Eterno resplandor de una mente sin recuerdos
2004 

7.6
107,581
Drama. Romance. Comedia. Ciencia ficción
Joel (Jim Carrey) recibe un terrible golpe cuando descubre que su novia Clementine (Kate Winslet) ha hecho que borren de su memoria todos los recuerdos de su tormentosa relación. Desesperado, se pone en contacto con el creador del proceso, el Dr. Howard Mierzwiak, para que borre a Clementine de su memoria. Pero cuando los recuerdos de Joel empiezan a desaparecer de pronto redescubre su amor por Clementine. Desde lo más profundo de su ... [+]
4 de julio de 2007
4 de julio de 2007
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solo una persona con el ingenio y la destreza narrativa de Charlie Kauffman, el guionista de esta brillante historia, es capaz de adentrarse en la mente humana de manera tan filosófica y poética, y a la vez tan original. Ya lo hizo con "Cómo ser John Malkovich", en la que manipulaba la mente del famoso actor, y en "Adaptation", donde construía un universo dentro de otro partiendo de su propio pensamiento.
En "Olvídate de mí" va un paso más allá: nos muestra una historia de amor al revés, contada desde la ruptura traumática hasta el flechazo, explorando los recuerdos de Joel (asombroso Jim Carrey) y su relación con Clementine (Kate Winslet debería tener ya un Oscar en su estantería!).
Lo extraordinario es como consigue hilvanar las secuencias en sentido inverso, mezclando realidad y pensamiento, dando giros inesperados pero no tramposos y dejando que el espectador vaya captando todos los sentimientos de Joel a través de su subconsciente y de su memoria. El hecho de que todo ocurra en su cabeza hace posible que aparezca ese punto surrealista característico de los guiones de Kauffman, que hace que la película sea aún más intensa y tenga mucho más contenido del que se ve a simple vista, lo cual posibilita al espectador el permitirse el lujo de interpretar a su gusto lo que ve y adaptarlo a sus emociones, que ya es dificil de conseguir.
No sobra nada, no falta nada. Con un guión perfecto, unos actores en estado de gracia y una historia que te envuelve de principio a fin el resultado solo puede ser esta pequeña gran joya del cine actual.
En "Olvídate de mí" va un paso más allá: nos muestra una historia de amor al revés, contada desde la ruptura traumática hasta el flechazo, explorando los recuerdos de Joel (asombroso Jim Carrey) y su relación con Clementine (Kate Winslet debería tener ya un Oscar en su estantería!).
Lo extraordinario es como consigue hilvanar las secuencias en sentido inverso, mezclando realidad y pensamiento, dando giros inesperados pero no tramposos y dejando que el espectador vaya captando todos los sentimientos de Joel a través de su subconsciente y de su memoria. El hecho de que todo ocurra en su cabeza hace posible que aparezca ese punto surrealista característico de los guiones de Kauffman, que hace que la película sea aún más intensa y tenga mucho más contenido del que se ve a simple vista, lo cual posibilita al espectador el permitirse el lujo de interpretar a su gusto lo que ve y adaptarlo a sus emociones, que ya es dificil de conseguir.
No sobra nada, no falta nada. Con un guión perfecto, unos actores en estado de gracia y una historia que te envuelve de principio a fin el resultado solo puede ser esta pequeña gran joya del cine actual.
19 de julio de 2009
19 de julio de 2009
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Olvidarlo todo, ojalá, olvidarte a ti, que me lo das y me lo quitas todo a la vez, que eres alegría y desconsuelo, razón del quitar y el poner en mi estado de ánimo, argumento de mi vida... pero hoy, ahora, olvidarte porque eres desdicha y tormento. Lo hace la Winslet y yo también si hubiera podido.
Los peores lamentos del ser humano se producen cuando el dolor viene de dentro del pecho. Lo que nos duele es la conciencia de nuestras emociones, saber que lo estamos haciendo mal por ejemplo, que las cosas no van bien y sin embargo no dejar de sentir, no poder detener el camino que dicta ese corazón nuestro, loco y desbocado. Una pizca de luz, algo de razón y a veces nos alejamos de ese suplicio, de ese sentimiento dañino, pero sufriendo aún más si cabe porque la contradicción de querer y no poder nos acaba llevando por caminos peores. Estamos condenados a ser lo que somos, humanos, así que hay que agachar la cabeza y claudicar. Olvidarlo es inútil, siempre seremos débiles por ahí.
