Pánico y locura en Las Vegas
1998 

6.8
57,806
13 de abril de 2012
13 de abril de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me hablaron muy bien de la película, pero solo veo un colocón llevado a la pantalla.
Con todas las drogas habidas y por haber, probadas por dos locos de la vida, que se dedican a estar en constante contacto con las drogas.
Con sobreactuaciones desmesuradas, por parte de los dos protagonistas, intentando transmitir la sensación que puede generar la droga.
Muchos lo verán como un divertimento, y como una apuesta atrevida, pero yo no lo vi como tal. Resultando las situaciones reiterativas y carentes de sentido alguno. Aunque supongo que de eso se trata, de que ningún comportamiento tiene sentido bajo los efectos de las drogas y el alcohol.
Con todas las drogas habidas y por haber, probadas por dos locos de la vida, que se dedican a estar en constante contacto con las drogas.
Con sobreactuaciones desmesuradas, por parte de los dos protagonistas, intentando transmitir la sensación que puede generar la droga.
Muchos lo verán como un divertimento, y como una apuesta atrevida, pero yo no lo vi como tal. Resultando las situaciones reiterativas y carentes de sentido alguno. Aunque supongo que de eso se trata, de que ningún comportamiento tiene sentido bajo los efectos de las drogas y el alcohol.
10 de mayo de 2012
10 de mayo de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial película, en la que las drogas son muchas más que las que ingieren los personajes. El film a mi modo de ver, es mucho más profundo que los viajes mentales que recorren los personajes.Con críticas geniales sobre el contexto en el que transcurre, donde la sociedad se transformaba en una sociedad de consumo de la que no todos querían formar parte. Es sumamente crítica al "SUEÑO AMERICANO" a la guerra y a la moralidad de esas personas que no pueden ver más allá de sus narices.
31 de julio de 2012
31 de julio de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miedo y asco en Las Vegas es ante todo excesiva, una gran epopeya del mundo de las drogas que desde el primer segundo es exagerada, bestial, mastodóntica, porque la hipérbole nace desde el primer segundo de cinta y de ahí para arriba. En esto se reconoce que la cinta no tenga ni un guión muy claro, ni personajes en los que profundizar (son sólo sombras de ellos mismos), ni orden ni concierto, todo es un maremagno de imágenes y de situaciones rocambolescas, de clara impronta ficticia, que viven un par de personajes que zigzaguean por el celuloide sin saber bien lo que hacer, porque pueden ser héroes y villanos varias veces en el mismo metraje, obsesionados con tomar drogas de todas clases, en cualquier momento, unas veces están excesivamente relajados y al tiempo profundamente nerviosos, taquicárdicos, viviendo los diferentes estados que las sustancias estupefacientes les hacen vivir. La actitud misma de la película es la de repeler o al menos desconcertar al espectador, es absolutamente identificarse con alguna escena o personajes si no se está en una situación de delirio, es imposible comprender las motivaciones o los escenarios esperpénticos, la película en sí es una especia de lupanar freak, una feria aberrante y distorsionada donde no hay refugio, donde se está abocado a seguir adelante sin remedio sean cuáles sean las consecuencias. Tanto Jhonny Deep, como Benicio del Toro salvan con honor la imposible tarea de gestar un personaje de esos muñecotes desfasados con lo que le toca lidiar en la película. Es difícil precisar que es esta obra, y po tanto es difícil decir que es una buena película, lo que está claro al menos es que es un valiente experimento fílmico del que ha surgido este espectáculo, innovador y tentador, alejado de la convenciones hollywoodienses.
http://palomitasconchoco.wordpress.com
http://palomitasconchoco.wordpress.com
3 de abril de 2013
3 de abril de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La estética y estilo propio de esta comedia negra son bastante atrayentes, sin embargo su falta de fondo trastoca un poco, quizás el objetivo mejor logrado de esta película clásica hecha en 1998.
