La duda
6.8
24,568
Drama. Intriga
En 1964, en una parroquia del Bronx, un apasionado y carismático sacerdote, el padre Flynn (Seymour Hoffman) intenta cambiar las rígidas normas del colegio, que durante años han sido celosamente salvaguardadas por la hermana Aloysius Beauvier (Meryl Streep), una estricta directora que cree firmemente en el poder de la disciplina. Soplan vientos de cambio político; prueba de ello es que el colegio ha aceptado al primer alumno negro, ... [+]
6 de junio de 2010
6 de junio de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aparte de ser un fantástico thriller, una película que invita a la reflexión y una exhibición de 2 actores en estado de gracia, esto es un duelo mas propio de un western. El amor contra el odio, la tolerancia contra la intolerancia, la vieja iglesia intolerante contra voces reformistas, en medio la hermana James que admira a partes iguales a los dos contendienes y no sabe que modelo seguir ni en que se quiere convertir.
Destacable por muchas cosas, yo destaco por encima de todo a Seymour Hoffman, lo de este hombre (ayudado por un fantástico doblaje) es de otro planeta, lo mismo hace de cura, que de pervertido sexual, tonto de remate, cocainómano... y siempre está excelente seguramente uno de los mejores actores de su generación.
Destacable por muchas cosas, yo destaco por encima de todo a Seymour Hoffman, lo de este hombre (ayudado por un fantástico doblaje) es de otro planeta, lo mismo hace de cura, que de pervertido sexual, tonto de remate, cocainómano... y siempre está excelente seguramente uno de los mejores actores de su generación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El personaje de la Streep también tiene miga, doble moral por todas partes, miente, manipula, se salta las normas solo por salirse con la suya, una malvada realmente despreciable y a la vez fascinante.
16 de septiembre de 2011
16 de septiembre de 2011
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duelo interpretativo entre Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman que consiguen dar cuerpo a la duda. La duda que flota como niebla fina y se cuela por todos los resquicios, empapando a parte de los protagonistas y a todos los espectadores, que navegamos en el proceloso mar del posible y monstruoso "quizás", confiando a ratos en el flexible padre Flynn y en otras ocasiones en la rocosa hermana Aloysius Beauvier, que intentan llevar un colegio en medio del Bronx de los años sesenta y a la vez convencernos de que el proceder de cada uno de ellos es correcto.
Las preguntas se suceden y se diluyen en el "todo es posible" y el testigo presencial, en este caso cuantos estamos mirando, podemos interactuar argumentando a favor y en contra de cada una de las partes en conflicto.
El lenguaje anuncia bien a las claras que la procedencia de la obra es el teatro, abundando en los cara a cara y en los primeros planos como parte esencial de la acción. Es el tipo de cine en el que has de demostrar que lo de ser actor es algo más que una presencia física y que para mostrar tu personaje estás dispuesto a ofrecer también la radiografía de tus vísceras y la cristalización de tus pensamientos; los dos protagonistas lo consiguen con nota alta.
Las preguntas se suceden y se diluyen en el "todo es posible" y el testigo presencial, en este caso cuantos estamos mirando, podemos interactuar argumentando a favor y en contra de cada una de las partes en conflicto.
El lenguaje anuncia bien a las claras que la procedencia de la obra es el teatro, abundando en los cara a cara y en los primeros planos como parte esencial de la acción. Es el tipo de cine en el que has de demostrar que lo de ser actor es algo más que una presencia física y que para mostrar tu personaje estás dispuesto a ofrecer también la radiografía de tus vísceras y la cristalización de tus pensamientos; los dos protagonistas lo consiguen con nota alta.
2 de mayo de 2011
2 de mayo de 2011
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La duda” es una película de dudas… Plagada de planos aberrantes como alegoría de la duda cinematográfica: todo es teatral, todo huele a clasicismo multi-académico, las interpretaciones intentan ser memorables y se pretende desligar de ser una obra de teatro filmada. Dudas y dudas como esa secuencia de una madre atormentada que le valió una nominación: quita peso teatral aunque es puro teatro.