Hace dos años me la recomendó mi amigo Mohinder de manera tan reiterada e insistente que sólo por llevarle la contraria esperé un año a verla. De eso hace un año, y ahora que la he vuelto a ver de nuevo es cuando me decido a escribir algo sobre "Olvídate de mí!". Al verla por segunda vez me ha parecido igual de fresca e interesante, tanto por el mensaje como por la manera de explicarlo. Es sobre todo la forma de incidir en el tema lo que hace de esta película una rareza, algo diferente, una maravilla. Nunca hubiera imaginado que Jim Carrey y la Winslet pudieran estar tan bien juntos.
Los peores lamentos del ser humano se producen cuando el dolor viene de dentro del pecho. Lo que nos duele es la conciencia de nuestras emociones, saber que lo estamos haciendo mal por ejemplo, que las cosas no van bien y sin embargo no dejar de sentir, no poder detener el camino que dicta ese corazón nuestro, loco y desbocado. Una pizca de luz, algo de razón y a veces nos alejamos de ese suplicio, de ese sentimiento dañino, pero sufriendo aún más si cabe porque la contradicción de querer y no poder nos acaba llevando por caminos peores. Estamos condenados a ser lo que somos, humanos, así que hay que agachar la cabeza y claudicar. Olvidarlo es inútil, siempre seremos débiles por ahí.
Hace dos años me la recomendó mi amigo Mohinder de manera tan reiterada e insistente que sólo por llevarle la contraria esperé un año a verla. De eso hace un año, y ahora que la he vuelto a ver de nuevo es cuando me decido a escribir algo sobre "Olvídate de mí!". Al verla por segunda vez me ha parecido igual de fresca e interesante, tanto por el mensaje como por la manera de explicarlo. Es sobre todo la forma de incidir en el tema lo que hace de esta película una rareza, algo diferente, una maravilla. Nunca hubiera imaginado que Jim Carrey y la Winslet pudieran estar tan bien juntos.
6 de diciembre de 2009
6 de diciembre de 2009
21 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace algunos meses vi una película de título "la ciencia del sueño" cuyo director me era desconocido y que no me gustó nada de nada. Hoy acabo de ver esta otra y fue en esta página en donde me enteré de que pertenecía al mismo director. Reconozco que sus películas tienen una personalidad muy propia, pero entre ellas y yo no hay absolutamente ninguna química. A todos sus adeptos, que son muchos, les recomiendo la mencionada "ciencia del sueño". Por mi parte no creo que vuelva a ver ninguna obra de este director. Sus películas sólo me transmiten aburrimiento.
26 de febrero de 2006
26 de febrero de 2006
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joel Barish y Clementine Kruczynski tienen un apasionado romance. Al reconocer que sus días de pareja han llegado a su fin, Joel (Jim Carrey) se someterá a un tortuoso procedimiento medico que removerá los recuerdos de la mujer que amó, llegando así a adentrarse en la espesa maraña de acontecimientos que dieron origen a su acalorada relación sentimental y a su eventual rompimiento.
Al tratar de hacer un recuento de las pocas mentes creativas y genuinas que ofrece el panorama fílmico estadounidense en la actualidad, se debe mencionar sin duda al ingenioso Charlie Kaufman, un guionista con un singular estilo de prosa y de proyectos tan interesantes como han sido sus colaboraciones junto a Spike Jonze (Being John Malkovich, Adaptation) y en este caso junto al prolífico mago francés del videoclip Michel Gondry, con quien ya había trabajado en la cinta Human Nature.
No hay ninguna duda de que la dupla Gondry/Kaufman ha dado frutos de increíble acierto. En esta historia mágica y divertida se ahonda en el conflicto existencial más persistente en los seres humanos, el amor. Con una premisa bastante convencional (la comedia romántica)en la que dos inadaptados (típicos del mundo freak de su guionista) se encuentran en el momento mas enternecedor de sus patéticas vidas, pero es aquí cuando de repente el cuento de hadas da un giro de 180 grados en el que se da paso a lo verdaderamente interesante de esta cinta y lo que la transforma enseguida en una de las historias mas originales del cine contemporáneo, dando saltos entre la ciencia ficción y el drama, saltos que encajan a la perfección y que hacen de un moderno cuento romántico todo un alucinante viaje surrealista a los confines de la mente de sus protagonistas, un viaje cargado de humor inteligente y situaciones bizarras e inverosímiles infinitamente inventivas.