Terry Gilliam, su director, cada tanto nos entrega alguna cinta poco convencional y que a veces cuesta digerir, y en esta pasada no es la excepción. De hecho, darse el gusto de contar con Johnny Depp y Benicio del Toro entre otros, marca parte importante del gusto de la fanaticada que aprecia ver astros en tramas que, aunque no tengan pies ni cabeza, proponen algo alternativo. Ellos en todo caso, aunque orillan lo sobreactuado, sacan aplausos.
Traducida como "Miedo y asco", "Rock'n roll en Las Vegas" y "Pánico y locura en Las Vegas", tantas versiones para el título marcan la pauta de lo difícil de calificar este film, sin mucha estructura, orden de montaje ni menos fotografía. Todos bajo la frazada de que es la droga, en sus múltiples formas, la que hace ver cosas donde no las hay.
Quizás ese mundo desconocido para muchos -al menos tan en profundidad- es el aval de Gilliam para mostrarnos en su modo particular y rosando el mal gusto, que lo disparatado también debe tener cabida en el amplio espectro del cine actual o de aquel de fines de los 90's.
Mención especial para la banda sonora, mezclando las luces de Las Vegas con mucho Tom Jones y el eterno Somebody to love de Jefferson airplane, representando épocas más abiertas al desdoblamiento de la mente y el cuerpo.
No cabe duda que todo lo original de la cinta se confronta con su falta de hilo conductor, algo que sea más que 'drogas por drogas'. Lamentablemente fiarse de 'el que esté libre que tire la primera piedra' no basta para hacer de esta una gran película. Sí curiosamente lo es de culto, que no es lo mismo y los que pudieron recrear la novela original lo agradecerán. Por mi parte, la psicodelia y la experimentación son buenas, pero en esta ocasión, siento que esperaba algo más. La subjetividad marca diferencias en esta peli como en pocas otras.
?
Conclusión:
Versión bizarra, tocada y provocada de 'Alicia en el País de las Maravillas', estilo yonki en Las Vegas.
Terry Gilliam, su director, cada tanto nos entrega alguna cinta poco convencional y que a veces cuesta digerir, y en esta pasada no es la excepción. De hecho, darse el gusto de contar con Johnny Depp y Benicio del Toro entre otros, marca parte importante del gusto de la fanaticada que aprecia ver astros en tramas que, aunque no tengan pies ni cabeza, proponen algo alternativo. Ellos en todo caso, aunque orillan lo sobreactuado, sacan aplausos.
Traducida como "Miedo y asco", "Rock'n roll en Las Vegas" y "Pánico y locura en Las Vegas", tantas versiones para el título marcan la pauta de lo difícil de calificar este film, sin mucha estructura, orden de montaje ni menos fotografía. Todos bajo la frazada de que es la droga, en sus múltiples formas, la que hace ver cosas donde no las hay.
Quizás ese mundo desconocido para muchos -al menos tan en profundidad- es el aval de Gilliam para mostrarnos en su modo particular y rosando el mal gusto, que lo disparatado también debe tener cabida en el amplio espectro del cine actual o de aquel de fines de los 90's.
Mención especial para la banda sonora, mezclando las luces de Las Vegas con mucho Tom Jones y el eterno Somebody to love de Jefferson airplane, representando épocas más abiertas al desdoblamiento de la mente y el cuerpo.
No cabe duda que todo lo original de la cinta se confronta con su falta de hilo conductor, algo que sea más que 'drogas por drogas'. Lamentablemente fiarse de 'el que esté libre que tire la primera piedra' no basta para hacer de esta una gran película. Sí curiosamente lo es de culto, que no es lo mismo y los que pudieron recrear la novela original lo agradecerán. Por mi parte, la psicodelia y la experimentación son buenas, pero en esta ocasión, siento que esperaba algo más. La subjetividad marca diferencias en esta peli como en pocas otras.
?
Conclusión:
Versión bizarra, tocada y provocada de 'Alicia en el País de las Maravillas', estilo yonki en Las Vegas.
