Bonnie y Clyde
13 de septiembre de 2015
13 de septiembre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extremadamente sorprendente para su época por el nivel de violencia y, supongo, la pasión de las escenas de amor entre sus dos protagonistas, Bonnie & Clyde no ha perdido ni un ápice de su atractivo como película ni como crónica de las andanzas de los famosos Barrow y Parker.
Aunque es una versión claramente romantizada y mitificada de sus andanzas (ojo, de ellos como pareja y como símbolo de libertad extrema, que no de sus crímenes... o al menos yo no los veo justificados o minimizados), la película funciona a la perfección como film de aventuras, thriller y por supuesto romance. Es todo eso y más, con un ritmo estupendo y un desarrollo de personajes brillantes. Bonnie & Clyde, a pesar de ser dos criminales (y repito, eso queda claro todo el rato), nos caen bien y queremos saber más de ellos, porque son carismáticos y magnéticos a más no poder. Y encima tanto ellos como su banda están interpretados por actores en estado de gracia. Qué más se puede pedir.
Por supuesto, cuando llega la impactante escena final, el público ya está absolutamente rendido al magnetismo de Bonnie y Clyde, así que solo queda dar el gran aplauso final a los forajidos más célebres del cine... y de la Historia.
Lo mejor: Casi todo: el ritmo, la acción, el romanticismo, el carisma de los personajes, los actores (enormes Beatty, Dunaway, Parsons y Hackman)
Lo peor: Es posible que le sobren quince minutos y la figura de los dos bandoleros está claramente mitificada, lo que puede resultar algo incómodo.
Aunque es una versión claramente romantizada y mitificada de sus andanzas (ojo, de ellos como pareja y como símbolo de libertad extrema, que no de sus crímenes... o al menos yo no los veo justificados o minimizados), la película funciona a la perfección como film de aventuras, thriller y por supuesto romance. Es todo eso y más, con un ritmo estupendo y un desarrollo de personajes brillantes. Bonnie & Clyde, a pesar de ser dos criminales (y repito, eso queda claro todo el rato), nos caen bien y queremos saber más de ellos, porque son carismáticos y magnéticos a más no poder. Y encima tanto ellos como su banda están interpretados por actores en estado de gracia. Qué más se puede pedir.
Por supuesto, cuando llega la impactante escena final, el público ya está absolutamente rendido al magnetismo de Bonnie y Clyde, así que solo queda dar el gran aplauso final a los forajidos más célebres del cine... y de la Historia.
Lo mejor: Casi todo: el ritmo, la acción, el romanticismo, el carisma de los personajes, los actores (enormes Beatty, Dunaway, Parsons y Hackman)
Lo peor: Es posible que le sobren quince minutos y la figura de los dos bandoleros está claramente mitificada, lo que puede resultar algo incómodo.
27 de junio de 2024
27 de junio de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta clásica 'road movie' con enardecidos sonidos country y bluegrass producida e interpretada por Warren Beatty con dirección de Arthur Penn, uno de los maestros innovadores en el tratamiento del sexo y la violencia en el cine, narra de manera romántica y con tono de comedia criminal en sus inicios las fechorías delictivas de los antihéroes Bonnie y Clyde.
Al mismo tiempo que se humanizan e idealizan las personalidades de la pareja protagonista, simpatizando con su rebeldía en un contexto social propicio para la misma, el film también refleja la pobreza de las zonas rurales en época de la Gran Depresión e incluye pullas al sensacionalismo de algunos medios de comunicación que utilizan hechos reales para engordar o crear el mito en su propio beneficio.
El tramo final de la película deja de lado la apariencia cómica inicial para teñirse de dramatismo, y los momentos simpáticos son reemplazados por la desventura y la tragedia.
Faye Dunaway luce su impresionante belleza rubia con una estética que parece mezclar la moda de los años 30 con el estilo del Swinging London de los 60, mientras que Estelle Parsons exagera lo que puede en su papel de irritable esposa de Gene Hackman.
Es reseñable de igual modo la breve participación de Gene Wilder subrayando la gradación humorística que preside parte del film.
Este retrato desenfadado de una pareja de forajidos nunca pierde ritmo, poseyendo una estética llena de estilo y una pujante narrativa tanto en las escenas de acción como en los momentos más íntimos.