Hay presupuesto más bajo de lo habitual pero su guión dirige la pieza teatral. Los años 60 y un colegio religioso presentan a una villana que puede ser la heroína. Salva-guardadora de una duda que tal vez salve almas inocentes. El progresismo llega al centro con forma de un diablo llamo padre Brendan y un testigo accidental pone la duda en el asador. Pero el mar de dudas es sugerido por un brillante planteamiento: ¿es abuso si uno se deja abusar? Lo que dos quieren tal vez tenga que ser tapado. El color es complicado y más si se tantea con un cambio de acera. Viola Davis lo dice todo con una lágrima y Streep será la eterna nominada por actuaciones calidoscópicas basadas en pequeños gestos que abren universos.
La duda es interpretación y “Doubt” pasa la pelota al espectador pero nos remite a una verdad que conocimos en el documental “Deliver Us From Evil” aunque aquí flota, se respira aunque la aroma hace dudar. Porque todo está basado en la calumnia, en la difamatoria duda para hacer peligrar el pensamiento y moral de terceros. Eso, o la eterna duda de la autenticidad del teatro y del cine.
Hay presupuesto más bajo de lo habitual pero su guión dirige la pieza teatral. Los años 60 y un colegio religioso presentan a una villana que puede ser la heroína. Salva-guardadora de una duda que tal vez salve almas inocentes. El progresismo llega al centro con forma de un diablo llamo padre Brendan y un testigo accidental pone la duda en el asador. Pero el mar de dudas es sugerido por un brillante planteamiento: ¿es abuso si uno se deja abusar? Lo que dos quieren tal vez tenga que ser tapado. El color es complicado y más si se tantea con un cambio de acera. Viola Davis lo dice todo con una lágrima y Streep será la eterna nominada por actuaciones calidoscópicas basadas en pequeños gestos que abren universos.
La duda es interpretación y “Doubt” pasa la pelota al espectador pero nos remite a una verdad que conocimos en el documental “Deliver Us From Evil” aunque aquí flota, se respira aunque la aroma hace dudar. Porque todo está basado en la calumnia, en la difamatoria duda para hacer peligrar el pensamiento y moral de terceros. Eso, o la eterna duda de la autenticidad del teatro y del cine.
3 de febrero de 2009
3 de febrero de 2009
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Tengo dudas", dirá la hermana Aloysious interpretada por una inconmensurable Meryl Streep, que hablando como es habitual en ella hasta con la más simple expresión del rostro, aquí además mezcla contención y explosividad emotiva para recrear uno de los mejores papeles de su carrera como actriz, probablemente a la altura de los de "Kramer contra Kramer", "Memorias de África", "Los puentes de Madison" o "La decisión de Sophie". Y es con esas palabras con las que se redondea la historia del director, guionista y autor de la obra teatral de la que se adapta la película (John Patrick Shanley), dejando un final brillante, acorde al dilema que se nos plantea durante toda la proyección. ¿Es el padre Flynn culpable o inocente de las sospechas que se ciernen sobre él?
Padre Brendan Flynn (Philip Seymour Hoffman), quien junto al tercer personaje principal en esta historia: la hermana James (Amy Adams), nos regalan interpretaciones que se enriquecen también -como señalaba sobre Meryl Streep- con la contención que esconde detrás la verdadera conmoción de cada individuo. Así las secuencias se suceden de modo costumbrista, tranquilo, descriptivo, al mismo tiempo que los pensamientos bullen en el interior de sus protagonistas y poco a poco se introducen en el espectador que se ve gradualmente sorprendido y carcomido por la intriga.
Si bien son las interpretaciones y la dirección de actores el ingrediente fuerte de este trabajo (película con profundo desarrollo de personajes), tanto la dirección artística, la música y la fotografía terminan por crear el contexto óptimo para la narración, en la que inteligentemente se aprovechan recursos estilísticos para subrayar simbólicamente las impresiones de cada cual... Elegante detalle y belleza compositiva, por ejemplo, en esos planos de hojas y viento que persiguen a la hermana Aloysious, o en la bombilla que se funde una y otra vez, o en la doble metáfora de los cotilleos como plumas de almohada que en la pantalla se asemejan a copos de nieve.
La dualidad es sin duda un acierto en la concepción de este argumento. Es la ambigüedad de la historia, según se mire desde el antagónico punto de vista de la monja directora del colegio o del sacerdote, lo que nos deja verdaderamente dos películas, en realidad dos formas de interpretar la vida: la virtud intransigente en eterna búsqueda de culpables frente a la tolerancia compasiva que reclama a los inocentes. Y es la respuesta que cada uno queramos dar al interrogante que se abre tras el final lo que nos dará una visión u otra opuesta de lo que acabamos de ver en la sala de cine. Probablemente de esa elección -decidir si Brendan Flynn es culpable o inocente- dependa en buena parte la definición de lo que somos... O tal vez no. Al fin y al cabo, quien suscribe también puede tener sus dudas.
