Resulta que en la película (entre diversas situaciones absurdas) nos presentan a la interpol como una especie de policía mundial con jurisdicción planetaria. Porque cuando la inútil de la interpol atrapa al ladrón y al del FBI (que a su vez le ha tendido una trampa la mala), a pesar de que el delito es cometido en suelo italiano, tiene la potestad de mandarles a un gulag… ¡de Rusia!, y por supuesto extrajudicialmente, sin juicios ni nada, porque es la interpol y ella puede. ¡Claro que si guapi!

Luego, resulta que la mala tiende una trampa al del FBI, una trampa que incluye engañar a la inútil de la interpol con que no es agente del FBI, y lo que es gracioso, aparte de colar, NADIE se cuestiona el absurdo de esa situación. ¿Sus jefes en el FBI no preguntarían por él? ¿No se darían cuenta que su agente no da señales de vida? ¿No preguntarían a la de la interpol donde esta Martínez que me tiene que presentar un informe?

Yo curro para una empresa de mensajería, y mi jefe si estoy más de 1 hora sin dar señales de vida ya me está mandando un burofax, pero la desaparición de un agente del FBI varios días no genera ningún tipo de alarma o preguntas. Muy lógico…

Y luego no digamos de las localizaciones de la película, Valencia lo presentan (como no) como una suerte de clon de Medellín, con los ‘’españoles’’ con acentos sudamericanos. Luego, Valencia mágicamente es la Gran Vía de Madrid. Y luego las localizaciones de otros países, clichés por todas partes igualmente.