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Las cuatro hijas

Documental La vida de Olfa, tunecina y madre de cuatro hijas, oscila entre la oscuridad y la luz. Un día, sus dos hijas mayores desaparecen. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
4 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy estimable documental ficcionado o ficción con elementos documentales, según se quiera ver.

Una película que tiene una historia real poderosa, fuerte, desgarradora, vívida, dolorosa, dramática, narrada de forma curiosa, no en vano es un metarrelato donde intérpretes y personajes reales, se unen, para mi gusto, en fascinante complementariedad.

Esto le otorga interés y atractivo, pues la narración es fluida, intensa, sincera, exponiendo hechos, situaciones y sentimientos profundos, no siempre positivos para con los propios personajes, sobre todo en relación a la madre y una de las hijas desaparecidas.

Un intenso relato, que se mete en el corazón del espectador, aunque no sea la cinta redonda y quede algo desigual en cuanto a ritmo se refiere.

Pero al final, creo que convence, siendo muy honesta y digna, amén de que, en lo que a mí respecta, me ha entretenido mucho.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Baraka1958
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8 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La directora tunecina "Kaouther Ben Hania" escuchó a "Olfa" contar su historia en la radio y decidió que tenía que darle voz a través de la pantalla grande: sus hijas mayores, las adolescentes "Rahma" y "Ghofrane", abandonaron la familia para unirse al ISIS en Libia. Las otras dos hijas, "Eya" y "Tayssir", relatan sus traumáticas vivencias en conversación con su madre e interactuando con las actrices que hacen el papel de las hermanas mayores.

El set de la película es un espacio de terapia y sororidad, donde pueden libremente revivir el pasado en conexión entre ellas. "Ben Hania" despliega un dispositivo en el que estas mujeres pueden reír, llorar, hablar y convivir con las actrices, mientras escenifican los momentos con "Rahma" y "Ghofrane". Palpamos de cerca el sufrimiento y las contradicciones de esta madre, el dolor por la pérdida de las dos chicas radicalizadas y el contraste con las dos hermanas pequeñas. Ambas reflexionan sobre ser mujeres en su cultura, expresándose con una naturalidad y una crudeza fruto de una madurez precoz.

www.contraste.info
Revista Contraste
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20 de febrero de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se si soy adecuado para hacer una crítica objetiva sobre este falso documental, voy a intentar serlo. Digo falso documental aunque la película esté catalogada como documental, porque no se puede creer que los que nos cuenta Ben Hania no contenga copias y pegas que intenten hacer más comprensible la historia.
Una experiencia de vida de cinco mujeres, que, aún terrible, en muchos momentos parece normal en el sentido de estar integrada en una cultura en la que es muy complicado evadirse de ella.
En muchos momentos el corta y pega se hace muy pesado, añade detalles cotidianos que, en mi opinión no aportan y sin embargo, después de tanto por menor, se obvia la verdadera causa de todo lo que ocurre, que no es otra que la religión.
Se da por sentado que las cosas son así por que no pueden ser de otra manera, sin siquiera complementar las decisiones de las cinco mujeres con alguna mínima crítica tangencial.
La religión y los males que acarrea a estas mujeres tunecinas, que anteriormente se comportaban de una manera, digamos, más laica, desconoce los terribles males que supone para la zona y al final para el resto del mundo. La desaparición de dos de las hermanas está totalmente ligada con la violencia que predican algunos militantes de esta religión.
En conclusión, película muy parcial con una historia contada de forma muy sesgada que olvida, siquiera mencionar, los verdaderas causas que provocaron la revolución de los paises del norte de África.
Presunto cine de denuncia, donde la denuncia no existe y se enmascara lo verdaderamente troncal, independientemente del sufrimiento inentendible de las cinco mujeres.
Mejor no entenderla, para enfadarte lo menos posible.
MARDOMINGO
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8 de febrero de 2024
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Las cuatro hijas, que llegará a nuestra cartelera el próximo nueve de febrero, es una de esas cintas que se mueven entre dos aguas. Por un lado, tenemos una evidente intención documental: Declaraciones tanto de Olfa, como de las dos hijas que siguen con ella, muchísimas explicaciones sobre cómo ocurrió lo que ocurrió y por qué pasó y, además, podemos ver las interacciones y los vínculos que se establecen aún a día de hoy entre las tres mujeres mientras recuerdan ese doloroso pasado y sus ecos en el presente.
Pero, por otra parte, la cinta tiene una parte claramente de recreaciones ficcionadas -aunque esté completamente basada en hechos reales- donde se van introduciendo partes que equivalen al rodaje de una película propia sobre el tema en la que se recrean las distintas situaciones de la infancia y adolescencia de esta familia contando con dos actrices para que interpreten el papel de las dos hermanas ausentes. Aclaro esto para que entendáis que no es algo precisamente convencional lo que está ante nosotros.

