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España España · Ciutadella de Menorca
Voto de Davoelesclavo:
10
Ciencia ficción Treinta años después de los eventos del primer film, un nuevo blade runner, K (Ryan Gosling) descubre un secreto profundamente oculto que podría acabar con el caos que impera en la sociedad. El descubrimiento de K le lleva a iniciar la búsqueda de Rick Deckard (Harrison Ford), un blade runner al que se le perdió la pista hace 30 años. (FILMAFFINITY)
16 de diciembre de 2017
4 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se le puede pedir más a esta película, es redonda.
Blade Runner es mi película favorita de todos los tiempos, entonces la idea de hacer una secuela era un arma de doble filo y, sobre todo, un constante nerviosismo por parte de los fans.
De entrada vino el tráiler, que no hacía más que acrecentar miedos y esperanzas a partes iguales. Para empezar, el desecho senil en el que se ha vuelto Ridley Scott no iba a poner sus podridas zarpas en la película, eso está muy bien. La dirigía Denis Villeneuve, que acababa de petarlo con The Arrival que, os pongáis como os pongáis, es buena aun con sus fallos y sabe tratar temas grandes y trascendentales, a diferencia del Ridley Scott que nos ha endosado la infumable Alien Covenant. Esa era la parte buena, pero la mala era que se adivinaban aires de pretenciosidad, que todo ese rollo de que hubiera "elegidos" y demás cosas suponía un riesgo de que los creadores de la peli se fliparan y también de que quisieran expandir mal, deprisa y corriendo ese universo que nos atrapó en la precuela.

Y con todo ese bagaje me fui al cine.
Pam! Primer escena en la cara: la primera secuencia de la película originial actualizada a los tiempos modernos. Claro, esto de las referencias se ha vuelto un campo de minas y si te pasas con ellas puedes acabar muy mal.
Sin embargo, la película va mucho más allá de las referencias y durante la primera parte vemos a K hacer el viaje inverso que hizo Deckard en la primera. Un paralelismo [1] que a medida que se tejía en la pantalla me iba dejando alucinado, quería morirme de felicidad y alegría.
También es un gran detalle que Wallace sea ciego, es un nuevo Tyrrell como si se hubiera repuesto de que Roy le metiera los dedos en los ojos.
Si has visto la precuela, las referencias sirven para revelar una información que quién no la ha visto tendrá que esperar para obtener. Y quien no la haya visto en ningún momento se verá perdido puesto que siempre se le va a explicar claramente lo que pasa. ¿Qué cómo se explica a sí misma la película? Bueno, en general lo hace muy bien aunque un par de veces contadas sí recurre a que los personajes se expliquen lo que pasa [2].
Pero quizás lo mejor de la película llega con ese giro argumental, a esa gran revelación que si estás atento a las pocas pistas que se dejan, quizás lo puedes anticipar, pero es muy difícil no caer en la trampa que Villeneuve sabe crear con mucha maestría. Y no es ese giro que puede suponer el clímax de una obra, sino que es casi como una derrota, es casi anticlimático, es duro para K y fue duro para mi corazón porque es increíble como llegas a connectar con lo que en verdad "solo" es un replicante.[3]
Y finalmente, la escena final es sobrecogedora. Me cogió la patata y exprimió lágrimas de ella. No solo eso, sino que encima levantaba esa cuestión que siempre estaba sobrevolando la película y nos pone ese dilema en frente. [4]

Y a esa trama brutal se le junta un ambiente magníficamente conseguido. Esto es verdaderamente una distopía: explotación infantil, viviendas grises que casi son tugurios, un mundo siempre a oscuras, la subida del nivel del mar contenida por diques inmensos, una tierra hecha polvo y en la que apenas crece nada, mares de placas solares, ciudades llenas de radioactividad, un mundo de publicidad turbia, un holograma que te dice lo que quieres oir, la maravillosa acutación de Ana de Armas haciendo que te revuelvas en el asiento incómodo al ver en lo que se han convertido las relaciones humanas, vertederos que se extienden hasta donde alcanza la vista...
Todo ese mundo siempre visto desde una fotografía deliciosa y una estética brutal.

También están las grandísimas actuaciones de Gosling y el sorprendente y sabio uso que hace Villeneuve de Deckard. Otros igual habrían abusado de poner a Harrison Ford en todos sitios para explotar esa nostalgia que tantos dólares da, pero la verdad es que Harrison aparece lo que tiene que aparecer, lo justo y necesario. Y por supuesto la música de Hans Zimmer que mantiene la esencia de la precuela.

Hace más de dos meses que la vi y no puedo dejar de verla como algo prácticamente perfecto. Incluso a un amigo que fue conmigo a verla sin haber visto la anterior, le pareció buenísima y capaz de sostenerse por sí misma. La película soñada y la tranquilidad de ver que Hollywood no ha roto mi juguete favorito. Salgo del cine y puedo volver a respirar. La comento con mi amigo y coincidimos en que no salíamos del cine tan conmovidos desde que repusieron Cinema Paradiso con motivo de su 25 cumpleaños.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Davoelesclavo
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