El secreto de sus ojos
2009 

8.1
90,906
Thriller. Intriga. Drama
Benjamín Espósito es oficial de un Juzgado de Instrucción de Buenos Aires recién retirado. Obsesionado por un brutal asesinato ocurrido veinticinco años antes, en 1974, decide escribir una novela sobre el caso, del cual fue testigo y protagonista. Reviviendo el pasado, viene también a su memoria el recuerdo de una mujer, a quien ha amado en silencio durante todos esos años. (FILMAFFINITY)
20 de noviembre de 2009
20 de noviembre de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces me entusiasman algunas películas que representan una ruptura formal o una innovación en el estilo, como el ejemplo paradigmático, al menos para mí, de “Dogville”, pero de vez en cuando aparece una película formalmente clásica que cuando termina descubres que ha sido tremendamente amena, reflejando una historia con tonos grises, inserciones negras, guiños azules y destellos rosas, lo que resulta en un collage muy atractivo y, además, con muy buen fondo… Es el caso de "El secreto de sus ojos".
Un muy atrayente guión (únicamente chirría un pelín el golpe de suerte de encontrar una aguja entre ¿30000? pajitas o cierta dificultad en aceptar algunas soluciones que son esenciales para el mensaje central de la película, pero ¿acaso no nos maravilló “El coleccionista” o no nos han sorprendido recientes sórdidas historias centroeuropeas?), muy buena interpretación (pero afeada por fallos en el maquillaje de algunos personajes envejecidos), excelente dirección, correcta fotografía realista,…
Si esto fuera una crítica gastronómica, estaríamos ante el símil de un sobresaliente plato de la cocina galaica: excelente materia prima con una preparación sencilla. No es de extrañar: en Argentina hay muchos "gallegos". A lo mejor la madre de Campanella lo es.
Un muy atrayente guión (únicamente chirría un pelín el golpe de suerte de encontrar una aguja entre ¿30000? pajitas o cierta dificultad en aceptar algunas soluciones que son esenciales para el mensaje central de la película, pero ¿acaso no nos maravilló “El coleccionista” o no nos han sorprendido recientes sórdidas historias centroeuropeas?), muy buena interpretación (pero afeada por fallos en el maquillaje de algunos personajes envejecidos), excelente dirección, correcta fotografía realista,…
Si esto fuera una crítica gastronómica, estaríamos ante el símil de un sobresaliente plato de la cocina galaica: excelente materia prima con una preparación sencilla. No es de extrañar: en Argentina hay muchos "gallegos". A lo mejor la madre de Campanella lo es.
1 de diciembre de 2009
1 de diciembre de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ricardo Darín como siempre totalmente creible en su papel llevando el peso de la película, el resto de secundarios muy bien desde el amigo a su jefa, el marido... ninguno me chirria
El guión avanza ágil, manteniendo dos historias la de intriga y la de la relación de los protagonistas, que va emergiendo como un iceberg, como debe ser un buen relato en el que una historia de fondo va cobrando peso...
Me creo a los personajes que siento reales, tiene buenos dialogos, tiene puntos graciosos, tiene dosis de intriga, el fondo de la realidad argentina aparece, pero no carga la película pasando por encima de los protagonistas (un punto este que podía haber apuntado Amenabar para Agora)...
Vamos todo lo que en una película hace falta para que en mi modesta opinión sea una muy buena película, que te coge desde el principio y no te suelta hasta el final.
Muy recomendable.
El guión avanza ágil, manteniendo dos historias la de intriga y la de la relación de los protagonistas, que va emergiendo como un iceberg, como debe ser un buen relato en el que una historia de fondo va cobrando peso...
Me creo a los personajes que siento reales, tiene buenos dialogos, tiene puntos graciosos, tiene dosis de intriga, el fondo de la realidad argentina aparece, pero no carga la película pasando por encima de los protagonistas (un punto este que podía haber apuntado Amenabar para Agora)...
Vamos todo lo que en una película hace falta para que en mi modesta opinión sea una muy buena película, que te coge desde el principio y no te suelta hasta el final.
Muy recomendable.
10 de enero de 2010
10 de enero de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil abstraerse de la “campanellomanía” que ha suscitado esta película. Pero uno entiende, luego de ver “El secreto de sus ojos”, semejante furor.
Campanella es, sin dudas, uno de los mejores narradores del cine latinoamericano. Los diálogos son brillantes, creando climas de absoluta empatía con los personajes. La película logra construir un aura que se mantiene durante toda la película, pero a su vez, cada escena genera su propia microclima, particular, único.
Ricardo Darín y Soledad Villamil confirman lo que uno siempre creyó: hacen lo que quieren. Así de simple. Uno los ve y piensa: “qué fácil es actuar”. Y solo los grandes intérpretes transmiten eso. Por su parte, Guillermo Francella demostró que es un actor con grandes cualidades (como pocos en estas tierras) y que es más que ese pícaro bigotudo que hace caras y dice frases sin terminarlas mientras mira a una colegiala o se pelea con una vecina (algo que también hace de manera excepcional).