Vale la pena dar crédito a Jim Carrey en uno de sus mejores roles (junto a The Majestic de Frank Darabont) alejado de lo que usualmente hace en hollywood, una muy firme, relajada y sincera actuación, por otro lado encontramos una magnifica interpretación de Kate Winslet como la impulsiva y excéntrica Clementine, el resto del reparto cumple muy bien sus caracterizaciones, entre ellos Mark Ruffalo y Tom Wilkinson, al igual que Kirsten Dunst, Elijah Word y la hilarante pareja encarnada por David Cross y Jane Adams.
En conjunto, una obra maestra contemporánea, un brillante ejercicio visual y lúdico del director Francés, una muy bien sincronizada banda sonora de Jon Brion, y un trabajo que jamás pasara desapercibido por su sencillez y su fuerza.
Me encanta!!!
Al tratar de hacer un recuento de las pocas mentes creativas y genuinas que ofrece el panorama fílmico estadounidense en la actualidad, se debe mencionar sin duda al ingenioso Charlie Kaufman, un guionista con un singular estilo de prosa y de proyectos tan interesantes como han sido sus colaboraciones junto a Spike Jonze (Being John Malkovich, Adaptation) y en este caso junto al prolífico mago francés del videoclip Michel Gondry, con quien ya había trabajado en la cinta Human Nature.
No hay ninguna duda de que la dupla Gondry/Kaufman ha dado frutos de increíble acierto. En esta historia mágica y divertida se ahonda en el conflicto existencial más persistente en los seres humanos, el amor. Con una premisa bastante convencional (la comedia romántica)en la que dos inadaptados (típicos del mundo freak de su guionista) se encuentran en el momento mas enternecedor de sus patéticas vidas, pero es aquí cuando de repente el cuento de hadas da un giro de 180 grados en el que se da paso a lo verdaderamente interesante de esta cinta y lo que la transforma enseguida en una de las historias mas originales del cine contemporáneo, dando saltos entre la ciencia ficción y el drama, saltos que encajan a la perfección y que hacen de un moderno cuento romántico todo un alucinante viaje surrealista a los confines de la mente de sus protagonistas, un viaje cargado de humor inteligente y situaciones bizarras e inverosímiles infinitamente inventivas.
Vale la pena dar crédito a Jim Carrey en uno de sus mejores roles (junto a The Majestic de Frank Darabont) alejado de lo que usualmente hace en hollywood, una muy firme, relajada y sincera actuación, por otro lado encontramos una magnifica interpretación de Kate Winslet como la impulsiva y excéntrica Clementine, el resto del reparto cumple muy bien sus caracterizaciones, entre ellos Mark Ruffalo y Tom Wilkinson, al igual que Kirsten Dunst, Elijah Word y la hilarante pareja encarnada por David Cross y Jane Adams.
En conjunto, una obra maestra contemporánea, un brillante ejercicio visual y lúdico del director Francés, una muy bien sincronizada banda sonora de Jon Brion, y un trabajo que jamás pasara desapercibido por su sencillez y su fuerza.
Me encanta!!!
18 de mayo de 2010
18 de mayo de 2010
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Olvídate de mí! es una película sobre el amor (1) y el recuerdo (2).
(2) Olvidar no es la solución, sino el gran problema (pues olvidar u obviar el pasado no enseña: anula), y ¡Olvídate de mí! analiza el dolor que conlleva el olvido por tres caminos alternativos pero confluyentes. A través de la mente de Joel durante el proceso de borrado, vivimos en primer lugar el dolor que trae ser consciente de olvidar. En segundo lugar, experimentamos la rabia y el dolor del olvidado (olvidar el pasado corta los lazos entre las personas y hace imposible la convivencia. Olvidar te anula tanto como ser olvidado). Y finalmente, sentiremos la desesperación que conlleva ser consciente de tu falta de recuerdos a través de Mary.
Olvidar los tropiezos nos lleva a caer ante las mismas piedras, en un demoníaco bucle que nunca termina. Pues el olvidadizo estará interminablemente expuesto a sus antiguas equivocaciones. Nuestros desmemoriados protagonistas viven una especie de eterno retorno del que sólo pueden sacar algo en claro a través de la memoria. Estamos atados a nuestras pasiones, sí, pero también tenemos una memoria que nos puede ayudar a no caer en los mismos errores o, al menos, a estar preparados para la caída.
