Alemania, año cero
23 de diciembre de 2022
23 de diciembre de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Personalmente considero que es una de las mejores películas que se pueden ver, estética soberbia, una puesta en escena que revela un momento histórico crudo, la fotografía es soberbia.
El guion acompaña muy bien el desarrollo audiovisual, la dirección de actores es impecable salvo, en la última escena donde considero no estuvo al nivel del resto del film.
Sin dudas es una película que no deja nada a la interpretación.
El guion acompaña muy bien el desarrollo audiovisual, la dirección de actores es impecable salvo, en la última escena donde considero no estuvo al nivel del resto del film.
Sin dudas es una película que no deja nada a la interpretación.
18 de abril de 2024
18 de abril de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelsa obra maestra. Es lo contrario a visionar una serie de Netflix, HBO o cualquier otra mierda de plataforma visual. Es una síntesis cinematográfica entre la ficción realista histórica y la película didáctica. En "Alemania, Año Cero" se huye del virtuosismo visual, del artificialismo, del refinamiento formal, en provecho de la visión inteligente, contundente y veraz de la inocente mirada de un niño.
Rossellini, durante su estancia en 1947 en la lacerante Alemania de posguerra en ruinas, rodó este desgarrador y brutal drama neorrealista (culmen del género), en el que un niño de 12 años será arrastrado, por un sentimiento de culpa extremo tras la muerte de su exangüe padre, al mas horroroso de los finales posibles.
Testimonio del desolador y derruido Berlín, muestra el sufrimiento, la muerte y la supervivencia de un pueblo humillado, alejándose del énfasis melodramático y de las florituras estéticas. Rossellini es un autor comprometido con su tiempo, con la causa europea y con el terrible infortunio de la II Guerra Mundial y sus consecuencias. Aún con el duro alegato de la película hay, en este genial autor, un mensaje de esperanza y de fraternidad expresados de una forma sorprendentemente pura.
Rossellini, junto a Visconti y De Sica, constituyen la mayor culminación del cine clásico neorrealista en Italia, aunque este cineasta supo escapar a las etiquetas y su ecléctica carrera así lo demuestra (por un lado está el cine italiano y, por otro Rossellini). Lo que está claro es que ningún otro cineasta supo reflejar la veracidad de la historia de su tiempo tan bien y, mucho menos, reflexionar tan profundamente sobre ella.
Rossellini, durante su estancia en 1947 en la lacerante Alemania de posguerra en ruinas, rodó este desgarrador y brutal drama neorrealista (culmen del género), en el que un niño de 12 años será arrastrado, por un sentimiento de culpa extremo tras la muerte de su exangüe padre, al mas horroroso de los finales posibles.
Testimonio del desolador y derruido Berlín, muestra el sufrimiento, la muerte y la supervivencia de un pueblo humillado, alejándose del énfasis melodramático y de las florituras estéticas. Rossellini es un autor comprometido con su tiempo, con la causa europea y con el terrible infortunio de la II Guerra Mundial y sus consecuencias. Aún con el duro alegato de la película hay, en este genial autor, un mensaje de esperanza y de fraternidad expresados de una forma sorprendentemente pura.
Rossellini, junto a Visconti y De Sica, constituyen la mayor culminación del cine clásico neorrealista en Italia, aunque este cineasta supo escapar a las etiquetas y su ecléctica carrera así lo demuestra (por un lado está el cine italiano y, por otro Rossellini). Lo que está claro es que ningún otro cineasta supo reflejar la veracidad de la historia de su tiempo tan bien y, mucho menos, reflexionar tan profundamente sobre ella.
31 de mayo de 2010
31 de mayo de 2010
11 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es una de las más duras que he visto. Su crudeza y austeridad no sólo está lograda con el "decorado" de la Berlín postbélica, sino con un más que logrado montaje de situaciones que van haciendo el metraje más duro por momentos.
Ante esta pequeña introducción con buenas palabras hacia la película, algunos de vosotros os preguntaréis porqué un simple 5. Pus bien, este film, ideológico-moral a todas luces, comienza con un breve aunque clarificador alegato en defensa de la religión y los sistemas de valores cristianos, y eso es algo que no me ha gustado.
Si bien comparto la crítica con la política ideológica nazi (muy lograda en la oscuridad del personaje del profesor), no creo que hacerlo mediante un alegato cristiano sea lo correcto. El concepto de "ley eterna de la moral" es completamente detestable y bajo esa misma idea (aunque con evidentes matices distanciadores) los nazis asesinaron a millones de judíos y gitanos (entre otros).
Resultan más que evidente la equivalencia del individuo resultante de un regímen fascista al del cristiano devoto y consciente. Fidelidad, fe, ignorancia, necesidad de ser abrazado por un personaje salvador (Hitler-Dios)....son cualidades con las que las dos ideologías se siente muy cómodas.
