Orígenes
6.8
24,804
Drama. Romance. Ciencia ficción
Ian Gray, un estudiante de biología molecular especializado en la evolución del ojo humano, conoce a una misteriosa mujer cuyo iris es multicolor. Años después, su investigación lo lleva a hacer un descubrimiento asombroso, que podría cambiar la forma en que percibimos nuestra existencia. (FILMAFFINITY)
4 de diciembre de 2014
4 de diciembre de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendido, así salí de la sala del cine la noche que la fui a ver. Jamás me imaginé ver una película que navegara con esa idea desde ese planteamiento del inicio hasta ese desenlace atrevido.
Belleza en su forma, característica del cine independiente al que tanto aprecio tengo. A pesar de que pueda ser algo predecible en algúnn aspecto, es una película correcta, bien hecha y original, lo que te hará olvidarte de intentar predecirla y dejarte llevar. Me atrevería a decir que tiene un poco de todo, algo que hace que no decaiga y no desentone en ningún momento.
Marcada de detalles bien puestos por los que tendrás que pasar durante la película hasta sus correspondientes detalles en su desenlace.
Belleza en su forma, característica del cine independiente al que tanto aprecio tengo. A pesar de que pueda ser algo predecible en algúnn aspecto, es una película correcta, bien hecha y original, lo que te hará olvidarte de intentar predecirla y dejarte llevar. Me atrevería a decir que tiene un poco de todo, algo que hace que no decaiga y no desentone en ningún momento.
Marcada de detalles bien puestos por los que tendrás que pasar durante la película hasta sus correspondientes detalles en su desenlace.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En su escena final simplemente me sacó una sonrisa al ver el mensaje del otro lado de la puerta que ella le transmitió aquella noche en su cama.
19 de marzo de 2015
19 de marzo de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunos de los asuntos de los que trata este batiburrillo son: las serendipias, la ciencia, la fe, el destino y la reencarnación. Todo ello es bastante interesante y cualquier ser humano que tenga un mínimo de inquietud intelectual se habrá planteado alguna vez alguna de esas cuestiones.
Con ese material de base y con un buen guion, se podría haber logrado una película profunda de las que hacen pensar y emocionarse, pero desgraciadamente no es el caso.
Ya desde los primeros minutos se detecta que esta es de esas películas extrañas que no solamente no son comerciales, sino que son directamente malas. No hay más que ver la secuencia inicial, en la que el protagonista se lía con una mujer disfrazada a la que solo se le ven los ojos tras intercambiar con ella unas pocas frases. Eso no es muy realista que digamos.
La realización es horrible. La cámara no deja de moverse y tener unos enfoques muy mal hechos en los que la dirección de fotografía deja bastante que desear.
Con el actor protagonista no puedo ser imparcial. No sé si lo hace bien o mal, pero tengo un fuerte odio personal a este tipo desde que lo vi en la vomitiva “Funny games”.
El argumento da la sensación de querer abarcar muchas ideas pero no terminar de desarrollar ninguna de manera convincente. Toda esta teoría de los ojos más bien parece que sirviera para un capítulo de serie y no para un film de casi dos horas, con lo cual todo es bastante aburrido.
Así que como el argumento está mal desarrollado y la realización es nefasta (con un estilo independiente que no me gusta nada), no importa que su premisa pudiera ser interesante, porque todo se chafa.
Termina siendo extraordinariamente aburrida y monótona, lo que viene a ser lo mismo que mala, digo yo.
Con ese material de base y con un buen guion, se podría haber logrado una película profunda de las que hacen pensar y emocionarse, pero desgraciadamente no es el caso.
Ya desde los primeros minutos se detecta que esta es de esas películas extrañas que no solamente no son comerciales, sino que son directamente malas. No hay más que ver la secuencia inicial, en la que el protagonista se lía con una mujer disfrazada a la que solo se le ven los ojos tras intercambiar con ella unas pocas frases. Eso no es muy realista que digamos.
La realización es horrible. La cámara no deja de moverse y tener unos enfoques muy mal hechos en los que la dirección de fotografía deja bastante que desear.