Padre Brendan Flynn (Philip Seymour Hoffman), quien junto al tercer personaje principal en esta historia: la hermana James (Amy Adams), nos regalan interpretaciones que se enriquecen también -como señalaba sobre Meryl Streep- con la contención que esconde detrás la verdadera conmoción de cada individuo. Así las secuencias se suceden de modo costumbrista, tranquilo, descriptivo, al mismo tiempo que los pensamientos bullen en el interior de sus protagonistas y poco a poco se introducen en el espectador que se ve gradualmente sorprendido y carcomido por la intriga.
Si bien son las interpretaciones y la dirección de actores el ingrediente fuerte de este trabajo (película con profundo desarrollo de personajes), tanto la dirección artística, la música y la fotografía terminan por crear el contexto óptimo para la narración, en la que inteligentemente se aprovechan recursos estilísticos para subrayar simbólicamente las impresiones de cada cual... Elegante detalle y belleza compositiva, por ejemplo, en esos planos de hojas y viento que persiguen a la hermana Aloysious, o en la bombilla que se funde una y otra vez, o en la doble metáfora de los cotilleos como plumas de almohada que en la pantalla se asemejan a copos de nieve.
La dualidad es sin duda un acierto en la concepción de este argumento. Es la ambigüedad de la historia, según se mire desde el antagónico punto de vista de la monja directora del colegio o del sacerdote, lo que nos deja verdaderamente dos películas, en realidad dos formas de interpretar la vida: la virtud intransigente en eterna búsqueda de culpables frente a la tolerancia compasiva que reclama a los inocentes. Y es la respuesta que cada uno queramos dar al interrogante que se abre tras el final lo que nos dará una visión u otra opuesta de lo que acabamos de ver en la sala de cine. Probablemente de esa elección -decidir si Brendan Flynn es culpable o inocente- dependa en buena parte la definición de lo que somos... O tal vez no. Al fin y al cabo, quien suscribe también puede tener sus dudas.
5 de marzo de 2009
5 de marzo de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corre el año 1964. Ha pasado un año desde el asesinato de Kennedy. En el mundo occidental hay una cierta sensación de que las cosas están cambiando, avanzando para mejor, dejando atrás la visión de una vida conservadora y estricta. No en vano, estamos cerca del Mayo del 68. En este contexto se sitúa La Duda. La historia transcurre en la escuela católica St. Nicholas, en el barrio neoyorquino del Bronx. También allí dentro parece que los tiempos están cambiando como cantaba Bob Dylan ese mismo año. Sin embargo, hay alguien que se resiste a acceder a esos nuevos cambios. Ella es la hermana Aloysius Beauvier, interpretada magistralmente por Meryl Streep, directora de la escuela. Es una mujer estricta, dura, con mano de hierro, intolerante y fría. Una mujer que se siente atacada tras la llegada de un nuevo sacerdote a la parroquia, el padre Flynn, interpretado también maravillosamente por Phillip Seymour Hoffman. El padre Flynn representa la llegada de aire fresco. Un sacerdote carismático, un sacerdote que parece agradar a los feligreses. Un hombre con atípicos sermones. Un hombre que, vaya horror, escribe con bolígrafo y se permite cantar hasta canciones no religiosas en Navidad. Un hombre preocupado por sus alumnos, atento, cercano. Un hombre nada parecido a la dura directora de la escuela.
Tras la presentación de este contraste de caracteres, de este contraste de épocas, de este contraste de maneras de entender la vida, aparece en escena la hermana James, interpretada grandiosamente, como no, por Amy Adams. Una inocente joven, también profesora en la escuela, que da la voz de alarma. Según ella, uno de sus alumnos, Donald, el primer muchacho negro en la historia de la escuela, muestra señales de sufrir un acoso por parte del padre Flynn, quién mima y atiende cálidamente al joven muchacho. Una simple llamada al despacho del sacerdote. Una simple mala cara en medio de una clase. Una toalla en una taquilla. Suficientes motivos, cree pensar la hermana James, para dar la voz de alarma a su superiora. Ésta, esperando su oportunidad, se lanza ferozmente contra el sacerdote. Abre una campaña en su contra en la que todo vale. Mentiras, calumnias, manipulaciones. Nadie sabe con certeza qué ocurrio. Simplemente ella tiene la seguridad (o quiere tenerla) de que el padre Flynn es un pederasta que ha abusado de un alumno y, por tanto,el fin justifica los medios.