Imagino que retratar el dolor de una familia completamente rota siempre es una tarea difícil. Especialmente si la idea para retratarlo bien, con respeto, y con un completo realismo de qué es lo que ocurrió exactamente. La película decide arriesgar y te sitúa bastante tarde en los hechos que realmente dieron lugar a la desaparición de las dos hermanas y no es hasta muy avanzado el metraje donde como espectador vas atando cabos -salvo que conozcas de antemano esta historia, claro-. Por lo tanto, el primer tramo de cinta se puede hacer un poco cuesta arriba si no acabas de conectar con lo que estamos viendo porque es una parte donde se realiza un retrato social del propio país, de la infancia, y de cómo es crecer en según qué ambientes.
Además de esto, durante esa primera mitad de cinta, se producen algunas afirmaciones bastante chocantes, experiencias muy duras y diferencias culturales que pueden llegar a costarnos de entender sino ponemos voluntad de realmente intentar y querer entenderlo.
Por otra parte, al escuchar algunas experiencias de las que se relatan aquí, y ver cómo los ecos de esas heridas y traumas infantiles, no solo tienen su réplica en el presente, sino que sientes como “se heredan” en una constante cadena que tiene demasiados eslabones, uno no puede evitar preguntarse cómo pueden seguir sucediendo este tipo de cosas en el siglo XXI.

Las cuatro hijas es el retrato de la familia de Olfa, pero podría ser el retrato de muchas otras familias que viven en situaciones y contextos políticos y sociales muy difíciles, duros y extremadamente complejos. Y creo que ahí está la clave del documental. Y es que, aunque evidentemente está muy centrada en la historia de una madre y sus cuatro hijas, es algo que podríamos extrapolar no solo a otras familias que vivan en ese mismo contexto, sino que es extrapolable a otros lugares muy distintos en lo específico, pero muy similares en lo general.

Al final, creo que la clave de este documental no sólo está en lo que cuenta, sino en cómo lo cuenta para que nosotros podamos entenderlo. Y para que nos demos cuenta que, aunque desde lejos los hechos puedan parecer muy claros y evidentes, a veces cuando nos acercamos a mirar desde mucha menos distancia, podemos descubrir que quizá las cosas no son lo que creíamos que eran. Y que nuestra perspectiva, si la modificamos un poco, puede hacernos ver las cosas de otra forma.

En definitiva, creo que “Las cuatro hijas” es una de esas películas documentales que impactan y que se quedan contigo si haces el esfuerzo de reflexionar no solo ante lo que has visto, sino ante las consecuencias que tienen algunos hechos. Especialmente si se producen en una edad donde aún te estás formando como persona. Es emotivo, es duro, y es francamente realista. Pero creo que merece mucho la pena.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
Quique Martín
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6 de febrero de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Devoradas por el lobo

Las cuatro hijas es una reflexión sobre como sobrevivir y crecer bajo la maldición del patriarcado, y la transmisión del trauma de una madre a sus hijas. La película documental de Kaouther Ben Hania que intercala elementos de ficción y efectos de alienación, está dedicada a un caso real y al trágico destino de una madre (Olfa Hamrouni) que perdió a sus dos hijas mayores a manos del Estado Islámico en 2016.

Ghofrane (1998) y Rahma (1999) fueron "devoradas por el lobo", como nos cuenta Olfa al principio del documental, mientras que las dos hijas menores, Eya (2003) y Tayssir (2005) permanecen y conviven con su madre en la casa familiar. Olfa Hamrouni se convirtió en su momento en un personaje mediático al dirigirse a los medios de comunicación para criticar la inacción de las autoridades tunecinas.