13 de julio de 2013
13 de julio de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Resacón en Las Vegas' tenía un punto de partida muy simple: un grupo de amigos acude a una despedida de soltero, a la mañana siguiente despiertan tras un colocón impresionante y no recuerdan nada de lo que les ha pasado, así que intentan reconstruir los hechos y arreglar el desaguisado. 'Miedo y asco en Las Vegas' es todo lo contrario: dos personajes que no sabemos quienes son ni porqué están allí se colocan y alucinan durante casi dos horas ante nuestros ojos, sin aparentes consecuencias para unas vidas posteriores que también desconocemos.
'Resacón' quiso ser una comedia desmadrada y escatológica. 'Miedo y asco' quiso ser una reflexión sobre la generación hippie y su cultura toxicológica. Pero resulta que la primera hora de 'Miedo y asco' es puro oro como comedia desmadrada y escatológica. Lagrimones me resbalaban por las mejillas de tanto reír con las peripecias de Johnny Depp y Benicio Del Toro en el desierto, los hoteles y los bares de Las Vegas. En cambio 'Resacón' me entretuvo y poco más.
En 'Resacón' se hace referencia constante al arrepentimiento y a las catastróficas consecuencias de volver a la realidad tras haber tomado psicotrópicos. En 'Miedo y asco' se consumen todo tipo de drogas (incluidos los psicotrópicos) mañana, tarde y noche, a propósito, sin ningún atisbo de remordimiento y se hace referencia constante a la realidad como aquello verdaderamente aterrador. Y hasta aquí los paralelismos.
La película de Terry Gilliam propone algo tan arriesgado como tomar el punto de vista del drogado y no abandonarlo de principio a fin. Algo así como cuando David Lynch adopta el lenguaje del subconsciente y los sueños y nos narra una historia. El resultado es divertido, inquietante, difícil de comprender y a veces aterrador. Pero Gilliam sale airoso. Aunque mentiría si no reconociera que la película se me hizo larga, solo por las impresionantes interpretaciones de Depp y Del Toro ya vale la pena el viaje. Y nunca mejor dicho, porque el que nunca se haya drogado puede vivir en primera persona experiencias equivalentes a toda una vida de viajes alucinógenos ahorrando dinero y salud a espuertas.
Como curiosidades, los cameos de un 'irreconocible' Tobey Maguire y unas jovencísimas Cameron Díaz y Cristina Ricci.
'Resacón' quiso ser una comedia desmadrada y escatológica. 'Miedo y asco' quiso ser una reflexión sobre la generación hippie y su cultura toxicológica. Pero resulta que la primera hora de 'Miedo y asco' es puro oro como comedia desmadrada y escatológica. Lagrimones me resbalaban por las mejillas de tanto reír con las peripecias de Johnny Depp y Benicio Del Toro en el desierto, los hoteles y los bares de Las Vegas. En cambio 'Resacón' me entretuvo y poco más.
En 'Resacón' se hace referencia constante al arrepentimiento y a las catastróficas consecuencias de volver a la realidad tras haber tomado psicotrópicos. En 'Miedo y asco' se consumen todo tipo de drogas (incluidos los psicotrópicos) mañana, tarde y noche, a propósito, sin ningún atisbo de remordimiento y se hace referencia constante a la realidad como aquello verdaderamente aterrador. Y hasta aquí los paralelismos.
La película de Terry Gilliam propone algo tan arriesgado como tomar el punto de vista del drogado y no abandonarlo de principio a fin. Algo así como cuando David Lynch adopta el lenguaje del subconsciente y los sueños y nos narra una historia. El resultado es divertido, inquietante, difícil de comprender y a veces aterrador. Pero Gilliam sale airoso. Aunque mentiría si no reconociera que la película se me hizo larga, solo por las impresionantes interpretaciones de Depp y Del Toro ya vale la pena el viaje. Y nunca mejor dicho, porque el que nunca se haya drogado puede vivir en primera persona experiencias equivalentes a toda una vida de viajes alucinógenos ahorrando dinero y salud a espuertas.
Como curiosidades, los cameos de un 'irreconocible' Tobey Maguire y unas jovencísimas Cameron Díaz y Cristina Ricci.
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