¿Quién no quiere ser un heroe? Con esta premisa inicial, "Kick-Ass" (permitidme que prescinda del horrible subtítulo que le han impuesto los distribuidores) nos enseña a un joven en lo alto de un edificio con un atuendo poco usual. Cuando se lanza al vacío, la multitud abajo no puede dejar de mirar y admirar esa figura que despliega sus alas porque ¿quién no quiere ser un heroe? Cuando el chico se estrella con un coche aparcado varios pisos mas abajo, la voz en off nos advierte astutamente: "… por cierto, ese no soy yo".

Toda una declaración de principios. "Kick-Ass" es una mezcla de humor negro hiperviolento con parodia-homenaje a los superheroes. Nuestro protagonista, Dave Lizewski (Aaron Johnson), es un joven a quien los delincuentes no han dejado huérfano al salir de la ópera, ni proviene de un lejano planeta, ni ha sido picado por un insecto radioactivo. Es un simple fanboy del mundo real que se pregunta porqué nadie lo ha intentando antes. Porque, por Kryptón! ¿quién no quiere ser un heroe?

Y así, este friki que ha devorado miles de comics en su corta vida, probará en su propia carne lo que significa ser un heroe: o se és, o se muere en el intento. Y a base de golpes, fracturas y facturas de hospital, se hará famoso y motivará a otros. Pero pronto se dará cuenta que no es el primero y que los heroes de verdad existen…

Sin duda, el punto fuerte de "Kick-Ass" es su carácter subversivo. Que la verdadera heroina de la película sea una niña de 9 años que no deja enemigo con cabeza (literalmente) indica que la corrección política no es su fuerte. La destroza-corazones (literalmente) Hit-Girl (Chloë Grace Moretz) roba el protagonismo a su compañero durante gran parte de la historia. También destaca Christopher Mintz-Plasse como Red Mist, pero su verdadero protagonismo llegaría en la segunda parte. Y por supuesto, no podemos dejar de mencionar a Nicolas Cage que, aunque secundario, brilla en su papel de Big Daddy.

Irreverente, entretenida y desprejuiciada. Que me perdonen los puristas, pero para mi "Kick Ass" supera por poco al comic de referencia. De hecho, el único cambio significativo es el origen de Big Daddy, el cual encuentro más interesante en el filme. Pero además de las múltiples referencias a superheroes, de todos esos homenajes explícitos, de todo ese show pop de freaks, la película apela a nuestros más bajos instintos. Porque, santos demonios, Batman ¿quién no quiere ser un heroe?