Al mismo tiempo que se humanizan e idealizan las personalidades de la pareja protagonista, simpatizando con su rebeldía en un contexto social propicio para la misma, el film también refleja la pobreza de las zonas rurales en época de la Gran Depresión e incluye pullas al sensacionalismo de algunos medios de comunicación que utilizan hechos reales para engordar o crear el mito en su propio beneficio.
El tramo final de la película deja de lado la apariencia cómica inicial para teñirse de dramatismo, y los momentos simpáticos son reemplazados por la desventura y la tragedia.
Faye Dunaway luce su impresionante belleza rubia con una estética que parece mezclar la moda de los años 30 con el estilo del Swinging London de los 60, mientras que Estelle Parsons exagera lo que puede en su papel de irritable esposa de Gene Hackman.
Es reseñable de igual modo la breve participación de Gene Wilder subrayando la gradación humorística que preside parte del film.
Este retrato desenfadado de una pareja de forajidos nunca pierde ritmo, poseyendo una estética llena de estilo y una pujante narrativa tanto en las escenas de acción como en los momentos más íntimos.
25 de junio de 2007
25 de junio de 2007
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente película sobre la historia de dos ladrones de bancos, Bonnie y Clyde, que recorren los Estados Unidos haciendo de las suyas. Dirigida con maestría y mucho ritmo por Arthur Penn, y estupendamente interpretada por Warren Beatty y Faye Dunaway, que desde la primera escena demuestran una química inusual, haciendo ver al espectador que están hechos el uno para el otro y que serán una pareja difícil de dividir.
Ante todo, Bonnie y Clyde es una película que se deja ver muy bien, que no se anda por las ramas, y a pesar de todo ello no descuida los aspectos anímicos de sus protagonistas y sus vericuetos psicológicos. No sólo asistimos a las andanzas de una pareja de ladrones, sino que conocemos sus motivaciones más profundas; no sólo vemos las heridas de las balas, sino que podemos percibir sus heridas interiores (el "no apasionamiento" de Clyde, el carácter contradictorio de Bonnie). Además, no están ellos solos, sino que los acompañan un trío de personajes (el hermano de Clyde, la mujer de éste y "el cómplice desconocido", Moss, un chico reclutado por Bonnie y Clyde), también interpretados con brillantez, sobre todo Gene Hackman.
Otro aspecto interesante que la película apunta en varias ocasiones es el tema de la repercusión social que tienen los delitos de Bonnie y Clyde. Tal vez hubiera sido interesante que se hubiera ahondado en esa cuestión un poco más, aunque quizá fuera porque me venía de vez en cuando a la cabeza la extraordinaria Asesinos natos, de Oliver Stone, y guión de Tarantino, donde se trata este tema con más profundidad (y que, ahora que lo pienso, podría ser reinterpretada como una versión más extrema del film de Arthur Penn).
En fin, no creo que Bonnie y Clyde decepcione a nadie. Pasados cuarenta años, sigue siendo una película muy bien rodada, con un ritmo envidiable, una historia muy atractiva y un reparto lleno de magníficos actores. Imprescindible.
Ante todo, Bonnie y Clyde es una película que se deja ver muy bien, que no se anda por las ramas, y a pesar de todo ello no descuida los aspectos anímicos de sus protagonistas y sus vericuetos psicológicos. No sólo asistimos a las andanzas de una pareja de ladrones, sino que conocemos sus motivaciones más profundas; no sólo vemos las heridas de las balas, sino que podemos percibir sus heridas interiores (el "no apasionamiento" de Clyde, el carácter contradictorio de Bonnie). Además, no están ellos solos, sino que los acompañan un trío de personajes (el hermano de Clyde, la mujer de éste y "el cómplice desconocido", Moss, un chico reclutado por Bonnie y Clyde), también interpretados con brillantez, sobre todo Gene Hackman.
Otro aspecto interesante que la película apunta en varias ocasiones es el tema de la repercusión social que tienen los delitos de Bonnie y Clyde. Tal vez hubiera sido interesante que se hubiera ahondado en esa cuestión un poco más, aunque quizá fuera porque me venía de vez en cuando a la cabeza la extraordinaria Asesinos natos, de Oliver Stone, y guión de Tarantino, donde se trata este tema con más profundidad (y que, ahora que lo pienso, podría ser reinterpretada como una versión más extrema del film de Arthur Penn).