(1) Pero ¡Olvídate de mí! también es una película sobre el amor. «La comedia romántica más tenebrosa jamás filmada» (Sergi Sánchez dixit). Y es que el amor de ¡Olvídate de mí! no es el amor puerilmente mitificado de cualquier comedia romántica estándar. Aquí el amor es un amor real, con sus fisuras y su poso amargo; y por real, duele.
Podrá torcerse todo, podrás, incluso, augurar que todo ha de torcerse, que esa es la ley: todos perdemos al final. Pero eso no importa, o al menos no importa ahora, ahora que estás enamorado.
Al final vencerá el olvido. Y es por ello por lo que deberíamos aprovechar con intensidad, creo, este hoy vital; este hoy resplandeciente donde reina el amor y el recuerdo. Que Joel, Clementine y todos nosotros aceptemos el fracaso vaticinado por un choros en forma de cassette no tiene por qué llevar a renunciar al juego. Porque eso es la vida y eso es el amor: jugar y apostar por algo aunque las cartas estén marcadas y la partida perdida de antemano.
Por tanto, repito y matizo: ¡Olvídate de mí! es una MARAVILLOSA película sobre el amor y el recuerdo.
Y sin lugar a dudas, el más bello, sincero y realista canto a la vida que he visto en el cine contemporáneo.
(2) Olvidar no es la solución, sino el gran problema (pues olvidar u obviar el pasado no enseña: anula), y ¡Olvídate de mí! analiza el dolor que conlleva el olvido por tres caminos alternativos pero confluyentes. A través de la mente de Joel durante el proceso de borrado, vivimos en primer lugar el dolor que trae ser consciente de olvidar. En segundo lugar, experimentamos la rabia y el dolor del olvidado (olvidar el pasado corta los lazos entre las personas y hace imposible la convivencia. Olvidar te anula tanto como ser olvidado). Y finalmente, sentiremos la desesperación que conlleva ser consciente de tu falta de recuerdos a través de Mary.
Olvidar los tropiezos nos lleva a caer ante las mismas piedras, en un demoníaco bucle que nunca termina. Pues el olvidadizo estará interminablemente expuesto a sus antiguas equivocaciones. Nuestros desmemoriados protagonistas viven una especie de eterno retorno del que sólo pueden sacar algo en claro a través de la memoria. Estamos atados a nuestras pasiones, sí, pero también tenemos una memoria que nos puede ayudar a no caer en los mismos errores o, al menos, a estar preparados para la caída.
(1) Pero ¡Olvídate de mí! también es una película sobre el amor. «La comedia romántica más tenebrosa jamás filmada» (Sergi Sánchez dixit). Y es que el amor de ¡Olvídate de mí! no es el amor puerilmente mitificado de cualquier comedia romántica estándar. Aquí el amor es un amor real, con sus fisuras y su poso amargo; y por real, duele.
Podrá torcerse todo, podrás, incluso, augurar que todo ha de torcerse, que esa es la ley: todos perdemos al final. Pero eso no importa, o al menos no importa ahora, ahora que estás enamorado.
Al final vencerá el olvido. Y es por ello por lo que deberíamos aprovechar con intensidad, creo, este hoy vital; este hoy resplandeciente donde reina el amor y el recuerdo. Que Joel, Clementine y todos nosotros aceptemos el fracaso vaticinado por un choros en forma de cassette no tiene por qué llevar a renunciar al juego. Porque eso es la vida y eso es el amor: jugar y apostar por algo aunque las cartas estén marcadas y la partida perdida de antemano.
Por tanto, repito y matizo: ¡Olvídate de mí! es una MARAVILLOSA película sobre el amor y el recuerdo.
Y sin lugar a dudas, el más bello, sincero y realista canto a la vida que he visto en el cine contemporáneo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¡Olvídate de mí! es el resultado de la unión de dos genios: Gondry y Kaufman.
Podríamos relatar el guión de esta historia de la siguiente manera: al principio, veremos un falso comienzo (su "segunda primera vez") de la relación afectiva entre Joel y Clementine. Tras esto llegan los títulos de crédito, algo chocante pues ya se nos habían olvidado. Y después comienza la verdadera explicación del relato, que irá abriéndose ante nosotros poco a poco y nos permitirá descubrir, gracias al proceso de borrado, la relación entre Joel y Clementine desde su "primer primer" encuentro hasta la disolución de su relación. Y este enorme, emotivo y no lineal "flashback" nos permitirá comprender el verdadero alcance y significado del encuentro que habíamos visto al comienzo del film.
