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Voto de Raff3:
7

Voto de Raff3:
7
4.7
1,270
Terror. Thriller
Jennifer vive atormentada por la brutal agresión sexual que sufrió hace años. Ha cambiado de identidad y de ciudad, uniéndose a un grupo de apoyo donde comienza a reconstruir una nueva vida. Cuando el asesino de su amiga Marla queda libre por falta de pruebas, Jennifer decide pasar a la acción y hacer pagar a los responsables por sus crímenes de la manera más horrible imaginable.
1 de octubre de 2015
1 de octubre de 2015
17 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
SINOPSIS:
Angela es la protagonista de la primera entrega (I spit on your grave, Steven R. Monroe, 2010). Años después de los incidentes que sufrió, la protagonista acude a una terapia de grupo para intentar superar los abusos que sufrió y allí empatiza con Marla Finch, una mujer valiente y vengativa que, al igual que Angela, no cree en el perdón que se predica en su terapia.
He de decir que la primera y la segunda entrega de esta sega me convencieron en su día y eso me ha impulsado a ver esta película con muy bajas expectativas. No obstante, I Spit On Your Grave 3 me ha sorprendido gratamente: se aleja ligeramente de la línea de sus predecesoras y nos cuenta una secuela correcta y en cierta medida realista. Los tres largometrajes tienen en común el tema de la violación y la venganza, pero esta última es diferente ya que incluye a esta trama la corrupción y la incompetencia de la policía en la resolución de los casos de violencia de género. Que las escenas explícitas son más pobres que en las anteriores no significa que sean ligeras, la crudeza y el sadismo al que nos tiene acostumbrados/as la saga también tiene su hueco en los 92 minutos.
Las actuaciones son correctas pero no demasiado destacables. La película, cinematográficamente hablando, no es ninguna maravilla y se acerca más al telefilm oscuro que a la superproducción de Hollywood. La iluminación y la fotografía son más bien torpes y no se alejan demasiado de lo que nos tiene acostumbrados el cine de terror y acción.
Mi nota final es de un 7 ya que difiere lo justo de la línea vengativa de las demás entregas e incluye la baza de la actual frustración que sufre la mujer para demostrar los abusos recibidos ante la justicia burocrática que parece ser cada vez más ineficaz.
Angela es la protagonista de la primera entrega (I spit on your grave, Steven R. Monroe, 2010). Años después de los incidentes que sufrió, la protagonista acude a una terapia de grupo para intentar superar los abusos que sufrió y allí empatiza con Marla Finch, una mujer valiente y vengativa que, al igual que Angela, no cree en el perdón que se predica en su terapia.
He de decir que la primera y la segunda entrega de esta sega me convencieron en su día y eso me ha impulsado a ver esta película con muy bajas expectativas. No obstante, I Spit On Your Grave 3 me ha sorprendido gratamente: se aleja ligeramente de la línea de sus predecesoras y nos cuenta una secuela correcta y en cierta medida realista. Los tres largometrajes tienen en común el tema de la violación y la venganza, pero esta última es diferente ya que incluye a esta trama la corrupción y la incompetencia de la policía en la resolución de los casos de violencia de género. Que las escenas explícitas son más pobres que en las anteriores no significa que sean ligeras, la crudeza y el sadismo al que nos tiene acostumbrados/as la saga también tiene su hueco en los 92 minutos.
Las actuaciones son correctas pero no demasiado destacables. La película, cinematográficamente hablando, no es ninguna maravilla y se acerca más al telefilm oscuro que a la superproducción de Hollywood. La iluminación y la fotografía son más bien torpes y no se alejan demasiado de lo que nos tiene acostumbrados el cine de terror y acción.
Mi nota final es de un 7 ya que difiere lo justo de la línea vengativa de las demás entregas e incluye la baza de la actual frustración que sufre la mujer para demostrar los abusos recibidos ante la justicia burocrática que parece ser cada vez más ineficaz.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay varias cosas que me han gustado mucho de esta palícula que, aun que mantiene el mismo argumento que sus antecesoras, adquiere una nueva dimensión, como he dicho antes, en lo que se refiere a la inutilidad de la acción policial y la terapia de grupo. En el 'círculo sagrado' y las entrevistas con la psicóloga se le presiona continuamente a Angela a perdonar, pero ella es incapaz de hacerlo, es más, la protagonista se vuelve cada vez más vengativa conforme avanzan los minutos. Esta transformación del personaje se simboliza con el cuadro de la mariposa al que apuñala en un arrebato de frustración.
Las escenas explícitas me han hecho retorcerme del dolor como hombre pero también me han hecho saltar de mi asiento gritando "jódete cabrón". Se merece una mención especial la escena en la que Angela le hace una mamada al novio de Marla antes de abrirle el pene en dos y escupirle su propio prepucio a la cara con la frase "sólo la puntita". La violación anal del padrastro pederasta con un tubo de metal no se queda atrás al igual que la frase "No te mereces el lubricante..."
Me ha gustado, concretando la crítica a las administraciones, que la policía parece preocuparse más por los casos de los violadores asesinados que por los abusos sexuales y físicos que han llevado a cabo.
Finalmente, se descubre (sin demasiada sorpresa) que la protagonista está cumpliendo condena al mostrar que bajo la manta viste un uniforme naranja. Angela saldrá en pocos días de prisión pero sigue siendo "un depredador" lo bastante inteligente como para engañar a su terapeuta.
Las escenas explícitas me han hecho retorcerme del dolor como hombre pero también me han hecho saltar de mi asiento gritando "jódete cabrón". Se merece una mención especial la escena en la que Angela le hace una mamada al novio de Marla antes de abrirle el pene en dos y escupirle su propio prepucio a la cara con la frase "sólo la puntita". La violación anal del padrastro pederasta con un tubo de metal no se queda atrás al igual que la frase "No te mereces el lubricante..."
Me ha gustado, concretando la crítica a las administraciones, que la policía parece preocuparse más por los casos de los violadores asesinados que por los abusos sexuales y físicos que han llevado a cabo.
Finalmente, se descubre (sin demasiada sorpresa) que la protagonista está cumpliendo condena al mostrar que bajo la manta viste un uniforme naranja. Angela saldrá en pocos días de prisión pero sigue siendo "un depredador" lo bastante inteligente como para engañar a su terapeuta.