Tras la presentación de este contraste de caracteres, de este contraste de épocas, de este contraste de maneras de entender la vida, aparece en escena la hermana James, interpretada grandiosamente, como no, por Amy Adams. Una inocente joven, también profesora en la escuela, que da la voz de alarma. Según ella, uno de sus alumnos, Donald, el primer muchacho negro en la historia de la escuela, muestra señales de sufrir un acoso por parte del padre Flynn, quién mima y atiende cálidamente al joven muchacho. Una simple llamada al despacho del sacerdote. Una simple mala cara en medio de una clase. Una toalla en una taquilla. Suficientes motivos, cree pensar la hermana James, para dar la voz de alarma a su superiora. Ésta, esperando su oportunidad, se lanza ferozmente contra el sacerdote. Abre una campaña en su contra en la que todo vale. Mentiras, calumnias, manipulaciones. Nadie sabe con certeza qué ocurrio. Simplemente ella tiene la seguridad (o quiere tenerla) de que el padre Flynn es un pederasta que ha abusado de un alumno y, por tanto,el fin justifica los medios.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En medio de éste ataque feroz, entra en escena un personaje importantísimo para entender la historia, la madre de Donald, interpretada (otra vez) magistralmente por Viola Davis. Una mujer que confiesa el detalle principal. La homosexualidad de su hijo. Las vejaciones que el chico ha sufrido por parte de su padre. La desgraciada vida que ha llevado el chico hasta ahora. A ella no le preocupa si su hijo sufre abusos por parte del sacerdote, simplemente es, quizás, la única persona que se ha preocupado por él, que es humana con el muchacho, quizás porque él también tuvo una infancia similar.
La duda es una película de actores. Unos actores de la talla de Meryl Streep, Seymour Hoffman, Amy Adams y Viola Davis. Todos perfectos en sus interpretaciones. Unos actores que nos mantienen en vilo, en tensión, unos actores a los que no les hace falta nada más que un buen guión con unos diálogos extraordinarios. Pues La Duda no es más que eso, una gran película basada en sus actores y sus diálogos.
No es un film de intriga que espera hasta el momento final para demostrarle al espectador lo que realmente ocurrió. Para despejarle la ‘duda’. Simplemente deja una lectura abierta. Pero por encima de ello, deja una reflexión acerca de los caracteres de las personas. De su manera de entender la vida. ¿Es suficiente motivo, para creer que el sacerdote ha abusado del alumno, el tener una postura humana y un trato cálido y calmo?, ¿Siendo duros, rígidos e intolerantes estamos libres de pecado?. Una reflexión de lo rancio que, aún hoy, saben los métodos eclesiásticos. Una reflexión acerca de que los tiempos en la Iglesia están cambiando, o quizás no tanto.
La duda es una película de actores. Unos actores de la talla de Meryl Streep, Seymour Hoffman, Amy Adams y Viola Davis. Todos perfectos en sus interpretaciones. Unos actores que nos mantienen en vilo, en tensión, unos actores a los que no les hace falta nada más que un buen guión con unos diálogos extraordinarios. Pues La Duda no es más que eso, una gran película basada en sus actores y sus diálogos.
No es un film de intriga que espera hasta el momento final para demostrarle al espectador lo que realmente ocurrió. Para despejarle la ‘duda’. Simplemente deja una lectura abierta. Pero por encima de ello, deja una reflexión acerca de los caracteres de las personas. De su manera de entender la vida. ¿Es suficiente motivo, para creer que el sacerdote ha abusado del alumno, el tener una postura humana y un trato cálido y calmo?, ¿Siendo duros, rígidos e intolerantes estamos libres de pecado?. Una reflexión de lo rancio que, aún hoy, saben los métodos eclesiásticos. Una reflexión acerca de que los tiempos en la Iglesia están cambiando, o quizás no tanto.
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