Con el actor protagonista no puedo ser imparcial. No sé si lo hace bien o mal, pero tengo un fuerte odio personal a este tipo desde que lo vi en la vomitiva “Funny games”.
El argumento da la sensación de querer abarcar muchas ideas pero no terminar de desarrollar ninguna de manera convincente. Toda esta teoría de los ojos más bien parece que sirviera para un capítulo de serie y no para un film de casi dos horas, con lo cual todo es bastante aburrido.
Así que como el argumento está mal desarrollado y la realización es nefasta (con un estilo independiente que no me gusta nada), no importa que su premisa pudiera ser interesante, porque todo se chafa.
Termina siendo extraordinariamente aburrida y monótona, lo que viene a ser lo mismo que mala, digo yo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La muerte de la chica es la cosa más absurda y estúpida que se les podía haber ocurrido. Si se bloquea un ascensor, lo suyo es usar la alarma, no tratar de salir para que te espachurren. Tiene tela la cosa.
4 de julio de 2015
4 de julio de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay un momento de esta película –y no desvelo nada para quien no la haya visto– en la que el protagonista dice a su mujer algo así como: “Supe entonces que pasaría el resto de mi vida con una niña…, y supe también que esa relación no iba a durar, que la cortaría yo… Pero no imaginaba que no tendría siquiera la oportunidad de despedirme”. Este momento de la película es muy interesante por su poder dramático y por las implicaciones que tiene esta afirmación para poder construir a partir de ella una espléndida historia. También por el matiz que implica llamar “niños” a quienes no piensan como nosotros porque, afortunados ellos, no han perdido la inocencia por el camino…, sin querer admitir que la inocencia posee mucho de intuición y que en la intuición también está buena parte de la clave del conocimiento. Pero no. No van por ahí los tiros. Lamentablemente. Aparte de esta escena, que apenas dura unos segundos, no hay nada que valga la pena en esta película concebida desde la sensiblería más facilona con envoltorio de cosa trascendente e intelectual. “¿A qué huelen las nubes?”. Pues eso.
Oponer fe y razón, ciencia y religión es una empresa más que estéril y superada a estas alturas del mundo. El debate podía tener razón de ser en la Edad Media y en buena parte de la Edad Moderna… pero ¿en estos tiempos? ¡Si hasta grandes científicos han sido grandes creyentes! También puede tener razón de ser si lo tomas como un juego, pero no si te lo tomas en serio. Y esta peli se lo toma en serio. Muy en serio. Uffff ¡qué seria es! Y lo digo porque uno de los leit motiv que mueven al protagonista de la película, un joven científico experto en biología molecular, es descubrir el origen de la formación del ojo humano como manera de… ¡demostrar la no existencia de Dios! ¿Cómo? ¿Me lo repite? ¿Eh? ¿Pues no se ha demostrado la formación del Universo y el origen de las especies sin que ello haya certificado la muerte de Dios? Empezando por ahí, mal empezamos…
Luego la peli parece enderezarse cuando entra en acción la chica, que representa lo espiritual frente a las certezas científicas…, pero lo bueno dura poco y la cosa pega finalmente el petardazo con su exótico tramo final de todo punto injustificable y lamentable. La película termina no sabiendo a donde quiere ir y perdiendo al espectador por el camino. Es absurda, caprichosa y sensiblera hasta decir basta. Y además de risa: ¡no os perdáis la escena final tras los títulos de crédito! ¿Os acordáis de la escena final de “La Roca”, ése Nicolas Cage mirando un microfilm y diciendo “quieres saber qué fue lo del alien de Roosevelt o quien mató a Kennedy"? Pues esto mismo pero en guay. Los que lo han visto me entenderán. Los que no, me entenderán cuando lo vean.
Y lo siento pero conmigo no. Si vamos al circo, voy encantado. Pero no te vistas de ceremonia para hacerme creer que vamos a otro sitio distinto del circo.