Lo sucedido se debe, entre otras cosas, a la educación de la madre. Es cariñosa, pero muy estricta. Las hijas carecen de libertad, anhelan algo completamente distinto. Pero también se debe al entorno y adoctrinamiento por parte de un islamismo estricto, religioso y fundamentalista, y a la utilización política de la religión para manipular a la ciudadanía.

Las cuatro hijas nos enseña que el islamismo ya no es sólo un fenómeno marginal en las sociedades árabes, sino que muestra cómo ha penetrado en ellas de tal forma desatando una guerra cultural que divide a muchas familias.

*Escenario artificial

Para recordar los dolorosos acontecimientos y hacer frente a los traumas del pasado, Kaouther Ben Hania crea una especie de laboratorio terapéutico, en un escenario reducido, que permite a los participantes mostrar sus heridas internas y romper así las ataduras por los traumas heredados.

En un escenario artificial, las participantes reales se reúnen con actrices (destaca la estrella tunecina Hend Sabri) que interpretan a las dos hermanas ausentes y, en ocasiones, también a su madre. Además de recrear acontecimientos clave, las mujeres hablan de sus experiencias y de las exigencias de sus respectivos papeles. También las vemos en ensayos y ejercicios de interpretación, mientras que la directora, por su parte, hace visible repetidamente la puesta en escena y diseña las imágenes y los arreglos de una manera decididamente artística y bella. Ben Hania utiliza el poder del cine para revelar verdades invisibles y hacerlas visibles.

Esta es la premisa de Las cuatro hijas, una mezcla de ficción y documental autorreflexivo, desgarrador y cinematográficamente complicado, en la que la directora explora cómo se produjo la desaparición de las hijas mayores y cómo los miembros de la familia ven hoy los acontecimientos de forma diferente.

Dos actrices interpretan a Rahma y Ghofrane, las hermanas mayores de la familia. Junto con las dos más jóvenes, Tayssir y Eya, que se interpretan a sí mismas, recrean los momentos más importantes de su infancia para comprender qué condujo a la desaparición de sus personajes.

*Realidad y ficción

Kaouther Ben Hania alterna así las escenas reconstruidas y las imágenes del rodaje con las declaraciones de las entrevistas a los protagonistas reales sobre lo que han vivido o están viviendo. En cierto modo, Las cuatro hijas funciona también como catalizador y como su propia mirada entre bastidores. Hay una reflexión constante sobre el uso del cine para recrear situaciones, así como un autocuestionamiento sobre el dilema ético que supone permitir a la gente revivir acontecimientos dolorosos.

Los límites entre realidad y ficción se difuminan una y otra vez a medida que avanza la película. Hay momentos en los que, sin previo aviso, pasamos de los personajes hablando de la escena a la escena en sí. La recreación es tan precisa que a veces se olvida que las dos actrices no son las hermanas de las protagonistas, y su dinámica es tan natural que resulta muy estimulante, como en un momento brillante en el que todas ríen y esta risa se contagia al público en el estreno en el Festival de Cannes.

Esta extraña dinámica permite a Las cuatro hijas explorar temas espinosos de un modo soportable tanto para el público como para los personajes. La película nunca juzga a Olfa ni sus decisiones. Aunque sus hijas y las actrices comparten sus opiniones, Kaouther Ben Hania nos hace ver que éstas son a menudo el producto de años de traumas heredados y de un sistema patriarcal que motivó a la madre a ser muy dura. Como consecuencia, ha desarrollado muchos valores y comportamientos que, en última instancia, han perjudicado a sus hijas.

*Conclusión

La cámara no sólo consigue crear bellas composiciones, sino que también ayuda a sumergir a los espectadores en la historia. Por ejemplo, cuando la directora introduce el tema, los personajes se presentan de forma dramática y eficaz: las dos hijas menores delante de Olfa y las dos desaparecidas al fondo, estas últimas mostradas en silueta detrás de un cristal de color que se ilumina cuando se las menciona para subrayar su ausencia física pero su presencia simultánea.

Las cuatro hijas es un gran y original documental que utiliza el cine para reconstruir la vida de toda una familia e intenta explicar las causas sistémicas y sociales que condujeron a la tragedia. A pesar de lo dramático del tema, Ben Hania maneja el asunto de una forma soportable y digerible al ir acompañado de una gran dosis de humanidad, sensibilidad e incluso de una pequeña parte de humor.

Escrito por Eduardo Gil Rodríguez
Cinemagavia
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