Hannibal: El origen del mal
5.9
16,681
Thriller
Adaptación de una novela de Thomas Harris (2006). La historia de Lecter comienza en Europa Oriental, a finales de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Siendo un niño, además de presenciar el asesinato de sus padres, fue testigo de otras terribles atrocidades que lo marcarán para siempre. (FILMAFFINITY)
7 de abril de 2011
7 de abril de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película nos traslada al origen de Hannibal Lecter, y de como llegó a convertirse en el caníbal mas famoso y letal de la historia. Sorprendentemente buena, sigue de cerca la estela de El silencio de los corderos, de todas las secuelas de dicha película, esta es sin duda alguna la mejor. Actuación insuperable de Gaspard Ulliel.
10 de febrero de 2008
10 de febrero de 2008
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del silencio de los inocentes, no hubo una buena historia del Dr. Lecter. "Hannibal" y "Dragon rojo" no estuvieron a la altura de la primera. Y esta no es la excepción; sin embargo "...el origen del mal" tiene el gran mérito de "justificar" la conducta mounstrosa y canibalesca del siniestro personaje y lo cuenta muy bien pues hace posible entender al asesino ya adulto y más sanguinario que nos presentan las anteriores películas mencionadas.
Para los que tenemos ciertas nociones de conductas patólogicas (sin ser médicos) sabemos que un "shock" de tipo traumático anula los sentimientos y las emociones y desarrolla obsesiones y es en esta linea sobre la que se desplaza el personaje; es por eso que no hay conflictos entre el bien y el mal en su conciencia. El obsesivo a su máximo nivel de insanía solo quiere cumplir su meta saltando o arrasando con todo aquello que se interpone (incluyendo el amor).
Para los que tenemos ciertas nociones de conductas patólogicas (sin ser médicos) sabemos que un "shock" de tipo traumático anula los sentimientos y las emociones y desarrolla obsesiones y es en esta linea sobre la que se desplaza el personaje; es por eso que no hay conflictos entre el bien y el mal en su conciencia. El obsesivo a su máximo nivel de insanía solo quiere cumplir su meta saltando o arrasando con todo aquello que se interpone (incluyendo el amor).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película lo dice: "En la nieve muere el niño y nace el mounstro"
"...el inicio del mal" no pretende ser una gran película con unos diálogos y situaciones forzadas como la segunda parte, su intención es contarnos la historia del "que" y el "como" originan al personaje y sigue ese desarrollo lineal
Esta película encaja perfectamente con el resto. Imperdible para los seguidores de la saga
"...el inicio del mal" no pretende ser una gran película con unos diálogos y situaciones forzadas como la segunda parte, su intención es contarnos la historia del "que" y el "como" originan al personaje y sigue ese desarrollo lineal
Esta película encaja perfectamente con el resto. Imperdible para los seguidores de la saga
2 de agosto de 2008
2 de agosto de 2008
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bastante floja en comparación a las otras de la saga, incluso “Hannibal” de Ridley Scott logra mantener por un momento el interés del espectador (tal vez solo por la presencia de Anthony Hopkins). Lo único destacable de ésta película es la construcción interna del joven Hannibal, la excelente interpretación de Gaspard Ulliel recrea perfectamente la personalidad y mentalidad del asesino algo que yo no creía posible antes de ver ésta película.
A eso se debe sumar la correcta ambientación y nada más, el resto del metraje se mueve entre el sopor y no produce la más mínima emoción (no hablemos de suspenso). La historia en general es mala, sobran muchísimas escenas y el resto de los personajes son muy planos.
Por lo menos no pretende igualar la asfixiante atmósfera de la obligatoria “The Silence of the Lambs” como intentaron Scott y Rattner. Eso si lo veo absolutamente imposible.
A eso se debe sumar la correcta ambientación y nada más, el resto del metraje se mueve entre el sopor y no produce la más mínima emoción (no hablemos de suspenso). La historia en general es mala, sobran muchísimas escenas y el resto de los personajes son muy planos.
Por lo menos no pretende igualar la asfixiante atmósfera de la obligatoria “The Silence of the Lambs” como intentaron Scott y Rattner. Eso si lo veo absolutamente imposible.
12 de abril de 2009
12 de abril de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mmmm... se deja ver, pero cuando terminó me quedé con la sensación de que podría tratarse de cualquier asesino en lugar de Lecter, así que es la menos Hannibal de todas. Me satisfizo conocer el origen del desorden alimenticio del protagonista y es cierto que Ulliel no actúa mal, pero el personaje le queda grande. El guión es muuuuy malo, pero hay que dar crédito en cuanto a lo estético (últimamente las películas sean buenas o malas, están todas preparadas para deleitar el ojo, que no la inteligencia... ¡oh, siglo XXI!) Ah, y los flashbacks: 100% inncecesarios. Conclusión: De Lecter, poco y nada.