Oponer fe y razón, ciencia y religión es una empresa más que estéril y superada a estas alturas del mundo. El debate podía tener razón de ser en la Edad Media y en buena parte de la Edad Moderna… pero ¿en estos tiempos? ¡Si hasta grandes científicos han sido grandes creyentes! También puede tener razón de ser si lo tomas como un juego, pero no si te lo tomas en serio. Y esta peli se lo toma en serio. Muy en serio. Uffff ¡qué seria es! Y lo digo porque uno de los leit motiv que mueven al protagonista de la película, un joven científico experto en biología molecular, es descubrir el origen de la formación del ojo humano como manera de… ¡demostrar la no existencia de Dios! ¿Cómo? ¿Me lo repite? ¿Eh? ¿Pues no se ha demostrado la formación del Universo y el origen de las especies sin que ello haya certificado la muerte de Dios? Empezando por ahí, mal empezamos…
Luego la peli parece enderezarse cuando entra en acción la chica, que representa lo espiritual frente a las certezas científicas…, pero lo bueno dura poco y la cosa pega finalmente el petardazo con su exótico tramo final de todo punto injustificable y lamentable. La película termina no sabiendo a donde quiere ir y perdiendo al espectador por el camino. Es absurda, caprichosa y sensiblera hasta decir basta. Y además de risa: ¡no os perdáis la escena final tras los títulos de crédito! ¿Os acordáis de la escena final de “La Roca”, ése Nicolas Cage mirando un microfilm y diciendo “quieres saber qué fue lo del alien de Roosevelt o quien mató a Kennedy"? Pues esto mismo pero en guay. Los que lo han visto me entenderán. Los que no, me entenderán cuando lo vean.
Y lo siento pero conmigo no. Si vamos al circo, voy encantado. Pero no te vistas de ceremonia para hacerme creer que vamos a otro sitio distinto del circo.
13 de noviembre de 2014
13 de noviembre de 2014
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ian (Michael Pitt) es un científico molecular que está estudiando la genética del iris humano buscando la coincidencia de dos iris de igual morfología para comprobar si existe o no la reencarnación y, de esta manera, resolver un dilema que se le planteará en un momento determinado de su vida.
I Origins (Orígenes) se estrena en los cines españoles este 14 de Noviembre y lo hace ya con un par de premios bajo el brazo, entre ellos, el de nada menos que el premio a mejor película en el Festival de Sitges.
Tuve la oportunidad y la suerte de verla en este festival y tengo que decir que fue una sorpresa muy positiva. Aunque, viniendo del director Mike Cahill, dentro de unos años más que una sorpresa será una apuesta segura y si no, tiempo al tiempo.
Hace ya tres años este simpático y carismático director nos vino a presentar en este mismo festival su segundo trabajo, Another Earth (Otra Tierra). Y, aunque no se trate de un film muy en la línea de fantástico o de terror a la que estamos acostumbrados, tengo que decir que es una película que no te deja indiferente.
Parece ser que a Cahill le va este tipo de cine porque I Origins es otra película para pensar largo y tendido. Es una propuesta más que interesante al debate hablado ya en miles de ocasiones entre la ciencia y la religión ofreciendo una visión bastante objetiva de ambas partes.
La versión más escéptica nos la aporta el protagonista, Ian, como investigador del estudio sobre la genética del iris mediante el cual pretende demostrar la teoría de la evolución de las especies planteada por Darwin y, de esta manera, evidenciar la inexistencia de ningún tipo de Dios. Por otro lado, la visión religiosa nos la aporta Sofi, la pareja del primero.
Los dos tendrán una muy magnética relación con profundas conversaciones acerca del origen del ser humano en las cuales se puede apreciar que el director no ha querido posicionarse demasiado.
Respecto a las actuaciones, cabe destacar las interpretaciones de la hipnotizante Astrid Bergès-Frisbey y de un más que notable Michael Pitt. Además, la fotografía y la estética están perfectamente cuidadas. En definitiva, una película excelente.
Mike Cahill nos adelantó en el festival de Sitges que está preparando ya su cuarto trabajo y que, si puede, lo volverá a traer al festival. ¡Estaremos atentos en la próxima edición!
Por último, un consejo para todo aquel que la vaya a ver: no os vayáis al aparecer los créditos, hay una sorpresa final.
