo un logro, hasta que le gustó, repetía eso hasta la saciedad pero es cierto que lo iba mejorando y bastante.
En el caso del corto del que hablo, esa técnica de apariciones y desapariciones está genialmente llevada a cabo, hasta que sorprende como para aquellos años estaba tan bien logrado el efecto.
Es sin duda, un corto muy gracioso y divertido, sin duda Georges Méliès sabía realizar joyas de unos dos minutos.

Es de agradecer a Méliès todo lo que aportó al cine. Una historia simple, pero original, con la excusa de poder introducir el engorroso efecto especial de las cabezas, que realizaba colocándose una capucha negra tras cada corte y lanzando una falsa cabeza de cartón al pentagrama. Esa originalidad para crear y aplicar la técnica del fondo negro con tanta magia, como todas sus demás innovaciones, me dejan con la boca abierta. Recomiendo el documental "El mago del cine" que abarca toda su obra y vida, que desde luego merece ser conocida.

Méliès sigue igual. Coge cabezas, las duplica, y ahora es para formar música. Utiliza el mismo truco.

A mí ya no me hace gracia ni curiosidad, porque es más de lo mismo visto muchas veces. Tampoco hay historia, es un truco, es.... no sé lo que es, simplemente hacer entretener de una forma directa para un público que quizás aún no está acostumbrado a sus trucos.

Aquí tenemos otra parida de Méliès (Vaya engorro escribir el nombre con los putos acentitos).

La verdad es que la gracia la tiene, y no, no voy a decir que la tiene en el culo. Ver las distintas cabezas ahí colgadas y haciendo que cantan te saca al menos una media sonrisa de 'qué mierda es ésta' que en el fondo te lo hace pasar bien.
Pero también hay que reconocer que es un poco caquita es corto, en comparación o sin comparación, a parte de esa risa comentada, lo demás no da mucho de sí.

Me he dado cuenta con este corto que al tío le gustan las pelucas jejeje, las usa en todos los cortos cortos suyos que llevo vistos. Bueno, cada uno con sus aficiones.

Vamos, que por otros 3 minutos se puede ver.