Préstame tu marido

Una muy trabajada comedia de éstas llamadas de enredo que de la nada va a más y más y cuando uno se quiere dar cuenta ya no se sabe cómo parar y reiniciar de urgencia pero claro, el empiece es una sorpresa que se encuentra el señor Bissell (Jack Lemmon) en la ducha, y creyendo que habla con su mujer resulta que es la amiga de su mujer (Romy Schneider), creando un momentazo de ensueño en el que la expresión de Jack Lemmon sería la misma que la de cualquiera.

Jack Lemmon como siempre en estas comedias, es un show. Aquí es un empleado de una compañía publicitaria que quieren cerrar un gran negocio con un empresario de pollos (Edward G. Robinson) y su nombramiento y la llegada de la amiga de su mujer, serán la causa de un gran lío. Lo que resulta un poco desconcertante es que ese empleado, que es un padre de familia ejemplar con dos hijas, se dedique en sus ratos libres a hacer inventos de esos que no valen para nada, siendo un dato superfluo, sin incidencia alguna en la trama, pero bueno, ahí queda. Añadir que en cuanto al montaje de la compañía de publicidad sigue el mismo formato de muchas comedias de este estilo: Gran número de gerifaltes todos hombres mayores y pelotas.

El ex de la amiga de la señora Bissell es Mike Connors, actor poco conocido que por aquellas fechas protagonizaba la exitosa serie televisiva: Mannix, que hacía de detective privado. Digamos que esta serie es mencionada en la última de Tarantino: Érase una vez en Hollywood.

Un estupendo plantel más una música de fondo en la que a veces suena una melodía de estilo parisino, muy acertada para imprimir ritmo. Eso sí, con un final de lo más alocado. En concreto, puede decirse que objetivo cumplido: Distracción y sonrisas. Nada más.

Tiene un guión muy elaborado que va repartiendo líos a lo largo del metraje... Pero la gracia la tienen sus cuatro protagonistas bien conjugados en general (yo he descubierto a Dorothy Provine). A Edward G. Robinson no se le saca todo el jugo posible (teniendo en cuenta su apoteósica "Perdición") y su desenlace quizás resulte un poco precipitado y sencillo pero también se agradece como final del colapso. Y ya de paso agradezco a la plataforma Filmin la posibilidad de verla porque es un tipo de comedia que solaza y no molesta.

No está mal esta comedia, que juega con los equívocos del triángulo amoroso e incluso el intercambio de parejas y realiza una velada reflexión acerca de cómo la promesa del dinero, convierte a un ejemplar ciudadano, padre de familia y honrado trabajador en maestro del disimulo y doble juego.
Jack Lemmon interpreta a un hombre honrado y convencional, casado y padre de dos niñas, que trabaja para una compañía publicitaria.
La lucha por captar un nuevo y poderoso cliente ( Edward G.Robinson), cuyas ideas conservadoras harán peligrar la concesión de la gestión publicitaria a la compañía, determinarán la decisión de sus gestores para ascender a nuestro hombre y encargarle la publicidad de sus productos.
Paralelamente, su vecina y amiga de su mujer, en proceso de divorcio, va a heredar 15 millones de dólares, pero las cláusulas la condicionan a que esté casada.
Jack Lemmon, fingirá ser su marido, con la complicidad de su esposa. Total, sólo serán unos días, hasta que se haga efectivo el legado.
Desgraciadamente, unos parientes contratarán a un detective para que les vigile, intentando pillarles en un renuncio.
La cosa se complicará más cuando este enredo, haga peligrar el papel que ocupa en la empresa.
Buena y divertida premisa, que proporciona buenos momentos en la primera mitad del metraje, con una excelente interpretación de Jack Lemmon ( yo tengo debilidad por este actor, qué le vamos a hacer), el argumento está muy bien planteado, pero luego se vuelve un poco reiterativa en sus gags y lo chispeante de su guion se empieza a disolver como un refresco que se queda sin burbujas. No le ayuda nada lo desmesurado de su metraje, que alarga y repite situaciones, que por vez primera resultan cómicas pero que, una vez conocidas, pierden su comicidad.
Tampoco me ha gustado nada, cómo resuelve el director todo el entramado final, se sale un poco de madre y no aporta nada a la consecución de lo que prometía el film, dejando de lado, sin rematar, los flecos que suponían los conflictos que planteaban los personajes secundarios, para decantarse por el consabido y convencional happy end.
Una comedia pues, llevadera pero sin entusiasmarse.

Si todavía no han visto la extraña pareja... vayan corriendo a cumplir con el gozoso protocolo. Si ya la han visto pero quieren seguir disfrutando un rato de un ACTOR con mayúsculas pónganse este film. Y si tienen prisa por irse a la cama... busquen la parte donde este p... crack se marca un baile con la Schneider.Eso es arte y no lo que viene ahora.
El otro día me equivoqué y me pusé a ver la del Hotel Budapest... que pena que no se pueda poner lo del muñequito amarillo de llorar.

Divertidísima y entretenida comedia de enredo, al nivel de las mejores de Billy Wilder, Jack Lemmon esta fantastico en esta peli, al igual que Romy Schneider ,hacer reír ,es algo muy serio , consiguió sacarme unas cuantas risas ,cosa que tiene mucho merito. Lección obligatoria para los que se inician en el mundo del cine y con intenciones de hacer comedia.