I Origins (Orígenes) se estrena en los cines españoles este 14 de Noviembre y lo hace ya con un par de premios bajo el brazo, entre ellos, el de nada menos que el premio a mejor película en el Festival de Sitges.
Tuve la oportunidad y la suerte de verla en este festival y tengo que decir que fue una sorpresa muy positiva. Aunque, viniendo del director Mike Cahill, dentro de unos años más que una sorpresa será una apuesta segura y si no, tiempo al tiempo.
Hace ya tres años este simpático y carismático director nos vino a presentar en este mismo festival su segundo trabajo, Another Earth (Otra Tierra). Y, aunque no se trate de un film muy en la línea de fantástico o de terror a la que estamos acostumbrados, tengo que decir que es una película que no te deja indiferente.
Parece ser que a Cahill le va este tipo de cine porque I Origins es otra película para pensar largo y tendido. Es una propuesta más que interesante al debate hablado ya en miles de ocasiones entre la ciencia y la religión ofreciendo una visión bastante objetiva de ambas partes.
La versión más escéptica nos la aporta el protagonista, Ian, como investigador del estudio sobre la genética del iris mediante el cual pretende demostrar la teoría de la evolución de las especies planteada por Darwin y, de esta manera, evidenciar la inexistencia de ningún tipo de Dios. Por otro lado, la visión religiosa nos la aporta Sofi, la pareja del primero.
Los dos tendrán una muy magnética relación con profundas conversaciones acerca del origen del ser humano en las cuales se puede apreciar que el director no ha querido posicionarse demasiado.
Respecto a las actuaciones, cabe destacar las interpretaciones de la hipnotizante Astrid Bergès-Frisbey y de un más que notable Michael Pitt. Además, la fotografía y la estética están perfectamente cuidadas. En definitiva, una película excelente.
Mike Cahill nos adelantó en el festival de Sitges que está preparando ya su cuarto trabajo y que, si puede, lo volverá a traer al festival. ¡Estaremos atentos en la próxima edición!
Por último, un consejo para todo aquel que la vaya a ver: no os vayáis al aparecer los créditos, hay una sorpresa final.
20 de noviembre de 2014
20 de noviembre de 2014
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mike Cahill nos trae Orígenes, cinta que se proclamó ganadora en el Festival de cine fantástico de Sitges y que está cosechando sendos éxitos de crítica y público en salas de todo el país. La película nos cuenta la historia de el Dr. Ian Gray, un biólogo molecular especializado en los ojos que intenta probar la evolución a través de un gen presente en dicho órgano. Su mundo cambia por completo cuando conoce a Sofi, una joven modelo con un precioso iris que presenta heterocromía central. Todo lo que os pueda contar a partir de aquí es un spoiler de proporciones épicas. Sin exagerar. Si queréis disfrutar de la película en su totalidad os recomiendo no leer ninguna de las sinopsis que circulan por ahí, mucho menos ver el trailer, que desvela giros importantes en la trama así como parte del desenlace.
lo que hace diferente a Orígenes de todas las demás producciones de este estilo, es que no busca hacer una producción efectista visualmente hablando o en lo que a enrevesados giros de guión se refiere. Nos ofrece una ciencia ficción "verbal", por denominarla de algún modo, dentro de una realidad alternativa en la que el iris de las personas ha sustituido a la huella digital. Pero I Origins no se queda ahí; busca hacer un retrato del ser humano, quiere hablar de ciencia y religión, asegurándose a la vez de darle una profundidad absoluta a sus personajes haciendo que les conozcamos totalmente aunque ellos solo nos hayan dicho su nombre. Sentimos la soledad de Sofi aunque ella nos relate una vida de aventuras, todos hemos sentido esa inseguridad emocional del Dr. Grey aunque aparente saber siempre lo que hacer o decir y, por supuesto, todos hemos llorado en silencio como Karen a fin de que alguien a quien amamos pueda realizar sus sueños.