La película pasa muy rápido. Cada escena dura lo justo y necesario. Y mantiene la atención del espectador, quien se involucra con los personajes y siente propias las historias. Eso, como insistimos, lo logra Campanella puesto que es difícil mantener la narración de un thriller policial (sólo Damián Szifron puede lograrlo aquí). Campanella, un niño que empieza a ser mimado en Hollywood, da muestras de haber mamado las mejores enseñanzas que puede brindar la meca del cine.
Crédito para Campanella, un gran realizador y sin dudas, el director más pop del país. Y para el tándem Darín – Villamil – Francella, que es inolvidable.
Campanella es, sin dudas, uno de los mejores narradores del cine latinoamericano. Los diálogos son brillantes, creando climas de absoluta empatía con los personajes. La película logra construir un aura que se mantiene durante toda la película, pero a su vez, cada escena genera su propia microclima, particular, único.
Ricardo Darín y Soledad Villamil confirman lo que uno siempre creyó: hacen lo que quieren. Así de simple. Uno los ve y piensa: “qué fácil es actuar”. Y solo los grandes intérpretes transmiten eso. Por su parte, Guillermo Francella demostró que es un actor con grandes cualidades (como pocos en estas tierras) y que es más que ese pícaro bigotudo que hace caras y dice frases sin terminarlas mientras mira a una colegiala o se pelea con una vecina (algo que también hace de manera excepcional).
La película pasa muy rápido. Cada escena dura lo justo y necesario. Y mantiene la atención del espectador, quien se involucra con los personajes y siente propias las historias. Eso, como insistimos, lo logra Campanella puesto que es difícil mantener la narración de un thriller policial (sólo Damián Szifron puede lograrlo aquí). Campanella, un niño que empieza a ser mimado en Hollywood, da muestras de haber mamado las mejores enseñanzas que puede brindar la meca del cine.
Crédito para Campanella, un gran realizador y sin dudas, el director más pop del país. Y para el tándem Darín – Villamil – Francella, que es inolvidable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El cine argentino está plagado de escenas memorables. Sin embargo, un párrafo aparte (como éste) merece lo que a mi entender es una de las mejores escenas de la historia del cine nacional (puesto que no me animo a decir la mejor). Para quien haya visto la película, se trata de la escena de “la cancha de Huracán”. Remite mucho (muchísimo) a Irreversible de Gaspar Noé (una aparente única toma, cámara en mano, dos personas buscando a un violador). Pero está excelentemente lograda y le dan a uno eso que suelen llamar “orgullo”.
La película, entiendo, afloja al final. Los múltiples simbolismos que nos insisten en que la película cierra, para dejar un final ¿abierto? y cierta confusión ideológica, podrían haberse ahorrado. Pero de ninguna manera dan por tierra esta brillante película.
La película, entiendo, afloja al final. Los múltiples simbolismos que nos insisten en que la película cierra, para dejar un final ¿abierto? y cierta confusión ideológica, podrían haberse ahorrado. Pero de ninguna manera dan por tierra esta brillante película.
22 de enero de 2010
22 de enero de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay veces que la vida te trata mal. Que te engañan. Que te sientes timado por películas que te cuestan un dinero increíble y no te dan más que una hora y media de entretenimiento. Hay veces que te sientas frente a la pantalla y piensas: ¿será alguien capaz de hacerme sentir algo más? Hay veces que todo lo que ves, todo lo que oyes, todo lo que la manada ve y oye, te obliga a seguir por ese camino aunque no estés del todo de acuerdo, pero simplemente te dejas llevar por la corriente. Hay veces que crees que nunca más volverás a ver nada que no esté inventado. Y te sientes sólo.
Hay otras veces que la vida te da un vuelco y acabas aceptando tu ineptitud, y vuelves a caer en la rutina de pulsar un botón y dejar que otro u otros, te lleven a su mundo contándote una historia más para hacerte olvidar durante un rato de todo lo que te rodea. Te gastas el dinero una vez más. Te sientas con esa especie de confusión de caras y personas que te son ajenas y piensas: he vuelto a caer.
Sales del cine y piensas que algo ha cambiado en tu vida. Te enamoras de la vida. La odias a muerte. Amas más a tu esposa. Requieres más a tus amigos. Crees sinceramente que las últimas dos horas han estado más llenas que las últimas 240 de tu miserable vida. Ves como una película te lleva a un mundo mejor, a un futuro mejor. Tienes la sensación de que la película ha sido hecha sólo y para tí. No importan los premios, las recaudaciones ni las críticas. De cada 100 películas, trocitos de sueños que te hacen la existencia más llevadera, aparece una que sin saber por qué, te hace sentir que la vida merece la pena.
