La pecera

Estimable primer trabajo en el largometraje de Glorimar Marrero Sánchez, que logra un film interesante al combinar el drama humano con el socio/político.

Modesta en el plano técnico, gracias a las estupendas interpretaciones de las dos protagonistas principales, sobre todo de Isel Rodríguez, logra emocionar en diversos instantes, al plasmar de forma creíble y veraz a una persona enferma de muerte, con duras escenas donde se muestran los estragos de la enfermedad.
Intensa en ocasiones, delicada en otras, vemos la lucha de las buenas gentes del lugar, principalmente de los hombres, por restaurar la tierra y mar de su hábitat natural, deteriorado a causa de los residuos contaminantes que el gigante americano a creado través de los años y también la dignidad personal de una mujer que busca una forma digna de morir en su lugar de origen, sin buscar la compasión de sus semejantes.

A pesar de su aspereza formal y de fondo, se ve con agrado por su honestidad y dignidad, dejando un buen recuerdo.

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Terrible y angustiosa película puertorriqueña donde metafóricamente se compara el imperialismo estadounidense que estuvo en la isla militarmente y que dejo rastros muy evidentes, con una historia de una enfermedad terminal incurable. 

Noelia es una mujer a la que le encanta estar en el agua, ya sea en el mar o en la bañera. Padece un cáncer terminal, por lo que regresa a casa de su madre en la pequeña isla de Vieques, ya que le resulta asfixiante vivir con su pareja. Allí el poco tiempo que le queda lo pasara relajada y meditando...

Consigue agobiar al espectador de una forma tremenda, la interpretación de Isel Rodriguez es magnífica como Noelia, trasmite perfectamente el drama interior que está sufriendo, una buena reflexión de esta mujer aceptando su pronóstico de la mejor forma posible sin perder la dignidad. Algo muy serio que te deja muy mal cuerpo al imaginarte estar en su lugar.

Vieques en Puerto Rico es una isla pequeña frente a la costa de Fajardo, fue un campo de pruebas para napalm, uranio empobrecido, agente naranja y otras municiones tóxicas de la Marina de los EE. UU. Los casos de cáncer entre la población son altísimos y los restos de minas y explosivos hoy en día todavía se están desactivando. Hubo muchas protestas desde 1999 hasta 2003 debido a la muerte continua de mucha parte de la población.

Tras pasar por el pasado, Festival de Málaga se estrena en cines el 26 de mayo de 2023.
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Noelia, enferma de un cáncer con metástasis, decide no tratarse y regresa a sus raíces, a su Vieques puertoriqueño natal, a la paz de ese lugar que le trae tantos recuerdos, dónde su madre sigue viviendo y luchando para que se limpien las contaminadas aguas que el ejército americano ha dejado. Ópera prima sólida, clara y no poco fascinante: logra cautivar desde la primera escena y posee capacidad para componer evocadoras, metafóricas y agridulces imágenes. Notable cine sociopolítico que reivindica, desde el dolor físico, el asidero incomparable de las pequeñas cosas (los olores, los sabores, la habitación dónde se fue niña, las raíces, el horizonte límpido del paraíso frente al insoportable dolor de la enfermedad). Es, además, una exposición de un personaje femenino absolutamente emancipado e independiente en sus complejas decisiones. Isel Rodríguez está magnífica.

Antes que nada, bienvenidas las películas de cinematografías nada habituales en España. 'La pecera' es puertorriqueña y trata dos temas: uno principal, el cáncer terminal que sufre una joven que decide morir en la casa de su madre donde se crío, y la segunda de ámbito mucho más politico: los residuos nucleares y armamentísticos que dejaron los estadounidenses en su estado asociado Puerto Rico hace décadas. La realizadora Glorimar Marrero Sánchez trata ambos con crudeza, sin concesiones, y es de agradecer. Pena que tampoco cuente más porque el filme se agota en sí mismo a la cuarta vez que vemos a la chica sangrar y sufrir, sufrir mucho. Pobre ella, pobre madre y pobre novio.

No es la mejor película que cuenta el proceso de afrontar la propia muerte por desarrollo del cáncer o de la aceptación de la misma por las personas que rodean a quien lo padece. Para eso, la obra maestra definitiva la rodó Fernando Franco y se titula “Morir”, un film que marcó mi vida para siempre. Pero la ópera prima de la cineasta portorriqueña Glorimar Marrero Sánchez es osada, valiente y oportuna, tanto por mezclar ese drama personal con una denuncia medioambiental necesaria como por tratar todo el film desde una óptica metáfora sutil e inteligente y in preciosismo visual realmente notable.

La directora y guionista de “La pecera” entrega el film a la inconmensurable interpretación de su actriz protagonista, Isel Rodríguez, que sostiene la cinta en todos sus planos de principio a fin encarnando a Noelia, una chica con un cáncer en fase de metástasis que decide huir de su casa, de su novio y de San Juan de Puerto Rico para refugiarse en su pequeño y costero pueblo natal, Vieques, en casa de su madre. Ese viaje, que resultará iniciático a la par que definitivo de manera cruelmente paradójica, la reencontrará con el mundo que creía perdido y, sobre todo, con una durísima realidad donde la muerte está presente con demasiada frecuencia como consecuencia de la basura bélica generada por el ejército norteamericano en la zona que sigue contaminando toda la franja costera de la isla.

Noelia llega allí para entregarse a la muerte, para decidir por sí misma si vale la pena o no someterse al calvario de un tratamiento de resultado incierto, a proclamar que es dueña de su destino. Los que la rodean tendrán que aprender a respetarlo.