29 de abril de 2011
29 de abril de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Precuela de El silencio de los corderos que nos lleva hasta la juventud de 'Hannibal Lecter' para contarnos cómo se creó el monstruo.
No he leído el libro, pero quiero suponer que Thomas Harris se le da mejor escribir novelas que guiones, porque si ese no es el caso, El dragón rojo y El silencio de los corderos son todavía mejor de lo que parecen. Harris contruye una história plagada de clichés que siguen la linea de la venganza. Nada más. Peter Webber se encarga de una dirección muy, muy floja. Los primeros 45 minutos son una conjunción de trailers sin demasiado sentido, y los 30 siguientes se hacen bastante pesados. Lo que resta de metraje, llega casi sin gasolina al final, más por inercia que por movimiento real. Si hay algo que se libre en el apartado técnico es la fotografía, con imágenes que conjugan muy bien los colores. Sin embargo, nunca evoca la atmósfera de El silencio de los corderos. No es que tenga que ser igual, pero con eso hubiera podido ganar algún punto. Sin embargo, Webber prefiere jugar a mover la cámara sin sentido.
Gaspard Ulliel sobreactúa y mucho. Parte de culpa la tiene de nuevo el señor Webber, con una dirección de actores pésima. No obstante, no hay que quitarle culpa a Ulliel, tan centrado en Anthony Hopkins que a los dos minutos ya se ha pasado de rosca. He sentido vergüenza ajena varias veces, sinceramente (sobretodo cuando Ulliel pone esa expresión con la mirada ladeada y la boca entreabierta). Gong Li, comparada con Ulliel, al nivel de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes. Valorada desde la subjetividad, muy floja. Tiene suerte de tener un cuerpo bonito, porque en caso contrario, costaría mucho aguantar la mirada en la pantalla cuando sale junto al nefasto Ulliel. Richard Brake, con esa cara de loco, cumple como siempre, y son Rhys Ifansy Dominic West los más acertados.
Resumiendo, que es gerundio: cuando uno va a ver una película en cuyo título se puede leer "el origen del mal", espera ver dicho origen. Pues no. El origen son 10 minutos al principio y cinco minutos más repartidos en diversos flashbacks. El resto de la película, se resume, más o menos, diciendo que un actor que sobreactúa a más no poder poniendo cara de pijo gilipollas se va de viaje sangriento a la caza de unos malos malotes. El tema de la armadura es un insulto al espectador.
No he leído el libro, pero quiero suponer que Thomas Harris se le da mejor escribir novelas que guiones, porque si ese no es el caso, El dragón rojo y El silencio de los corderos son todavía mejor de lo que parecen. Harris contruye una história plagada de clichés que siguen la linea de la venganza. Nada más. Peter Webber se encarga de una dirección muy, muy floja. Los primeros 45 minutos son una conjunción de trailers sin demasiado sentido, y los 30 siguientes se hacen bastante pesados. Lo que resta de metraje, llega casi sin gasolina al final, más por inercia que por movimiento real. Si hay algo que se libre en el apartado técnico es la fotografía, con imágenes que conjugan muy bien los colores. Sin embargo, nunca evoca la atmósfera de El silencio de los corderos. No es que tenga que ser igual, pero con eso hubiera podido ganar algún punto. Sin embargo, Webber prefiere jugar a mover la cámara sin sentido.
Gaspard Ulliel sobreactúa y mucho. Parte de culpa la tiene de nuevo el señor Webber, con una dirección de actores pésima. No obstante, no hay que quitarle culpa a Ulliel, tan centrado en Anthony Hopkins que a los dos minutos ya se ha pasado de rosca. He sentido vergüenza ajena varias veces, sinceramente (sobretodo cuando Ulliel pone esa expresión con la mirada ladeada y la boca entreabierta). Gong Li, comparada con Ulliel, al nivel de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes. Valorada desde la subjetividad, muy floja. Tiene suerte de tener un cuerpo bonito, porque en caso contrario, costaría mucho aguantar la mirada en la pantalla cuando sale junto al nefasto Ulliel. Richard Brake, con esa cara de loco, cumple como siempre, y son Rhys Ifansy Dominic West los más acertados.
Resumiendo, que es gerundio: cuando uno va a ver una película en cuyo título se puede leer "el origen del mal", espera ver dicho origen. Pues no. El origen son 10 minutos al principio y cinco minutos más repartidos en diversos flashbacks. El resto de la película, se resume, más o menos, diciendo que un actor que sobreactúa a más no poder poniendo cara de pijo gilipollas se va de viaje sangriento a la caza de unos malos malotes. El tema de la armadura es un insulto al espectador.
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