Cerca ya del final los personajes descubrirán gracias a las cintas de Mary lo que nosotros ya sabíamos. Y al final, con las cartas sobre la mesa, compartiremos con ellos en el clímax de esta historia un mismo punto de vista, en el pasillo frente a frente.
Ante un guión tan aparentemente enrevesado, sin embargo, resulta sorprendente visionar el film y descubrir lo fácil que resulta comprender y seguir la historia. Gondry se ayuda magistralmente de pequeños (las alusiones a San Valentín, el Oh My Darling Clementine o la abolladura en el coche) y grandes (el color de pelo de Clem) recursos para ello, mostrando todo su genio; un genio que queda patente en escenas como el clímax ante las cintas grabadas (el efecto dramático es intensísimo, y sin ese juego de voces discordantes sería muy difícil que el «Vale» final compartido llegase tan hondo al espectador), Joel en casa de sus amigos, relatando cómo fue a visitar a Clementine a la biblioteca y ésta no le reconoció, "Joel niño" pisando charcos o la escena en la biblioteca, donde Gondry pone su maestría visual al servicio de la película, y no la película al servicio de su maestría (algo que no sólo le honra, sino que le hace aún más grande).
Hay muy pocas películas que considere verdaderamente rayanas a la perfección. Persona, Arrebato, La pasión de Juana de Arco, Historie(s) du cinéma... ¡Olvídate de mí! forma parte de este privilegiado grupo. Porque ¡Olvídate de mí! es MI PELÍCULA.
Termino. Los señores de Filmaffinity no me dejan más espacio. Por suerte, en mi blog Joel Loves Clementine pude desarrollar un poco más el análisis de esta maravilla del séptimo arte... ¡Nos vemos en Montauk, amigos!
Podríamos relatar el guión de esta historia de la siguiente manera: al principio, veremos un falso comienzo (su "segunda primera vez") de la relación afectiva entre Joel y Clementine. Tras esto llegan los títulos de crédito, algo chocante pues ya se nos habían olvidado. Y después comienza la verdadera explicación del relato, que irá abriéndose ante nosotros poco a poco y nos permitirá descubrir, gracias al proceso de borrado, la relación entre Joel y Clementine desde su "primer primer" encuentro hasta la disolución de su relación. Y este enorme, emotivo y no lineal "flashback" nos permitirá comprender el verdadero alcance y significado del encuentro que habíamos visto al comienzo del film.
Cerca ya del final los personajes descubrirán gracias a las cintas de Mary lo que nosotros ya sabíamos. Y al final, con las cartas sobre la mesa, compartiremos con ellos en el clímax de esta historia un mismo punto de vista, en el pasillo frente a frente.
Ante un guión tan aparentemente enrevesado, sin embargo, resulta sorprendente visionar el film y descubrir lo fácil que resulta comprender y seguir la historia. Gondry se ayuda magistralmente de pequeños (las alusiones a San Valentín, el Oh My Darling Clementine o la abolladura en el coche) y grandes (el color de pelo de Clem) recursos para ello, mostrando todo su genio; un genio que queda patente en escenas como el clímax ante las cintas grabadas (el efecto dramático es intensísimo, y sin ese juego de voces discordantes sería muy difícil que el «Vale» final compartido llegase tan hondo al espectador), Joel en casa de sus amigos, relatando cómo fue a visitar a Clementine a la biblioteca y ésta no le reconoció, "Joel niño" pisando charcos o la escena en la biblioteca, donde Gondry pone su maestría visual al servicio de la película, y no la película al servicio de su maestría (algo que no sólo le honra, sino que le hace aún más grande).
Hay muy pocas películas que considere verdaderamente rayanas a la perfección. Persona, Arrebato, La pasión de Juana de Arco, Historie(s) du cinéma... ¡Olvídate de mí! forma parte de este privilegiado grupo. Porque ¡Olvídate de mí! es MI PELÍCULA.
Termino. Los señores de Filmaffinity no me dejan más espacio. Por suerte, en mi blog Joel Loves Clementine pude desarrollar un poco más el análisis de esta maravilla del séptimo arte... ¡Nos vemos en Montauk, amigos!
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