Un individuo crítico, inteligiente y autogestionario es peligroso tanto en una sociedad autoritaria como la alemania nazi (o la URSS de Stalin, o la España de Franco) como para una religión como la cristiana (y ni qué decir tiene de la musulmana o la judía).
Es mi opinión.....
Ante esta pequeña introducción con buenas palabras hacia la película, algunos de vosotros os preguntaréis porqué un simple 5. Pus bien, este film, ideológico-moral a todas luces, comienza con un breve aunque clarificador alegato en defensa de la religión y los sistemas de valores cristianos, y eso es algo que no me ha gustado.
Si bien comparto la crítica con la política ideológica nazi (muy lograda en la oscuridad del personaje del profesor), no creo que hacerlo mediante un alegato cristiano sea lo correcto. El concepto de "ley eterna de la moral" es completamente detestable y bajo esa misma idea (aunque con evidentes matices distanciadores) los nazis asesinaron a millones de judíos y gitanos (entre otros).
Resultan más que evidente la equivalencia del individuo resultante de un regímen fascista al del cristiano devoto y consciente. Fidelidad, fe, ignorancia, necesidad de ser abrazado por un personaje salvador (Hitler-Dios)....son cualidades con las que las dos ideologías se siente muy cómodas.
Un individuo crítico, inteligiente y autogestionario es peligroso tanto en una sociedad autoritaria como la alemania nazi (o la URSS de Stalin, o la España de Franco) como para una religión como la cristiana (y ni qué decir tiene de la musulmana o la judía).
Es mi opinión.....
21 de octubre de 2005
21 de octubre de 2005
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas fundamentales de la Historia del Cine, que dignifican a éste como un Arte puro al servicio de la Humanidad.
Rodada en el Berlín destruido tras la Segunda Guerra Mundial, "Alemania, año cero" es un testimonio escalofriante de un mundo podrido e infectado de odio y sangre.
Ecuánime, humanista y de límpida sobriedad, es el relato de la tragedia de una familia, que no es sino la metáfora de la tragedia del ser humano: Edmund, un niño de 12 años, acabará envenenado a su padre inválido, influenciado por la nociva ideología nazi de su profesor... De esta forma colateral, Rossellini hace una ingeniosa condena y culpa al ignominioso nazismo (la muerte del padre, de la raíz, de la semilla y el germen de la vida, de la autoconfirmación de la muerte). Sin alardes ni rimbombancias, con un neorrealismo terrible y desolador, que hacen que la película, más cercana al género del horror que a otra cosa, sea desarmante desde su aplastante y magistral sencillez y sinceridad, siendo un ejemplo soberbio de humanismo dónde conviven con singular armonía y racionalidad la muerte, la destrucción, el dolor y la pena, la culpa y la imposible expiación.
"Alemania, año cero" muestra los escombros de Europa, del mundo, las cenizas del ser humano que a las cenizas vuelve. Los "paseos" por la destruida capital alemana son ya parte de la antología de la Historia del Cine y con ellos todo lo que rodea a esta irrepetible, tal cual, obra maestra.
Rodada en el Berlín destruido tras la Segunda Guerra Mundial, "Alemania, año cero" es un testimonio escalofriante de un mundo podrido e infectado de odio y sangre.
Ecuánime, humanista y de límpida sobriedad, es el relato de la tragedia de una familia, que no es sino la metáfora de la tragedia del ser humano: Edmund, un niño de 12 años, acabará envenenado a su padre inválido, influenciado por la nociva ideología nazi de su profesor... De esta forma colateral, Rossellini hace una ingeniosa condena y culpa al ignominioso nazismo (la muerte del padre, de la raíz, de la semilla y el germen de la vida, de la autoconfirmación de la muerte). Sin alardes ni rimbombancias, con un neorrealismo terrible y desolador, que hacen que la película, más cercana al género del horror que a otra cosa, sea desarmante desde su aplastante y magistral sencillez y sinceridad, siendo un ejemplo soberbio de humanismo dónde conviven con singular armonía y racionalidad la muerte, la destrucción, el dolor y la pena, la culpa y la imposible expiación.
"Alemania, año cero" muestra los escombros de Europa, del mundo, las cenizas del ser humano que a las cenizas vuelve. Los "paseos" por la destruida capital alemana son ya parte de la antología de la Historia del Cine y con ellos todo lo que rodea a esta irrepetible, tal cual, obra maestra.
14 de octubre de 2006
14 de octubre de 2006
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abran paso... he dicho que abran paso... ya está aquí el final más terrorífico y espeluznante de la corta historia del cine... si lloran, no se sorprendan, es normal...
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