Como dijo el dramaturgo alemán Friedrich Hebbel, "Los ojos son el punto donde se mezclan alma y cuerpo" y al margen del resto de historias, ahí es donde Orígenes quiere llevarnos. Porque Orígenes, entraña más complejidad de la que a simple vista hay. Cahill no se limita a decirnos que busca el principio de ese algo capaz de negar la existencia de un ser superior a través de los ojos, busca mostrar el sentido que tiene la espiritualidad en la vida de las personas, quiere hacer manifiesto el debate entre fe y ciencia, dándole un punto de vista distinto con esperanzadores resultados dentro de su particular prisma pesimista. Porque lo maravilloso de esta historia es su capacidad de hacerte soñar. Quizás pueda haber cierta reticencia al principio, pero seamos claros, al igual que nuestros protagonistas, el filme consigue hacerte creer en él y disfrutar de este maravilloso sueño del que no querrás despertar jamás.
¿Acaso hay algo que no sea digno de mención en esta película? Desde esa poderosísima banda sonora que nos envuelve desde el momento en que nuestros protagonistas se reencuentran, hasta su sencillo pero compacto guión, pasando por una fotografía milimétrica en la que nunca encontraréis nada fuera de sitio. Muchas cosas se han dicho de Orígenes, tanto positivas como negativas, pero la realidad es que si una película consigue hacerte soñar, ver más allá de lo que tienes delante y desconectar del mundo durante la totalidad de su metraje, es merecedora de todos los halagos recibidos y de todos los que están por venir. Ciencia ficción sin artificiosidad petulante, romance sencillo, sin adornos, pero a su vez complejo hasta la médula y creatividad sin concesiones de principio a fin. Un peliculón con todas las letras que nadie debería perderse.
www.cenitalynadir.es
lo que hace diferente a Orígenes de todas las demás producciones de este estilo, es que no busca hacer una producción efectista visualmente hablando o en lo que a enrevesados giros de guión se refiere. Nos ofrece una ciencia ficción "verbal", por denominarla de algún modo, dentro de una realidad alternativa en la que el iris de las personas ha sustituido a la huella digital. Pero I Origins no se queda ahí; busca hacer un retrato del ser humano, quiere hablar de ciencia y religión, asegurándose a la vez de darle una profundidad absoluta a sus personajes haciendo que les conozcamos totalmente aunque ellos solo nos hayan dicho su nombre. Sentimos la soledad de Sofi aunque ella nos relate una vida de aventuras, todos hemos sentido esa inseguridad emocional del Dr. Grey aunque aparente saber siempre lo que hacer o decir y, por supuesto, todos hemos llorado en silencio como Karen a fin de que alguien a quien amamos pueda realizar sus sueños.
Como dijo el dramaturgo alemán Friedrich Hebbel, "Los ojos son el punto donde se mezclan alma y cuerpo" y al margen del resto de historias, ahí es donde Orígenes quiere llevarnos. Porque Orígenes, entraña más complejidad de la que a simple vista hay. Cahill no se limita a decirnos que busca el principio de ese algo capaz de negar la existencia de un ser superior a través de los ojos, busca mostrar el sentido que tiene la espiritualidad en la vida de las personas, quiere hacer manifiesto el debate entre fe y ciencia, dándole un punto de vista distinto con esperanzadores resultados dentro de su particular prisma pesimista. Porque lo maravilloso de esta historia es su capacidad de hacerte soñar. Quizás pueda haber cierta reticencia al principio, pero seamos claros, al igual que nuestros protagonistas, el filme consigue hacerte creer en él y disfrutar de este maravilloso sueño del que no querrás despertar jamás.
¿Acaso hay algo que no sea digno de mención en esta película? Desde esa poderosísima banda sonora que nos envuelve desde el momento en que nuestros protagonistas se reencuentran, hasta su sencillo pero compacto guión, pasando por una fotografía milimétrica en la que nunca encontraréis nada fuera de sitio. Muchas cosas se han dicho de Orígenes, tanto positivas como negativas, pero la realidad es que si una película consigue hacerte soñar, ver más allá de lo que tienes delante y desconectar del mundo durante la totalidad de su metraje, es merecedora de todos los halagos recibidos y de todos los que están por venir. Ciencia ficción sin artificiosidad petulante, romance sencillo, sin adornos, pero a su vez complejo hasta la médula y creatividad sin concesiones de principio a fin. Un peliculón con todas las letras que nadie debería perderse.
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