Esta es una de esas películas en las que el argumento es lo de menos; de hecho, ni siquiera existe, y eso que es una mezcla de “Deliverance” y “Funny Games”, pero a la española. Se agradece que algunos directores patrios se aparten de las trilladas comedias gilipollescas y carentes de gracia, y la verdad es que está bastante bien rodada. La fotografía es espléndida, los paisajes impagables, y algunas situaciones de angustia logran por completo el objetivo de inquietar al espectador. Sbaraglia se esfuerza lo suyo. Aguanta como un campeón tiros, golpes, cortes, hambre y frío. Y eso que, como dice un amiguete mío, sólo tiene dos hostias: la que le dé yo y la que se dé contra el suelo. Lo que estropea la película, hasta el punto de convertirla en ridícula, son los quince minutos finales que concluyen en un demencial desenlace y hacen que uno piense que el director ha estado durante noventa minutos quedándose con el personal. Una pena.

Tal ves estemos ante una de las canteras de nuevos directores de lo más interesante a saber:
- Gonzalo López-Gallego ( Nómadas, El rey de la montaña)
- Jaime Rosales (La soledad)
- Jaume Balagueró. (Rec)
- Félix Bizcarte ( Bajo las estrellas)
- Alberto Rodríguez ( 7 vírgenes, after)
- Daniel Sánchez Arévalo (Gordos)
- Hermanos Álvarez-Pastor (Infectados)
- Javier Fresnadillo 8 28 semanas después)
- Jaume Collet-Serra ( La casa de cera)

Gonzalo López-Gallego tiene tres películas con registros muy diferentes, la que nos ocupa es un claro ejemplo del dominio técnico como director ( a destacar el montaje y la tensión que nos crea). La historia trata sobre la sin-razón de la violencia y la influencia de los video-juegos. Cada plano, cada encuadre esta perfectamente elegido con lo que nos quiere contar. El héroe no existe ( esta no es una película americana) sino que se ha vuelto tremendamente humano. Nadie es bueno ni malo todos tratan de sobrevivir como pueden.
Gonzalo López-Gallego es un director a seguir y a tener muy en cuenta.

El rey de la montaña es un thriller con toques de terror, una película claustrofóbica a pesar de estar rodada íntegramente en exteriores.
Un hombre y una mujer que se conocen casualmente en una gasolinera sufren la persecución por parte de unos desconocidos implacables por los parajes de unas montañas desiertas. Es la típica caza del hombre por el hombre, aparentemente sin sentido, sin piedad. Toda la película narra esa persecución.
Me resultó particularmente atractiva por la gran tensión que se desarrolla, por algún giro inesperado y por una estética de videojuego, sobretodo en la parte final en el pueblo abandonado, en el que asistimos a la acción como si de un shooter se tratara.

Para degustadores del thriller convencional.
Lo mejor: que no te cansa esa persecución; los perseguidores; el análisis sobre la violencia.
Lo peor: un poco previsible en algunos momentos; el análisis sobre la violencia.
La escena: el momento en que se descubre quienes son los perseguidores.

La propuesta del director no es mala, pero si la hubiera encarado de otra manera quizá los resultados hubieran sido mucho mas favorables.
Leonardo Sbaraglia demuestra su gran talento para el dramatismo, como lo hace siempre en sus brillantes interpretaciones.Su compañera Maria Valverde también nos regala una muy buena interpretación.
En mi humilde opinión la película tiene sus momentos de tensión que despiertan interés en el espectador , pero todo se resume en esos momentos y en el maravilloso lugar donde fue realizada.

Suelen estar bien las historias de supervivencia en el bosque. Pero no todos los títulos son redondos.
"El rey de la montaña" se mueve entre el entretenimiento y la mediocridad. Entretiene porque es muy corta y siempre querremos saber con exactitud por qué demonios está pasando eso.
Y es mediocre porque avanza a saltos, con escenas de relleno en las que parece que lo único que hacen es correr por el campo sin que haya variedad.
El guion está muy cogido por los pelos, con algunas lagunas que no quedan claras o cuya respuesta no es satisfactoria del todo.
Al principio aluciné con la escena del cuarto de baño de la gasolinera, que es de juzgado de guardia. Aunque luego se descubre que tiene su razón y no solo porque María Valverde estuviera despendolada.
Sbaraglia actúa bien dentro de lo que el argumento se lo permite.
Un thriller para echar el rato pero que no es nada del otro mundo y que es muy fácil de caer en el olvido de los que vemos mucho cine.