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España España · Barcelona
Voto de 1984:
6
Drama Luis (Luis Bermejo), profesor de literatura en paro, trata de hacer realidad el último deseo de su hija Alicia (Lucía Pollán), una niña de 12 años enferma de cáncer terminal: tener el vestido oficial de la serie japonesa de dibujos animados "Mágical Girl Yukiko". El elevado precio del vestido llevará a Luis a intentar encontrar el dinero de forma desesperada cuando conoce a Bárbara (Bárbara Lennie), una atractiva joven casada que sufre ... [+]
8 de abril de 2015
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que ser sincero: si llegué al final fue porque había oído hablar bien de ella. Por suerte para mí, vi la película tranquilamente en mi casa y ello me permitió poder avanzar rápido algunas de las múltiples escenas que se caracterizan por una lentitud excesiva e innecesaria que roza el aburrimiento. Por no mencionar esos silencios buscados en los diálogos que a mí particularmente se me hacen pesados, fuera de lugar y que no me ayudan a tener ganas de continuar viendo una película.

Que una película sea irreal, rocambolesca, incluso retorcida, no es impedimento para que sea buena. Pero sí debe, dentro de sus circunstancias, ser creíble. Y esta no lo es, porque además no pretende narrar un cuento o una historia surrealista, donde todo cabe. Se nota de lejos que el director pone toda la película al servicio de una idea inicial (hacer esa especie de cuadratura del círculo) y que fuerza el guión para conseguir ese objetivo. No voy a negar que la película tiene su mérito, que la idea es buena, que los personajes son tela marinera (¡lo que personas normalitas son capaces de llegar a hacer!), que la película va a más y que el final tiene su gracia. Pero el resultado final, poniendo todo en la balanza, me resulta pretencioso. Y este importante detalle para mí, además de la lentitud innecesaria de algunas escenas y la voz de los actores, hace que lo que podría haber sido un ocho se convierta en un seis.

Por lo que respecta a los actores, el problema no es tanto su actuación, aunque tampoco considero que sea para aplaudir, como sus voces (en este sentido sólo Sacristán se salva). Me parece patético (lo siento, pero es que no encuentro otra palabra) que en aras a una pretendida naturalidad, el resultado sea precisamente el contrario: un tono de voz poco natural, forzado, cansino, impostado, un hablar inexpresivo, una pobre articulación. Ningún español habla así en la vida real: ¿por qué entonces se empeñan en mostrar ese hablar tan característico en muchas películas y series españolas (es que es cambiar de canal de la tele, oír una única frase y saber automáticamente que la película es española)? Jamás lo entenderé, más aún cuando tenemos en cambio unos excelentes actores de doblaje.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
1984
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