Hay otras veces que la vida te da un vuelco y acabas aceptando tu ineptitud, y vuelves a caer en la rutina de pulsar un botón y dejar que otro u otros, te lleven a su mundo contándote una historia más para hacerte olvidar durante un rato de todo lo que te rodea. Te gastas el dinero una vez más. Te sientas con esa especie de confusión de caras y personas que te son ajenas y piensas: he vuelto a caer.
Sales del cine y piensas que algo ha cambiado en tu vida. Te enamoras de la vida. La odias a muerte. Amas más a tu esposa. Requieres más a tus amigos. Crees sinceramente que las últimas dos horas han estado más llenas que las últimas 240 de tu miserable vida. Ves como una película te lleva a un mundo mejor, a un futuro mejor. Tienes la sensación de que la película ha sido hecha sólo y para tí. No importan los premios, las recaudaciones ni las críticas. De cada 100 películas, trocitos de sueños que te hacen la existencia más llevadera, aparece una que sin saber por qué, te hace sentir que la vida merece la pena.
27 de febrero de 2010
27 de febrero de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A sólo instantes de haber visto por segunda vez ''El Secreto de sus Ojos'', no me queda más que decir que es una película formidable. La sensación que me ha dejado es de plenitud, como si hubiera degustado con parsimonia y deleite un plato exquisito que, por cierto, tarda tiempo en ser digerido.
Y es que son múltiples las virtudes del film. En primer lugar, uno se encuentra ante un excelente guión, de gran ritmo, que cuenta una historia policíaca en dos tiempos, en la cual todos los detalles encajan a la perfección y se revelan en el momento justo. Los diálogos son formidables y de pronto, en una escena cotidiana en cualquier sitio, te ponen a pensar hondo sobre cuestiones profundas.
A lo anterior podemos sumarle la fotografía bien trabajada y con cuadros memorables, momentos muy bien logrados como la escena en el estadio, y la ambientación perfecta en la época de las dictaduras.
Por otra parte, al ver este film no podemos dejar de cuestionarnos acerca de la ‘’pasión’’, que es en últimas lo que nos motiva a actuar de una u otra manera, la que nos define y la que (siguiendo el juego retórico de la película) no pueden esconder las miradas.
Esto nos lleva igualmente a las sutilezas (la puerta que se abre o se cierra, una palabra que se recuerda después de 25 años, un escote un tanto abierto, un portarretratos boca abajo…) que sin duda le dan ese toque de consistencia que la hace una película redonda.
Quizá el único reparo que se le puede hacer es la permanencia de ese toque romanticón que a veces raya con los cursi, y que podemos percibir justo en la escena del comienzo y en detalles como el papelito nocturno aquel o en algunos apartes de la banda sonora. Sin embargo todo ello se encuentra plenamente justificado, no desentona con el conjunto y evidencia ya un distanciamiento con el tratamiento que Campanella le dio a este tópico en otras películas.
En resumen, ''El Secreto de sus Ojos'' es una obra de ingeniería que funciona a la perfección y que te mantiene en la historia de principio a fin, te divierte, te cuestiona y te da bastante en qué pensar. Una película para recomendar, sin duda.
Y es que son múltiples las virtudes del film. En primer lugar, uno se encuentra ante un excelente guión, de gran ritmo, que cuenta una historia policíaca en dos tiempos, en la cual todos los detalles encajan a la perfección y se revelan en el momento justo. Los diálogos son formidables y de pronto, en una escena cotidiana en cualquier sitio, te ponen a pensar hondo sobre cuestiones profundas.
A lo anterior podemos sumarle la fotografía bien trabajada y con cuadros memorables, momentos muy bien logrados como la escena en el estadio, y la ambientación perfecta en la época de las dictaduras.
Por otra parte, al ver este film no podemos dejar de cuestionarnos acerca de la ‘’pasión’’, que es en últimas lo que nos motiva a actuar de una u otra manera, la que nos define y la que (siguiendo el juego retórico de la película) no pueden esconder las miradas.
Esto nos lleva igualmente a las sutilezas (la puerta que se abre o se cierra, una palabra que se recuerda después de 25 años, un escote un tanto abierto, un portarretratos boca abajo…) que sin duda le dan ese toque de consistencia que la hace una película redonda.
Quizá el único reparo que se le puede hacer es la permanencia de ese toque romanticón que a veces raya con los cursi, y que podemos percibir justo en la escena del comienzo y en detalles como el papelito nocturno aquel o en algunos apartes de la banda sonora. Sin embargo todo ello se encuentra plenamente justificado, no desentona con el conjunto y evidencia ya un distanciamiento con el tratamiento que Campanella le dio a este tópico en otras películas.
En resumen, ''El Secreto de sus Ojos'' es una obra de ingeniería que funciona a la perfección y que te mantiene en la historia de principio a fin, te divierte, te cuestiona y te da bastante en qué pensar. Una película para recomendar, sin duda.
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