En fin, no creo que Bonnie y Clyde decepcione a nadie. Pasados cuarenta años, sigue siendo una película muy bien rodada, con un ritmo envidiable, una historia muy atractiva y un reparto lleno de magníficos actores. Imprescindible.
22 de octubre de 2011
22 de octubre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos los actores están magníficos: Gene Wilder aparece poco pero te partes de risa con cada plano; Pollard y Estelle Parsons hacen una interpretación bastante peculiar, pero el caso es que funciona (tanto que ella se llevó el óscar); pero Faye está maravillosa. La peli empieza con una escena suya sola y desde esos planos iniciales hasta el estremecedor final, se hace con la película por encima de todos los demás, incluyendo a Hackman y Beatty. Cuando está alegre, ríe toda la escena, aunque al lado esté su compañero con serios problemas; cuando se hastía, el tedio es la nota dominante, aunque en el mismo plano haya cuatro personajes riendo a carcajadas. El personaje más complicado y rico en matices; no lo desperdicia. Que una mujer así acepte esa relación y vida y resulte creíble es mérito suyo.
El guión, tras los retoques de Towne, es un caramelo: en manos de Penn, se convierte en una película única. En las de Truffaut, que era el director previsto, hubiera sido algo muy distinto, seguramente más desequilibrado y menos vivaz. Beatty fue prudente y rechazó hacerla él mismo a pesar de luchar vehementemente para hacerla realidad.
El espacio al margen de la acción es bien aprovechado. Personajes suficientemente dibujados, relaciones, drama, comedia, pequeños momentos de retrato social, el poético punto de inflexión del encuentro de Bonnie con su madre, donde más destaca el trabajo de Burnett Guffey (otro óscar), ya notable durante todo un metraje con relevancia de los paisajes, la soberbia ambientación, etc.
La realización y el ritmo del guión la convierten en una de las pocas pelis ante las que casi cualquier aficionado se rinde, por cerrado que sea al cine de hace más de X años.
Imprescindible.
El guión, tras los retoques de Towne, es un caramelo: en manos de Penn, se convierte en una película única. En las de Truffaut, que era el director previsto, hubiera sido algo muy distinto, seguramente más desequilibrado y menos vivaz. Beatty fue prudente y rechazó hacerla él mismo a pesar de luchar vehementemente para hacerla realidad.
El espacio al margen de la acción es bien aprovechado. Personajes suficientemente dibujados, relaciones, drama, comedia, pequeños momentos de retrato social, el poético punto de inflexión del encuentro de Bonnie con su madre, donde más destaca el trabajo de Burnett Guffey (otro óscar), ya notable durante todo un metraje con relevancia de los paisajes, la soberbia ambientación, etc.
La realización y el ritmo del guión la convierten en una de las pocas pelis ante las que casi cualquier aficionado se rinde, por cerrado que sea al cine de hace más de X años.
Imprescindible.
6 de octubre de 2010
6 de octubre de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Penn convierte la hsitoria de Bonnie Parker y Clyde Barrow en un mito, encarnados a la vez por mitos, por un siempre atractivo Warren Beatty y la sensual (vaya comienzo de peli, señores) Faye Dunaway. Ellos son la pareja de ladrones que encabezan la banda más temida recorriendo el país de banco en banco. Son de estos ladrones buenos, ladrones cool tantas veces imitados a partir de entonces, pero ningunos como Faye & Warren.
Fuera del argumento, Bonnie & Clyde también marcó época. Primero por la violencia, magistralmente rodada y seguida sus cánones posteriormente. Seca, áspera como el paisaje americano, la sangre surge como necesidad de expresión. Luego, está la sensualidad hasta entonces siempre redimida, surge de la mano de la Dunaway con la que todos soñamos desde entonces, ocupando el podio de la época junto a la Bardot y Jane Fonda.
Fuera del argumento, Bonnie & Clyde también marcó época. Primero por la violencia, magistralmente rodada y seguida sus cánones posteriormente. Seca, áspera como el paisaje americano, la sangre surge como necesidad de expresión. Luego, está la sensualidad hasta entonces siempre redimida, surge de la mano de la Dunaway con la que todos soñamos desde entonces, ocupando el podio de la época junto a la Bardot y Jane Fonda.
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